Resulta que la señora se tomó un café a la una de la mañana, entonces eran como las cuatro y no podía dormir. Así que su mente empezó a divagar y se le ocurrió esta historia ridícula. Traten de adivinar quién es la doña, yo no voy a decir quién soy. Ja.

De enserio es una historia ridícula, estaba sin dormir lo que equivale a estar borracha, ponele.

Shinso caminaba por los pasillos con los dos rubios más molestos de la UA pisándole los talones. Estaban peleando por su amor, como siempre.

—Yo lo quiero más —afirmaba Kaminari.

—Mentira, yo soy el indicado para él —reclamó Monoma.

Hitoshi paró en seco, suspiró con fuerza y se dio vuelta para enfrentar a los dos tontos que lo estaban volviendo loco.

—Ya basta. No voy a elegir a ninguno. —Los rubios frente a él mostraban gestos de sorpresa y tristeza al mismo tiempo—. No voy a elegir a ninguno porque me gustan los dos.

Sin nada más que agregar se giró rápidamente y se marchó con las mejillas rojas. No quería confesarse así, pero ya no soportaba esa situación.

Por otro lado, Denki y Monoma se quedaron duros como piedras luego de la declaración de Hitoshi. Cuando procesaron la información sonrieron felices.

—Le gusto —dijeron al mismo tiempo. Parecían los gemelos Weasley, solo que en versión rubia.

Se miraron uno al otro pensando en lo mismo. Monoma se paró derecho, pasando una mano por su pelo en una de sus típicas poses de galán.

Kaminari también se acomodó, pero sin hacer tantos movimientos.

—Bueno Kaminari, creo que podemos llegar a un acuerdo.

—Así es mi amigo —siguió Kaminari— ¿estás dispuesto a hacer un trato conmigo y compartir al chico más hermoso de la UA?

—Y... si no queda otra —dijo Neito con desgano.

—Está bien. Vamos a buscar a nuestro gatito.

Kaminari emprendió la marcha, pero Monoma lo detuvo.

—Esperá, tenemos que llevarle un regalo. No podemos ir con las manos vacías.

—Tenés razón. ¿Qué le damos? ¿Un gato, una bufanda nueva?

—Una bufanda podría ser, esa que tiene está bien fea. —Kaminari asintió con efusividad.

Así, Neito y Denki corrieron a comprar la bufanda más linda y elegante que pudieran encontrar. Tardaron mucho tiempo en ponerse de acuerdo. Kaminari quería una amarilla para que le recuerde a sus ojos, mientras que Monoma quería una azul oscuro con líneas plateadas.

Terminaron comprando las dos por sugerencia de la vendedora cuando se hartó de su discusión.

De vuelta en la UA buscaron a Shinso, lo encontraron hablando cómodamente con Midoriya en la sala común del dormitorio del curso 1 A.

—Monoma tenemos competencia —susurró Denki.

—Lo vi —contestó en tono confidente—. Vos andá por la derecha y yo por la izquierda.

—Entendido.

Neito guardó el paquete de regalo dentro de su ropa al igual que Denki. Ambos caminaron agachados para no ser vistos por el enemigo. Todoroki salía de la cocina con una taza de té en la mano, se quedó parado mirándolos sin entender qué estaban haciendo.

Shinso y Midoriya seguían charlando sin darse cuenta del ataque que estaban a punto de sufrir.

Denki y Monoma llegaron a su posición estratégica al mismo tiempo, se comunicaron con la mirada y algunas señas extrañas que ninguno de los dos entendió.

Todoroki seguía mirándolos, aún sin entender, pero entretenido mientras tomaba su té.

Kaminari saltó sobre Izuku y se aferró a él como si fuera un koala. Deku se asustó mucho y comenzó a gritar, pensando que había sido un villano.

—¡Objetivo neutralizado! ¡Repito! ¡Objetivo neutralizado!

Monoma saltó sobre Shinso y lo arrastró lejos del sillón.

—¡El gatito está a salvo! ¡Repito! ¡El gatito está a salvo!

Hitoshi también gritaba, pero exigía que lo suelten. Cuando Neito desapareció con su gatito, Denki soltó a Izuku y le habló con tono amenazador.

—Toshi es nuestro gatito, vos conseguite el tuyo.

Deku se quedó tirado en el piso con la ropa desarreglada viendo a Kaminari irse por donde se habían ido Monoma y Shinso.

—Pero... ¿qué hice?

Shoto se acercó a él.

—¿Estaban ensayando para una obra de teatro? Fue divertido, aunque no entendí de qué trataba. —Tomó de su té haciendo ruido de sorbido. Izuku lo miró desconcertado.

En otro lugar, Shinso se zarandeaba tratando de zafarse de Monoma. Kaminari llegó sonriendo orgulloso.

—¿Se puede saber qué están haciendo? —Hitoshi estaba muy molesto. Si de verdad fuera un gato estaría moviendo la cola de un lado con otro y sus orejitas estarían echadas hacia atrás.

Neito lo soltó, se paró al lado de Denki y carraspeó de manera elegante.

—Kaminari y yo decidimos dejar de lado nuestras diferencias y queremos proponerte...

—¡Tengamos una relación de tres Toshi! —Kaminari no se aguantó las ganas de gritar—. Te compramos esto —metió la mano debajo de su ropa y sacó un paquete todo arrugado—. Perdón, el papel está un poco roto, pero el regalo todavía sirve.

Shinso los miraba a los dos sin poder creer lo que estaban diciendo. Tomó el presente que le extendía Denki.

—El mío es más lindo —murmuró Monoma extendiendo su paquete que también estaba todo arrugado. Shinso también aceptó ese regalo.

—Chicos, ¿de enserio los dos quieren...? —Los ojitos de Hitoshi brillaban mucho, al fin iba a poder cumplir su deseo de besar a los dos.

Denki y Neito se miraron y sonrieron. Se acercaron a Hitoshi y cada uno besó una mejilla. Ante tal acto de amor, Toshi solo pudo ponerse colorado y taparse la cara. Ambos rubios lo abrazaron felices de haber resuelto el conflicto de quién se quedaría con el chico más lindo de la UA.

EXTRA

—Ahora que tenés bufandas nuevas podés tirar esa fea que te dio Aizawa.

—No es una bufanda, es un arma.

—Sí, sí. Como digas bebé.

—Toshi, usa la mía primero, es más linda.

Esos rubios lo volvían loco, pero le encantaban.

Quiero escribir una historia de estos dos que ya tiene nombre, pero quién sabe si algún día la escribiré. Esa historia (si algún día ve la luz) se llamará Entre narcisos, entonces este corto se llama Entre rubios. ¿Qué tiene que ver Tatiana? No sé, tiene sentido para mí. Chau.