La ruta que seguía lo estaba conduciendo hacia su hogar, manejaba sintiéndose en paz, sintiéndose realizado y pleno. Era impensable imaginar que las cosas iban a salirle tan bien y que el mundo iba a estar a su favor, pero así era y disfrutaba cada bendito segundo de los resultados.
— Mmm... — murmuraba Soo en los asientos de atrás, pareciendo querer despertarse — ¿ah? ¿q-que? ¡¿donde estoy?! — pregunto en un sobresalto.
— Tranquila Soo... — se volvió a ella — estas bien, vamos a casa. — le aseguro con una fresca sonrisa.
— ¿P-porque estoy desnuda? — cuestiono preocupada al verse solo cubierta por el atuendo transparente y el abrigo de su hermano.
Jimin no supo que responder realmente, no sabia si habían ultrajado el cuerpo de su hermana por lo que opto a no contestar, sufriendo mucho temor y cambiando de ruta.
— No te preocupes. Estarás bien.
— ¿A donde vamos?.
— Primero al hospital y luego a mi departamento — dicto el joven respirando hondo. Ahora había algo mas en lo que debía preocuparse.
En los momentos en donde Soo era revisada por un especialista Jimin hablaba con su abogado por llamada. Este le indicaba que su audiencia iba a ser en pocos días y que gracias a toda la evidencia que habían recaudado, tanto física como fotográfica debido a los videos de la cámara "GoPro" Jimin tenia una buena defensa que presentar ante el juez. Eran buenas noticias para él y su hermana, quienes sentía que cada vez estaban mas cerca de obtener la libertad que por tanto tiempo anhelaron.
La ginecóloga salió fuera de su consultorio y llamo a Jimin para hablar con el mismo.
— Luego te llamo. — aviso a su abogado colgando la llamada y caminando hacia la especialista — ¿Cómo se encuentra mi hermana? — pregunto con angustia, sin esperar que la ginecóloga hablara primero.
— He revisado el cuello uterino de la joven Soo así como también su vulva y no encuentro indicios de un abuso sexual, no obstante he podido notar en ella desconcierto tal y como sino pudiese reconocer el espacio en donde se encuentra. Le recomendaría que le mandara hacer otro tipo de análisis para que pueda asegurarse de que esta bien — explico la especialista.
— De acuerdo, muchas gracias. — soltó con un suspiro de alivio, pero estando atemorizado por otra situación pues ahora sabia que debía hablarle con la verdad a Soo.
Jimin se encargo de comprarle ropa a su hermana. Desde el polo que usaría hasta la ropa interna que vestiría y luego de casi obligarla para que se hiciera exámenes de sangre, Jimin la invito a comer y ahora iban de camino al departamento del mencionado, quien no sabia como empezar la conversación con ella.
— Jimin...¿Qué me ocurrió? ¿Qué es todo esto? — pregunto viéndose consternada.
— ¿No puedes recordar nada?.
— Sé que me secuestraron, pero no entiendo como para que, ni se tampoco quien lo hizo — musitaba ella quien con sus brazos se encontraba rodeando sus rodillas.
— Es difícil de explicar... — pronuncio mordiendo su labio inferior.
— Sabes quien fue ¿verdad? — se volvió al hombre que manejaba y esta asintió — dime entonces...
Al haber llegado al aparcadero de la residencia Jimin estaciono ahí, pero no bajo del auto, necesitaba dejar todo claro en este instante aunque no tuviese las palabras indicadas para explicar la magnitud de los hechos en donde estuvieron envueltos.
— ¿Recuerdas los sueños que tuvimos en común? ¿las personas de túnicas negras? — le pregunto usando un tono bajo.
— Si... — contesto con pavor.
— No eran sueños Soo, eran recuerdos... — hablo firme con su mentón abajo.
— No es verdad — negó con la cabeza — eran solo sueños, mi psicóloga me lo dijo.
— Soo las personas que te llevaron eran las mismas de nuestros sueños. Las mascaras, las túnicas, las figuras de tono infernal todo era real, lo vivimos de niños por culpa de nuestra madre...
— ¡No! ¡no es cierto! — se negó de nuevo esta vez con sollozos — ¡estas mintiendo! ¡madre no nos haría algo así!.
