Capitulo 56:
Vistiendo mucho mejor de lo normal, Jimin era acompañado por un oficial de policía para ingresar dentro de la prisión de Seúl. Allí le otorgó espacio para que pudiera hablar con la persona a la que se encontraba visitando en este caluroso día de junio.
Con esposas en sus muñecas y tobillos el hombre en cuestión era acercado a la silla de visitas, en donde detrás del cristal Jimin lo esperaba entonces.
— Debo admitir que no esperé verte — hablo el hombre, tragando seco.
— ¿Cómo la estas pasando? ¿Tu compañero de celda es un asesino o un violador? — pregunto Jimin acomodando su cabello detrás de su oreja.
— Un traficante...no llego a ese nivel de maldad como para que me encarcelen con bestias como esas, Jimin — aseguro este con aires de superioridad.
— Yo diría que si y cuando el juez que te toque lo averigüe no tengas dudas de que esas "bestias" van a acompañarte hasta el final de tus días — pronunció Jimin sonriendo de labios.
— ¿A eso vienes? ¿A sembrar terror? — reclamo chistando con su lengua.
— No, solo quiero certificar con mis propios ojos que te encuentras en el lugar en donde mereces estar — expreso alzando sus hombros con burla — solo eso cariño.
— Por favor ¿quieres actuar como sino sintieras nada por mi? De no quererme no habrías venido tan bien vestido.
— ¿Crees que esto es por ti, Dakho? — expreso carcajeando al aire, pensando en que el tipo frente a él era todo un idiota — existe una persona que ha sido todo lo que tú nunca fuiste para mi, y es quien se merece mis mejores atuendos.
— ¿El maldito de Jeon? Si sabes que él no es mejor que yo ¿no?.
— Y por supuesto que es mejor que tú. Él no es una basura de persona que se aprovecha de los débiles y de los suyos, pero es obvio que no puedes mirar más allá de tu propio ego — hablo Jimin posicionando su mentón sobre sus nudillos.
— Solo espera a que él te traicione y puedo apostarte que terminaras igual que yo, frente a un cristal y con las muñecas apresadas — expreso burlesco sonriendo además, acción que disgusto de sobre manera a Jimin.
— Escuchame bien animal... — susurro acercándose al cristal, sin parpadear ni por un segundo y manteniendo su mirada congelada en el repugnante ser que era Dakho — si te atreves a acercarte a mi o a Jungkook te juró que te mataré yo mismo ¿me estas entendiendo?.
— No sirves para amenazar Jimin, eso dejáselo a tu padre muerto — dijo intentando humillar,resultando en todo lo contrario.
— Oh gracias por recordarme mi fortuna Dakho — sonrió levantándose de la silla — él está muerto, tú estas preso y yo tengo al hombre más maravilloso del mundo, supera eso cariño.
— ¡Tu miseria llegará algún día Park Jimin! ¡No dudes de ello! — grito Dahko en cuanto Jimin salía de la sala de visitas.
— Vete al diablo Dahko — pronunció luego de mostrar el dedo medio, abandonando el lugar e ingresando a su vehículo. Teniendo intenciones de manejar hacia la clínica en donde su amor lo esperaba.
[...]
Habían pasado tres días desde el regreso triunfante de Jeon y Jimin no podía estar más feliz por ello. Manejaba ahora en su Porsche plateado mientras cantaba "Criminal" de Britney Spears e hizo una parada apresurada frente a una floristería, en la que compro un ramo de flores de gerbera.
— "But mama I in love with a criminal, and this of love isn't rational, it's physical".
Estando ya en el ascensor para continuar el recorrido hacia la habitación de Jeon, Park acomodo su apariencia usando el espejo del elevador. Allí peinó su cabello con los dedos y esparció sobre sus labios el tan conocido brillo de fresa (una marca personal de él mismo).
Abandono las puertas del ascensor cuando arribo al piso dieciseis, maravillando a todo aquel que pasaba por su lado gracias a su nuevo perfume y apariencia de artista de talla mundial. Sonrió sabiendo el impacto que causaba su figura y fue allí cuando tuvimos de vuelta al Jimin pretencioso que adoraba que lo adoraran, solo que esta vez era más feliz y mucho menos hostil.
Teniendo a la perilla frente a él se lo pensó antes de girarla, y tomo aire para luego soltarlo esperando una buena reacción de parte del fotógrafo quien estaba haciendo un esfuerzo para recordar todo.
