Capitulo 64.
Marcel sonrió ampliamente y sentí un cosquilleo en el estómago de anticipación. Dios, amo a éste hombre.
Entonces así es como se siente estar enamorado. No se siente nada mal, se siente excelente. Es el mejor sentimiento que he experimentado hasta ahora.
Enredé mis dedos en su cabello y lo atraje hacia mí para besarlo con urgencia. Pude saborear el rico sabor de menta en su boca mientras mi lengua acaricia sus labios con suavidad, y él abrió su boca para darme acceso. Su lengua jugueteó con la mía, y pude notar cuando sonrió en medio del beso. Su boca es tan refrescante y limpia, creo que acaba de cepillarse los dientes por el sabor en su lengua. Sus anteojos resbalaron hasta caerse y me quejé por el pequeño golpe en mi nariz, pero después comenzamos a reír del incidente y Marcel colocó los anteojos en la mesa al lado de la cama. Se colocó sobre mí completamente y tuve que abrir un poco las piernas para darle espacio en medio de ellas. Él apartó el cabello de mi cara con una caricia y me sonrió cuando cortó el beso. Yo asentí con la cabeza, dándole permiso de empezar lo que sea que haya planeado para esto.
Por primera vez decidí no hacer nada. Decidí dejarme hacer, sin apartar mis ojos de los suyos en ningún momento.
Él me miró, suspirando antes de inclinarse hacia abajo para besar mi cuello. Dio cortos besos antes de abrir su boca y dejar que su lengua recorriera mi piel. Cerré los ojos y enredé mis manos en su pelo, animándolo a seguir. Luego succionó un poco la piel debajo de mi oreja y gemí ante la agradable sensación. Chupó un poco más duro, y gemí más fuerte, tirando de su cabello. Se movió hasta mi clavícula e hizo lo mismo con su lengua, chupando después. Sentí sus manos arrastrándose bajo el dobladillo de mi camisa despacio, y me estremecí cuando sus dedos apenas rozaron mi piel. Lo deseo tanto que duele.
Sus manos juegan con el dobladillo de mi camiseta y pronto la saca por encima de mi cabeza. Sus ojos brillantes exploran mi piel recién descubierta y se inclina hacia abajo para besar mi estómago con dulzura. Sus ojos encuentran los míos por un instante antes de que mueva sus manos hacia las tiras elásticas de mi sujetador. Lo ayudé, arqueando la espalda para que él pudiera sacarlo por completo y después lo lanzó hacia el suelo con desesperación.
Llevó sus grandes manos hacia mis pechos y comenzó a masajearlos, provocando que mis pezones se endurecieran. Lentamente se inclinó hacia abajo y dejó cortos besos en cada pecho, con tanta dulzura que no parece un acto sexual. Apenas puedo soportarlo.
"U-usa tu lengua..." Pedí, perdiendo el control por el simple pensamiento.
Me miró confuso, pero luego tomó mi pezón en su boca, chasqueando su lengua sobre él. Gemí fuerte, enredando mis dedos en su cabello rebelde. Él hizo lo mismo con mi otro pezón y se movió hacia abajo dejando besos húmedos a través de todo mi torso hasta llegar a mis pantalones. Procedió a desabrochar mis jeans y los deslizó por mis piernas hasta sacarlos por completo. Sus dedos apenas rozaron mi feminidad y me sentí gotear soltando un pequeño gemido. Él sólo estaba sacando mis pantalones, por Dios, debo calmarme. Sólo quiero que me toque, pero no quiero presionarlo. Enganchó sus dedos en mi ropa interior y poco a poco la fue sacando. Lo escuché tomar una respiración larga y pensé que no seguiría, pero para mi sorpresa, él tomó mis rodillas y separó mis piernas. Obviamente se sonrojó como un tomate cuando tuvo una visión completa de mi zona íntima.
"¿P-podrías cerrar los ojos?" Preguntó incapaz de hacer contacto visual conmigo.
"Marcel por favor, no es la primera vez que tenemos sexo." Él frunció el ceño. "Perdón, sí, hacemos el amor, lo olvidé."
"Cierra los ojos." Exigió. Obedecí, cerrando los ojos, y suspiré profundo en la espera de algo.
Cuando sentí sus labios en esa zona dejando un beso, no pude evitar soltar un grito ahogado. Abrí los ojos enseguida para encontrarme su cabeza hundida entre mis piernas, dejando besos torpes allí. Joder. Madre santa. Sus labios se sienten tan bien, pero seguramente su lengua se sentiría mejor.
