Capítulo 29:
El cuerpo sin conciencia de Jimin era llevado a través de la muchedumbre. El hombre que lo cargaba poseía intenciones de salir con él por la puerta trasera del local.
— Hey ¿qué le sucede a ese joven? — le pregunto el hombre quien resguardada la puerta trasera.
— Mi amigo ha bebido hasta desmayarse, voy a llevarlo a su casa. — explico el hombre de rasgos extranjeros, y el guardia creyó lo que este le decía ya que al trabajar en un lugar así era lo que veía básicamente a diario.
El hombre caminó entonces con Jimin desfallecido consiguiendo salir, y ya estando afuera cargo a este a la minivan negra que allí lo esperaba.
— Ya era hora Liam. He estado esperando por más de media hora imbécil — refunfuño el conductor de la van.
— Lo se es que no había encontrado a un buen ejemplar o a un hombre que se encontrará a solas, pero mira esta belleza.. — sujetó el rostro de Park — ganaré un buen dinero por él.
El auto echo a andar alejándose de la discoteca y perdiéndose ente la sombría noche. Al pasar unos minutos el vehículo se estacionó en un vecindario de mala muerte, muy alejado de todo tipo de lujo. Liam cargo en sus brazos al delgado modelo después de asegurarse de la inexistencia de curiosos, e introdujo a este a una casa que se hallaba en ruinas. Dentro encontró a cuatro más de sus compañeros en conjunto de otros cuatro chicos quienes yacían desmayados sobre colchonetas en el suelo. El hombre plantó a Jimin en una de estas colchonetas tomando las pertenencias de este, como su billetera y teléfono celular.
— Despojen a los jóvenes de todo lo que tengan y echen los objetos a esta cubeta — les indicó Liam a los demás hombres y estos hicieron lo que les decía —, amarren sus manos y pies, pero aún no cubran sus ojos y boca. El señor Kim necesita revisarlos primero — dijo privando de libertad a Jimin al atar sus manos y tobillos juntos.
Pasando veinte minutos otro auto se estacionó fuera de la casa demacrada, y un hombre de no más de treinta años vestido con un traje ostentoso bajo de este en compañía de tres hombres armados.
— Buenas noches señor Kim — saludo Liam al sujeto.
— Bien, veamos que especímenes trajeron hoy — pronunció el señor Kim acercándose a los chicos en las colchonetas.
Este se coloco de cuclillas en el suelo y examinó a los jóvenes con detenimiento. Desde el rostro de estos hasta el interior de sus bocas, los desvistió luego inspeccionando también sus cuerpos.
— Bien muy lindos — afirmó, pero en el instante en que llego a Jimin su semblante cambió y su rostro paso de ser relajado a expresar terror — ¿quien trajo a este? — pregunto al colocarse de pie — ¡¿quien lo trajo?! — grito al segundo sin dar tiempo a responder.
— Yo lo traje señor Kim — afirmó Liam notándose confuso.
— Ven aquí — le llamó y el hombre camino hacia Jimin con su cabeza baja — míralo... — le ordenó y Liam no aprecio entender.
— No entiendo nada señor Kim.
— ¡Mira bien, idiota! — vocifero al tomar a Liam del cabello y aventarlo hacia Jimin — ¡¿no sabes quien carajos es?!.
— No señor — afirmó creyendo que el señor Kim había perdido la cordura.
— Es el hijo del maldito ministro de relaciones exteriores — mascullo — ¡¿cómo se te ocurre hacer algo así?! — gruño estando a punto de golpear al hombre.
— Lo-lo lamento señor, no sabía quien era — afirmó Liam cubriendo su rostro.
— ¡¿Que acaso no ves noticias?! ¡¿Cómo pudiste cometer un error así?! — exclamó el señor Kim percibiéndose alterado y casi en pánico.
— Pero no se preocupe señor, seguramente podremos ganar una cantidad vasta con él, mira ese rostro — intento tranquilizar la situación otro de los hombres.