— Y aquí esta Jeongmin en su fiesta de diez meses. Este de aquí es Jimin — decía Hyori quien le enseñaba en su teléfono fotografías a Jeon cuando este se arreglaba los lentes en el tabique de la nariz.
— Espero no haber tardado mucho — dijo Jimin cerrando la puerta tras de si.
— No, llegas a tiempo — afirmó Hyori levantándose del asiento — vaya, te vez muy bien hoy ¿vienes de algún lugar importante?.
— De hecho acabo de llegar a ese lugar importante — expreso guiñando un ojo hacia Jungkook.
— Bien nos veremos luego. Me mantienes al tanto por si cualquier cosa sucede — decía la mujer al tomar sus pertenecías y abandonar la habitación.
— De acuerdo — afirmó Jimin.
— Hasta luego — expreso Jeon en un susurro que quizás ni se hubo escuchado.
Cúa di la puerta fue cerrada y ambos quedaron a solas Jimin se acerco al asiento en donde antes estaba Hyori, con intenciones de sentarse.
— Te he traído gerberas — expreso Park entregándole dichas flores a Jeon.
— Gracias, pensé que no recordarías esto — hablo entre risas acariciando los pétalos.
— Por supuesto que lo hago — respondió él — solía traerte muchas para decorar este frío espacio.
— ¿De verdad? — pregunto sorprendido abriendo sus ojos redondos.
— Así es — dijo al sujetar la mano de Jeon.
— ¿Qué otras cosas hacías cuando venias a verme?.
— Colocaba música y a veces te cantaba mientras aseaba tu corto cabello — explico Park soltando suspiros. Pensando en esos días tan difíciles.
— Que bien, tal vez por eso no tengo caspa — expreso Jungkook y Jimin sonrió entonces sin dejar de tomar su cálida mano.
— ¿No puedes recordar nada de lo que ocurrió en esos meses?.
— No, pero creo haber soñado con un lugar muy bonito — dijo entre susurros.
— ¿Así?.
— Si. Era como una playa de mar azul y podría jurarte qué era capaz de escuchar a las gaviotas cantar, pero no pude ver a ninguna de ellas como tampoco a ninguna persona. El cielo arriba del mar era tan deslumbrante y hermoso, escuchaba día tras día como las olas reventaban en la orilla y yo solía correr para adentrar me al océano, pero nunca me sumergia tenía miedo de no poder regresar a la superficie, aun así era muy pacifico estar ahí — expreso él con una media sonrisa.
— Qué bonito — contesto Park.
— ¿Y hoy si piensas quedarte? — regreso a insistir una vez más Jungkook (en las otras noches también le hubo pedido lo mismo).
— Mmm... — fingió pensarlo solo para jugar con él — es obvio que si — afirmó luego y Jeon sonrió con todos sus dientes.
Como Jimin lo hubo prometido esa noche se decidió por quedar, coloco música en su teléfono y dejó que el ritmo sonara mientras él improvisa a un número de baile. Jungkook reía y Jimin se hacia cargo ahora de cortar la fruta que Hyori hubo traído en la mañana. Acomodo la fruta para Jeon y se la sirvió en cuanto conversaban de otros temas que eran necesarios. Tales como el crecimiento de Jeongmin, lo sucedido en Seúl durante los últimos meses, el rumbo que había tomado Fantasy y por supuesto su rehabilitación. Para esta ocasión le relata a sobre su ingreso y el como hubo vivido antes de abandonar sus vicios.
— Hay algo que debes saber... — expreso atemorizado temiendo por la actitud del fotógrafo.
— Esta bien — contesto este comiendo de una fresa.
— Cuando perdí a mi hermana yo enloqueci de verdad. No solamente regrese a los vicios sino también a las fiestas y por consiguiente... — hizo una pausa necesaria antes de seguir. No tenía las palabras para explicarse — yo estuve con varias personas... — susurro mordiendo su labio inferior, negándose a llorar — no se ni siquiera cuantas fueron, normalmente me encontraba muy perdido y yo...lo lamento de verdad.
Jimin bajo la cabeza sintiendose avergonzado y seco alguna qué otra lágrima que escapó de sus ojos, viviendo el temor de observar a Jungkook a los ojos.
— ¿Porque suena a que me estas pidiendo disculpas? — pregunto Jungkook confuso.
