Capítulo 25:
Departamento de Soo. 03:20pm.
Jimin regresaba a su hogar luego de que se le informará que es acreedor de un gran merito como ser la portada de Secret.
Volvió sus ojos sintiéndose enfermo en el instante en que abrió la puerta y observó a su padre sentado en el sofá, haciendo un escándalo porque su luchador favorito de artes marciales estaba siendo derrotado.
— ¡Qué idiota! ¡¿Como va a atacar sin defenderse?! — vocifero el hombre al televisor.
Sin querer desestabilizar su paz mental suspiro observando al techo y camino hacia la cocina. Llenándose de cólera cuando observó un completo desastre dentro de la misma.
— Oye si vas a cocinar al menos intenta no dejar un huracán katrina en la cocina — reclamo observando con desprecio la mugre en los platos y sartenes.
— ¿De que te quejas? ¿No tienes a alguien que limpie por ti para que no se te dañen tus delicadas manos de mujercita? — respondió con mofa.
— Tuve que darle descanso, no puede ver que estas aquí — explico colocándose los guantes para asear los trastes.
— Referente a eso ya se como voy a revelar que sobreviví...
— ¿Piensas salir en público luego de lo que paso? — le cuestionó pasmado por la noticia.
— Tengo que. Soy el ministro de relaciones exteriores no puedo desaparecer aunque quisiera.
— Si, como si ese trabajo te importara tanto — expreso ladeando la cabeza.
— No es la primera vez que intentan asesinarme Jimin. Antes de que nacieras casi me dejan parapléjico. Además debo encontrarme con mi gente en Estados Unidos y tú me ayudaras a hacer como si todo esto hubiese sido tan solo un secuestro que salió mal.
— No puedo. Voy a estar mucho más ocupado que de costumbre — negó en un segundo.
— ¿Y eso porque? ¿Te contrataron como prostituta de un bar? — Jimin suspiro enfadado, pero sin concederle atención a tal comentario hostil.
— No. Soy la nueva portada de Secret — le hizo saber. Frotando los trastes con la esponja.
— ¿Y eso que mierda es?
— ¿Acaso vives debajo de una roca? — refunfuño tomando una de las revistas Secret que poseía en su mesa y aventó esta al sofá.
— Aah...esto. Pensé que esto era para mujeres — dijo al observar la revista.
— Vivimos en el siglo veintiuno — mascullo Jimin obstinado ante la actitud agria de su padre.
— Bueno, ¿y que esperas? ¿Quieres que te felicite? — rio.
— Si y también estoy esperando a que me digas "te amo" y que estas muy orgulloso de mi... — respondió usando sarcasmo.
— Por cierto, ¿como se encuentra tu madre? — cambio de tema.
El corazón de Jimin dio un salto y palpito con furia al recordar a su progenitora, a la mujer quien no debía llamarse madre.
— No lo sé. Le contrate una enfermera privada y mis tías se están ocupando de ella — contesto internado no caer en depresión. Odiaba mostrarse débil.
— ¿Porque no me extraña que no te importe la salud de tus padres?
— ¿Tal vez porque nunca estuvieron para mi? — contesto agresivo fulminado al hombre con la mirada.
— ¿Que no? ¿Porque crees que te escogieron como portada de la revista? ¿Crees acaso qué tu apellido no pesa? — le hizo cuestionarse — es la única herencia que vas a recibir por mi parte, pero al parecer eres solo eso...un apellido.
La mente de Jimin ya se encontraba tan agotada que no pensó en responder con un insulto. Había tenido tantos desacuerdos con su padre en solo cuestión de horas que ya no poseía energías para continuar con esta disputa.
— Solo vete...lo más pronto que te sea posible — expreso apesadumbrado ocultándose en su recamara.
Jamás espero unas felicitaciones por parte de su padre ya que nunca las había recibido. Aún así le decepcionaba no poder cumplir las expectativas de ese amargo hombre, y esto era debido a que hubo un tiempo atrás en donde sí lo estimo, en donde si llegó a respetarlo y deseaba además ser como él, pero la vida le recordaba a cada segundo que ese hombre que alguna vez llegó a querer jamás existió, porque jamás llegó a amar a Jimin como un padre ama a un hijo.
[...]
Su padre se marchó en los siguientes tres días cuando hubo contactado con su gente en Estados Unidos y estos arribaron a "rescatarlo". No agradeció por nada, ni por la comida o por el alojo gratis y sin restricciones, tampoco agradeció por el nivel de tolerancia y madurez que manejo Jimin para no acabar a los golpes con él. Solo se marchó un día sin decir nada. No obstante Jimin fue feliz, al fin pudo respirar tranquilo, sentirse pleno con su soledad. La misma soledad que lo acompañaba la noche de hoy cuando observaba el televisor con las noticias entrevistando a su padre en vivo.
