Capítulo 13:
— ¡Lo han hecho muy bien chicos! Ahora retoquen sus maquillajes y los quiero en la sala B en quince minutos — decía el estilista a todos los modelos de Fantasy.
Jimin se sentía complacido. Había tenido una buena pasarela, no se tropezó en ningún momento, fue acreedor de muchos aplausos y el bombón qué exaltaba su lívido, le hubo confirmando con solamente su mirada que lo deseaba. Desde este momento las cosas solo podían ir a mejor.
En menos de dos minutos los vestidores se habían quedado a solas. Los modelos se encontraban muy ansiosos como para esperar tanto tiempo antes de ir a la sección de fotografía. Muchos de ellos antes de partir habían felicitado a Park por su excelente presentación, otros tantos simplemente lo ignoraron y trataron de irrelevante. Pero esto no le angustiaba en lo absoluto a nuestro amigo pelinegro. Él entendía muy bien que el éxito atraía a la envidia, y que mientras más éxito tuviera más detractores nacerían. Además amaba ver que las personas ajenas a él sufrieran por sus logros, eso lo llenaba de orgullo.
Se estacionó un momento en los vestidores con la intención de tomarse unas cuantas selfies en el mostrador, para subirlas a sus redes sociales. De este manera sus fanáticos podrían ser capaces de contemplar su éxito y talento lo más pronto posible.
Yacía tan ensimismado leyendo los mensajes positivos de sus fans, que no percibió cuando alguien hubo ingresado a los vestidores, o quizás su mente solo había hecho creer que se trataba de un modelo insignificante.
— Lo haz hecho muy bien — susurro la misma persona que se tomó el atrevimiento de acariciar con sutileza su brazo.
El pelinegro salto en su sitio por tan repentino toque, para luego sonreír a gusto cuando observó de quien se trataba.
— ¿Ah si? — se levantó del asiento — dime que tan bien lo hice — musito erótico sobre los labios del contrario, quien se veía dispuesto a seguir su coqueteo.
— Excelente...brillante... — expreso en tono bajo permitiendo que el olor a tabaco en su boca se escabullera en la del contrario, mientras lo contemplaba con sus ojos oscuros hechos lujuria y acariciaba a la par los brazos de Jimin.
Quizás se les había olvidado el lugar en donde se encontraban o tal vez ni siquiera se lo plantearon. Porque a pesar de estar en un lugar público no les importaba ser avistados en tal situación tan intima. Los labios de ambos picaban por ir a los ajenos para besarlos y de hecho habría sido así, de no ser por un grito inusitado.
— ¡¿Como que no puedo entrar?! — alguien hubo gritado detrás de la puerta alarmando de inmediato a los dos pasionales — ¡yo soy familia!.
— ¡Jimin! — Soo apareció en los vestuarios con Tae detrás de ella, quien discutía con un guardia.
— Oh esta bien, él es mi primo — mintió Jimin al guardia y este solo hizo una morisqueta con los labios antes de marcharse.
Jungkook no estaba entendiendo lo que ocurría, así que de forma disimulada intento apartarse lo más que pudo de Park para no crear sospechas.
— ¡Ay hermanito lo hiciste increíble! — halago Soo al momento en que lo abrazo de forma fraternal.
— ¡Si! Creí que odiabas el morado — dijo Tae notando enseguida que Jimin no se encontraba a solas.
— No odio el morado cariño. Odio que la gente que no tiene estilo como yo lo use — dijo haciendo referencia a que con anterioridad Shaun usaría ese atuendo — Oh permítanme presentarlos — expreso cuando noto la incomodidad en Jeon — Jungkook ella es mi hermana Soo.
— Oh...Jungkook — exclamó sorprendida al entender la situación e hizo una reverencia — un gusto Jungkook soy Park Soo.
— Un gusto — contesto él correspondiendo la reverencia.
— Y este hombre de aquí es el indigente qué recogí en la calle — bromeó señalando a Taehyung.
— Ay si tu ¿se te olvida que fui yo quien te encontró en la basura? — continuo la broma.
— Ya soñarías tu haber encontrado algo tan valioso como yo en la basura — respondió con superioridad el pelinegro.
— ¡Jimin! ¿Me prestas tu cargador? — pregunto Woo quien recién había ingresado a los vestidores.
— Si, está en mi bolsa — contesto Jimin sin darle mucha importancia, muy al contrario de Tae quien se encontraba flechado por la delgada y pálida joven.
— Kim Taehyung — se presentó ignorando por completo a su amigo o a los demás.
Ahora se estaba odiando por haberse presentado de manera tan tosca, pues Woo se percibió desconcertada y sin palabras para decir.