— Porque eso es lo que hago.
— Pero ¿porque? — regreso a preguntar sin entender el punto al que deseaba llegar Park.
— Bueno... — elevó la mirada, acercándose más al hombre — dijimos que seríamos exclusivos ¿no? Además...no, no olvídalo — negó con la cabeza.
— ¿Qué? ¿Que ibas a decir? — indagó curioso.
— No, olvidalo. Es una tontería — afirmó.
— Sé lo que intentas decir y quiero que sepas que yo también siento eso. Yo también siento que tuvimos una relación aunque nunca habláramos de ello — aseguró Jungkook, dejando sin palabras al joven Park.
— ¿Hablas en serio? — pregunto Jimin viéndose tan tierno.
— Por supuesto que lo hago — afirmó sujetando la mano de su contrario — siempre fuimos novios — expreso con una sonrisa de labios muy brillante.
Este hecho ruborizo a Jimin quien no pudo contener las emociones y se vio orillado a besar a su amor. Fue un beso pequeño y lento, un beso en donde sus labios hicieron el esfuerzo por recordarse, para pertenecer una vez más a un mismo ser.
— Voy a traer mi laptop — le aviso al separarse, colocándose de pie.
— ¿Te cortaste el cabello? — pregunto con una sonrisa, contemplando más a detalles el nuevo estilo del pelinegro.
— Si ¿te gusta? — hizo la pregunta cuando de forma coqueta sacudía su melena.
— Me encanta — expreso junto a una sonrisa de dientes blancos.
Jimin contuvo una sonrisa entre sus labios y bajo entonces hasta su auto con el objetivo de extraer la mochila que hubo traído consigo. Subió con la misma hacia la habitación y en el momento en que termino de vestirse con el pijama, hizo rodar una película que observaban ambos acostados en la cama.
Debajo de las frazadas compartían de aperitivos nutritivos mientras intentaban mantener la atención en la película lo cual era complicado, pues ese short corto de algodón que se encontraba usando Jimin en conjunto de su sutil aroma a avellanas estaba jugando con los sentidos del hombre a su lado.
Jeon lamia sus labios al mismo tiempo que los cerraba con fuerza en el intento de tranquilizarse, pero le fue imposible cuando observó como su ereccion crecía por debajo de su pijama hospitalaria.
Su mano paso por debajo de las frazadas hasta llegar a la pierna lampiña de su contrario, allí acarició y cuando su corazón se estuvo acelerando corrió entonces hacia los labios gordos de Jimin succionando los mismos. El pelinegro lo recibió de buena manera y se dejó llevar por los besos descarados de Jeon hasta el segundo en donde recordó la situación en donde se encontraban.
— E-espera — le pidió retrocediendo, tomando aire además — debemos calmarnos, estas en recuperación.
— Yo estoy bien de verdad, no debes preocuparte — le hizo saber sonriendo.
— No lo se...ni siquieras puedes mover las piernas – expreso con dudas.
— Pero eso no significa que no pueda mantener una ereccion — al decir esto hizo que la mano de Jimin se posicionara sobre su miembro, y este al sentir la dureza abrió la boca con claro asombro.
Siendo atrevido Jimin captó lo que deseaba Jeon hacer y salto de la cama para pasarle seguro a la puerta. Apartó la laptop de la cama y apenas cuando se subió a la misma atacó a los labios de Jungkook con fiereza. Se posicionó sobre sus piernas a horcajadas y Jungkook hizo un recorrido de besos por el cuello de este. Las manos del hombre acariciaron el cuerpo delgado del joven, hasta que las mismas se encargaron de introducirse dentro del polo de Jimin y deshacerse de este.
Sus palmas manosearon las nalgas del joven en cuanto este se movía en círculos sobre su ereccion prominente, y con cuidado de no romper las gafas Jimin le quito las mismas hasta dejarlas sobre la mesa de noche. Parecían décadas lo que había vivido antes de encontrarse con esta gloriosa oportunidad, antes de que el mundo le regresará lo que algunas vez le perteneció y se sentía tan bien.
Sus dedos se entrelazaron entre los cabellos negros de Jeon y halo un tanto de los mismos cuando el hombre dejó una mordida sobre su clavícula.