— ¡Su rostro no es lo que me importa, inútil! — vocifero con sus mejillas rojas de furia — ¿dónde están sus cosas?.
— Ahí... — tembloroso Liam señaló a la cubeta.
— Ve por sus pertenencias — exigió.
— Pero señor... — titubeo desconcertado.
— ¡¿Eres sordo también?! ¡Trae sus cosas! — exclamó dando una mirada rápida a Jimin.
Liam se aseguro de tomar la billetera y teléfono correspondiente dejando las mismas en donde las encontró.
— Ahora lo vas a regresar a donde lo encontraste y cuando regreses no esperes ni un maldito won — ordenó siendo recto.
— ¿Cree que es lo más conveniente de hacer señor Kim?, el chico tal vez recuerde el rostro de Liam — le hizo cuestionarse uno de sus hombres.
— No pienso trabajar con un pez tan gordo Lin. Solo cállense y hagan lo que les pido. — expreso regresando a observar a Jimin con una mirada que ninguno de los presentes pudieron comprender — espera... — le detuvo a Liam cuando pretendió cargar a Park — ¿alguien tiene un plumón? — pidió y Liam le entrego uno de los suyos sin entender lo que estaba sucediendo.
El hombre procedió entonces a marcar en el brazo de Jimin algo que ninguno de los hombres consiguió ver, y cuando finalizó le ordenó a Liam terminar su trabajo mal hecho.
[...]
— ¡Jimin! ¡Jimin! — gritaba Tae yendo de un lado a otro en la discoteca, estando tan aterrado qué ni siquiera notaba que gritar no serviría de nada en un lugar con tanto escándalo — ¡carajo! ¿En dónde se habrá metido este loco? — se preguntó para sí mismo teniendo una idea cuando observó a los guardias del local intentando detener una pelea.
— ¡Ayuda! — grito el castaño corriendo hacia los guardias — ¡ayúdame, mi amigo ha desaparecido!.
— ¿Qué estas diciendo niño? — pregunto el guardia.
— Vine con mi amigo y cuando me fui un momento al baño él ya no se encontraba aquí.
— ¿Consumiste algo? ¿O que carajos te pasa? — intento burlarse el hombre.
— No he consumido nada, escúcheme por favor. Lo he estado buscando por todo el establecimiento y tampoco contesta su teléfono, siento que algo malo le ha pasado — explicó ansioso.
— ¿Tienes una descripción de él?.
— Tengo una foto de él —respondió buscando en su teléfono dicha fotografía para posteriormente enseñársela al guardia de seguridad.
— ¿El hijo del ministro? — pregunto incrédulo pensando que Tae le jugaba una broma.
— ¡Si!, él es mi amigo.
— Fuera de aquí niño, deja de decir tonterías —pronunció el guardia haciendo a un lado al castaño.
— ¡No me está escuchando! ¡Le estoy diciendo que Jimin desapareció! — gruño el joven mostrando intenciones de agredir al hombre quien se burlaba de él.
— ¿Qué sucede aquí? — hizo la pregunta otro guardia que apenas llegaba a ellos.
— Dice que el hijo del ministro de relaciones exteriores desapareció en este lugar — explicó carcajeando, pero Tae no se dio por vencido y le enseñó la fotografía de Jimin a este nuevo guardia.
— Vi a un chico así salir ebrio por la puerta trasera, iba acompañado de un hombre extranjero — explicó el guardia.
— ¡¿Qué?! ¡Pero si él estaba solo! — grito Taehyung el cual corrió hacia el lugar nombrado, abandonando la discoteca — ¡Jimin! ¡Jimin! — lo llamó intentando ver algo en el callejón oscuro en donde se hallaba, y sintió que el alma le regresó al cuerpo cuando encontró al joven echado en el asfalto — ¡Jimin!.
