Capítulo 6:
— ¿Chocolate? —Jimin contemplaba con repeluz aquel trozo de pastel con textura pecaminosa sobre su plato.
— ¿Qué? ¿No te gusta el chocolate? ¿De que planeta eres? — pregunto Jeon confundido.
— No es eso, es que la mantequilla se va a las caderas al igual que el azúcar...
— Lo puedo devolver si quieres.
— No, no. Romperé la dieta solo por ti — expreso guiñando un ojo y tomando una porción del pastel — no está tan mal... — afirmó luego de que el sabor dulce del chocolate jugara con su paladar — y dime Jeon ¿desde que edad te apasionó la fotografía? — intento hacerle conversación.
— Desde la adolescencia. Antes deseaba ser fotógrafo de paisajes, pero bueno termine siendo fotógrafo de personas — expreso desganado tomando de su café oscuro.
— Bueno tus fotografías son mejores que las de otros fotógrafos pretenciosos — halagó.
— No necesitas halagarme para hacerme sentir mejor. Yo se lo increíble que soy en mi trabajo — respondió a secas.
— Vaya, al parecer si eres un fotógrafo pretencioso — dijo Jimin sin un ápice de indignación. A él le gustaba que le hablaran así los hombres que le atraían.
— No más que tu — afirmó observando al contrario de reojo, por lo que Jimin lo tomo como un reto.
— Qué bien señor Jeon, a descubierto mi verdadero rostro — se burló comiendo más pastel.
— Eres un modelo ¿no? Así son todos, cada uno más fanfarrón que el otro.
— ¿Y eso te molesta? — le cuestionó.
— No.
— Entonces bienvenido al club — finalizó por decir junto a una falsa sonrisa.
Conversaron un rato en aquel café haciendo énfasis en sus carreras, pero limitándose a dar detalles personales. Sobre todo Jimin quien no deseaba que Jeon pudiese saber de quien era él hijo.
Todo parecía marchar bien y con calma, hasta que Jimin sintió ese vuelco en su estómago.
— ¿Esta todo bien? — pregunto Jungkook al prever que algo había alterado a Jimin.
— Si... — mintió — debo ir al tocador, dame un momento — explico tomando su bolso y corriendo al baño de la cafetería. Llego a este y se encerró entonces en uno de los cubículos del mismo.
Pasaba que el estómago de Jimin no estaba acostumbrado a tal nivel de cremosidad...de dulce empalagoso, y luego de tantos años de vivir devolviendo todo o casi todo lo que comía. Park no podía vivir con tanta comida en su estómago (o al menos eso creía).
Así que incandose frente a la taza del inodoro, metió dos de sus dedos a su boca y se indujo el vómito.
Sintiendose más libre, más aliviado, "más sano" y toda aquella sensación de supuesta dicha que pudiera justificar su ignorancia.
Bajo la palanca y actuando sin culpa salió del cubículo y fue hacia el lavabo para cepillar sus dientes, con el cepillo y dentífrico que siempre cargaba en su bolso. Jimin era una de esas personas que siempre se encontraba preparado para todo.
— Ya estoy mejor — afirmó él al sentarse de nuevo con Jungkook.
— Mmm eres algo raro. — expreso con desdén ignorando a Jimin con su teléfono.
— No más que tu querido — respondió con sorna ante tal acusación.
— ¿Así? Entonces dime — dejo el teléfono a un lado — ¿qué es lo más loco que hayas hecho? — le pregunto con sus cejas elevadas y acercándose a él para pretender intimidarlo. Lo que Jeon no conocía es que esto en vez de intimidarlo lograba excitar a nuestro amigo pelinegro.
— No estamos ni en el lugar ni en el momento adecuado como para revelar eso — contesto Park con aires de grandeza revolviendo un poco su cabello y humedeciendo los labios con su lengua. Saboreando aquel sabor dulce de su brillo labial de fresa.
— ¿Porque no? — insistió.
— Porque tal vez pueda meterme en problemas ¿no? — respondió siendo coqueto.
— ¿Me veo acaso como un policía? — había sido una buena jugada, hasta el mismo Jimin debía admitirlo. Así que se lo pensó por un rato antes de responder.
— Incendie el auto de uno de mis ex-novios — admitió con su voz ronca.