— ¡Lo hizo! — exclamo a toda voz, pero entendió que debía bajar el tono. Soo merecía que le tuviesen paciencia - ella era parte de una secta pagana llamada "El Nuevo Pueblo", y nos forzó a ingresar en la misma cuando apenas éramos niños. Sé que es difícil de entender, pero es la verdad Soo...hemos sido victimas de padres negligentes durante toda nuestra vida...
— No puedo creerlo...no puedo creerlo — se lamento y sus lagrimas bañaron a su pálido rostro.
— Te puedo asegurar que con el tiempo nos olvidaremos de esto. Por ahora solo nos queda avanzar, pues si estamos juntos ¿Quién podrá contra nosotros? — decía al brindarle una sonrisa al mismo tiempo que sujetaba su pequeña y delicada mano.
Después de que Soo se hubiese secado las lagrimas subieron al departamento y Jimin le pago con un cheque a la niñera que hubo contratado Jeon.
Al fin llego el momento en que dólar y Soo lograron conocerse en persona y ella jugo con el perro entretanto Jimin preparaba el almuerzo para los dos. La joven parecía notarse bastante distraída, pero n recuero llego a ella y desde ese momento toso fue en declive.
— ¡John! Jimin ¿Dónde esta John? — pregunto corriendo hacia su hermano.
— Me imagino que durmiendo en paz en su cama — contesto con resentimiento.
— ¿El no sabe que ya soy libre ¿no esta viniendo a verme?.
Jimin pensó que no era conveniente hablarle con la verdad a su hermana ahora en estos momentos en donde estaba tan sensible.
— ¿Porque no le preguntas tu misma? — dijo prestándole su propio teléfono.
— ¡Oh gracias! — exclamo precipitándose al sofá y echándose sobre este.
La sonrisa en el rostro de Soo desapareció cuando su esposo respondió la llamada siendo todo un patán.
— ¿Y ahora que carajos quieres? — pronuncio en ingles al atender.
— ¿Ah? ¿John?...
— ¿Quién es? — pregunto al reconocer la voz de una mujer.
— Soy Soo... — contesto ella sin poder creer la forma tan tosca en la que John le contesto el teléfono.
— ¡Amor! ¡¿estas bien?! ¡¿donde estas?! — pregunto y Soo creyó que el hombre si se percibía preocupado.
Charlaron por veinte minutos y John le prometió que apenas terminara el trabajo que hacia, pediría un permiso para ir a verla. Ella estuvo feliz de escuchar eso, pero al colgar la llamada necesito obtener respuestas concretas por parte de su hermano.
— Se va a enfriar el Galbitang, ven come — le pidió Jimin quien ya comía del almuerzo estando sentado en el comedor.
Soo tomo la silla frente a ella sentándose en la misma y sujeto los palillos para comenzar con su alimentación, pero la espina atorada en su garganta no le permitía engullir alimento alguno.
— Jimin ¿sucedió algo importante contigo y John? — pregunto sorbiendo el jugo de naranja.
— No. — respondió a secas.
— ¿Seguro? Porque cuando contesto la llamada se notaba molesto contigo...
— Pfff ¿ahora cambiaron los papeles? — expreso una sonrisa sarcástica.
— ¿A que te refieres? — pregunto de forma ingenua.
— Yo soy quien debería estar molesto. — respondió entre diente, con su mirada fija en el plato.
— ¿Porque lo dices?.
— So... — relamió sus labios antes de continuar — no me gusta John, no creo que sea bueno para tu vida — hablo con sinceridad.
— ¿Acaso sabes algo de él que yo sepa — cuestiono.
— No.
— Entonces ¿a que se debe tanto odio hacia mi esposo? No lo entiendo.
— No lo odio, solamente pienso que no es bueno para ti — intento hacerla entrar en razón.
— ¿Y en que te basas para decir eso?.
— El debería estar aquí Soo... — relamió de vuelta sus labios sintiéndose nervioso. No quería dañar el matrimonio de su hermana, pero ese tipo era de lo peor.
— Esta trabajando Jimin. — contesto defendiéndolo.
— ¡Yo también! yo también Soo, pero ¿crees que podía trabajar tranquilo sin saber que estabas bien? o tan siquiera poder dormir sabiendo que te habían secuestrado. Nada justifica Soo, nada...
— ¿Estas tratando de decirme que mi esposo no me ama? — pregunto comenzando a sollozar.
— No, yo... — pensó antes de abrir la boca de nuevo — solo quiero que tengas cuidado con ese hombre y que no pienses en darle hijos.