— Disculpa que no los presente. Él es mi amigo Taehyung — señaló al castaño el cual hizo una reverencia torpe, la cual Woo correspondió a pesar de todo.
— Un gusto conocerla señorita — pronunció con su ronca voz.
— Y ella es mi hermana mayor.
— Park Soo — saludo también está con una reverencia.
— Oh ¿la gimnasta olímpica? — pregunto con asombro.
— Si, así es — confirmo con risas.
— Vaya eres genial, de verdad increíble — halago Woo a la señorita Park mostrándose algo nerviosa.
— Muchas gracias.
— Bueno creo que ya es hora de la sección de fotos — les hizo recordar Jungkook a los modelos.
— Ah si, los veré al rato — dijo refiriéndose a su hermana y a Tae.
— Pórtate bien — le recordó Tae con picardía a Jimin.
— ¡Ja! jamás — se negó.
— Fue un placer conocerlos — expreso el fotógrafo haciendo una reverencia y marchándose luego.
— Un gusto para mi también — concluyó Woo más tarde despidiéndose de igual manera.
Soo hubo logrado despedirse, más sin embargo, el castaño a su lado yacía perplejo por la belleza etérea de la joven chica.
— Ya deja de babear y vámonos — exclamó Soo palmeando la espalda de Tae.
— ¿Ah? ¿Qué? — el castaño despertó de su ensueño justo abres de que Soo lo abandonará en los vestidores — ¡hey espérame!
Después del ligero coqueteo en los vestidores, Jimin pensó ingenuamente que esa noche Jeon lo llamaría para invitarlo a salir, pero se enfureció en sobre manera cuando ni por casualidad obtuvo tan siquiera un mensaje de su parte.
Obstinado tomo soju y llamo a un antiguo compañero de fiesta, quien tal vez lo ayudaría a olvidar la actitud indiferente del fotógrafo.
— Creí que habías desaparecido — pronunció el joven de tatuaje en el cuello quien estaba al lado de Park Jimin.
— Yo nunca lo hago cariño, solo tome un breve descanso — respondió este con un tono suave, pero atrevido.
— Bien ya hemos llegado ¿seguro que no te importa ingresar ahí sin nada que proteja tu identidad? — pregunto el joven deteniendo su auto enfrente de una de las discotecas gays más conocidas de la ciudad.
— No. Que se jodan los paparazzis. Ya estoy harto de continuar escondiéndome y de tener novias falsas — pronunció estando seguro de cada una de sus palabras.
Abrió entonces la puerta del vehículo caminando con total gracia hacia la entrada de la discoteca. El joven tatuado camino detrás de su tenaz acompañante descubriendo que Jimin ya era bastante conocido en el lugar. Debido a que el guardia no se hubo molestado en hacerlo esperar en la descomunal fila que yacía afuera para ingresar al establecimiento.
Ingresaron con la música pop haciéndoles compañía, y contemplaron como el espectáculo de la noche había comenzado sin ellos. La gente observaba atenta como un hombre de contextura musculosa y con rasgos extranjeros se despojaba con lentitud de cada una de sus prendas.
Jimin avanzó entre la multitud con destino hacia la barra y cuando ya estuvo en esta, pidió al bartender una copa de soju.
— Y dime Hanjoo ¿a que le temes? — pregunto sorbiendo el alcohol que le quemo la garganta.
— ¿Disculpa?
— Digo pues tu cuerpo parece estar aquí, más sin embargo, tu mente cabalga galaxias ¿a que le temes? — pregunto de nuevo.
— A nada. Hace mucho que no venía a un lugar así — se excuso.
— ¿Y temes qué alguien te reconozca? — dedujo con una de sus cejas elevadas.
— Supongo... — expreso temeroso.
— Ay Hanjoo si lo hacen al menos da las gracias de que te verán conmigo, y no con uno de esos zarrapastrosos con los que sueles estar — se burló con malicia.
— ¿Y que es de tu vida Jimin?, hace mucho que no te veo en bares — cambio el rumbo de la conversación tomando de su propia bebida.
— ¿Qué? ¿Acaso no me viste esta tarde en la gala Butterfly? — le cuestionó.
— No. Yo no veo tales eventos sin importancia — respondió con indiferencia.
— Sin importancia para ti, pero te aseguro que tu quijada caería al suelo si tan solo observarás la cantidad de ceros en mi pago por tal "evento sin importancia", doctorcito de pacotilla — respondió envalentonado.
