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Capitulo 60.

Terminé de beber todo el contenido del vaso, sintiendo cómo quemaba todo mi interior a su paso, pero me compuse rápido.

"¿Listo para bailar, Marcel?" Preguntó Vicky, tomando el vaso de mi mano y dejándolo sobre el mesón grande de la cocina. Asentí con la cabeza, indeciso. "Genial, vamos."

Ella se aferró a mi brazo y me condujo hasta la pista de baile. Ni siquiera sentí pena al bailar, de hecho me sentía extrañamente confiado de mis pasos de baile. Vicky se movía contra mí, asegurándose de restregar su trasero contra mi entrepierna, pero no le di importancia, de esa manera bailan todas las chicas, supongo. Todas las parejas a nuestro alrededor se están moviendo igual, y algunos se están besando atrevidamente mientras se tocan sin discreción.

"¿Cómo te sientes?" Preguntó, rozando sus labios contra mi oreja.

"Bien. Genial." Ella sonrió ampliamente.

"Entonces sigamos bailando." Sus brazos se posicionaron alrededor de mi cuello, y de pronto sus labios estaban sobre los míos, besándome con euforia. Me sentí un poco asqueado al saborear el amargo sabor a alcohol en su boca, y creo que también ha estado fumando cigarrillos. Me separé bruscamente. "¿Qué pasa?" Trató de besarme otra vez.

"Necesitas una menta." Respondí, y no sé de dónde saqué la confianza y valentía para decirlo en voz alta. "Perdón, no quería decir eso. No se por qué lo dije." Ella sonrió.

"Tranquilo."

"Yo, no quise ofenderte. En realidad tu boca apesta, pero no era lo que quería decir... Y rayos, lo volví a decir. ¿Qué me está pasando? No puedo controlar mis palabras. No estoy ebrio, sólo tomé un vaso..." Fruncí el ceño.

"Diviertete." Negué con la cabeza, sintiéndome muy aturdido por la música.

"No, en realidad algo me está pasando, debo irme." La empujé un poco, pero ella tropezó con la pareja de atrás, y no fue mi intención empujarla tan fuerte. "Oh por Dios, lo siento mucho." La ayudé, sosteniéndola contra mi cuerpo.

"Marcel, sé lo que estás sintiendo, es completamente normal. Sigue bailando." Fruncí el ceño por segunda vez.

Después de bailar dos o tres canciones más, comencé a ver todo en camara lenta, me sentí mareado, las luces a mi alrededor brillaban más que nunca y no sabía dónde estaban apoyados mis pies. Me sentía desorientado, todas las personas desaparecieron de repente y mis ojos se empezaron a cerrar solos, sintiéndose pesados.

"¿Estás bien?" Una voz muy lejana me llamaba, pero mi vista no me dejaba ver nada.

Trataba de hablar, de decir cualquier palabra, pero mi lengua no reaccionaba. Estoy consciente, pero mi cuerpo no reacciona.

"¿Marcel?" Cerré los ojos con fuerza, negando con la cabeza.

¿Qué me está pasando? ¿Dónde estoy? ¿Por qué todo está dando vueltas? ¿Por qué siento que estoy en el aire?

Mi cuerpo está en movimiento, y parece que se mueve por inercia, no lo estoy controlando. De repente estoy sentado en una cama, y es lo último que logro visualizar antes de perderme por completo.

_

Narra Vicky

La droga tardó 20 minutos en hacer efecto, pero finalmente lo conseguí. Marcel está siendo controlado por las hormonas en su cuerpo. Sus caderas se mueven en círculos mientras balbucea cosas que no logro entender. Sé que la droga ha hecho efecto por su rápida erección. Él está sumido en el éxtasis.

Comencé a arrancarle su ropa con desespero, junto con sus zapatos. Y encendí mi celular sólo para tomar una buena fotografía de su cuerpo desnudo para enviársela a Bones. Seguramente va a explotar de la rabia cuando vea a su querido nerd desnudo para mí. Y vaya, el chico realmente tiene buen cuerpo, y su polla es bastante larga y gruesa.

Me senté a su lado en la cama y comencé a tocar su cuerpo y a pasar mis uñas con rudeza, dejando marcas rojas. Él comenzó a gemir como un desesperado, y sé que es parte del efecto, pero amo como se escuchan sus gemidos roncos. Entonces se me ocurrió una estupenda idea.

