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• 2 •

La primera vez que Chuuya abre los ojos lentamente contempla un techo con un diseño de luces cuadriculado, para nada similar a su departamento o a las instalaciones de la Port mafia.

Entonces, aquí surge la primera cuestión:

"¿En dónde carajos estoy?" Piensa mientras sus ojos analizan como un escáner lo que su vista periférica le permite abarcar.

Un par de cortinas grises, un pequeño póster en la pared izquierda que explicaba las propiedades y beneficios de la medicina; y arriba, en la otra pared, una especie de estante improvisado con algunos libros y frascos de píldoras.

Nada extravagante en realidad, incluso los colores eran bastante neutrales.

Desvió la mirada con pesar y oh, se encontró la penetrante mirada de Dazai, cerró los ojos otra vez.

Un momento.

Abrió los ojos de golpe, observando al castaño como si hubiera visto al mismo diablo. Entonces, aquí surge la segunda cuestión:

"¿Por qué, de todas las malditas personas, tenía que ser Dazai?" Se queja mientras su respiración se acelera.

Abrió la boca dispuesto a hablar cuando el de vendajes lo calla tapando su boca con las manos.

—No vayas a gritar— ordenó rápidamente—. ¿Entiendes?

Ante el lento parpadeó de Chuuya, lo tomó como una afirmación para retirar sus manos, finalmente se incorpora en la pequeña silla metálica en la que estaba encorvado. Se estiró haciendo una mueca y bostezó largamente.

Dazai esperaba que el pelirrojo reaccionara, pero parecía haber entrado en una especie de shock, lo miraba con esos enormes ojos azules, como si se tratara de un espanto, (lo cual, sería muy grosero y desconsiderado de su parte, siendo que él le había salvado la vida hace apenas unas horas).

—...¿Dazai?— el nombrado quiso reírse por el tono incrédulo que empleó el mafioso—. ¿Qué haces aquí? Dónde... ¿En dónde estoy?

Inconscientemente, Dazai volvió a encorvarse apoyando sus antebrazos en sus muslos, ladeó un poco la cabeza antes de sonreír.

—¿En dónde estás dices?— el tono divertido irrita a Chuuya—. Conmigo en la agencia, por supuesto.

El mafioso parpadea de nuevo—... ¿QUÉ?

—Siendo específico, estás en el consultorio de la Agencia Armada de Detectives, conmigo.

Con cada palabra que dice, la expresión horrorizada del pelirrojo se agrava, y Dazai lo disfruta tanto, adora molestarlo y sacarlo de sus casillas.

Al menos, así podía olvidar por un momento la angustiante sensación que le hizo desear la muerte con ganas después de lo que pasó.

—Deberias de dormir un poco más— dice de repente, haciendo que Chuuya dejara sus insultos a medias—. Después de todo, la corrupción te ha dejado bastante cansado, ¿No es así?

Chuuya quiere negarlo, pero ambos saben que esa sería una negación muy absurda. Así que solo resopla.

—No tengo sueño— apeló obstinado, el castaño negó reprimiendo una risa.

—Los analgésicos— señaló con un dedo el perchero de metal que sostenía una bolsa de suero—. Evitan que sientas dolor, pero también te darán sueño.

"Oh..." La revelación apaga los deseos de discutir con el detective.

No tiene tiempo para eso de todos modos, el sueño comienza a ganarle rápidamente, y antes de cerrar sus ojos completamente y quedarse dormido, escucha a Dazai murmurar:

"Estaré aquí cuando despiertes, Chuuya..."

La segunda vez que despierta, las cortinas están corridas, no hay vía con analgésico, pero tampoco está completamente despierto y se encuentra con la sombra del suicida asomándose, en compañía de alguien más.

—Dazai, ya lo revisé, y dentro de mis facultades médicas, las estadísticas de Nakahara están dentro de lo normal— dice una voz femenina que Chuuya desconoce.

—¿Entonces no es una herida?— Pregunta Dazai del otro lado, Yosano niega con suavidad cruzada de brazos.—Pero tampoco se trata del ataque de una habilidad.

—No estamos seguros de eso-..

—Le tomé la mano mientras dormía y no pasó nada— explicó entrelazando sus propias manos como referencia, la mujer arqueó una ceja por el ejemplo explícito—. No hay una habilidad que esté afectando a la suya.