Sin poder creerlo avanzó con apremio hacia Park e intento mover su rostro pensando que se había dormido. Pero la situación se volvió tétrica cuando observó como sus ojos se perdían en la penumbra y no parecía reconocer a su amigo aunque este lo llamase de forma insistente. Taehyung reconoció lo que sucedía y siendo cauteloso tomo a Jimin entre sus brazos subiendo a este a su vehículo. No era la primera vez que lo veía dr0g4do, pero tenía por seguro que esto no se lo había hecho él mismo. Ese fue el principal motivo por el que Tae decidido callar y conducir hacia su vivienda, esperando que cuando Jimin despertará pudiera reconocer al desgraciado que le había hecho esto.
[...]
— Mmam...n-no...¡Aaah! — grito Jimin alterando los nervios de su amigo.
— ¡Hey! ¡Para! Tranquilo... — le pidió el castaño sosteniendo al modelo de sus hombros — estas bien. Estas en mi hogar, ten calma — le susurro.
— ¿Q-qué?...¿Qué ocurrió? — pregunto Park sintiéndose exhausto.
— Por favor dime que recuerdas algo, un nombre...un rostro.
—¿De que diablos hablas?.
— Te dr0g4ron Jimin...
— ¡¿Qué?! — exclamó volviéndose a su parte baja intentando inspeccionarse.
— Estas bien, ya revise allí — respondió Tae —, tus pertenencias también siguen contigo por lo cual no entiendo nada.
— Sino me abusaron y no me robaron, ¿entonces para que diablos me dr0g4rian? — se preguntó frunciendo el ceño.
— No lo se y eso quiero que me lo expliques ¿hablaste con alguien? ¿Te fuiste con alguien?, el guardia de seguridad me dijo que te vio salir del lugar acompañado de un hombre.
— ¿De un hombre? — pensó estar delirando —, carajo no recuerdo nada Tae — admitió con pesadez tumbándose de nuevo en la cama.
— Ah y una cosa más...tienes algo escrito en el brazo, tal vez eso ayude a esclarecer tu mente — le hizo saber.
Jimin se subió las mangas de su abrigo pensando que esto sería una tontería, pero su voz se quedó sin habla y sus vellos se erizaron al leer lo escrito en su piel. Allí estaba un número junto al dibujo de una pequeña paloma y las palabras "K.D. llámame". Aunque quisiera negarlo él sabía lo que eso significaba y peor aun sabía quien lo hubo escrito.
— ¿Sabes que es? — le consulto Tae al haber observado esa mirada de angustia en el rostro de Jimin.
— No. Lo confundí con otra cosa — mintió, pues debido al temor que esto le causaba no era capaz ni de decirle a Tae.
Jimin intento que Tae lo olvidara luego planteándolo solo como una mala experiencia, pero la ansiedad se aferro a él sin tener actitudes de abandonarlo.
Al día siguiente este se hallaba más que inquieto, y debido a las sospechas que su mente producía investigó en la web algunas cuantas noticitas de Corea. Siendo aberrante para él cuando sus sospechas fueron confirmadas. Estas respuestas le dieron el valor para hacer la llamada al número desconocido de una persona conocida.
— ¿Hola? ¿Si? — atendió alguien detrás de la línea.
— ¿Qué diablos quieres? — mascullo hostil Jimin.
— ¿Jimin? ¿Eres tú?.
— ¿Qué diablos quieres, Dakho?.
Corea del Sur. 09:15pm. "Bar Shenanigans irish".
Con su auto Jimin se dirigía hacia el lugar de la cita. No entendía la razón de porque estaba haciendo esto, ¿porque le daba el lujo a ese hombre de verlo de nuevo?. Solo intentaba excusarse al pensar que al menos así podría decirle al rostro todo lo que pensaba de él. Insultarlo por la mugre de ser humano que resulto ser. Por todo lo malo que tenía que ver con su persona.
Llegando al bar estacionó en el aparcadero y se preguntó una vez más si esto era necesario. De todas formas pensaba obtener algo bueno de esta noche, pues tenía pensado abofetear al hombre hasta que esté pidiese clemencia.
