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Perdidos [Parte 2]

Nop, tus ojos no te engañan... 
¡Sigue leyendo, amigx mío! ¡Espero lo disfrutes!

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"¿Una salida escolar a una reserva ecológica? ¡Es perfecto!
Sin la supervisión de esos monstruos podré acercarme a él sin problema...
Descuida, nieto mío, yo te salvaré de esa horrible vida llena de gays y Aliums..."

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Así los minutos pasaron, tan rápido que pronto se convirtieron en horas.

Los rescatistas acordaron una ruta para poder buscar a los jóvenes aliums más o menos por el sector por dónde habían caído.

Los padres de los muchachos habían llegado lo más rápido que pudieron, e intentaban como sea ayudar con la búsqueda.

Sin embargo, los guardabosques les decían que mantuvieran la calma y que ellos se encargarían de buscar y encontrar a sus hijos.

Tanto los amigos de los adolescentes como sus padres sabían que con ese radar de búsqueda que hicieron los rescatistas, nunca los encontrarían. Mas, Bella era la única que dejaba ver su descontento ante eso con los mismos guardabosques.

"¡No sé dan cuenta que podrían estar en cualquier parte!", exclamaba la joven de cabello bicolor, "¡El río podría haberlos arrastrado cuando cayeron! ¡Tienen que ampliar la búsqueda!"

La guardabosques a la cabeza del rescate, la guardabosques Kelly, suspiraba para sí misma, ya harta de las exigencias de los Aliums, "Escúchame linda, déjanos hacer nuestro trabajo para que así encontremos a tus amigos lo antes posible, ¿Te parece?"

"¡Pero lo están haciendo mal!", insistía Bella, "¡Si solo ustedes-"

"¡Suficiente!", gritó interrumpiendo Kelly, ya sobrepasada por completo, "¡Déjanos hacer nuestro trabajo y vete a molestar a otro lado, niña!"

La muchacha de ojos rosas y puntas teñidas moradas se quedó estupefacta, antes de darse media vuelta y volver con sus amigos, completamente enfadada.

Ella sabía que esos guardabosques nunca los encontrarían a ese ritmo, pero parecía que no les importaba en lo absoluto.

"Bella... ¿Estás bien?", preguntó Max, quién al ver la expresión de la peliturquesa no pudo evitar preocuparse.

"¡No! ¡Claro que no!", exclamó la joven, "¡Esos guardabosques son unos inútiles! ¡Jamás encontrarán a los chicos!"

"Ya Bella, calma", habló por fin un adulto, Freddy, quién trataba de mantener la calma ante todo para no alterar a los niños, "Solo hacen su trabajo"

"¡Pero tío Freddy-"

"No hay peros", suspiró el abogado, "Yo también estoy preocupado por mi hijo, y por eso mismo hay que dejar a los profesionales hacer lo suyo"

Pareciera que no a todos los presentes les agradó la postura que estaba tomando el castaño mayor.

"¿¡Estás chingando, cierto!?", exclamó Eak, enfurecido, "¡¿De veras que te quedarás ahí sin hacer nada?!"

El abogado frunció el ceño, "Eak, por favor, necesitamos-", no pudo ni seguir cuando el águila lo interrumpió.

"¡Mira, yo no sé si a ti siquiera te importa tu hijo, pero a mí sí me importa el mío!", gritaba furioso, "¡Así que vete a chingar a otro lado, que yo voy a buscar a mi hijo!"

Obviamente, no pasaron más segundos cuando TownTrap intervino en la conversación, "Eak, vamos calma. Sé que estás angustiado por Jacob, yo también lo estoy, pero no sacaremos nada si no pensamos bien las cosas. Es decir, ¡podrías perderte tu también si vas por ellos, y así no servirías de ayuda a nadie!"

El mexicano se quedó varios segundos en silencio, mirando fijamente los ojos del león. Era muy distinto ser regañado por su amigo que por su esposo, es decir, solo era necesario que TownTrap usara su voz tranquilizadora y él podía controlar su humor.

"Bien...", suspiró rendido el águila, cruzándose de brazos rendido, tratando de evitar la mirada de su esposo por mera culpa de perder los estribos, "...aunque sea podrían apagar el campo de fuerza que impide que usemos nuestros poderes. Estoy seguro que, donde sea que estén nuestros chicos, van a necesitar de sus poderes..."