Yosano suspiró descruzando sus brazos, metió su mano en el bolsillo de su bata y sacó un pequeño vial.

—Solo porque tú lo pides, le haré una última revisión— aclaró mientras le extendía el frasco—. Dale esto, le ayudará con el dolor.

Dazai asintió recibiendo el frasco—. Gracias Yosano.

—Si, si, de nada— espetó con un desdeñoso gesto de mano que le sacó una carcajada al castaño—. Iré a anotar unas cosas y vendré a revisarlo.

El detective asintió sin problemas  despidiendo a su colega para luego correr las cortinas, deteniéndose en plena acción ante la atenta mirada de su ex-compañero. Hubo silencio, Azul y marrón chocando ante la coincidencia de sus miradas, Dazai comenzaba a incomodarse un poco, pero solo un poco por esa intensa mirada azulina.

¿Chuuya siempre había tenido esa profundidad en su mirar? De solo pensarlo se le ponían los pelos de punta.

Así que decide actuar como un idiota.

—Ooh~ ¿Mi perro leal estaba esperándome?— canturrea, y sabe que Chuuya se enfada al ver cómo su expresión cambia radicalmente.

—¡¿Hah!?— Espetó el pelirrojo con una vena latente resaltando en el cuello—. ¡¿A quién llamas perro, bastardo!?

Un divertido duh de Dazai—. A ti, recuerda que eres mi perro para la eternidad.

Chuuya suelta un jadeo de sorpresa mientras agarra su almohada y se la lanza a Dazai por inercia, quien sin esfuerzo evade el ataque—. No deberías de hacer eso, aún estás recuperándote.

Apenas termina su oración, el mafioso ya estaba agarrando uno de los frascos de medicina con la clara intención de hacerle daño antes de detenerse abruptamente por un dolor. El tirón que sintió en su hombro y a lo largo de su brazo, le arrancó un quejido y entumeció sus dedos, aflojando su agarre, inevitablemente haciendo que soltara el frasco. El detective se agachó deslizando la almohada hasta un lado de la cama, amortiguando la caída de la botellita.

—¿Ves lo que te digo?— Chuuya gruñó en su dirección, su mano cubriendo su hombro con recelo, Dazai se mantuvo sereno mientras se acercaba al pequeño rabioso, se sentó en el borde de la cama y le enseñó otro frasco de medicina—. Yosano me dijo que esto te ayudaría, de acuerdo a la etiqueta, alivia el resentimiento muscular ante el sobreesfuerzo y en casos más normales, después del ejercicio.

Chuuya entrecerró sus ojos, ahora que los efectos de los analgésicos estaban pasando, comenzaba a sentir cada músculo ardiendo en mil llamas, maldijo por lo bajo, sentía como si lo hubiera arrollado un camión.

Dazai abrió el contenedor y extrajo un poco del líquido rojo en un gotero, lo acercó al pelirrojo—. Abre la boca.

—No quiero tu mierda— espetó haciendo el gesto de querer darle un manotazo—. Solo necesito paz y tranquilidad, cosa que claramente no voy a tener estando en el mismo lugar que tú.

—¿Eso es lo que crees?— preguntó en cambio el castaño.

—Eso es lo que es.

Dazai lo miró largamente como si reconsiderara las palabras del mafioso, luego ladeó un poco su cabeza, dudando—. ¿No te gustan las medicinas?

—¡No es eso!— rugió antes de lanzar un golpe que el castaño detuvo con su mano—. ¿Y quieres dejar de hacer eso?

—¿Que cosa?— preguntó divertido.

—¡Eso!— acusa viendo su sonrisa, sintió su cara calentarse rápidamente—. No sonrías, es... Extraño?

Dazai parpadeó dos veces, bajando la mano de Chuuya ¿Le estaba preguntando o afirmando?—. ¿Quieres que deje de sonreír?

—¡Si!— espetó bruscamente—. ¡No lo hagas, no quiero sentirme peor de lo que estoy-..!

"¿Por qué afectaría su condición el hecho de verme sonreír ante lo absurdo de la situación?" Pensó el detective sin darle mucha importancia.