— Unos hombres llegaron armados a mi hogar, no se como lograron entrar a la residencia ni como pasaron por encima de mi personal de seguridad. Yo solo recuerdo haber temido mucho por mi vida y la de mi esposa. Corrimos escapando de ellos y yo conseguí desviar a dos de los extraños para que no le hicieran daño a mi amada, pero lamentablemente no contábamos con que eran más personas y consiguieron herir a mi esposa. A mi me atraparon, pero gracias a unos individuos de mi personal de seguridad yo pude escapar y me escondí. Hoy les agradezco a esos hombres que dieron su vida para protegerme. Juro que las familias de los difuntos serán recompensadas, además a nombre de cada uno de ellos pienso crear una asociación benéfica en donde cientos de niños sin padres...
— Vaya mierda — expreso Jimin apagando el televisor.
Le resultaba cansado observar por más tiempo a ese hombre actuando como un inocente cordero, pronunciando tantas mentiras y reflejándose como una víctima, como un buen hombre, como un buen padre. Jimin pensaba que de no haber sido su padre un mafioso este tendría una exitosa carrera como actor, ya que su expresión acongojada al momento de relatar los hechos te hacía pensar que no existía mentira alguna en lo que decía.
Para ahogar sus pensamientos ideó inhalar un poco antes de dormir, pero antes de tan siquiera tener la oportunidad de abrir la dichosa bolsa con los polvos mágicos su teléfono hubo timbrado, y aunque deseara hablar con su hermana no se alegro cuando leyó su nombre en el identificador de videollamadas. Pues su espíritu se encontraba muy desalentado como para fingir felicidad esta noche.
— ¡Hola! — saludo Soo en la videollamada.
— ¿Como estas hermosa? — saludo él sosteniendo su teléfono a la altura de su rostro.
— Bien, aunque bueno ha sido una aberrante desgracia la muerte de Youngmi ¿no? — expreso con tristeza.
— Si...casi nadie sobrevivió a ese atentado.
— Excepto nuestros padres — le recordó Soo.
— Si, excepto nuestro padres — afirmó sin ánimos — y bueno me llamaste para hablar de nuestras penas ¿o para que? — cambio el tema.
— Bueno John y yo teníamos pensado celebrar la boda en octubre, pero debido a lo que ocurrió en la mansión con nuestros padres y Youngmi ya no estamos tan seguros.
— Celébrala — se alzó de hombros —, al fin y al cabo nuestros padres no van asistir y tampoco les interesa.
— ¿Tu crees que debería?
— Por supuesto, ¿ya elegiste el vestido?
— ¡Si! — sonrió enseñando todos sus dientes — mira este — expreso risueña enseñándole a Jimin en su tableta un lujoso vestido blanco con corte de sirena.
— Eso si que es un vestido decente —dijo observando cada detalle del mismo. Imaginando como se vería su hermana con este —, vas a lucir como toda una princesa Soo — le sonrió.
— Si... — susurro la joven quien bajo su cabeza expresando una mueca de melancolía.
— ¿Que sucede? — pregunto Jimin borrando su sonrisa.
— Hace dos días fui al ginecólogo a hacerme unos exámenes de rutina y me dijo que debido a mi menstruación irregular es probable que sea infértil — explico Soo secando algunas lágrimas.
— Pero no debes preocuparte. No es un diagnóstico final, tienes que hacerte otras pruebas. Además también existe el embarazo in vitro y tienes la posibilidad de adoptar. No lo des por perdido — intento alentarle mostrando su lado más humano.
— Tienes razón es solo que...
— ¿Qué?
— Tengo miedo de decirle a John. No quiero que se decepcione de mi.
— Primero: una noticia así no tendría que decepcionar a nadie, ya que eso no sería tu culpa y segundo: si él se decepciona de ti solo por ese detalle entonces quizás no debiste haberte comprometido con él — le hizo entrar en razón.
— Él es el hombre indicado, Jimin.
— Ningún hombre es el indicado, Soo — resoplo —, y te lo digo yo que soy hombre.
— Lo dices ahora porque no haz encontrado a tu media naranja, pero cuando lo hagas verás el mundo de otra manera — expreso ella quien vivía enamorada de la idea de un amor perfecto, muy a diferencia de Jimin quien sabía que un amor como ese en este mundo no podía existir.
