Nota 3
Me sentía derrotado en ese momento, con esa enorme necesidad del querer confesarle y evitar problemas mayores. Suspiré muy engorroso y fui directo hacia la mesa sentándome a su lado y encontrando un plato de galletas justo en mi lugar.
— las preparé para ti — me acercaba el plato para que ese delicioso olor me atrapara con angustia.
tomé impulso y fui directo al grano ignorando un poco su postre. Me daba un cierto límite de pánico insertar mi mirada a la suya, sentía que no me lo merecía después de haberle decepcionado a sus espaldas y entre una voz ronca e inapropiada comencé con confesarle.
— Hace unas semanas conocí al dueño de la biblioteca. es muy amable y para ser sincero me ha ido muy bien desde entonces, es mucho mejor que tener que estar soportando los golpes de esos molestos niños y buscar un lugar donde adaptarme.
Pareció haberlo tomado bien a la primera entre esa sonrisa y ese conmovedor "me alegro de que hayas encontrado a alguien quién te acepte" hasta que su siguiente pregunta la hizo cambiar de opinión.
— ¿Y cómo fue que lo conociste?
— Lo encontré tirado en la entrada de la biblioteca pidiendo ayuda para recoger su bastón. Pero después de ayudarlo me miró muy extraño y ... — tragué saliva, un extraño presentimiento me impedía a continuar la oración y verla con tanta intriga por lo que diría a continuación me hizo pensar que metí la pata en ese instante.
— y... ¿Qué ocurrió? — sus ojos me penetraban poniéndome más nervioso de lo normal.
Sacudí mi cabeza fingiendo reaccionar después de segundos en pensar alguna excusa y entre tartamudeos respondí — me preguntó que si me gustaban los libros y yo le dije que sí, entonces me invitó a pasar a la biblioteca — recalqué con una sonrisa verdaderamente falsa.
Ella suspiró esperando algo más "interesante" y acepto a que fuera a menudo a visitarlo siempre y cuando llegue temprano a casa.
— Eso estuvo cerca — mi mente se había tranquilizado al escuchar sus palabras y continúe sonriéndole esta vez de forma sincera.
Después de unos minutos ambos nos pusimos a comer de las galletas y esperé a que me diera el permiso de salir por lo menos un rato a visitar al anciano...
Nunca tuve idea que después de eso sospechara más de mi.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro