Frozen [Parte 2]
Todo era un desastre en el reino de Fazbear, un caos total.
El rey huyó, huyó lejos hasta las montañas después de haber sido descubierto por todo el reino.
Sus poderes fuera de control condenaron a Fazbear a un invierno eterno, al cual todos temían.
Había pánico por todos lados, y nadie sabía que hacer. El gobernante de aquel reino ya no estaba, los había dejado a su suerte.
Sin embargo, el más shockeado con la situación era el gemelo del rey, el príncipe Fredick, quien entre todo el caos y el desorden, aún sostenía el guante que le había arrebatado a su hermano antes de huir.
"Esto no está pasando", se repetía a si mismo el príncipe, con una sonrisa nerviosa, mientras se paseaba de un lado a otro como si estuviese demente, "Esto es solo un sueño"
"¡Su alteza, ¿qué está ocurriendo?!", el duque de Golden reclamó, igualmente conmocionado por la situación, "¡¿Qué es toda esta brujería?!"
"¡¿Me ves cara de saber, rubio?!", gritó el azabache iracundo al duque, el cual simplemente frunció el ceño.
"Príncipe Fredick, ayudenos", suplicaban los pueblerinos, entumecidos por el frío.
Sin embargo, el ojicafé no sabía qué hacer. Simplemente se culpaba a si mismo por haber despertado tal ira, tal desesperación en su hermano que terminó por desatar todos estos acontecimientos.
"Definitivamente el rey Frederico es un peligro", suspiró la mismísima princesa de Japón, Usagi Bon, tratando de proporcionarse calor a si misma frotando sus manos.
"No, Freddy no es así", negó el príncipe, aún consternado, "Él no es así, él es un chico muy tímido, y tierno... Él solo se asustó, fue mi culpa..."
"Pero, amor-", decía la peliazul antes de ser interrumpida por su prometido.
"¡No hay pero que valga! Tengo que soluciar esto", dijo el azabache, dirigiendo su mirada a sus sirvientes, "Traed mi caballo y abrigo, iré a buscar a mi hermano, ¡Nos devolverá el verano...! Y tal vez él me disculpe por todo esto"
"¿Qué?", preguntó con preocupación la ojiverde, "¿Estás loco? ¡No puedes ir solo! ¡Es muy peligroso!"
"¡Yo iré con usted, alteza!", gritó el duque, con completa confianza, antes de caer en cuenta de lo que había hecho, "Y-Yo, emm... Me gustaría poder ver a vuestra majestad a salvo... ¡Y obviamente a usted también, alteza! No es que yo simplemente-"
"¿Vienes o no, duquecito?", preguntó burlón el pelinegro, ya colocándose su abrigo y subiendo al caballo que sus sirvientes le trajeron, "Necesitarás un caballo, ¡traedle un caballo al rubio oxigenado!"
"Será un largo viaje", suspiró el ojigris.
"¿Seguro que es una buena idea, mi príncipe?", nuevamente habló dudosa la peliazul.
"Tranquila hermosa, ya verás que todo saldrá bien", calmó el azabache a su prometida, antes de dirigirse a su reino, "¡Dejo a cargo a la princesa Usagi Bon hasta mi regreso! ¡Volveré con el verano! Lo prometo..."
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"Entonces... Alteza... ¿Usted no sabía de las habilidades de su hermano?", preguntó el duque, intentando romper el hielo entre los dos viajeros, que montaban sus cabellos por el bosque completamente cubierto de nieve.
"Rubio, ya deja las formalidades", se quejó el príncipe con un ceño fruncido sin quitar su vista del camino, "Ambos sabemos que odias el protocolo real tanto como yo"
"Bien, entonces...", volvió a hablar el ojigris, de igual manera dudoso, "...Fredick, ¿usted sabía-?"
"¡No me llames Fredick, coño!", esta vez gritó enfadado el azabache, "Odio mi nombre y te juro que te pateo en la cara si vuelves a llamarme así. Solo dime Fred, ¿quieres? Y también, ¡deja el usted, no seas gilipollas, ambos somos adolescentes, joder!"
"¡Está bien, pero no te alteres!", se defendió el duque, "Lo lamento, es la costumbre, ¿si? No te enfades"
"Lo siento, es que estoy bastante estresado por todo lo que está pasando", gruñó por lo bajo el príncipe, "Además, hace frío y eso me pone aún más irritable"
Ambos burgueses se quedaron en silencio, simplemente siguiendo con su camino.
Golden pudo entender que el príncipe estaba tan afectado como él, o más bien, mucho más afectado. Después de todo era su hermano, su gemelo, era un trato entre parientes que nunca antes había visto.
