Izuku estaba en su habitación listo para dormir después de un día largo. Estiró el brazo para apagar la luz de noche, en ese momento le llegó un mensaje al celular. Miró la pantalla y vio un mensaje de buenas noches del muchacho del departamento de apoyo con el que estuvo hablando mucho en las últimas semanas.

Sonrió sin darse cuenta al recordar los momentos que pasaron juntos. Había ido al laboratorio esperando encontrar a Hatsume, pero se topó con un chico que lo reconoció al instante y lo miró con ojos brillantes. Cuando le explicó los cambios que necesitaba en su traje, asintió con entusiasmo.

Unos días después cuando volvió para probar las mejoras, el muchacho tímidamente le pidió su número de teléfono. Así fue como empezaron a chatear con regularidad. Descubrieron que tenían muchas cosas en común. Ambos eran fanáticos de los superhéroes y a menudo se encontraban en persona para hablar sobre quirks y héroes famosos. Izuku se la pasaba haciéndole preguntas sobre su don para manipular los metales y anotaba todo en su cuaderno. El chico estaba encantado de hacer demostraciones para él.

Llevaban casi un mes de conocerse y hacía un par de días el muchacho había empezado a enviarle mensajes de buenas noches, diciéndole que esperaba que haya tenido un buen día y que descanse bien. Pero esta vez había algo diferente.

Este último mensaje pedía verlo el fin de semana. Izuku pensó que sería bueno tener una salida y verse sin los uniformes o rodeados de máquinas. ¿Eso sería como una cita? Se sonrojó ante sus propios pensamientos y se tapó con los brazos. Aunque la idea de tener una cita con el chico del departamento de apoyo no le desagradaba en absoluto.

Respondió el mensaje deseándole buenas noches y aceptando su invitación para salir el fin de semana.