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"Así nos mantendremos calentitos hasta que lleguen a buscarnos"

"¡Eres brillante, Jay!"

Las horas habían pasado, y el sol ya se estaba escondiendo. El frío en la reserva se estaba haciendo presente, y los dos muchachos perdidos no se iba a quedar sentados esperando a morir de hipotermia.

El chico en mejores condiciones físicas, es decir Jacob, se dedicó a buscar un refugio por varias horas, hasta que encontró un pequeño rincón de roca, parecido a una cueva, pero más abierto.

El adolescente mexicano cargó a su amigo herido hasta el refugio improvisado, para luego salir a buscar madera seca y así prender el fuego con el cual ahora ambos se están calentando.

"Es una suerte que sepas todas estas cosas de supervivencia en la naturaleza o lo que sea", halagó el rubio, "Si yo hubiera caído solo, ten por seguro que ya habría muerto"

"Nah", rió un poco el contrario, "Eres un chico inteligente, hubieras tenido el sentido común para sobrevivir"

El ojiverde azulado no pudo evitar sonrojarse un poco, antes de volver a su actitud seria (pero un poco bromista) de antes, "Quizá, pero no sé si con mi pierna así hubiera logrado algo", dijo señalando su lesión.

El peligris se mantuvo en silencio, deteniendo su mirada en la pierna de su compañero sujetada con su sudadera. Suspiró un poco, para luego pasar su mirada al pequeño golpe en la cabeza del rubio. Restos de sangre aún resaltaban en la frente del contrario, con algunas gotas secas de esta que caían hasta las cejas.

Su mirada siguió descendiendo hasta fijarse en los ojos perdidos del rubio, donde las llamas de la fogata se reflejaban. Aquellos tonos verdosos y fríos teñidos por los naranjos potentes del fuego frente a ellos, generaban un brillo que al lobo tenían hipnotizado.

Pasaron más minutos en silencio, cada uno perdido en sus pensamientos.

"¿Cómo es que dijiste que aprendiste todo esto?", Teddy intentó romper el tortuoso silencio con una simple pregunta que sabía que anteriormente ya la había hecho. Sin embargo, con todo el ajetreo del teléfono, el refugio y el fuego, no habían tenido un momento pacifico en el cual calmarse de tan tensa situación que estaban viviendo. Además, el rubio no recordaba que su amigo le haya contestado la pregunta, "Me refiero a todo esto de la supervivencia"

El lobo recobró un poco la compostura al ver que aquellos ojos verdosos ahora lo estaban observando de vuelta, esperando una respuesta, "Oh... Eso me lo enseñó mi papá Eak, hace años en un campamento de verano al que fuimos los tres cuando yo era un solo un niño"

Theodore sonrió ampliamente, "¿En serio? ¡Eso es asombroso! Desearía que mis padres hicieran cosas así conmigo"

El lobo dejó salir una carcajada, "¿Qué? ¿Acaso te enseñan de finanzas o leyes en sus tiempos libres?"

El ojiverde solo rodó los ojos, sin dejar su sonrisa, "No pero, no hacemos muchas cosas al aire libre, mucho menos acampar. ¿Ustedes lo hacían muy seguido en México?"

La sonrisa radiante del lobo se desvaneció rápidamente.

"Apropósito, nunca me contaste porque se fueron de México", continuó Teddy, "Sé que mis padres me dijeron que fue por problemas económicos, pero sospecho que no fue así, ¿o me equivoco?"

Jacob se encogió de hombros, "Creo que le buscas la quinta pata al gato, Principito", seguido de eso, dejó salir una risa forzada y llevó una mano a su nuca para rascarla nerviosamente.

Definitivamente sus habilidades de mentir las heredó de su padre Town.

El rubio arqueó una ceja. Sí, era obvio que algo le estaba ocultando, "No soy idiota, Jay"

"Jamás insinué que lo fueras"

"Entonces porque asumes que me creeré tal cosa que me dices", frunció el ceño Teddy, llevándose a cambio una mirada de tristeza y desconfort. Tragó saliva con fuerza, sus manos se movían arrítmicamente y de su frente corría una que otra gota de sudor. Eso le preocupó bastante.