— Bueno como yo no conozco que es eso llamado "amor" prefiero hablarte de algo que sí conozco...
— ¿Y eso es? — canturreo Soo curiosa.
— ¿Conoces la revista Secret? — consultó.
— Si por supuesto la compro de vez en cuando — aseguro arreglando un mechón de su cabello detrás de la oreja.
— Siendo así tal vez te interesara comprar el tomo de este mes — sonrió coqueto.
— ¿Porque? ¿Que ocurrió? — pregunto creyendo saber lo que si hermano traía entre manos.
— No lo sé — sonrió fingiendo ser ingenuo — es una sorpresa.
4 días después. Departamento de Soo. 07:30pm.
El joven Park se inducia ánimos todos los días para poder continuar con la agria vida que le había tocado, pero supo que su suerte no iba a cambiar cuando pareció pescar un resfriado que lo estaba haciendo estar en cama durante tres días seguidos. En estos momentos yacía en su cama, con pañuelos usados por todas partes y una tos que no parecía mejorar.
— ¿Te tomaste la sopa que te llevo mi guardaespaldas? — le pregunto Tae quien estaba en línea con él.
— Si... — susurro Jimin con su voz rasposa.
— ¿Y te cubriste lo suficiente para sudar la fiebre?
— Si Tae... — tocio de nuevo — hace poco me tome la temperatura, estoy en treinta y siete grados.
— Ah estas bajando. Te juro que una vez y mis exámenes terminen iré para estar contigo — pronuncio agobiado por la salud de su amigo.
— No te preocupes, voy a mejorarme pronto y visitaremos cada discoteca de esta ciudad usando tu Ferrari rojo — dijo queriendo alentar a ambos.
— Si debemos estrenar esa belleza como se debe — rio —, debo irme Jimin. Sabes que si te sientes mal puedes llamarme cuando desees voy a estar despierto estudiando — le recordó.
— Gracias Tae, nos vemos pronto — se despidió.
— Nos vemos pronto, mejórate — pronuncio usando un tono acogedor.
Al colgar la llamada el semblante de Jimin se transformó, pues se sentía peor de lo que admitía, la cabeza parecía querer estallarle y pensaba que iba a morir por tan solo una gripe.
Pensó en tomar otra siesta hasta que su teléfono hubo sonado y leer el nombre de la persona quien lo llamaba no le agrado, de todas formas decidió atender.
— ¿Que quieres Jeon?
— ¿Estas en tu casa? — pregunto el hombre.
— Por supuesto ¿acaso no sabes que estoy mal de salud? — respondió arisco.
— ¿Que tanto? — indagó.
— Lo suficiente como para querer colgar la llamada, no fastidies — se quejo chistando su lengua.
— Voy para allá.
— ¡¿Qué?! ¡No puedes venir, estoy enfermo! — exclamó inquieto.
— Estoy de camino Park — aseguró.
— Carajo Jeon, no voy a abrirte la puerta — le advirtió en un gruñido.
— Pues deberías abrirla antes de que la eche abajo — rio con malicia, disfrutando alterar al modelo.
— ¡No puedo coger! ¡Hey!... — grito cuando Jeon lo dejo en línea hablando solo — ¡hey! Este imbécil... — se lamento observando el gran desastre que era su recamara.
Queriendo halarse de los cabellos se levantó de la cama y maldijo entre dientes. Uso una bolsa de basura para deshacerse de los pañuelos y demás desperdicios, y camino luego al baño para poder asearse al menos un poco. No sabía lo que pretendía hacer Jeon en su departamento, pero tenía por seguro que no deseaba oler a mandril al estar al lado de él.
Secaba su cabello mojado con una toalla después de vestirse con una pijama limpia, y apenas logrando maquillar sus extensas ojeras tuvo que correr a la puerta cuando fue tocada.
— ¿Que diablos haces aquí Jeon? ¿No ves que estoy enfermo? — reclamó con las manos en su cintura cuando se encontró con el hombre detrás de la puerta.
— ¿Ni un "buenas noches"? — pregunto soberbio ingresando a la vivienda.
— Además esto es una residencia privada, ¿como es que siempre consigues ingresar sin llamarme? — se cuestionó.
— Vaya al fin lo notaste — expreso dejando el bolso qué traía sobre la mesa de mármol —, yo antes vivía en este edificio, soy un conocido del portero — afirmó, dejando caer un tensiómetro digital sobre la mesa.
— ¿Antes de que?
— Antes de mudarme con Hyori — respondió con su voz baja y su mirada sin expresión — siéntate en el sofá. Quiero tomar la tensión.