Camino dentro del establecimiento recordando como hace unos años atrás había tenido su primera resaca en este lugar junto con Tae, sintiendo luego que el mundo se le derrumbada en la espalda cuando observó a Dakho después de tantos años. Él yacía en la mesa estando tan pacifico y desvergonzado, como sino le debería nada a nadie. Pensó en retirarse tal vez, pero se volvió a repetir que él no era un cobarde y que debía enfrentar sus miedos. Entonces avanzó hacia la mesa sentándose al otro extremo y rogando por contener su furia.
— Hola — le saludo amigable expresado una sonrisa, sin obtener respuesta por parte de Park —, te ves muy bien, me encanta tu reloj ¿qué marca es?.
— ¿Como tienes el descaro de hablarme así luego de haberme dr0g4do?. — expreso observando al hombre como si este fuese una repugnante cucaracha.
— Yo...lo lamento no fue algo que planeaba — se excuso bajando su mirada al suelo.
— ¿Para que me hiciste venir aquí? ¿Qué es lo que quieres? — regreso a preguntar sin conservar ni un grano de paciencia.
— Quería hablar contigo...y disculparme — admitió intentando usar un tono cálido.
— ¿Porque deseas disculparte conmigo? ¿Por haberme dr0g4do ayer o por la cochinada que me hiciste hace nueve años?.
— Si lo dices así suena como mucho tiempo...
— Porque fue hace mucho tiempo, maldito idiota — gruñó con las venas de su cuello tensas.
— No creo que sea apropiado insultarnos, Jimin.
— Ay discúlpame, ¿herí los sentimientos del hombre que me abandono como si fuese basura?.
— No fue así Jimin. Tuve un juicio y tú padre me envió a prisión, ¿qué querías que hiciera?.
— Que nos defendieras, ¡que defendieras lo nuestro y que no actuaras como un maldito cobarde! — exclamó luego de golpear la mesa.
— Yo podría decir eso mismo de ti — resoplo entonces.
— Era solo un niño, pedazo de imbécil y tú me utilizaste — sorbió su nariz creyendo que su llanto aparecería —, cuando lo hicimos ni siquiera sabía que eso era algo ilegal...
— Lo lamento... — afirmó — de verdad lo lamento Jimin.
— Claro por supuesto que aceptaré las disculpas del hombre que trafica con gente — pronunció y la actitud calmada de Dakho desapareció.
— ¿Porque dices eso? — le pregunto en un susurro.
— Porque investigue sobre los casos de desaparición recurrentes que se dan en los bares y discotecas gays — respondió dejando a Dakho estupefacto y sin habla — ¿porque te sorprendes?, yo iba a ser una de tus víctimas ¿no?.
— Jimin yo...no se de que me hablas... — se negó ladeando su cabeza.
— Ahí esta, ese es tu verdadero rostro... — encendió un cigarrillo e inhalo de este — el rostro de un cobarde. Cuando mi padre me dijo hace tres años que el ministro de economía traficaba con gente pensé que estaba delirando, pero ahora veo que es cierto y que tú.... — lo señaló — eres el cabecilla de todo.
— No es cierto Jimin. Mi padre me obliga a trabajar para él, yo siempre he querido salir de este mundo, ¿no recuerdas que solo quería ser un economista? — regreso junto a más excusas intentando verse frágil.
— ¿Cómo te atreves a verme a los ojos luego de mentirme tan descaradamente?, yo no he nacido ayer Dakho. Tú y tu familia son la peste en persona — expulso.
— ¿Crees que no se a lo que tu familia se dedica?, son unos corruptos por igual...
— Por supuesto que lo son, pero yo no soy tan despreciable como para aceptar trabajar a su lado. En mi no vive la excusa de "mi padre me obliga a trabajar para él" ¿o es que acaso posees tan pocas agallas que ni siquiera tienes pensamiento propio? — vocifero Jimin fulminando al hombre con la mirada.
— No sabes como sucedieron las cosas Jimin...yo estuve en prisión y fui denigrado por la sociedad...
— Vamos continúa llorando maldito traidor — se burlo.
— ¿Traidor?.