— Ni siquiera lo conoces... — susurro con su mirada triste, levantándose del comedor.
— ¿No vas a comer?.
— No tengo hambre. — expreso antes de encerrarse en la habitación de su hermano.
Jimin no deseaba ser rudo con ella, de ser Soo otra persona ya la hubiese insultado, pero había algo de lo que su hermana no podía escapar y eso era a la verdad.
[...]
06:15pm.
Para estas horas Soo no había salido del cuarto y Jimin ya empezaba a preocuparse, por lo que opto por ir a tocar la puerta para preguntar sobre su bienestar.
— Soo ¿estas bien? — preguntaba en susurros - Soo...
Par abrió la puerta descubriendo que esta no tenia seguro y se sintió idiota por no haberlo hecho antes. Camino a su propia cama observando a Soo yaciendo ahí, dormida tal cual ángel y con su teléfono en la mano. Jimin se acostó a su lado e intento tomar el dispositivo, pero Soo se despertó entonces bostezando.
— ¿Haz dormido bien? - pregunto Jimin acariciando el cabello de Soo la cual asintió — venia a decirte que lamentaba lo que te dije. Yo no tengo derecho a exigirte con quien debes estar.
— Lo golpeaste... — musito soñolienta.
El pelinegro estuvo a punto de preguntarle como lo supo, pero el teléfono en su mano era una clara evidencia.
— Si...tal vez se lo merecía, solo un poco... — sonrió y Soo le siguió la risa.
— Tal vez un poco — afirmo siendo tierna — yo también lamento haberte tratado déspota, no debí hacerlo...de hecho creo que no te agradecí por todo lo que hiciste por mi, me encuentro muy avergonzada.
— No te preocupes — acaricio la nariz de Soo haciendo que esta le picara — solo necesito que estés a mi lado y sana, si tú estas conmigo ya no se que mas pedirle a la vida — expreso abrazando a Soo.
Antes de que su hermana se marchara en la mañana a Miami compartieron tiempo de calidad. Jimin le platico de su convivencia con Jeon, las cosas que habían cambiado entre ellos y como el fotógrafo lo había ayudado para encontrarla. Lo que Jimin le hacia saber era grato para Soo, pues estaba enamorada de la idea de que por fin alguien (de forma romántica) estuviese para su hermano y que lo apreciara por lo que era. Quizás ese fotógrafo casado no sonaba tan mal...
John llego a Corea al día siguiente y aunque fuese al departamento de Jimin para recoger a Soo el modelo no le dirigió la palabra, pues Jimin seguía siendo un resentido en potencia y odiaba pensar que ese insulso estuviese casado con su querida hermana.
Pero cabe aclarar que desde ese día todo mejoro para él. Ya no se sentía cansado, su piel estaba reluciente de nuevo y la situación con Jeon ya no podía mejorar mas. No volvió a hacer preguntas, pero era patente lo que sentían por el otro. Jimin ahora podía respirar en paz, sin creer que vivía en un mundo hostil que lo odiaba solamente con respirar. Ya los excesos no eran necesarios así como tampoco las fiestas y las compañías sexuales. Estaba siendo sano por primera vez en su vida y lo estaba amando.
La fortuna le demostró una vez mas que lo hubo acogido como aliado cuando Jimin fue absuelto de todo cargo. Había demostrado ante el juez la extorción por parte de su padre y abogados, así como también lo muy desanclado que estaba de los temas que tenían que ver con su aturdida familia, y tal parecía que el mundo ahora lo plateaba como una victima...como siempre debió haber sido.
[...]
— Me encuentro en el Tribunal de Justicia de Seúl donde el hijo menor de la afamada familia Park; Park Jimin ha sido absuelto de todo cargo que se le adjudicaba, pues recordemos que su padre Park Juwon quien era el antiguo ministró de relaciones exteriores fue encontrado culpable de trafico de dr0g4s y lavado de dinero, cuando un anónimo hizo llegar a la policía de Seúl pruebas exactas sobre los crímenes que hubo cometido por tantos años el padre de familia. En este segundo juicio se ha demostrado la indiscutible inocencia de Park Jimin, de quien no se ha encontrado prueba alguna de haber participado en estos negocios ilícitos, sabiéndose que fue extorsionado por su propio padre y abogados del mismo para que hablara a su favor ante la corte. — decía la reportera quien cubría el caso el modelo.