Aún con su lesión, se acercó como pudo a su compañero frente al fuego, sentándose solo a milímetros de distancia de él. Desvió su mirada a la fogata frente a ellos, dándole a entender al otro que él podía hacer lo mismo.

Eso hizo, y se dio cuenta que no había necesidad de sentirse atacado o interrogado. Es Teddy de quien hablamos después de todo.

"No quise presionarte a nada", dejó salir en un susurro el rubio, sin desviar la mirada del ardiente fuego, "Lo siento, no debí meterme con tu pasado"

Teddy observó de reojo a Jacob, queriendo ver si obtuvo alguna reacción por sus anteriores palabras e intentó temeroso entrelazar su mano con la del contrario, para brindarle todo su apoyo en tan solo un insignificante gesto.

El lobo sentía que debía devolverle la mirada, que debía encararlo, pero sinceramente no quería. Fue hasta que sintió los fríos dedos de su compañero intentar entrelazarse con los suyos que no desvió sus ojos de la fogata. Se había sorprendido al principio, y es que no creyó posible tal tipo de gesto de parte del rubio. No tardó en volverse a verlo sonrojado, y corresponder la acción cerrando sus dedos por sobre los del otro muchacho.

Theodore no pudo evitar sonreír cálidamente apenas notó esos ojos amarillos fijos en él, y un sonrojo tenue se hizo presente en sus mejillas.

Jacob rió entre dientes, "¿Cómo es que lo haces?"

"¿Hacer qué?

"Me generas esta sensación de confianza", admitió el lobo, sonriendo igualmente, "Haces que me sienta bien, cómodo y... feliz"

El rubio no pudo borrar su sonrisa, por más que su subconsciente le dijera que lo hiciera. Ahora se sentía culpable, "No quería convencerte de que me cuentes nada, solo quería-"

"Lo sé", interrumpió Jacob, apretando su agarre en la mano de su amigo, "Lo sé, no te preocupes. Es solo que... Sé que puedo confiar en ti"

"Claro que sí, Jay", susurró el rubio, acercándose lo más posible al lobo.

El alium peligris se quedó en silencio y volvió su mirada al fuego una vez más. Tomó una gran bocanada de aire y luego la botó. Ted lo notó nervioso. Supuso que de todas formas el lobo le contaría lo que ocultaba aunque él le insistiera que no era necesario. Solo supo apoyar su cabeza en el hombro del ojiamarillo y apretar su agarre en sus manos, para darle la confianza que necesitaba el lobo para comenzar a hablar.

"Cuando era un poco más joven...", inició, calmadamente, en un hilo de voz, "...Me escapé varias veces de mi casa. No es que no quisiera a mis padres, pero... Admito que estaba muy molesto con ellos en esa época"

"¿Por qué?", preguntó en un susurro el rubio.

"Un día me enteré que mis padres biológicos... estaban vivos", continuó Jacob, "Mis padres me habían convencido de que ellos estaban muertos. Me enojé mucho con ellos por eso. Cada vez que podía me escapaba de casa e iba a buscar a mis padres biológicos"

"¿Querías conocerlos?", preguntó Theodore, "¿Querías vivir con ellos?"

"No, claro que no", negó Jacob, "Solo tenía curiosidad. Quería saber quienes eran y porqué me dieron en adopción"

"Oh...", suspiró el rubio, antes de volver acomodar su cabeza en el hombro del lobo, "¿Y los encontraste?"

El peligris apoyó su cabeza en la del contrario, "Una noche los encontré, sí. Y de inmediato supe porque me dieron en adopción"

"¿Qué? ¿Por qué?"

"Eran... criminales", dejó salir por fin el lobo, "Al parecer, le habían pagado a alguien para que se deshiciera de mi cuando nací. Y cuando vieron que yo aun seguía con vida... Pues... Intentaron secuestrarme, supongo que para matarme después"

Theodore se quedó sin habla. No creía posible que una madre o un padre pudiera hacerle tal atrocidad a un hijo.

Vaya que no tenía idea...

"Si no hubiera sido por mis padres, que llegaron justo a tiempo para salvarme...", suspiró el ojiamarillo, "Después de eso nos fuimos de México, mis padres no querían arriesgarse a que esas... personas... volvieran a encontrarme"

"Jacob... Yo..."