"Bones." Hablé después de presionar la tecla de llamada. "Debí escucharte cuando dijiste que el nerd era sexy de pies a cabeza, ahora te creo. Acabo de enviarte una foto."

"¿De qué mierda estás hablando?" Respondió, y pude notar la irritación en su voz.

"Ve la foto." Sonreí con satisfacción al escuchar el silencio del otro lado, ella seguramente está abriendo la foto que le envié.

"¿¡QUE LE HAS HECHO!?" Solté una risa fuerte.

"Absolutamente nada, cariño, él está disfrutando todo. ¿Quieres escucharlo gemir?" Pasé mis largas uñas a lo largo del vientre del chico y él gimió.

"¡No, no, no quiero escuchar esa mierda!" Volví a reír.

"Lo pondré en altavoz para que escuches como nos estamos divirtiendo juntos." Dije, antes de poner la llamada en altavoz.

"¡Maldita puta, déjalo en paz!" Gritó, y su voz se escuchó en toda la habitación.

"¿Te está gustando follarme, Marcel?" Pregunté mientras tomaba su polla en mi mano y comenzaba a bombearla.

"Sii, aghh..." Respondió, levantando sus caderas hacia mí.

"¡NO, MARCEL!" Volvió a gritar Bones, me mordí el labio aguantando la risa, porque sé que es una gran tortura para ella escuchar a su amado niño gemir a través del teléfono. "¡Eres una maldita perra, juro que te voy a dejar sin cabello, luego te voy a matar y lanzaré tu cuerpo al río! Eres una falsa de mierda, ¡te creí mi amiga!" Solté una carcajada.

"Lo siento, la tentación es más grande que la amistad, y ahora estoy aquí disfrutando de tu dulce chico, completamente entregado a mí. Es una delicia de hombre." El chico volvió a gemir ante los movimientos despreocupados de mi mano alrededor de su polla.

"¡PUTA! ¡Aléjate de él!"

"Adiós cariño, tengo que seguir divirtiéndome con tu chico."

"¡DESGRACIADA!" Colgué la llamada sin dejar de reír.

Me puse de pie, alejándome del chico, quien todavía se retuerce en la cama con desesperación. No lo seguí masturbando, ni siquiera le permití correrse, lo dejé allí frustrado y sufriendo por no poder tocarse a sí mismo, sus venas marcándose en cada parte de su cuerpo enrojecido y sofocado, pero no me importó una mierda su sufrimiento y salí de la habitación sin más, cerrando la puerta con seguro.

"¿Ya lo hiciste?" Preguntó John cuando lo encontré al final de las escaleras. Sonreí con suficiencia.

"Por supuesto que lo hice. Bones debe estar enloqueciendo en este momento." John sonrió.

"Me alegro. ¿Cuánta cantidad le diste a tomar?" Me encogí de hombros.

"La de siempre. No me excedí. Lo mezclé con alcohol, él estará bien, no te alarmes." John frunció el ceño.

"¿Dónde está él?" Preguntó mirando hacia arriba por las escaleras.

"En una habitación."

"¿Lo has violado?" Preguntó con indignación. Puse los ojos en blanco.

"No, ¿cómo crees? No soy tan urgida como tú, puedo conseguir sexo sin usar drogas." Frunció el ceño, con esa mirada malévola.

"Quédate a dormir con él aquí, no lo llevaremos a la universidad en ese estado, podrían detenernos y todo se iría a la mierda." Abrí la boca para protestar.

"¿Por qué tengo que quedarme con él? Que se quede solo." John golpeó la pared, haciéndome saltar del susto.

"¡NO! Podrían hacerle algo si lo dejamos solo aquí. Estos tipos son peligrosos cuando están drogados." Me crucé de brazos.

"¿Y por qué te preocupa?" Él presionó sus labios en una línea fina. Supe que no debía preguntar más.

"No quiero que le pase nada, y tú te encargarás de cuidarlo toda la noche, quieras o no. Es una orden, maldición, deja de interrogarme. Lo único que quiero es vengarme de Bones, no me quiero vengar del nerd. Él debe estar a salvo, y debe estar de nuestro lado. ¿Entiendes?" Asentí con la cabeza.

_

Narra Marcel

Un líquido frío cayó sobre mi cara y parte de mi cuerpo, me sobresalté, rodando en la cama hasta caer al piso.