— Se sabe además, debido a las pruebas demostradas por el propio Park Jimin que su madre Park Iseul era parte de un culto satánico, quienes practicaban rituales y sacrificios atroces en donde involucraban a infantes, niños y adolescentes. Todo con el punto de alabar y mostrar obediencia hacia una deidad que ellos prometían era real. La sociedad de Corea se encuentra consternada al hacerse conocido todos estos actos horripilantes que ocurrieron frente a nuestras narices durante tantos años. Pues la familia Park ha dejado de ser una familia ejemplar a convertirse en una autentica pesadilla, no solamente para los que oyen estas noticias sino también para los principales perjudicados de sus padres, quienes son por supuesto Park Soo y Park Jimin; autenticas victimas de personas monstruosas las cuales pensaban estar por encima de ley, ya que vivían sin entender que nadie partía de este mundo sin haber pagado antes cada uno de los pecados cometidos. Soy Min Jihye y quédense con nosotros para mas noticias...
Abril.
Departamento de Jimin. 06:13pm.
Siendo día domingo Jimin compartía una tarde de diversión junto a Woo, Tae y Jeon. Ellos jugaban ahora con el mazo de cartas del Uno y se encontraban en trifulca al querer imponer sus propias reglas.
— ¡No se puede hacer escalera! — reclamaba Taehyung.
— ¿Cómo que no? Es de las primeras reglas del juego — decía Jeon al querer defender su estilo de juego.
— ¿Qué clase de juegos haz jugado tu? ¿Seguro que haz jugado Uno antes?.
— ¡Si! Al parecer más que tú — expresó Jeon como un presumido.
— ¡Ya hagan lo que quieran, idiotas! ¡Pero solo jueguen! — se quejo Woo quien ya estaba fatigada del insistente lloró de los dos hombres.
— Voy por más soju mientras deciden quien de las dos es la más bonita — bromeó Jimin levantándose del sofá y caminando hacia su cocina.
Abrió la nevera y de la misma sacó dos botellas de soju, procedió a destapar las mismas y vertió el alcohol en pequeños vasos de vidrio. Pretendió regresar a la sala, pero por alguna razón su mente le insistió con que debía revisar sus redes sociales antes de volver al juego. Así lo hizo y curioseo un tanto por los perfiles de sus antiguas conquistas y demás conocidos, observó algunas fotografías y cuando se decidió por apartarse del teléfono un perfil de noticias nacionales apareció en el pie de página de la red social. En otro caso Jimin solo habría ignorado las noticias diarias más al ser un día domingo, pero su atención fue captada cuando pudo leer el nombre "Park Juwon".
Según por lo que afirmaba el periódico nacional presuntamente las autoridades de Seúl habían encontrado hace solo unas pocas horas el cadáver del ex ministro de relaciones exteriores, es decir, el padre de Jimin. Por lo poco que se conocía aún no se podía certificar que se trataba de él, pero en esta ocasión el instinto de Jimin le decía que algo estaba muy mal y que era probable que el cadáver encontrado fuese el de su padre de quien no conocía el paradero desde hace muchos meses.
—¿Qué ocurre Jimin? ¿Vas a jugar? — pregunto Tae comiendo del kimchi.
— No... — susurro este estupefacto por la nueva noticia.
Todos acompañaron a Park a la morgue que se mencionaba en el artículo, y estando allí Jimin se comunico con el recepcionista y los agentes que aún investigaban este inusitado suceso.
— ¿Porque permitieron que publicarán algo así en las noticias antes de comunicarse conmigo? — reclamaba Jimin en compañía de solo un agente de la policía, pues sus amigos se quedaron esperando a las afueras de la morgue.
— Lo lamentamos mucho, tal parece que alguien le vendió la información a un periódico. No fue nuestra intención — se excuso el hombre.
— Como sea ¿Qué les hace pensar que se trata de mi padre? — indagó.
— Los proporciones de su rostro coinciden, así como también los de su cuerpo. De todas formas no podemos certificar que se trata de él hasta que alguien de la familia lo certifique — explicaba el agente.
— Si claro ¿igual como la otra vez en donde me hicieron perder el tiempo? — expreso volviendo los ojos.
— Esta vez es diferente señor Park.
— ¿Porque?.
— Porque lo hemos encontrado junto a sus documentos de identidad.
