Reto; Freddoy
Reto por: @Florita-chan
"One-Shot Freddoy"
Advertencia: Flufficidad al extremo
Pos me puse romántica.
Ambientada en "Alium"
(Considérenlo como un final alternativo)
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"¡Esto es un desastre!", gritaba un castaño de ojos azules mientras revolvía su habitación completa buscando desesperado un objeto que necesitaba con urgencia.
¡Cálmate, joder! Me pones los pelos de punta...
"¿Cómo esperas que me calme?", se quejaba Freddy a la vez que tomaba asiento en su cama, ya casi rendido, "¿No lo entiendes? Es un día especial, ella es una chica especial, por lo tanto ¡Esto debería ser especial!"
Tío, sea como sea, sabes que dirá que sí...
Bueno, esa respuesta no bastaba para convencer al ojiazul. Llevaba ya un tiempo saliendo con la pianista de la banda de los Toys, y hoy se cumplía exactamente un mes de que salían. Era la oportunidad perfecta para pedirle a la rubia que den un paso muy grande en su relación y pedirle que sean novios, pero claro, es un chico muy romántico y esperaba que su propuesta fuera lo suficientemente especial para aquella hermosa chica que le robó el corazón.
Pero claro, su alter ego no pensaba igual. ¿Para que tanta cursilería si de todas formas sabía que Joy no los rechazaría?
Digo, él es perfecto, cómo rechazarlo.
"Definitivamente no entiendes nada sobre el amor", suspiró agotado el castaño. La otra personalidad molesta iba a contestarle, mas el ruido de la puerta interrumpió los pensamientos de los dos.
El compañero de habitación del ojiazul, Golden Freddy, entró con una alegre sonrisa. Mas, apenas vio el desastre en el cuarto y la mirada frustrada de quien era su mejor amigo, supo enseguida lo que ocurría.
Su corazón se retorció ligeramente.
"Vaya... ¿Sigues tratando de idear el plan perfecto para Joy?", sonrió con dificultad el rubio a su amigo. Y bueno, no podía fingir, estaba perdidamente enamorado de su mejor amigo. Pero nada podía hacer, pues Freddy no correspondía sus sentimientos. Al menos se sentía bien al saber que el ojiazul era feliz.
"Me estoy desesperando", suspiró el castaño a lo que su mejor amigo solo rió, sentándose junto a él en la cama.
"Relájate, Freddy, todo saldrá bien", animó el rubio, "Estoy seguro que Joy amará todo lo que haz planeado para ella"
"¿Y si no le gusta?", preguntó nervioso el mayor, "¿Y si me rechaza?", no había pensado en esa posibilidad, "¿Y si simplemente no quiere ser mi novia?"
"¡Ya cálmate!", reía con burla el ojigris, a lo que su amigo solo bufó molesto, "Freddy, Joy estará más que encantada, te lo aseguro"
"¡No mientas!", le gritó el ojiazul, "¡Ni siquiera puedo encontrar el maldito regalo que-!"
"¿Hablas de este regalo?", interrumpió el rubio, quien levantó una pequeña cajita de terciopelo roja, que estaba en el suelo, tapado entre toda la ropa que había tirado al piso.
"¡Ese es!", exclamó el ojiazul aliviado, quitándole la cajita al rubio para sostenerla cerca de su pecho, "¡Gracias al cielo que lo encontraste!"
Golden solo rió divertido, a la vez que le daba pequeñas palmaditas en el hombro al chico más bajo. El ojiazul solo suspiró. Su amigo tenía razón, tal vez solo estaba nervioso.
Pero es que quería que todo saliera perfecto.
¿Perfecto como yo?
Cierra la boca...
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"¡No recuerdo que nos asignaran una tarea de filosofía en parejas!", exclamaba una chica peliblanca, Mangle, a su amiga rubia que se arreglaba como si fuera a una fiesta, "¿Y desde cuando te arreglas tanto para un trabajo?"
Joy sonrió, "Es que siempre tengo que verme bien, Meg, no es solo para la tarea"
La ojiambar gruñó, a la vez que se cruzaba de brazos, "Deja de evadirlo, no creas que no me doy cuenta que solo te arreglas para ver al Chico Nuevo", decía a la vez que interrumpía la sesión de belleza de su amiga, "Además de que siempre los trabajos en parejas que nunca recuerdo que nos asignan, (porque nunca lo hacen) milagrosamente te toca con él"
La ojiazul se volteó algo desconcertada a su mejor amiga, y bueno era cierto. No quería seguir mintiéndole, "Meg, eres la mejor amiga que en mi vida he tenido, y creo que mereces saber la verdad... Supongo... Solo, no me mates..."