"Ey, tranquilo Ted", sonrió de lado para luego levantar su cabeza y poder ver el rostro del rubio, "Eso ya pasó, es parte del pasado. Obviamente no me gusta hablar de esto con nadie, me siento muy culpable. Me enojé con mis padres por mentirme, pero solo lo hicieron para protegerme"

¿Suena a historia conocida?

"Estoy bien con ellos ahora", continuó Jacob, "Ellos actúan como si nada de lo que pasó en México realmente pasó, y yo prefiero seguirles la corriente"

"Eres muy valiente, Jay", sonrió tranquilizadoramente Teddy, "Eres increíble"

El rubio lo observó detenidamente, a una muy poca distancia del contrario. Entonces, silencio. Lo único que podían escuchar eran las llamaradas de la fogata quemando la madera, además del palpitar de sus corazones.

Sus miradas fijas en el otro, y la distancia entre ellos cada vez más diminuta.

"No soy tan chulo como dices", logró susurrar el lobo, apenas moviendo los labios. Estaba hipnotizado por los ojos del contrario, "No como tú, al menos"

"Yo creo que sí lo eres", sentenció finalmente el rubio, con esa sonrisa que volvía loco al peligris. Jacob no pudo resistir más y juntó rápidamente sus labios con los de Teddy. El rubio se quedó congelado, pero no dudo en corresponder apenas salió del shock.

Por supuesto que su mente estaba en un caos total, pero al contrario de su primer beso con Jacob, ya no pensaba en Zack, y eso le hizo sentir... bien.

El lobo llevó sus manos a las mejillas de Teddy y este pasó sus brazos por el cuello del otro. Ambos corazones acelerados transmitían calidez y ternura. Era un beso mucho más intenso que el primero que compartieron, y esta vez, ninguna culpa los carcomía.

Una vez se separaron, se sonrieron embobados. Jacob se sentía un poco atontado, o bueno, bastante. Mientras que Teddy, a pesar de sentirse muy feliz, estaba muy avergonzado.

"L-Lo siento", susurró el rubio, "Creo que me dejé llevar"

"F-Fue mi culpa", admitió el lobo, "Yo te besé"

Se separaron a un ritmo lento para sentarse uno al lado del otro nuevamente. Aquella sensación tan hermosa se transformó irremediablemente en un ambiente tenso e incomodo.

Pero admitámoslo, nadie quiere más rodeos.

"Sabes que me gustas", habló cortante el lobo, desviando su mirada al fuego frente a él nuevamente, "No pude evitarlo ¡Sé que no es excusa, pero-! Me correspondiste... ¿Por qué? Creí que tú-"

"¡También me gustas, idiota!", se quejó Teddy, cruzándose de brazos y desviando la mirada, "Estaba confundido, es verdad, pero... E-Ese beso... C-Creo que realmente me gustas, Jay"

El lobo se quedó en silencio.
Incrédulo.
¿Acaso él también se había golpeado la cabeza cuando cayeron por el acantilado?
¿Acaso estaba soñando de nuevo?

"¿T-Tienes hambre? Yo tengo hambre. Creo que voy a salir", dijo aún shockeado el peligris, a la vez que se acomodaba para ponerse de pie, "Necesito tomar aire, y aprovecharé de buscar comida"

Theodore se impactó. Era obvio que estaba evitando la conversación.
Se sintió culpable, ¿lo habrá lastimado? ¡Pero si acaba de admitir que también le gusta!
¿Habrá sentido que jugó con sus emociones?

"¡Jacob!", exclamó el rubio, "¡E-Espera!"

El lobo hizo oídos sordos y se levantó finalmente del suelo junto a la fogata para caminar fuera del refugio. El rubio frunció el ceño, como pudo se puso de pie, y cojeando trató de caminar detrás de Jacob.

"¡Espera, voy contigo!"

El peligris se volteó al escuchar la voz del rubio, "¿Qué haces? Neta que eres pendejo ¡Estás herido! Apenas puedes siquiera caminar, ¡vuelve al refugio!"

Theodore, cansado de dar saltitos, apenas llegó junto a su enamorado, se apoyó en él tratando de recuperar el aliento y poder descansar su pierna. Eso logró sacar una sonrisa del ojiamarillo.