El hombre le afirmaba aquello cuando apenas ingresaban a la habitación de la morgue en donde conservaban el cuerpo sin vida del supuesto padre de Jimin. El mencionado observó en el lugar varios cuerpos en camillas de metal cubiertos por sábanas blancas, y se dejó guiar por el agente para que el mismo le indicará cual cuerpo era el de su progenitor.
— Estos son algunos de los documentos que se encontraban en los bolsillo del pantalón del sujeto — le decía el agente entregándole a Jimin la cartera que reconoció como la de su padre.
Aquella de cuero negro decorada con piezas de plata, la cual según su propio padre había pertenecido a la familia Park por generaciones. Abrió esta y encontró en la misma algunos wones y los documentos de identificación de su padre, como el carnet de conducir, varias tarjetas de crédito entre otros documentos. Dejó todo en donde lo encontró y se volvió hacia el cadáver bajo la sabana blanca.
El agente con una señal le pregunto a Jimin si deseaba verlo y este asintió padeciendo temor, no porque fuese su padre sino porque no deseaba ver sangre aunque sabía que era lo más obvio cuando la sabana ya se encontraba con manchas del fluido. El forense a cargo hizo el favor de levantar la sabana hasta la cadera del hombre y ahí Jimin observó un rostro deformado y lleno de moretones.
— ¿Qué le ocurrió? — preguntó sin entender como es que su rostro ya no se veía justamente como eso...como un rostro.
— Las marcas de nudillos por todo su rostro indican que fue golpeado brutalmente, lo más probable es que fue golpeado hasta morir — indicó el médico forense — según los exámenes que le realicé el cuerpo lleva más o menos una semana de descomposición.
Queriendo evitar las arcadas ya que el hedor que expulsada el cadáver no era muy atrayente, Jimin busco las piernas pálidas del sujeto hasta encontrar el tobillo derecho, y no le quedo más remedio que resignarse cuando encontró en este el tatuaje de escorpión que su padre había tenido hasta antes del nacimiento de Soo. No supo que expresión tener, no había tristeza, no había felicidad, no había ira, no había repulsión. No existían sentimientos que expresar ante esto. Su padre había muerto y no encontraba algo más por hacer que solo actuar con indiferencia.
Al finalizar de hablar con el agente y el médico forense Jimin camino de vuelta al auto, en donde Taehyung, Woo y Jeon lo esperaban. Subió al mismo sin decir ni una palabra y todos se encontraban desconcertados al no comprender la actitud relajada del pelinegro.
— ¿Y que te dijeron? — se atrevió a preguntar Woo.
— Es él. — solo confirmo eso, ajustándose el cinturón de seguridad.
— Mmm bueno lo lamen...
— No — le detuvo a Woo antes de que continuará hablando — no quiero pésames ni lamentaciones, aquí no hay nada que lamentar. De ser yo quien estuviese en esa camilla él estaría ahora organizando una fiesta. Así que no quiero hablar de eso. - dictó Jimin y todos respetaron su palabra.
Park se encargo de ser quien avisara a su hermana del deceso de su padre, así como también de encargarse del papeleo de defunción y los tramites con la funeraria. La llamativa noticia se difundió como el agua de una cascada, no había lugar en la televisión o en los diarios en donde no estuviesen hablando del fallecimiento de su padre, el nombre de Park Juwon se encontraba en boca de todos y por supuesto también el nombre de su menor hijo, quien ahora era visto ante el ojo publico como una especie de antihéroe incomprendido, pues Jimin no era bueno pero tampoco podía ser considerado como malo.
Vistiendo el traje que hubo comprado hace un año y con sus gafas oscuras puestas Jimin contemplaba la urna de su padre mientras el cura contratado terminaba su rezos. El hombre ahora yacía a tres metros a punto de ser enterrado en una sepultura junto a otros mas quienes en vida no habían tenido tantos recursos económicos como él. De nada le había servido sus muchos convenios con la mafia, las masacres a personas inocentes que habían ejecutado sus muchos matones y los tantos artículos ostentosos que hubo comprado a lo largo de su frenética vida. Ahí adentro en la tierra sucia y llena de insectos era igual que todos y eso no podía alegrar mas a Jimin.
Soo se mantenía aferrada a su brazo sollozando por un hombre que jamás la amo y aunque esto le pareciera patético, acaricio su cabello intentando comprenderla. Ella era un ángel en un mundo de demonios y lloraría por el ser mas malvado a pesar de que no mereciera su pena, así como lo hacia ahora por el monstruo que tuvo alguna vez como padre.