Lo que siguió después fue algo que Dazai prefirió no escuchar, sabía que estaba comenzando a insultarlo de nuevo, así que aprovechó su pequeño berrinche para apretar sus mejillas con su mano libre abriendo la boca del pelirrojo en una "o", y a pesar de las protestas y el constante movimiento, hábilmente dejó caer las gotas de la medicina en su boca.

Su misión estaba cumplida, bueno, casi cumplida sino fuera por las claras intenciones de Chuuya de escupir la medicina, resoplando volvió a tapar su boca con ambas manos.

—No la escupas— advierte con una mirada afilada para sorpresa del pelirrojo—. ¿No quieres mejorar? Sino mejoras no podrás regresar a la mafia, la debilidad en tu cuerpo no te lo permitirá y serás un debilucho por el resto de tu vida.

La mitad de lo que dice es mentira, pero funciona.

Un golpe para el enorme orgullo de Chuuya, él lo sabía, solo tenía que ver cómo había dejado de tensar sus hombros dejándolos caer con resignación, Dazai observó atentamente la zona del cuello, como la nuez subió y bajó al consumir el medicamento, y solo así, se apartó del mas bajito.

—Te comportas igual que un niño de 5 años, ¿Porqué pataleas tanto por una medicina?— se burla.

—¿Porqué sigues aquí?— gruñó en respuesta, molesto.

Trabajo aquí— enfatizó con obviedad, Chuuya suspira antes de tumbarse en el cama adolorido—. Chuuya.

—¿Ahora qué?— espetó cubriendo sus ojos con su brazo, sentía venir un terrible dolor de cabeza.

El castaño se removió en su lugar un poco inquieto, observando fijamente al pelirrojo, ¿Debería preguntarle sobre lo que pasó? Aunque, Chuuya olvidaba todo cuando la corrupción está activada.

¿Sería irrelevante preguntar de todas formas?

—¿Por qué activaste la corrupción sabiendo que yo no estaría ahí para detenerte?— pregunta, solo por curiosidad, pero la pregunta es lo suficientemente válida para Chuuya, ganándose su atención con un bufido.

—¿Crees que la habría activado sabiendo que no podría detenerme?— cuestionó en respuesta.

—... No— reconoció Dazai, quizás más confundido que antes—. Pero, si tú no la activaste y tampoco estuviste bajo la influencia de alguna habilidad, ¿Que fué lo que pasó?

—Eso no te importa— espetó como si lo supiera, aunque la verdad estaba igual o más confundido que Dazai en cuanto a esa información.

—Como se nota que tampoco sabes nada— murmura Dazai de la nada desviando su mirada con un suspiro.

Chuuya gruñe dejando caer su brazo a un lado mientras se gira quedando de costado. Lo había escuchado perfectamente.

—¿¡Y qué si es así!?— chilla poniendo los ojos en blanco—. ¡Tu tampoco sabes nada!

—Si, y eso es lo que me preocupa— reconoce seriamente, Chuuya, hasta ahora nota esa pose pensativa, como un erudito estudiando un raro espécimen—. Si no sé que está pasando no puedo ayudarte.

Chuuya se quedó de piedra, ¿Eso es posible? Estamos hablando del demonio prodigio, conocido por haber sido el primer ejecutivo más joven de la Port mafia, el mejor estratega de su generación, despiadado a la hora de liderar una matanza, sin vacilar, sin pensarlo dos veces.

En ese entonces, Chuuya apenas lo conocía, claramente siendo advertido sobre Dazai, la persona que lo había reclutado personalmente, aunque al pelirrojo poco o nada le importaba quién o qué era ese mocoso suicida.

Aún si su percepción y la situación cambió desde entonces.

—Pero...— agregó sacando a Chuuya de sus pensamientos—. Eso no significa que no vaya a saberlo pronto.

—Dazai...

—Por ahora, deja que Yosano-san te revise una última vez y podrás irte.

••••

Akutagawa avanzó a paso firme entre las filas de un pelotón de soldados que esperaban sus órdenes.

—Sino se apartan de mi camino les daré la muerte más dolorosa de sus patéticas vidas— ladró, mirando fijamente a uno de sus perros—. Lárgate.