Lo siguiente que siguió fue Jimin bajando hacia la zona íntima de Jeon, para llevarse entonces su falo a la boca y succionar este con gran esmero. Sus labios gruesos cubrieron todo el glande para luego llevar el miembro más allá. Repitiendo con el movimiento una y otra vez cuando Jungkook se estremecía sujetando con su puño cerrado las frazadas de la cama.
— Haa-a... —jadeo sintiendo la calidez que emanaba la boca de Park — un momento...¿Estás limpio?.
Jimin asintió sin dejar de hacer su trabajo y fue ahí cuando Jungkook tuvo que cuestionarse algo muy importante.
— ¿Haz estado con alguien en estos últimos meses? — cuestionó, sintiendo como el lívido escapaba de su cuerpo.
Los movimientos del joven se detuvieron y desde abajo observó a Jeon con cierta gracia en su mirada, cuando de pronto rompió en carcajadas.
— ¿Estas molesto? — pregunto con burla.
— No, pero quiero saber porque estas limpio. — aseguro Jungkook perdiendo la gracia.
— No es por nada en particular — expreso alzandose de hombros — es una manía mía. Siempre suelo limpiarme, me gusta estar aseado — confirmo Jimin, lamiendo despacio el miembro de arriba hacia abajo.
— Bien, elijo creerte. — aseguro Jeon sin quitar la expresión fría.
— Celocito... — se burlo una vez más Jimin. Enterrando su boca en el falo del fotógrafo.
Los gemidos y jadeos no faltaron cuando al besar los labios de su amado, este intentaba prepararlo para él usando sus dos dedos lubricados de forma natural. Pero debido a que el fotógrafo era incapaz de mover sus piernas por los momentos Jimin tuvo que arreglarselas, decidiendo brincar encima de su cadera. Se sostuvo presionando sus uñas en la nuca del hombre en el momento en que se sentía unido al mencionado y gimió su nombre al cielo, maravillado por las sensaciones que su órgano le brindaba.
El corazón en su pecho se conecto de forma figurativa al ajeno. Jimin fue de las pocas personas existentes en encontrar nuevos colores en la galaxia misma e hizo que estos pertenecieran a su universo, a ese mundo paralelo del cual solo ellos eran parte. Siendo algo exclusivo para cualquier otro ser insignificante. Viajaron esta vez sin necesitar excesos o sustancias nocivas. Ellos eran su propio extasis y LCD. Su propia derrota y victoria, su propia vida y muerte. Eran la enfermedad y la salvación, el cielo y el infierno...
— Haa...J-jimin —le llamó cuando estaban a punto de acabar — hay cámaras... — le susurro.
El pelinegro giró hacia donde el fotógrafo había señalado con sus ojos, y le importo muy poco cuando se encontró con la cámara de la esquina. Él siguió en lo suyo, inhalando y exhalando por la boca, rogando por el clímax y siendo bañado por las glándulas sudoriparas de ambos.
Las cosas terminaron veinte minutos después, cuando sus cuerpos entendieron a quienes le pertenecían y el cielo se veía mucho más estrellado que de costumbre.
— ¿Algo más que deba saber? — decía haciendo referencia a los meses en donde no estuvo.
— Bueno, solía darte besitos cuando me despedía — admitió avergonzado, estando sobre el abdomen sudado de su amado.
— Eso suena muy adorable, por eso es que viene de ti que eres tan adorable — musito él.
— Si, aunque he de decir que se siente extraño besarte sin que uses piercings.
— ¿Si? Yo siento más libertad ¿crees que debería dejar de usarlos?.
— Ahora que regresaste, tienes la libertad de hacer lo que quieras — expreso él jugando con los dedos del hombre.
— Cuando desperté pensé que estaba soñando. No entraba en mi racionamiento que pudieras estar aquí — hablo Jeon observando hacia el techo.
— ¿Porque lo dices? — indagó.
— Porque creí que me habías olvidado...
— Jamás lo hice. — afirmó Jimin sin temor a sonar como un iluso — aún en mis momentos más bajos y cuando menos me reconocía al espejo, aún en esos momentos pensaba en ti...estaba perdido en la oscuridad intentando encontrarte, entonces abriste los ojos pude hallarte al fin. — expreso este acariciando el rostro del hombre.
— Wow ¿y esas palabras? ¿Haz estado leyendo? — mostró interés.
— Si, de hecho te he estado leyendo — aseguró orgulloso — te leí por completo Moby Dick.
— Muy bien, me gusta esa historia.