"¡Marcel!" No tuve que pedírselo, antes de hacerlo sentí su lengua recorriendo mi punto sensible, y succionando un poco. "¡OH MIERDA! ¡MIERDA!" Volví a cerrar los ojos, dejándome llevar.
La boca se me secó, me aferré a las sabanas con fuerza mientras me retuerzo bajo el toque de su lengua y la magnífica sensación que invade mi cuerpo.
"¿L-lo estoy haciendo bien?" Su voz suena ronca y es tan excitante. Abrí los ojos para observar sus labios húmedos con mis fluidos, y su rostro inocente me volvió loca. Maldición no puedo más.
"¡S-SI! Sólo sigue..." Gemí cuando volvió a acariciarme con su lengua cálida.
Joder. Había soñado tanto con este momento. Con sentir su lengua explorando cada rincón de mi feminidad, succionando, besando con tanta delicadeza y dulzura, absorbiendo todo. Se siente jodidamente bien. Él es inexperto y sé que nunca había hecho esto, pero no pudo haberlo hecho mejor.
Me retorcí en la cama, susurrando blasfemias mientras arqueo la espalda, sintiéndome tan cerca del orgasmo.
"Ma... Marcel, detente... M-me voy a correr... N-no quiero." Hablé jadeante. Él pareció entenderme, y se apartó rápidamente, relamiéndose los labios. "Joder. Vamos Marcel, quítate la ropa, pronto."
Él se deshizo de su camisa lo más rápido que pudo, y luego desabrochó el cinturón de sus jeans ajustados. Lo vi arrojando sus pantalones a un lado, y sacarse sus boxers con rapidez. Lo observé hipnotizada cuando liberó su perfecta polla rosada, evidentemente dura, palpitante y chorreante. Gemí por la sola imagen de su cuerpo desnudo frente a mí, y el deseo creció.
Se bajó de la cama para buscar algo en la gaveta, pero cuando lo vi sacando una caja de condones, lo detuve.
"No. Sin condón." Él me miró confuso.
"Pero..." Lo interrumpí.
"No se necesita condón cuando vas a hacer el amor, Marcel, pensé que lo sabías." Sonreí con picardía. Marcel observó la caja en sus manos.
"No. P-pensé que tú querías que lo usara..." Negué con la cabeza.
"No. Quiero sentirte, sin barreras, sin obstáculos, sin un maldito condón de por medio, quiero sentirte piel con piel. Quiero que me llenes completamente, quiero que te liberes dentro de mí por primera vez. Espero que lo sepas, jamás lo he hecho sin condón, y jamás he hecho el amor con nadie. Eres el primero en algo, estoy feliz por decírtelo." Él sonrió, caminando en dirección a la cama.
"Eso me hace feliz también, Sam. Tú eres la primera en todo para mí." Puse los ojos en blanco.
"Lo sé, y no sabes cuánto amo saber eso. Quisiera decir lo mismo, en serio quisiera, pero..." Me interrumpió, subiendo a la cama, y acomodándose entre mis piernas.
"Shhh. No me importa tu pasado, yo soy tu presente." Asentí con la cabeza, y Marcel se inclinó para besar mis labios. "Te amo." Susurró.
"Y yo te amo a ti." Respondí con sinceridad, ganándome otro dulce beso de su parte.
Acaricié su cabello y él soltó un pequeño gemido, acompañado con una sonrisa. Guió su polla hasta mi entrada, y me estremecí de pies a cabeza de puro placer. Besó mi frente mientras se introducía lentamente en mi interior. Él gimió cuando estuvo completamente dentro, y apoyó su frente contra la mía, sin moverse, dándome tiempo de adaptarme a su tamaño. Me aferré a sus hombros y levanté mis caderas para chocar con su pelvis, animándolo a moverse. Él salió y se cernió sobre mí, observando mi rostro antes de empujar nuevamente. Y se siente tan bien sentir su carne, caliente y palpitante, sin ninguna barrera de látex. Siento que estamos conectados como nunca lo había estado con nadie, y es tan jodidamente íntimo y placentero.
"Eres hermosa, Sam." Dijo, con la cara empapada en sudor y sus mejillas rojas mientras se mueve sin prisa, saliendo y entrando muy despacio, con amor, y de esa manera sólo puedo sentir más, y disfrutar más de él.