— ¿Eso es todo? — le cuestionó no muy sorprendido.
— Ah pues, si. Osea no es como si fuera a contarte de los trios y las orgias no lo veo como una locura, solo es algo que la gente hace — se defendió alzándose de hombros — es común... — expreso haciéndole entender a Jungkook que él era un hombre abierto de mente y con libertad sexual. Eso le gustaba.
— Ah que lastima para ti Jimin porque... — hizo ademán de sacar algo del bolsillo de su pantalón — en mis tiempos libres soy agente encubierto — dicho esto le mostró al pelinegro lo que parecía ser una placa policíaca. Jimin unió su entrecejo mostrándose confundido, hasta que notó la patente falsedad en aquella placa.
— Ja-ja que gracioso — apartó la placa de mala gana y Jeon solo rio — ¿te dicen el rey de la comedia?.
— No, pero me pregunto ¿que habrá hecho aquel pobre chico como para que decidieras incendiar su auto? — pregunto.
— Ese maldito me llamo "puta barata" y publicó en redes mis fotos íntimas — dijo Jimin de muy mal humor haciendo una mueca con sus labios.
— ¿Porque te hizo algo así?.
— Porque me descubrió cogiendo con su primo — respondió sin más — ese infeliz...ni siquiera el polvo estuvo tan bueno — al parecer Jimin era mucho más interesante de lo que Jeon alguna vez creyó de él. — oye, pero no voy a contarte toda mi vida ¿no? Tu también debes decir algo de la tuya — le exigió.
— Lo que hay de mi es lo que ves. No soy tan interesante como tu.
— Ay por Dios, eres el fotógrafo principal de una de las más grandes agencias de modelaje de Corea. No hay manera de que tu vida sea aburrida — dijo volviendo sus ojos y de hecho tenía razón. La vida de Jeon estaba lejos de ser aburrida, pero él siempre se reservaba los detalles.
— Bueno por ahora es mi exterior lo único que conocerás — se levantó del asiento tomando sus cosas — ¿nos vamos?.
— Si... — contesto con cierta intriga, sintiéndose un poco decepcionado y con ganas de saber más.
En el recorrido hasta la agencia Jungkook le advirtio sobre las cosas que no debía hacer si quería que su batería no muriera de nuevo. Jimin atendió a cada una de las recomendaciones haciéndole creer que le interesaba lo que decía, cuando en realidad su mente estaba viajando en fantasías. Sobre todo en aquella en donde él se pasaba al asiento del copiloto y subiéndose en las piernas ajenas devoraba la boca de Jeon. Jimin sabía que debía calmarse no podía hacerse el fácil con el fotógrafo y mucho menos cuando este se hacía de rogar. Esto era el claro juego del gato y el ratón.
— Bueno, no acostumbro a decir gracias, pero... — se lo pensó por un momento para luego reír y negar con su cabeza — no, no voy a perder la costumbre — expreso Jimin observando a su contrario de forma atrevida.
—Ja — rió Jeon — bueno adiós — se despidió al abrir la puerta haciendo ademán de salir del auto hasta que recordó algo — por cierto Jimin tienes buena figura, no necesitas devolver lo que comes — expreso antes de partir dejando al pelinegro aturdido.
"¿Como demonios supo eso?" — se cuestionó atónito.
Eran las dos de la mañana. Jimin había tenido la "genial" idea de conducir en estado de ebriedad luego de abandonar una fiesta a la que hubo asistido. Escuchaba música a todo volumen mientras cantaba las canciones que se reproducían en su equipo de sonido, y para apostar más arriba inhanlo un tanto más de polvo blanco.
Por algún motivo surgieron deseos en él de marcar a su amigo Tae e invitarlo entonces a tomar en su vivienda. Mientras el teléfono repicaba Jimin se sintió volar por los aires y hasta más allá de las estrellas. Se elevaba ahora por el mismísimo universo el cual era tan enorme y tan hermoso como siempre imagino. Lo que Jimin no entendía debido a estar dr0g4do era que no se hallaba volando en el universo, de hecho estaba planeando demasiado cerca del sol, tan cerca que se quemó.
Muchas gracias por leer ❤️🤗
Hasta el próximo domingo, no se olviden de apoyar al Kookmin ❤️
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