Dicho y hecho, el pelotón se disipó como si de niebla se tratara. El pelinegro cubrió su boca con un pañuelo antes de toser ligeramente, comenzando a caminar tranquilamente por los extensos pasillos de la mafia, siendo seguido por Higuchi en algún momento.

—Necesito reunirme con el Jefe— dijo de la nada sobresaltando a la rubia—. No quiero que me molesten, diles que estoy ocupado.

Higuchi asintió silenciosamente haciendo una reverencia, daría lo mejor de si misma para satisfacer las necesidades de su senpai.

—Como usted ordene, Akutagawa-senpai.

El mafioso no dijo nada más, sabiendo que Higuchi se encargaría de la situación, sin más contratiempos, en cuanto llegó al lugar, dió tres toques firmes en la puerta de la oficina del líder de la Port mafia.

"Adelante" se escuchó la voz de Mori amortiguada por la madera, obedeciendo el protocolo y las formalidades, abrió y cerró la puerta detrás de sí al entrar. Hizo una reverencia ante la presencia de su superior.

—Con permiso, Jefe.

—Buenas tardes, Akutagawa-kun— Mori bajó a la pequeña niña de su regazo—. Dame un momento.

Ryūnosuke solo asintió, disimulando perfectamente la falta de reacción ante la empalagosa y extraña situación.

—Querida Elise~ ¿Que te parece si te llevas estos crayones con estas hojas y dibujas un poco en tu habitación?— Mori tenía las mejillas ligeramente coloradas junto a esa sonrisa bobalicona, ofreciéndole dichos objetos—. Te prometo que no tardaré nada, ¿Si?— al final, el pelinegro les dió la espalda para no presenciar la escena.

"Tal vez esperar afuera" pensó con pesar cerrando sus ojos con frustración.

Aunque, el hecho de no ver lo que estaban haciendo, no lo privaba de escuchar las risitas de su jefe y los reclamos de la niña.

Unos minutos después, la pequeña Elise salió de la habitación a pasos imponentes, exclamando un: "¡Te doy solo 20 minutos, ni un minuto más!"

Mori soltó una pequeña risita antes de dirigir su mirada a su subordinado, radicalmente, su expresión vuelve a ser la misma de siempre.

—Ahora, ¿En dónde nos quedamos?

—Vine aquí porque he sido solicitado por usted— le recuerda manteniéndose recto y rígido.

Mori asiente soltando un vago "ah, es verdad.." —. Necesito el vial que recuperaste de la última misión con Chuuya-kun, entregásela a Kajii para que nos dé una pronta respuesta de lo que es.

Akutagawa abre la boca para preguntar respecto al tema, pero se arrepiente en el último segundo, se limita a asentir con la cabeza haciendo una reverencia corta.

—Si, Jefe.

—También quiero pedirte que tengas un ojo sobre él.

El pelinegro arquea una ceja y esta vez no logra contenerse:

—¿Debo vigilar a Chuuya-san?— repite solo para cerciorarse de no haber escuchado mal.

Mori asiente jugando con un lapicero sobre la mesa—. Justo ahora se encuentra en la base enemiga, pero de acuerdo con la poca información de Dazai, está en recuperación.

Akutagawa aprieta los puños—. Ya veo...

—No soy ajeno a lo que sucedió ese día— continúa—. Y la pequeña fluctuación de hoy solo reafirma mis suposiciones.

—¿Jefe?— Ryūnosuke se muestra curioso.

—Se han metido con mi carta más fuerte, y eso grita problemas— explica con metáforas que Akutagawa entiende—. Problemas para Chuuya-kun y problemas para la Agencia Armada de Detectives, pero sobre todo, problemas para la Port Mafia.

El riesgo inminente era palpable en cada palabra, la situación ya estaba saliéndose de control lentamente, y, Akutagawa temía (y tal vez no se equivocaba) que esto terminara por involucrar a otras organizaciones.

Es posible que pequeñas distribuciones ilegales que tienen rencores con la mafia, tomen represalias en su contra si ésta información sensible se filtraba.

Habían muchas posibilidades.

—Ese día— murmura atrayendo la atención del médico una vez más—. Antes de matar al sujeto que tenía el vial, pregunté que era ese líquido extraño.

—¿Oh?—exclamó mientras las esquinas de sus labios se curvaron en una sonrisa fría—. ¿Y qué te dijo?— pregunta, aunque él ya se podía imaginar su respuesta.