Jung Hanjoo era el hijo de un matrimonio de doctores cirujanos plásticos. Él era el menor de la familia y estaba a punto de egresarse de esa misma profesión que tanto odiaba, pues él siempre había deseado ser un músico. Profesión que por su puesto sus padres no aprobaron y debido a ello ahora vivía en "la miseria" de ser un doctor cirujano plástico.
— Vamos Jimin, los dos sabemos a que vinimos — sonrió por la tontería de Park acariciando el dorso de la mano del mismo.
— ¿No vas a ni siquiera recitarme un poema de amor? — expreso haciendo un puchero con sus pomposos labios.
— ¡Ja! — se burló con una descarada sonrisa en sus labios.
— Esta bien, pero al menos permíteme mover el cuerpo un poco — dicho esto dejó su bebida sobre la barra y halo del brazo a Hanjoo para ir al centro del local.
Sus cuerpos se movieron en sincronía durante unas cuantas canciones. Más tarde después de haber bebido lo suficiente, fueron sus labios los que se unieron en ardientes besos. Para fortuna de ambos, Hanjoo aun mantenía su cabeza en los cinco sentidos y por lo tanto fue capaz de conducir hasta su departamento, en donde los gemidos y los jadeos se dispersaron alrededor de todo el complejo hasta muy tarde por la madrugada.
[...]
Corea del Sur. 10:00 am. Departamento de Hanjoo.
Jimin parecía ser solo un cuerpo desmayado. No había ni un solo índice de que fuera a despertar pronto. Sus babas bañaban la funda de la almohada y sus ronquidos lo hacían pasar por un gran y robusto oso. Estaba ahogado en licor (entre otras sustancias) y acabar en tantas ocasiones tampoco lo estaba ayudando mucho a restablecer su vigor.
De no haber sido porque alguien en el departamento de arriba se hubo equivocado al reproducir en alto volumen una canción de rock metal, ni Jimin ni Hanjoo habrían despertado.
— ¡¿Qué?! — Jimin cayó al suelo debido a que sus oídos fueron torturados por tal ruido tan repentino y amargo. — aargh — se quejo cuando su espalda dolió al igual que su pierna la cual se lastimó con el filo de la cama.
— ¿Qué mierda? ¿Qué paso? — pregunto Hanjoo en un bostezo.
— Estoy bien, gracias por preguntar — refunfuño Park de mala gana por no haber obtenido preocupación por parte de su amigo de cama.
— ¿Te caíste? — pregunto incrédulo.
— Nooo...me arroje al suelo porque deseaba comprobar su resistencia, imbécil — contesto siendo sarcástico.
— ¿Qué diablos fue ese sonido?
— No lo se tal vez... — entonces los ojos de Park viajaron al reloj digital en la mesa de noche — ¡son las diez! ¡Debía estar en Fantasy a las nueve, carajo! — Jimin corrió por toda la habitación en el intento de encontrar su ropa.
— ¿Desde cuando eres tan puntual? ¿O desde cuando te importa ser puntual? — le cuestionó Hanjoo a Jimin quien ya se hallaba bañándose en la ducha.
— ¡Desde que mi compañero de trabajo es más ardiente que el sol! — grito Jimin desde el baño.
— ¿Vas a ir con él ahora? — pregunto acercándose al pelinegro.
— Por supuesto, es el fotógrafo — contesto sin darle mucha importancia, entre tanto Hanjoo contemplaba atento gracias a la puerta transparente de la ducha el tatuaje de lunas de Jimin.
— Aaff nunca sentaras cabeza Park... — bufo Hanjoo volviendo los ojos.
— Si sentar cabeza para ti es casarse y tener hijos entonces tienes razón. Nunca voy a hacerlo. — respondió secando luego su cuerpo con una toalla.
Jimin era de esas personas que deseaban quedarse solas por el resto de sus vidas. No creía en el amor y mucho menos en la fidelidad. No le importaba compartir pareja como tampoco le importaba casarse, solo deseaba vivir una vida en la que únicamente tuviera que gastar en él y en nadie más. A diferencia de Hanjoo quien siempre busco en sus compañeros de cama una pareja con la que pudiera formar una familia, pero para su infortunio estaba buscando en donde no era. Pues Park repelía todo lo que tuviera que ver con una familia, quizás porque nunca se sintió parte de una...
Jimin voló hacia los vestidores de Fantasy en donde los estilistas le hicieron saber que, hace mucho que los modelos habían empezado con su rutina, y que ahora debía preguntarle a Jeon que sección fotográfica haría el día de hoy.
Llegó agotado al estudio de fotografía y vio allí a Jeon trabajando junto a otros modelos, por lo que se acercó a ellos.
— Hola Jimin — saludo Woo.
— Hola — devolvió el saludo él.