— ¿Y eso como por? — pregunto frunciendo el ceño.
— Quieres saber si estas bien ¿o no?
— Ya que...
No teniendo otra opción Jimin hizo lo que Jungkook le pidió y este amarró el brazo del pelinegro al aparato.
— No estaba enterado de que sabias medir la tensión — dijo Jimin quien se sentía extraño al recibir gestos de amabilidad.
— No tienes idea de todas las cosas que se hacer — contesto con doble sentido observando al joven de reojo.
— ¿Que? ¿También sabes pilotear un cohete a la luna y crear oro con tus manos? — se burlo.
— No, vaya tu tensión es mejor de lo que creí — dijo luego de quitarle el brazalete.
— ¿De verdad? — se cuestiono Park observando los número en el reloj digital.
— Si.
— Bueno yo no entiendo nada de esto, pero creo que mi cabeza va a explotar dentro de poco — expreso sosteniendo la misma.
— Ten, tomate esto — le dijo entregándole una pastilla blanquecina.
— ¿Y esto que es? — consulto confuso sujetando la pastilla.
— Bueno al menos que quieras que tu cabeza explote deberías tomártela.
Sin querer pensar demasiado en la razón de porqué Jungkook hacia todo esto, tomo el medicamento notando luego que de hecho el fotógrafo no le había mentido pues sintió aliviado cuando el dolor en su cabeza se calmo, y para celebrarlo extrajo una botella de vodka de su mini bar (algo tan típico de él).
— Tuve la oportunidad de estudiar psicología, pero la deje a medio terminar — decía Jimin tomando del vaso, viajando entre las estrellas y demás constelaciones.
— ¿Porque? — le pregunto Jungkook estando mucho más sobrio que su contraparte.
— Problemas familiares...con mi familia cualquier tipo de situación por más insignificante que sea se convierte en un gran problema, por eso me mantengo alejado.
— Mmm no es mala idea — pronunció el fotógrafo regresando a la botella de vodka, vertiendo licor en su vaso vacío. Cuando sin aviso se encontró con Jimin muy cerca de él al regresar a su posición — ¿que haces? — le pregunto con su ceja elevada.
— Sabes quisiera que mis ojos fueran como los tuyos... — decía sin dejar de observarlo — son mucho más estéticos, y al menos cuando sonríes puedes seguir viendo.
— Ja ¿qué? — rio hasta que sintió la mano del joven masajeando su entrepierna — ¿que ni enfermo te detienes? — cuestionó mordiendo su labio inferior.
— ¿Acaso no viniste para eso? — sonrió buscando los labios del fotógrafo, pero este lo detuvo colocando su mano en el pecho del hombre.
— No todo en la vida es sexo Park.
— Ay no, no. No digas esas tonterías... — refunfuño Jimin apartándose con disgusto.
— Es la verdad — se alzó de hombros dando un suspiro — cuando crezcas lo entenderás.
— Jajaja ¿qué? — carcajeo echando su cuerpo sobre el mueble — estas demente...
— Y tu ardiendo, voy a prepararte un té que te ayudará a mejorar — expreso caminando hacia la cocina, colocando la tetera a hervir.
— Jeon, ¿alguna vez te haz enamorado? — pregunto bebiendo de nuevo.
— No... — respondió, luego de tres segundos de habérselo pensado.
— Yo tampoco. — afirmó — eso del amor es porquería. La verdad es que no existe algo así — dijo para entonces reír como un desquiciado.
— ¿Que ocurre? — le pregunto Jungkook aún desde la cocina.
— Es que...te mentí — expreso cubriendo su rostro de la vergüenza —, si me he enamorado.
— Mmm no creo que sea oportuno que me digas es...
— Fue hace mucho tiempo, cuando aún era un niño. Yo realmente creí en él...creí que me amaba, pero me utilizo — decía Jimin afligido. Con sus ánimos rozando el suelo.
Para este momento la tetera ya había hervido y Jungkook se acercaba al pelinegro con la taza de té en su mano, dejando caer la misma en la mesita que yacía al lado del sofá.
— Sabes es mejor que conserves tus historias para ti mism...
— Lo conocí porque era hijo de un amigo de la familia. Era tan encantador que no pude prever el tipo de persona que era — se lamento. Eliminando de su rostro cualquier tipo de felicidad — de todas formas eso no funcionó, ¿sabes porque?
—No quiero saberlo...
— Porque yo me entregue a él como el idiota que soy... — sorbió su nariz la cual ya comenzaba a generar mucosa — ¿a que edad perdiste tu virginidad Jeon?