"Dilo de una vez, Joy"
"Yo... He estado saliendo con Freddy desde hace mes exacto", dijo tímidamente la rubia, encogiéndose para el posible sermón de la chica peliblanca. Sin embargo, al contrario de sus creencias, la ojiamarilla solo suspiró molesta.
"Eso era más que obvio", comentó Mangle, "Solo quiero saber por qué no me lo dijiste antes"
La rubia levantó la mirada dudosa, "S-Supuse que te enfadarías conmigo por salir con el chico que detestas"
Mangle solo sonrió a esto, y dejó salir unas pequeñas risitas, "Ay, Joy... Me dices esto después de ver que Bon está de novio con el guitarrista de nuestra competencia", ambas rieron levemente, "Para que veas la paciencia que les tengo a ustedes dos"
"Supongo que tienes razón", rió la rubia, a la vez que abrazaba fuertemente a su mejor amiga.
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"¡Estoy listo!"
"¡Muy bien! ¿Y qué le dirás?"
"¡Si quiere ser mi novia!"
"¿Cómo luce ella hoy?"
"¡Hermosa!"
"¿Cómo saldrá la cita?"
"¡Perfecta!"
"¿Ella te rechazará?"
"¡No!"
"¡Así se dice, Freddy! ¡Ahora ve, y no olvides las flores!"
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Unos pequeños golpecitos en la puerta molestaron la paz en la habitación de las chicas Toy. La más alta sabía ya de quien se trataba, por lo que se miró al espejo una vez más antes de abrir la puerta. Sin embargo, en su descuido, la peliblanca se le adelantó y fue a abrir la puerta para recibir "bien" a la visita.
"H-Hola, Mangle...", saludó nervioso el castaño que había tocado la puerta, rápidamente escondiendo las flores que traía consigo detrás de su espalda, pues no se esperaba que ella le abriera, "¿E-Está Joy?"
La ojiambar lo miró de pies a cabeza antes de gruñir, "Ten mucho cuidado con ella, Chico de Hielo, porque si la lastimas te juro que de este internado no sales vivo"
"¡Mangle!", regañó la rubia, una vez que se acercó a la puerta donde las dos personas más importantes para ella platicaban... Si es que ser amenazado se consideraba una plática.
"De acuerdo, no los molesto más", suspiró la peliblanca, dedicándole una sonrisa a su mejor amiga, "¡Diviértete!", y luego frunció el ceño al desviar su mirada al chico castaño, "Te tendré vigilado..."
"E-Eh... E-Está... ¿bien?", decía nervioso el ojiazul antes de ser cortado por el portazo de la puerta, "Creo que nunca le caeré bien"
"Tranquilo, osito, solo hay que darle tiempo", sonrió la rubia, a la vez que abrazaba a su cita de esa noche, "Por cierto, te ves muy guapo"
Las mejillas del chico se tiñeron de rojo fuerte, y recordando las flores que tenía tras su espalda, se las dio junto a una sonrisa, "Son para ti... t-tú también te ves bien, estás maravillosa"
La chica de ojos azules sonrió risueña con un ligero sonrojo aceptando las flores, "Son hermosas, gracias", dijo dulcemente, "¿Nos vamos?"
"S-Sí, claro"
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Era una noche esplendorosa, en el Evento Nocturno todo era fascinante y los estudiantes se divertían como nunca.
Freddy había llevado a Joy al Evento Nocturno por dos razones. Su primera cita fue en el evento del mes pasado, donde por fin el castaño se había armado de valor para pedirle a la chica que conquistó su corazón que lo acompañase al evento, cosa que la rubia no pudo negar. Que podría ser más especial que honrar su primera cita.
Y la otra razón es que, bueno, encerrados dentro del internado no habían muchas opciones para una velada romántica.
En cierto momento de la noche, Fred tomó el control del cuerpo, y subió al escenario de la mano de la rubia. Agarró el micrófono y comenzó a cantarle una bella serenata en frente de todo los estudiantes. Acompañado de la serenata, Joy danzaba encantada con la canción, mientras jugaba con la luz del escenario y el público aplaudía entusiasmado.
Fue una divertida noche en el evento. Pero Freddy no quería que fuera nada más divertida, quería que fuera romántica. Por lo que apenas Fred le devolvió el control del cuerpo, llevó a Joy lejos del evento, al fondo del patio del internado.
Ambos caminaron todo el camino hasta allí, bailando divertidos al son de la música del evento. Pareciera que a los Aliums poco les importaba que los atraparan por la música tan fuerte.
Los dos tortolitos seguían bailando juntos completamente divertidos, riendo tan fuerte, que acompañados con sus pasos de baile, cualquiera pensaría que estarían borrachos. Entonces, cuando vieron unas bancas, el mayor la invitó a su cita a que tomara asiento junto a ella, para que disfrutaran un poco de la noche. La rubia sonrió inevitablemente y se sentó junto a su osito, apoyando su cabeza en el hombro del castaño. Algo que ciertamente sonrojó a este.