— ¿Qué ocurrió? ¿Porque tan tarde? — pregunto ella.
— Tuve asuntos que atender — respondió con indiferencia.
— Bien hemos terminado con esta sección. Hagan el cambio de vestuario y vuelvan en quince minutos — decía Jungkook a los modelos.
La mirada del fotógrafo se dirigió entonces a Jimin, quien aun mantenía su cabello mojado y lo miraba como si estuviese esperando instrucciones, por lo que Jungkook se acercó a él.
— Buenos días — saludo con falsa inocencia Jimin.
— Para ti ya son buenas tardes, ¿que sucedió? — le pregunto mostrándose firme.
— Tuve inconvenientes... — dijo con ansias de verse atrevido, pero en este lugar Jungkook no tenía el lujo de expresarse libremente.
— Pues esos inconvenientes te han quitado tu trabajo de hoy.
— ¿Disculpa? — pregunto incrédulo.
— Si, el trabajo que tenia para ti lo hemos hecho con alguien más — explicó sin mostrar arrepentimiento y con sus brazos cruzados.
— Pero no pueden hacerme esto. No pueden buscar a un reemplazo así de la nada y echarme a un lado — decía exultado viéndose bastante ofendido — yo soy uno de los mejores modelos de esta agencia ¡y merezco respeto! Yo no voy a tolerar...
— Oye, oye...tranquilo tigre —Jungkook rio entonces sosteniendo a Park de ambos hombros. Se le hacía entretenido molestarlo — aun tengo un trabajo para ti, pero no se si te guste — dijo haciendo un mohín con sus labios.
— ¿Y eso es?
— Lo veras después del almuerzo.
Jimin acepto sin rechistar, pues debía admitir que el misterio de Jeon se le hacía excitante.
[...]
Más tarde Park se encontraba siendo roseado con maquillaje liquido no químico para la piel. Los estilistas intentaban maquillar cada tatuaje que el joven poseía en su figura, pues la sección de fotografía que tenía Jeon preparada para él sería al desnudo...bueno, casi. Hoy Jimin desfilara por primera vez ropa íntima de caballero.
Mientras se preparaba Jimin no podía dejar de pensar que esto claramente había sido premeditado, y que Jeon de hecho era mucho más osado de lo que se podía ver.
Park camino hacia la sección fotográfica con paso decidido, en donde yacían aros de luces y a Jungkook esperando por él. Actuó entonces como si esto fuese algo casual para él y al posarse frente a la cámara se despojo al fin de la bata blanca que lo cubría.
Se encontraba vistiendo un bóxer color negro y una camisa blanca manga larga con los botones abiertos, la cual le otorgaba el toque de sensualidad que está sección necesitaba.
— Párate firme y deja tus brazos caer — le indico Jungkook tomando luego la primera fotografía.
Las fotos continuaron al igual que las ordenes de Jeon, haciendo así más atractivo el momento para Park pues él amaba la dominación. Más sin embargo, intentaba controlarse para no importunar a todos con una evidente erección.
— Ahora colócate de lado y eleva tu talón así — le enseñó lo que debía hacer y así Jimin siguió su mandato.
Para los conocimientos de Park esta era una sección fotográfica bastante distinta. Hasta donde hubo visto nunca noto a modelos de Corea desfilando ropa interior como él lo hacía ahora. Siempre eran hombres robustos y musculosos quienes hacían poses muy atractivamente masculinas.
Era como si todo esto se estuviese haciendo para Jungkook. Única y exclusivamente para él, tal y como una sección fotográfica personal, la cual disfrutaría más tarde en la intimidad.
— Espera — Jeon detuvo las fotos y se acercó con perspicacia a Jimin.
Fue entonces cuando el fotógrafo lo tocó para despojarlo de la camisa blanca, qué el corazón de Park dio un gran salto. Sus manos se encargaron de quitar con lentitud la prenda, mientras sus ojos permanecían en toda la extensión de piel suave y delicada que poseía el pelinegro.
— Te ves muy sexy — susurro para que solo Jimin pudiese escucharlo.
Este sonrió con gran brío sintiéndose victorioso, y la sección continuo entonces por unos minutos más.
El trabajo del día termino con Jimin satisfecho debido a los halagos recibidos por parte del fotógrafo. Aunque era necesario acotar que aún se sentía irritado por su actitud tan indiferente fuera de las horas laborales. Pero Jimin entendió que eso hoy cambiaría cuando a su buzón de mensajes llegó una notificación de Jeon.
Jungkook:
— Espérame en el estacionamiento cuando vayas de salida.
Y por supuesto que iba a hacerlo...
Muchas gracias por leer 🤗.
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