—No me dió una respuesta en si, solo me dijo: "Estoy seguro de que tú y la Port mafia lo sabrán muy pronto"

Mori lo piensa un poco cerrando sus ojos, a juzgar por la convicción en sus palabras, la ligereza al mencionar a su organización y tutear con confianza a uno de sus subordinados, casi le hace considerar que el enemigo lo tiene bajo su mando, dentro de sus instalaciones.

Mori sabe lo que es una traición y también sabe lo beneficioso que es tener al enemigo lo más cerca posible. Por el momento decide dejar el tema a un lado, lo discutiría después con alguien que lo igualaba en nivel.

Incluso si eso requería deberle un favor.

Luego de un silencio tenso, Mori se aclara la garganta y dice:

—En unas horas más, Chuuya debería estar de regreso— sus ojos brillan llenos de maldad—. De no ser el caso, te ordeno que lo recuperes a como de lugar.

El mafioso entiende lo que quiere decir, recuperarlo a como de lugar llevaba consigo el mensaje de hacer cualquier cosa con tal de recuperar a uno de los miembros más importantes de la organización.

¿De que manera iba a recuperar al ejecutivo? es algo que quedaba al criterio de Akutagawa, él lo sabía, Mori no era el tipo de persona que se quedaría sentado esperando a que algo suceda.

A menos que no supiera con exactitud a qué o a quién se estaba enfrentando.

••••

En un subterráneo, un hombre misterioso deja de reclinarse en su silla para recargar sus brazos sobre la superficie de la mesa de estudio en esa habitación. Sus ojos azules miran con aburrimiento las mismas paredes de colores insípidos, la misma cama recién tendida, levanta un poco su mirada y por último, se encuentra con esa cámara de seguridad mal oculta, aunque siempre pensó que Mori había colocado ésta a propósito para hacerle saber que siempre estaba vigilado personalmente por él.

Aunque claro, desde que había condicionado su habitación y había hecho algunos cambios sutiles, comenzaba a pensar que esa cámara de seguridad estaba mínimamente inservible.

Mira fijamente el mural que lo recibía delante, cubierto de notas con hilos rojos unidos y enredados ante el desorden de pensamientos.

Chuuya ni siquiera sabía que vivía aún, y muy importante, tampoco Dazai. Eso le daba cierta ventaja mientras nadie más lo supiera a excepción de Mori. (tal vez ni siquiera sospechaba de él)

Actuar desde la distancia no era su estilo, pero tener ojos y oídos fuera de las instalaciones era de utilidad cuando estaba cautivo en ese lugar, aún si fue sometido por su propia voluntad en un principio.

La soledad comenzaba a consumir su cordura artificial lentamente, siendo su luz de esperanza, ese pequeño pelirrojo que había rescatado hace tanto tiempo.

Y por el cual, estaria dispuesto a destruir todo lo que le importa, con tal de que se fuera con él.

—Mi método es poco práctico— farfulla mirando pensativo sus anotaciones—. No está bien que le cause dolor al desestabilizar el Arahabaki, exponiéndolo al peligro.

Dicho esto, abre un pequeño gabinete en su mesa sacando un libro viejo y desgastado lleno de anotaciones con instrucciones.

Ahora que había creado una habilidad para desestabilizar otras habilidades, solo necesitaba crear una habilidad que inutilizara la habilidad de Osamu Dazai.

—Voy a necesitar un poco de ayuda para esto...








••••

Nota:

Nuevo capítulo!! Espero que les guste (porque a mí no la verdad JAJA) siento que aunque lo corrija y lo vuelva a corregir veré los errores.

Si encuentran alguno, o falta de consistencia avísame en comentarios por favor! De resto, estén atentos a los detalles, esos detalles les ayudará en el futuro uwu

Ahora:

• ¿Les gustó el capítulo?

• ¿Que opinan al respecto?

• ¿Mori finalmente va a hacer su movimiento, a quién le va a deber el favor?

Aclaro también, (de nuevo) solo he visto el anime, y he leído información en internet, no he leído las novelas ligeras que complementan al manga o al anime... Así que espero que no les vaya a molestar que manipule la información de otra forma.

Sin más que añadir, me despido:

¡Nos leemos luego!

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