"Es una muy bella noche", comentó en un casi susurro la rubia, acomodándose ahora en el pecho del castaño una vez que este pasó su brazo por encima de su cabeza para poder abrazarla, "Me encanta poder disfrutarla contigo"
Sabía que Joy no podía verlo, pero no pudo evitar sonreír al escuchar esas dulces palabras, su corazón se comenzó a acelerar automáticamente. La brisa helada de la noche se hizo presente, causando cierto escalofrío de parte de la ojiazul, "¿Tienes frío?", preguntó angustiado el mayor, a lo que la chica de cabellos de oro negó.
"Estoy bien, no te preocupes"
Sin embargo, Freddy no quedó conforme con esa respuesta y se separó del abrazo para poder quitarse la chaqueta. Y así como había visto en las películas, le puso su chaqueta a la dama, para que esta no pasara frío. No era un problema para él después de todo.
La rubia sonrió ante el gesto, antes de que Freddy volviera a extender su brazo, dándole a entender a su cita que quería volver a la posición de antes. Joy no dudo dos veces en acurrucarse otra vez en el pecho del castaño.
Así permanecieron unos minutos en silencio, disfrutando de la compañía del otro.
"Eres tan dulce, osito", comentó divertida la rubia, a la vez que se abrigaba con la chaqueta del mismo.
Freddy rió levemente, "Lo dices tú, la chica más tierna y dulce que he conocido en mi vida"
Ambos rieron antes de mirarse el uno al otro. Los ojos celestes de ambos quedaron fijos en el de los contrarios, causando que ambos corazones se acelerasen más de la cuenta.
El oso fue el primero en desviar la mirada, y pues no podía perder de vista su objetivo. Se separó nuevamente del abrazo para tener a Joy frente a él. Le sujetó las manos delicadamente, y sonrió nervioso.
La voz en su cabeza no hacía más que darle ánimos al castaño que moría de vergüenza al intentar hablarle a la chica de sus sueños.
"J-Joy... Sabes, hoy es un día especial..."
"Lo sé, osito", sonrió la rubia, que acariciaba las manos de su cita para intentar calmarlo un poco, "Llevamos un mes saliendo"
"S-Sí, y ha sido un mes maravilloso... Realmente me siento muy feliz de haberte conocido", sonrió el castaño, intentando dejar su nerviosismo atrás, "C-Contigo, siento que mis problemas desaparecen, y que solo somos tu y yo... U-Últimamente he vivido un infierno, pero tu haz sabido rescatarme de mi propia vida del desastre... M-Me haces sentir realmente vivo, contigo, siento que el hielo que cubre mi corazón se derrite..."
Separó las manos de las de su cita, para sacar de su bolsillo del pantalón la cajita de terciopelo rojo que anteriormente había perdido. Gracias a Golden no fue así.
"T-Te compré esto...", dijo el chico castaño, enseñándole la cajita de terciopelo, "L-Lo pedí por internet, tuve que hacer lo imposible para que aceptaran traerlo al internado"
La rubia observaba con sus mejillas completamente sonrojadas, la cajita de terciopelo, curiosa. Entonces, el ojiazul abrió la pequeña caja para dejar al descubierto un hermoso colgante, con un pequeño corazón de oro, con dos dijes a cada extremo. Uno era un pollito y el otro un osito.
"M-Me gustaría que la usases...", sonrió Freddy completamente nervioso, "...s-si aceptaras... s-ser mi... E-Eh... mi... ¡novia, coño!"
La rubia se sobresaltó ante el cambio tan drástico de personalidad, antes de relajarse y reír un poco sabiendo que se trataba de Fred. Y bueno sí, ella sabía de la otra personalidad del castaño, debido a que le confesó cuando este estaba borracho.
"¡P-Perdona, fue Fred! ¡Y-Yo no quise-"
"¡Claro que quiero ser tu novia, tontito!", abrazó fuertemente la rubia al chico de ojos azules, atrayéndolo para unir sus labios en un dulce y corto beso, "Estaba esperando que me lo pidieras"
"E-Es que quería que fuera especial...", sonrió avergonzado y completamente sonrojado el mayor, rascándose la nuca.
"Pues, lo hiciste bien", dijo tiernamente la ojiazul, acariciando la mejilla de su, ahora novio, y a la vez, sacando el colgante de su cajita para enseñársela, "¿Me ayudas?"
El castaño respondió solo con una sonrisa, y con delicadeza sostuvo el colgante al rededor del cuello de su chica para poder abrocharlo.
Ambos se sonrieron una vez que se voltearon a ver, y como si se hubieran puesto de acuerdo con sus miradas, se acercaron lentamente para unir sus labios en un beso sincero.
Realmente, fue la cita perfecta.
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