Y a pesar de que su primera impresión del rey de Fazbear fue impresionante, realmente encantador, jamás hubiese apostado por tal trato a todo a su alrededor, incluyendo a su gemelo.
Sin embargo, no era así con él.
¿Había algo especial entre ellos?
Bueno, para ser una primera impresión, se habían desenvuelto bastante bien entre los dos.
"Si quieres que te sea sincero, duque", habló desanimado el príncipe, "No reconozco a Freddy, como un hermano, ya sabes"
"Emm... Dime Golden, alte- ¡quiero decir, Fred!", habló con cierto nerviosismo el duque, pues lo último que necesitaba ahora eran más comentarios negativos del rey que le había llamado la atención.
De todas formas, se sentía en la obligación de escuchar los lamentos del azabache, "Continúa"
"Como sea, rubio", bufó el ojicafé, sin desviar la vista del camino, "Mi punto es que Freddy y yo... Tenemos una relación muy distante, y ya simplemente no lo veo como un hermano, es casi un extraño para mí... No digo que no lo ame, lo quiero mucho, es mi familia, pero... No lo sé, es algo raro"
"Entiendo... Supongo que tú y Frederico son algo lejanos... Pero bueno, no hay nada que no se pueda solucionar conversando, y no discutiendo"
El contrario sólo rió entre dientes divertido, algo que claramente causó curiosidad en el rubio, "Lo siento, es que siempre me ha dado risa el nombre de Freddy, y eso siempre le ha molestado. Es que es algo- ¡Wow!"
El príncipe fue interrumpido cuando de un árbol inestable cayó un montón de nieve que asustó absolutamente a los caballos, alterándolos. Estos aterrados comenzaron a relinchar desesperados, y un intento de huir lejos, botaron a sus dos jinetes a la nieve, antes de correr lejos de allí.
"¡No!", gritó el ojigris al ver que su único medio de trasporte corrían lejos de allí.
Sin embargo, ya era tarde y los caballos ya habían huido, corriendo lejos de la vista de los dos burgueses.
"¡E-Esto tiene que ser una broma!", se quejó el azabache mientras intentaba levantarse de la nieve, entumido del frío, "¿Y-Y ahora qué?"
"Supongo que tendremos que caminar", suspiró el ojigris, al mismo tiempo que comenzaba a paso lento y dificultoso seguir el camino.
El príncipe no tuvo más opción que a regañadientes seguirle el paso al duque, quejándose a cada segundo.
"N-Nieve, tenía que ser nieve", se quejaba con mucho frío mientras se abrigaba con sus propios brazos, "¿N-No podía ser una magia de primavera? ¿O una de fuego?"
Siguieron caminando técnicamente sin rumbo por horas, hasta que finalmente oscureció. Ambos adolescentes ya estaban entrando en pánico por no encontrar un refugio para la noche, hasta que entonces a lo lejos pudieron ver una pequeña cabaña de madera, de la cual humo salía por la chimenea.
No perdieron el tiempo y fueron lo más rápido que pudieron, hasta la cabaña, completamente entumidos de frío.
"E-Es una tienda", dijo sonriente el duque una vez que logró leer el cartel de la cabaña.
"Y un spa", agregó risueño el azabache cuando leyó el agregado al cartel, "Este si es mi estilo, jamás pensé que llegaría a extrañar mi castillo, necesito relajarme"
Cuando ambos burgueses entraron, se enconcontraron con un joven de 16 años igualmente, pelirrojo de ojos ámbar, bastante alto, con un ceño fruncido detrás del mostrador.
"Bienvenidos", habló con desinterés el pelirrojo, "Mi nombre es Foxy, ¿puedo ofrecerles algo? ¿tal vez algún quitasol o protector solar? Están a mitad de precio"
"En realidad, joven Foxy", habló el azabache con duda, "Necesitamos ropa para cubrirnos del frío"
"Oh, la sección de invierno está por allí", suspiró el ojiambar señalando un pequeño rincón con no más de 10 cosas de invierno, "Les aconsejo que revisen bien, pues no son de esta temporada"
Ambos chicos se miraron decepcionados, pero después de todo, debían arreglárselas con lo que tenían.
Entre tanto los burgueses revisaban las ropas de invierno, una figura cubierta de nieve y gruesas capas de ropa, hizo su ingreso a la cabaña, bastante agotada.
"Hola", saludó de todas formas alegre, y gracias a su tono de voz y contextura, se podía intuir que era una chica "Necesito una cuerda de 10, y unas zanahorias, por favor", habló cordialmente.