Al día que siguió apenas se hizo dd mañana Jungkook comenzó con su terapia. Sus piernas habían olvidado como moverse y debido al accidente su cadera habia quedado lastimada. Luego de las operaciones que le practicaron su cuerpo estaba en mejores condiciones, pero lamentablemente no pudo volver a usar sus extremidades hasta hace poco.
Con arneses que sujetaban su cadera era ayudado por un fisioterapeuta, mientras este intentaba sostenerse de los pasamanos a sus costados. Desde un asiento Jimin le brindaba palabras de apoyo cuando al mismo tiempo aprendía como debía apoyarlo para hacer los ejercicios.
La puerta del gimnasio fue abierta y Jimin allí observó a una persona conocida, la cual le hacía señales para que lo compañara fuera del lugar.
— Ya vuelvo — le aviso a Jeon caminando hacia la puerta de entrada.
En el momento en que ya estuvo afuera, intento saludar al hombre pero fue detenido por el mismo quien se mostraba ansioso.
— ¿Cómo se encuentra? — pregunto el hombre sobando sus manos.
— De ánimos bien, pero sus piernas no obtienen reacción va a tomar algo de tiempo — afirmó Park.
— ¿Le haz dicho algo de mi?.
— No. — contesto a secas.
— Supongo que tampoco a preguntado por mi... — expreso pareciendo una pregunta, pero Jimin prefirió no responder a eso.
— Creo que si necesita salir de dudas es mejor que hable con él — le aconcejo.
— No lo se... — se negó con nervios — tal vez me grite apenas sea capaz de verme.
— No lo sabrá sino lo intenta, además hoy esta de buen humor — admitió sonriendo con travesura, debido a los recuerdos que llegaron a él de la noche anterior.
[...]
El fisioterapeuta le indicó a Jimin de algunos ejercicios que podrían practicar antes de dormir, y también le recetó variadas vitaminas que debía tomar para poder recuperar su vigor. Se despidieron del personal de medicina y entonces Jimin fue el encargado de preparar a Jungkook para lo que seguía.
— Cariño — le llamo acariciando los mechones de su cabello.
— ¿Mmm? — pregunto él levantando la mirada del libro que leía.
— Además de Hyori, Jeongmin, David y yo hay alguien más que ha estado al pendiente de ti en todos estos meses — expreso Jimin quien a pesar de todo también se mostraba en incertidumbre.
— ¿Ah si? ¿Quien? — pregunto confuso, intentando hacer memoria de las personas que conocía.
— Puede pasar — le indicó Jimin al hombre detrás de la puerta.
A pesar de que Jungkook no esperaba mucho, recibió demasiado. Sus ojos no pudieron expandirse más cuando observó a su propio padre cruzar por la puerta, y su expresión cambió de asombro a disgusto en cuestión de segundos.
— Hola hijo — le saludo el hombre intentando hacer una media sonrisa.
— Creo que debería...
— No. — le detuvo Jeon a Jimin de la mano cuando esté mismo intento apartarse de su lado. Por lo que el joven entendió que no deseaba quedarse a solas con el hombre.
— Te ves mucho mejor que la última vez que te vi — expreso el señor Jeon, estando cohibido de hablar con soltura.
— ¿Y cuando fue eso? — pregunto Jungkook.
— Hace seis días, cuando aún no habías despertado — respondió el hombre quien con paciencia intentaba acercarse a la cama.
— ¿Y que te incitó a venir a verme?.
— Mi corazón, mi corazón me guió a donde debía dirigirme — admito el hombre
— Debo suponer que dices la verdad — hablo Jeon bajando la mirada.
— Y es la verdad hijo, ya no necesitamos dividirnos más.
Con paciencia el señor Jeon fue acercándose a su hijo, tan de forma física como de espiritual. Jimin no tuvo que salir de la habitación para darles privacidad, solo se quedó en silencio mientras escuchaba las conversaciones que tenía en donde los temas de conversación ya no tenían tanto que ver con el pasado abrumador, sino con el futuro por venir. El señor Jeon le habló de su nieto que al mismo tiempo era el hijo de Jungkook, y antes de irse de alguna forma les entregó su bendición dando a entender a su hijo que él no pretendía alejarnos.
¿Y es que quien podía hacerlo? Ni siquiera la muerte era capaz de ello.
Muchas gracias por estar un día más aquí apoyándome, nos vemos en el final cuídense ❤️❤️.
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