Me mordí el labio y enrollé mis piernas alrededor de su cintura, empujando más profundo. Besó mis mejillas, la punta de mi nariz, mi frente, las comisuras de mis labios, mi mentón, mis hombros, mi cuello, y por último mis labios. No pude evitar sonreír, él es adorable incluso durante el sexo. Me sentí llena con cada embestida, gemí cuando él comenzó a coger su ritmo y lo sentí golpear mi punto G con cada empuje. Pude sentir mi orgasmo acumulándose, y mis paredes comenzaron a contraerse, provocando que Marcel comenzara a gemir y gemir mientras continúa embistiéndome.
"Oh Marcel..." Un gruñido fuerte salió desde el fondo de su garganta, y sostuvo mis piernas, aferrándose a mis muslos mientras se sumerge en mí, aumentando la velocidad.
Llevé mis manos hasta su espalda sudorosa para enterrar mis uñas en ella. Él volvió a gruñir, enviando un escalofrío por todo mi cuerpo.
Mi orgasmo comenzó a construirse en lo profundo de la boca de mi estómago, y sentí que comenzó a extenderse dentro de mí. Apreté mis paredes a su alrededor, y Marcel soltó un jadeo fuerte.
"V-voy a..." Murmuró en voz baja. Sentí su aliento cálido en mi mejilla, me estremecí y volví a contraer mis músculos. "Dios, Sam, no hagas eso." Me reí, mordiéndome el labio.
"¿Te estoy volviendo loco, bebé?" Él suspiró profundo.
Me besó, mientras trabajábamos en conseguir un ritmo lento. El fuego dentro de mí se extendió y mis caderas comenzaron a perder el ritmo. Cuando pasó su lengua a lo largo de mi cuello y comenzó a chupar en ese punto, finalmente me sentí estallar, fuegos artificiales estallaron dentro de mí.
"Ma... Ma..." Gemí, pero él me interrumpió con un beso, tragándose mis gemidos. Suspiré en medio del beso mientras lo profundizaba cada vez más. Todo era negro, lo único que podía ver era él. También él respiraba con dificultad mirándome con sus iris brillantes
Tiemblo en sus brazos, mis paredes apretándose con fuerza cada vez más a su alrededor. Alcancé mi orgasmo cuando Marcel tocó ese punto, pude sentir el dulce placer golpear cada pulgada de mi cuerpo. Marcel siguió moviéndose y gimió cuando llegó a su climax, con tres embestidas profundas y sentí el líquido caliente derramándose dentro de mí, llenándome por completo, llevándome a otro nivel.
"¡JODER!" Grité, retorciéndome de placer. "Te amo, te amo." Balbucee.
Los dos nos relajamos cuando Marcel dejó de correrse en mi interior, respirando con fuerza en la cara del otro. Marcel apoyó su frente sudorosa contra la mía mientras besaba mi nariz, mis mejillas, y finalmente, mis labios de nuevo, ésta vez con más pasión que cualquier otro beso que nos dimos. Él me sonrió, una sonrisa radiante. Salió de mí y se recostó a mi lado, respirando con dificultad.
Nunca pensé que un chico jamás podría hacerme sentir de ésta forma, hacerme sentir tan amada, pero estaba equivocada. Observé al chico hermoso a mi lado y no dudé en moverme hacia él, poniéndome a horcadas, pecho contra pecho, mirándolo atentamente.
"Gracias." Murmuré, besando sus labios con suavidad. Él sonrió, envolviéndome en un abrazo cálido, acariciando mi espalda.
"¿Eso estuvo bien?" Preguntó tímido. Negué con la cabeza y él frunció el ceño, con un puchero.
"Estuvo más que bien, ¿bromeas? Fue perfecto, Marcel." Volvió a sonreír.
"Eres mía." Asentí.
"Tuya." Sus brazos se apretaron más a mi alrededor. Apoyé mi cabeza en su pecho respirando su aroma.
Se siente como si estuviera en casa. Su cuerpo es suave y no estoy incómoda en absoluto.
"Sam... No usé condón." Se escuchó preocupado.
"No pasa nada. Tomaré la pastilla mañana. No te preocupes." Él suspiró profundo, trazando mi columna con su dedo.
El líquido caliente y espeso siguió chorreando entre mis piernas, pero no le presté atención. Me quedé dormida escuchando la respiración tranquila de Marcel. Sintiéndome feliz en sus brazos.
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Copyright © yafanfiction
Smut de noche (͡° ͜ʖ ͡°) oie zhii
¿Qué hacen con sus manos que no están comentando? Lol
Voten, comenten ❤
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