Cuando los rezos concluyeron el sepulturero tomo la pala para echar tierra a la tumba, mas sin embargo Jimin con una señal se lo impidió. Los presentes familiares y amigos no entendieron el accionar de Park, pues este de su abrigo extrajo una bandera de variados colores imitando a un arcoíris y dejo caer la misma en la sepultura de su padre. Posteriormente enseño el dedo medio besando el mismo y de esta forma simbólica se despidió así de su progenitor, caminando luego lejos de todos los presentes.
— Ahora si — le aviso al sepulturero para que comenzara con su trabajo.
— ¡Espera! — grito Soo corriendo con sus tacones altos, siendo difícil cuando se encontraban entre tierra y grama — ¿a donde vas?.
— A casa — afirmo Jimin con una sonrisa de labios.
— ¿No vas a quedarte? Deberíamos hablar con nuestros primos y familiares — decía ella con su voz tierna.
— No creo que les agrade yo Soo, en cambio tú eres realmente hermosa y tienes muchos logros. Eso les sorprenderá — dijo el acariciando la mejilla de su hermana.
— Bueno ¿nos vemos mas tarde? — le sonrió.
— Por supuesto, te estaré esperando con un pastel de duraznos — le hizo saber siendo amable.
— De acuerdo, te quiero — pronuncio ella abrazando a Jimin.
— Y yo mas a ti — pronuncio el mismo para entonces caminar a su auto.
[...]
Después de haberse terminado todo el pastel de duraznos Soo se marcho esa noche para continuar sus actividades en América, prometiendo que vendría a verlo en vacaciones. Jimin por su parte sentía que por su cuerpo viajaban muchas energías y que no podría dormir tan fácilmente. Hace unos años hubiese decidido por ir a beber hasta caer desmayado o tomar también una cantidad exagerada de sustancias dañinas, pero esta vez no lo hizo no pensó en ello. No era de esta forma como iba a calmar sus ansias y energías exorbitantes. En cambio se vistió con ropa deportiva y fue a trotar. Esto era una actividad que lo iba a mantener no solamente en forma sino también cansado, pensaba en agotarse hasta que sus piernas no resistieran mas.
Escuchando música por sus audífonos inalámbricos Jimin trotaba y tenia recuerdos ásperos de esos momentos en donde tanto se odio, en donde su padre lo hizo odiarse aun mas de lo que ya lo hacia y lo humillaba como si aquello fuese un tipo de deporte.
"¡Eres la peor vergüenza de la familia!".
"¡No sirves ni para llamarte hombre!".
"¡Eres solo un maricon de mierda".
Escuchaba todos esos insultos por parte de su padre mientras el sudor bajaba de su frente al mentón, cuando todo a su alrededor se veía tan solitario como al mismo tiempo pacifico. Podía correr por las oscuras calles de Seúl sin sentirse como una vergüenza, sin sentirse presionado por nadie pues ya no existía quien esperara algo de él. No existía quien lo quisiera convertir en alguien mas, aquel que quisiera ocultar la personalidad de Jimin cada dos por tres y lo denigrara como si este no fuese un humano que sintiera. Podía reír, podía gritar y llorar libremente. Aumento la velocidad estando ahora mas que trotando corriendo, sintiendo como el furor de la libertad era mas poderoso que la adrenalina, que las tantas dr0g4as que consumía...Sentía ahora a la lluvia presente caer sobre su cuerpo, bañando no solo el exterior sino también el interior, su alma...su espíritu. El nuevo Jimin que ahora se sentía pleno, que ahora se sentía capaz. El Jimin que ya no necesitaba mantener una fachada, el que ya no tenia al agobiante ser que siempre lo hostigaba señalándolo con el dedo por el mas mínimo e insignificante error que cometiera. Nunca estuvo mal, siempre estuvo bien...estuvo en lo correcto y sus padres no, y ahora el mundo lo sabia, el mundo lo había visto todo.
Detuvo su andar cuando su pobre corazón ya no pudo soportar mas ejercicios, y apenas cuando se recompuso encontrando oxigeno grito al aire alzando sus brazos. Grito porque sentía, porque amaba, porque podía llorar, porque podía reír, porque adoraba la idea de vivir alejado de quienes le hacían daño, porque su padre había muerto y porque por fin era libre...
¡Jimin era libre!.
Galbitang
Muchas gracias por leer, espero que les haya gustado. Cuídense mucho ❤️❤️😊😊.
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