— Te aprovechas y abusas a las personas que alguna vez juramos proteger — bufo con su mandíbula tensa y su rostro rojo —, eres un hijo de puta Dakho ¿vendes a los tuyos por sobras de dinero?, no eres más que un despreciable ser y espero que te mueras en la más pura soledad... — pronunció pretendiendo levantarse, pero Dakho lo detuvo al tomarlo del brazo.
— ¿Dónde quedó mi chico adorable? — expreso con dolor acariciando la mano de Jimin y observando a este como si fuese un inocente cordero.
— Vete al carajo Dakho... — dijo soltándose del agarre de este y caminando decepcionado hacia la salida.
El hombre que había tenido frente a él tenía tan poco parecido con el hombre del que alguna vez se enamoro, que incluso le aterrada pensar que eran la misma persona.
[...]
Por los momentos Jimin no había regresado a su hogar. Se encontraba encerrado en su auto fumando un cigarrillo pensando que haría con su vida. La única persona a la que le había abierto su corazón no era más que un patán miserable quien le mintió respecto a todo...le resultaba inaudito recordar todo lo que había planeado en el pasado junto a él. El día de su boda, su futuro juntos, el lugar en donde comprarían su hogar. Cada pensamiento y cada proyecto estaban echados a la basura. Dakho no poseía excusas para poder explicarle la razón de porque le había hecho todo lo que le hizo, y lo peor es que ni siquiera se esforzaba para mentir bien.
Encendió el motor una vez cuando el cigarrillo se le hubo acabado, y pretendió manejar a su hogar, pero un mensaje nuevo en su teléfono le detuvo.
Jungkook:
— Hey ¿estas en tu departamento?.
Echo su cabeza hacia atrás, odiando que Jeon lo estuviese molestando a estas horas y justo en este momento. Ignoró entonces el mensaje aventando su teléfono hacia la parte trasera del auto y condujo al departamento.
Estando a solo una cuadra de la residencia un Porsche negro se adelantó a él y obstruyo de manera abrupta el camino de Jimin, haciendo que este frenara de golpe empeorando la situación cuando conoció al dueño del vehículo.
— Jimin necesitamos hablar — decía Dakho acercándose a él y abriendo el auto ajeno desde la puerta del copiloto.
— ¿Que mierdas te sucede? ¡Largo de aquí! — bufo forcejeando con el hombre para bajarlo de su auto.
— Jimin por favor escúchame, yo no soy lo que crees...
— Si ¡eres mucho peor! ¡Vete a la mierda Dakho! — bufo desesperado, pero el hombre poseía más fuerza que él, por lo que logró derribarlo, besando sus labios a la fuerza.
Jimin lucho intentando quitarse al pesado hombre de encima, hasta que su mano se dirigió a la manija de la puerta consiguiendo abrir la misma. Cayo al asfalto de concreto pretendiendo correr, pero su pierna fue tomada por el hombre antes de tan siquiera permitirse colocarse de pie.
— ¡¿Qué te sucede?! ¡Déjame en paz! — vocifero luego de patearlo en su zona baja.
— ¡Aaah! ¡Jimin! — gruñó llevando su mano a esa zona.
Park corrió entonces a su auto, pero Dakho no permitió que este entrase a su vehículo y por el contrario lo hizo avanzar contra su voluntad hacia el Porsche.
— ¡Ya suéltame imbécil! ¡No me toques! — grito Jimin quien como una fiera batallaba con el hombre para no ser llevado, llamando la atención de una persona que se acercaba a ellos.
— ¡Jimin! ¡Detente por favor! ¡Hablemos!.
Y justo cuando intento besarlo de nuevo se detuvo debido a la inesperada presencia de una persona observándolos.
— ¡¿Quien demonios eres?! — le grito al hombre mientras mantenía a Jimin tomado de las manos y este intentaba zafarse.
— Eso mismo iba a preguntarte yo...
— ¿Jeon?.
Aprecien esta imagen que hice con IA hace mucho tiempo del Jungkook de Corrupt jeje 😏😏.
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