Aquella situación cambió por completo el humor de Jacob. Solo rió entre dientes al notar la respiración cansada de su compañero, "¿Qué? ¿Ya te cansaste?"

El rubio sonrió a medias en respuesta, "Esto no suele pasarme...", tomó aire antes de continuar, "... Usualmente usaría mis poderes para no tener que caminar, pero bueno, ya ves que no es posible"

"Entonces vuelve al refugio y no seas terco, Principito", Jacob le dio una sonrisa tranquilizadora al ojiverde.

"Lo siento, de verdad lo siento", confesó finalmente el rubio, escondiendo su rostro en el pecho del peligris, "No quise lastimarte. Por favor, no me dejes solo"

La sonrisa del contrario se amplió, al igual que su sonrojo. Este Principito es muy tierno cuando quiere serlo, pensó. "Tranquilo, Ted. No estoy enojado, solo un poco sorprendido. No tienes ni una culpa. Nada más iré a buscar comida y volveré lo más rápido que pueda"

"¿Lo prometes?"

Con un corto pero tierno beso en los labios, Jacob respondió antes de adentrarse al bosque, "Lo prometo"

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"Bien, los perros rastreadores nos indicaron que la búsqueda debe ampliarse hacia el Este", anunciaba Kelly, tanto como a sus tropas como a la familia y amigos de los muchachos perdidos.

"Pff, mi esposo tiene mejor olfato que esos perros"

"¿Disculpe?"

"E-Eh, perdone a mi marido", habló TownTrap, algo nervioso y avergonzado por la declaración de Eak, "A lo que él se refiere es que, p-pues, mi poder de Aliums es transformarme en león. Y b-bueno, mi olfato es bastante bueno por esa razón"

Kelly solo quedó boquiabierta.

"Apuesto a que mi esposo le da todos esos perros sarnosos una patada en el-"

"¡EAK!"

"Creo que es suficiente información", rió muy nerviosa la guardabosques. Ella no es aliufóbica, al contrario, está muy a favor de los derechos de los Aliums. Sin embargo, todo esto seguía siendo algo nuevo para ella, puesto a que nunca había tenido contacto con ningún Alium antes, por lo que esto de los poderes la ponían un poco nerviosa.

Fue entonces cuando se le vino esa genial idea a la cabeza, "¡Eso es! ¡Haré que desactiven el campo electromagnético aprueba de poderes!"

Eso logró llamar la atención de todos los Aliums presentes, incluyendo a los familiares y amigos de los desaparecidos.

"Señores, ¿sus hijos tendrán algún poder que nos ayude a localizarlos?", preguntó esperanzada Kelly.

"¡Sí, nuestro bebé manipula la gravedad!", exclamó Golden, por primera vez pronunciando algunas palabras. Se había mantenido en silencio desde que llegaron a la reserva, y es que estaba realmente agobiado con la desaparición de su hijo.

"Estoy seguro de que podrá regresar si se eleva por sobre el acantilado del cual cayó", opinó Freddy, quién había adoptado una postura bastante serena en comparación a los demás presentes.

"¡Nuestro hijo se transforma en lobo!", exclamó TownTrap, a la vez era contenido por Eak, quién se mantuvo en silencio y con un rostro serio, "Tiene un sentido de la orientación incluso mejor que el mío, gracias a su olfato"

La guardabosques sonrió ampliamente, "¡Estupendo! ¡Es una suerte!", rápidamente ordenó a sus tropas a seguir buscando a los muchachos perdidos, para luego volverse solo a los Aliums y humanos presentes, cercanos a las víctimas, "Iré a solicitar que desactiven el campo electromagnético que anula los poderes de los Aliums. Lamentablemente, no es algo sencillo. Solo se desactiva en casos de emergencias, y tengo que convencer a mi supervisor que esta situación lo amerita. Tardaré un poco, pero lo haré lo más rápido que pueda"

Bella, Max, Zack y Oliver por fin sonrieron después de horas de una eterna y tortuosa espera por una buena noticia. Esto les estaba dando grandes esperanzas.