— Ah...a los dieciséis — respondió desorientado e incomodo. Sin entender a que deseaba llegar Jimin.
— ¿Y con quien fue?
— Con mi novia de ese entonces. Park deberías tomar el...
— Que suerte la tuya — le interrumpió de nuevo —,perdiste la virginidad con alguien que no era un bastardo...a mi me utilizaron a los catorce — rio limpiando ahora las delgadas lágrimas que intentaban inundar sus oclayos.
— ¿A los catorce? — pregunto Jungkook con su ceño fruncido.
— Si... — rio — pero eso ni siquiera importo porque cuando lo hicimos mi padre nos encontró. Lo golpeó primero a él y luego me golpeó a mi — jadeo dejando correr las lágrimas por sus mejillas —,más tarde de eso tuvieron que llevarme al hospital porque estaba sangrando por ya sabes donde...y para intentar ocultar las cosas dijeron que él me había abusado...se me olvido decirte que el idiota tenía 21 años — rio nervioso una vez más, tomando ahora del licor. Sujetando el vaso con sus manos pálidas y temblorosas.
— Fue preso por algunas semanas y luego lo dejaron en libertad, nunca supe que fue de él. Pero desde ese momento mi padre comenzó a odiarme mucho más de lo que ya lo hacía. A veces pienso que no me quiere... — abrazo sus rodillas — jamás me ha dicho "te amo" o me ha tratado como a un igual, solo piensa que soy basura por ser gay...
La expresión en Jungkook era de total sorpresa, como en esos momentos cuando no sabes como reaccionar ante tales desgracias ajenas, y solo te quedas inerte escuchando todo lo que tiene para decir quien habla de sus miserias.
— Pero sabes eso ya no me importa. Ahora soy la portada de Secret y con el dinero que gane espero comprarme mi propio departamento y mudarme al fin de aquí. No tengo porque seguir sufriendo por los comportamientos de otros, aunque esos otros sean mis propios padres ¿no? — dijo llevando su mano a la taza para coger esta.
— Espera... — le detuvo Jungkook — con tanta charla ya se ha enfriado el té, y debes tomártelo tibio o sino no te mejoraras — aviso levantándose del sofá y sujetando la taza para calentar el agua de nuevo.
Jimin acepto, pero cuando Jeon regreso de la cocina este ya se encontraba en los brazos de Morfeo.
[...]
Jimin abrió los ojos con su cabeza doliendo como de costumbre, y cubrió su pecho con las cobijas bostezando después. Se revolvió un tanto en la cama acomodando su cuerpo en el acolchonado y cuando se giro a su derecha se encontró con Jungkook durmiendo a su lado. Salto de la impresión, pensando estar delirando o en un sueño, pero la cuestión era que esto se veía muy real como para no serlo.
Con sus ojos inspeccionó el cuerpo del hombre quien hoy usaba una camiseta blanca sin mangas y dormía con tan solo su ropa interior en la zona de abajo. Mordió su labio inferior cuando notó por debajo de la cobija la típica erección matutina en el fotógrafo, siendo así como un mensaje arribo a su teléfono. Busco este mismo en la mesa de noche y lo tomo para leer el mensaje de su amigo Tae.
Taehyung:
— Hey Jimin se me había olvidado enviarte lo que me pediste 😅 jeje.
Esto fue lo que me envió Jungkook aquel día en donde peleamos 😗...
El misterio fue resuelto cuando Jimin se contempló a sí mismo en una foto durmiendo sobre el regazo de Jeon. Jungkook había tomado una selfie de ellos cuando cargaba al modelo entre sus brazos y este dormía como un tierno niño sobre su pecho musculoso.
Jimin desconcertado se volvió al hombre adormilado, preguntándose ¿en que momento eso había sucedido?
Taehyung:
— ¿Y que te parece? 😏.
¿Y que le parecía? Jimin no podía responder a eso.
Pero al observar esa foto a la par de percibir el calor de Jeon durmiendo a su lado, comenzaba a tener un conjunto de pensamientos que no debía pensar, como al mismo tiempo sentir un conjunto de sentimientos que no debía sentir.
Se volvió al fotógrafo y con sus dedos acarició la línea de la barbilla del hombre, acostándose de nuevo a su lado y observando cada detalle del rostro de este. Permitiendo que su calidez humana abrigara a su tan solitario cuerpo.
Muchas gracias por leer 🤗. Nos vemos el jueves, cuídense mucho y coman cosas deliciosas ✨.
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