"En seguida", habló con desinterés el pelirrojo, a la vez que buscaba lo que había encargado. La chica entre tanto, trataba de quitarse la nieve de encima, y sacándose su gorro se logró apreciar un hermoso y largo cabello rubio, y unos radiantes ojos azules.
Algo que dejó un poco embobado al príncipe.
"Aquí está", dijo Foxy, entregándole lo solicitado a la muchacha, de no más de 15 años, "Son $7.25"
"¿Qué?", habló confundida la joven, "Pero si la semana pasada me costó $5.00"
"Lo siento, linda", dijo el pelirrojo antipático, "Pero los precios subieron, y a mayor demanda, mayor es la inflación. Seguro sabes a lo que me refiero"
"¿Crees tener problemas?", dijo entristecida la muchacha, "Yo me dedico a vender hielo... Vengo de la montaña, ¡y aquí me encuentro que todo está hecho hielo!"
"Bueno, ese no es mi problema", dijo sin más el ojiambar.
"Oye, amigo", habló un tanto irritado el duque, ya fastidiado por la actitud del vendedor a la joven, "Vamos, ¿cuánto te cuesta bajarle un poco el precio a esta chica?"
"Verás, este es mi trabajo", dijo el ojiambar molesto, "Si regalo cosas por la mitad de su precio, yo estoy perdiendo"
"¡Pero es una dama!", decía el rubio, "Ten un poco de piedad"
"Oye, rubio", llamó el príncipe con un ceño fruncido, "Ya deja de discutir con ese chico"
"¡Fred! ¡¿No ves que estoy hablando con este gorila rojo?!", le discutió el duque al pelinegro, llamando la atención de una mala manera del vendedor de la tienda.
"¿Cómo me llamaste?", preguntó iracundo el pelirrojo, de forma inmediata saliendo de detras del mostrador para finalmente agarrar al rubio de sus nuevos abrigos antes de echarlo a patadas de la tienda.
El ojigris quedó estampado en la nieve, dejando boquiabiertos a los otros dos adolescentes presentes en la tienda.
"Lamento tal escena", se disculpó Foxy aún con un ceño fruncido, cruzándose de brazos, "Te ofresco una oferta por las zanahorias por el alboroto, ¿te parece $6.30?"
"Solo tengo $5.00, amigo", dijo la chica rubia deprimida, "Gracias de igual forma por el descuento"
"Yo compraré la soga y las zanahorias, junto a las ropas de invierno de mi compañero y mías", habló el príncipe, terminando de vestirse con una capa rojiza para abrigarse, debajo con un chaleco sin mangas negro con detalles florales, pantalones gruesos burdeo, y una botas negras largas y gruesas de nieve.
"Como desee, alteza", sonrió con desdén el pelirrojo, al mismo tiempo que agregaba las cosas a la lista que después el reino le iba a pagar.
La joven rubia sonrió agradecida, "Gracias... ¿alteza?"
"Príncipe Fred", dijo el azabache con una sonrisa coqueta, ofreciendo su mano en saludo, "Un placer"
"Yo soy Joy, es un gusto alteza", sonrió la muchacha estrechando la mano ofrecida del ojicafé, "Muchas gracias por pagar mis cosas, te prometo que se los devolveré"
"Oh, no te preocupes, preciosa", dijo sonriente el príncipe, "En realidad, me encantaría que me devolvieras el favor de alguna forma"
"¿Qué?"
"Oí que conoces la montaña", sonrió el pelinegro.
"Como la palma de mi mano", rió la ojiazul sonriente.
"Con mi compañero necesitamos llegar allí urgente", habló esta vez seriamente el azabache.
"¿Por qué quieren ir al origen de la tormenta?", preguntó confundida la joven rubia.
"Es una larga historia", suspiró el príncipe, "El punto es que necesitamos a alguien que nos guíe hasta allá, ¿podrías llevarnos?"
Joy se quedó pensativa unos momentos. Parecía una misión de suicidio, aventurarse a la montaña en plena tormenta. Sin embargo, era el mismísimo príncipe que me estaba pidiendo ayuda, y además de que había sido muy atento con ella.
Parece que sería lo justo devolverle el favor.
"Está bien, los llevaré"
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¡Me cago de la risa escribiendo esta mierda!
Que conste, esto es Frozen a mi estilo.
Habrán cosas que son iguales a la película y otras no.
Algunos personajes con cambio de personalidad para calzar con su personaje de FNAFHS, de rol, como en este caso Golden, o simplemente que no aparecerán porque los encuentro inútiles y no influyentes al trascurso de la historia.
Para qué pregunto si quieren tercera parte.
Siguiente cuento:
-Una Mamá Dorada
-Cárcel
-Frozen [Parte 3]
Dicho esto, me despido muerta de la risa.
-Natta
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