"Hasta entonces, les voy pedir paciencia y calma. Encontraremos a los chicos, confíen en nosotros... Ah, y por favor que guarden discreción con respecto a sus poderes, ya que está estrictamente prohibido todo lo que pueda dañar el ecosistema de aquí adentro. Así que cuando desactiven el campo electromagnético, no usen sus poderes. Gracias"

Y así fue como sus esperanzas se desvanecieron tan rápido como llegaron.

"¡¿Qué?!", exclamó Bella indignada, quien a su vez era contenida por Max, "¡¿Es en serio?!"

"Por favor", suplicó calmadamente Zack, al contrario de su amiga, "Con nuestros poderes sé que seremos capaces de ayudar en la búsqueda"

Oliver bufó, "Por una vez en la vida estoy de acuerdo con este patán...", Zack solo frunció el ceño a cambio, "...Estoy seguro de que si nos dejaran solo-"

"¡Por favor basta!", exclamó Kelly, ya totalmente sobrepasada de nervios, "¡Sé que quieren ayudar, pero por ahora solo me hacen mi trabajo más difícil! Les pido paciencia nada más... Ahora, si me disculpan iré a hacer lo posible por que desactiven el campo electromagnético"

"P-Pero-"

"Tranquila, Bella", interrumpió Freddy, en un tono sereno tan parecido a la situación que hace varias horas atrás ocurrió, "Ellos solo hacen su trabajo lo mejor que pueden"

"¡Pero Tío Freddy-!"

Con una sonrisa tranquilizadora que le dio el abogado a la guardabosques, Kelly un poco más calmada se retiró finalmente para seguir con su trabajo y hacer que desactiven el campo magnético.

Una vez la guardabosques fue perdida de vista, la sonrisa serena del castaño desapareció fugazmente, y en un parpadeo, sus ojos cambiaron, "Muy bien, acérquense idiotas"

Todos los presentes fueron tomados por sorpresa por el cambio de humor tan repentino del abogado, pero de todas formas, tanto adolescentes como adultos hicieron caso y rodearon al mencionado.

"¿Fred?", preguntó TownTrap, solo para cerciorarse que el cambio de actitud de su amigo se debía a lo que él sospechaba.

"Sí, soy yo", dijo el de ojos oscuros, con una actitud muy seria y fría, llevándose varias miradas de confusión de los presentes, incluido de su propio esposo, "Escuchen, Freddy y yo estamos cansados de 'dejarle esto a los profesionales', son solo unos humanos ineptos. Tratamos de ser comprensivos y pacientes, ¡pero que va! Apenas desactiven el campo electromagnético, saldremos en busca de nuestros niños, así sea con la ayuda de esos imbéciles o sin ella, ¿qué dicen?"

"¡Eso ni siquiera se pregunta, tío Fred!", exclamó Bella, "¡Cuenten conmigo!"

El ánimo de la peliteñida motivó a los japoneses; Hana y Ryu, "¡También con nosotros!"

"Iremos, obviamente", dijo Eak decidido, sujetando la mano de su marido, "Como dije antes, mi esposo aquí presente tiene el mejor olfato que podamos necesitar"

"Seremos solo humanas, pero queremos encontrar a nuestros amigos", exclamó Fionna igualmente junto a Melanie, al mismo tiempo animando a Max, "Nosotros vamos también, ¿no Max?"

Al pelirrojo no le quedó de otra que asentir nervioso.

Zack y Oliver intercambiaron miradas, y fruncieron el ceño, casi retándose con la mirada,"¡Yo voy!"

Fred sonrió orgulloso, y dejó salir un gran suspiro satisfecho antes de volverse al único que no había hecho saber su opinión... Su esposo, "¿Brillitos...?"

El rubio levantó su mirada perdida al escuchar que lo llamaban. Se notaba que estaba muy ansioso y nervioso. Era tan inusual, su comportamiento tan reservado y callado, y bueno, estaba muy preocupado por su hijo.

Eso le provocó ternura a Fred-dy, que con un parpadeo, se hizo presente para abrazar y consolar a su marido, "Tranquilo, no tienes que venir si no quieres. Todo saldrá bien, te lo prometo"

"Quemaré el bosque completo de esta reserva si es necesario..."

"¿Qué dijiste?"

"Voy con ustedes"

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CONTINUARÁ... 

En un par de horas :D
Tranquis, que ya viene.


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