"Despierta chico, tienes que irte ahora." Una voz masculina y grave me habló. Otro poco de líquido volvió a caer sobre mi cara y me quejé.

"¡P-para, está fría!" Gruñí desde el piso, sin poder abrir los ojos.

"Entonces despierta de una puta vez y lárgate de aquí."

Abrí los ojos con pesadez, y la luz del exterior me cegó. La cabeza comenzó a dolerme a medida que me levantaba del piso. Me sorprendí cuando caí en cuenta que estaba desnudo completamente, en una habitación desconocida.

"Demonios, ¿que pasó anoche?" Pregunté tomando mi ropa del piso.

"Anoche pasó que te follaste a Vicky." Comentó el chico desconocido, quien tiene una cerveza en la mano. Quedé boquiabierto ante su revelación.

"No, yo no lo hice. Dime que no lo hice..." Negué con la cabeza unas cuantas veces.

"Bien, bien, no sé lo que pasó entre ustedes anoche. No llores. ¿Qué mierda te pasa? ¿Vas a llorar porque te follaste a una chica?" Comenzó a reír.

"¿D-dónde están los chicos? Vine con unos chicos anoche, ellos me trajeron aquí." Hablé, sintiéndome desubicado y culpable.

"Ellos te dejaron aquí anoche, la chica se quedó contigo, pero también te dejó en la mañana." Fruncí el ceño.

"¿Qué hora es?" Él observó su reloj.

"Son las 9:00 am, genio. Tienes que irte ya, tenemos que entrar a clases y eres el único que queda en la casa. Así que date prisa." Comencé a entrar en pánico.

"Oh por Dios, no puede ser. No puedo llegar tarde a la universidad. No tengo cómo irme. Ayúdame." Supliqué.

"Lo siento, te llevaríamos pero no hay más lugar en el carro. Tendrás que tomar el autobús de regreso. La parada queda a 4 cuadras de aquí." Anunció antes de salir de la habitación y dejarme solo.

"P-pero yo no sé llegar..." Dije con un nudo en la garganta.

Espero que el chico haya estado bromeando y que John no me haya dejado solo en este lugar desconocido. Ni siquiera recuerdo el camino, no puedo volver solo. ¿En qué problema me he metido?

Me lavé la cara en el baño, con abundante agua, aún sintiendo el fuerte dolor de cabeza y náuseas. Me enjuagué la boca con un producto líquido y luego salí del baño. Los chicos de la fraternidad esperaban por mí para asegurar la casa y cerrar todas las puertas, antes de subirse a un carro y dejarme solo ahí, frente a la casa, solo. Quiero llorar porque perderé clases, y no sé llegar a la universidad por mi cuenta. Estoy perdido en medio de la nada.

Guardé mis manos dentro de mis bolsillos, y entonces recordé que tengo un teléfono. Inmediatamente lo encendí, y sin dudarlo marqué el número de la única persona que puede ayudarme en esta situación.

"Sam.." Hablé, con voz entrecortada.

"¡MARCEL! ¿Dónde mierda estás?" Respondió, muy preocupada.

"Uhmmm, estoy en la casa de fraternidad, todos se han ido y me han abandonado. Estoy solo y no sé cómo regresar, Sam. Ayúdame. No me siento bien, quiero vomitar y mi cabeza está a punto de explotar, me duele todo el cuerpo y me arden los ojos." Sollocé.

"Quédate ahí, voy para allá. Siéntate y esperame justo ahí, Marcel, por favor no te muevas."

"Ven rápido." Supliqué, y entonces ella colgó la llamada.

Esperé sentado en el escalón frente a la casa, con mis codos apoyados en mis rodillas, y cerré los ojos porque no soportaba el ardor.

Creo que me quedé dormido allí sentado, hasta que alguien se sentó a mi lado y tuve que abrir los ojos.

"¿Te sientes bien?" Preguntó Samantha, mirándome directamente a los ojos. "Oh, mírate." Tomó mi rostro entre sus manos para inspeccionarme. "No puedes volver a la universidad de esta manera, hueles muy mal." Bajé la cabeza. "Vamos Marcel, ponte de pie."

Samantha tomó mi mano y caminamos juntos hasta la parada de autobús. No pregunté nada en el camino, sólo cerré los ojos y apoyé mi cabeza en su hombro mientras ella acariciaba mi cabello, y de vez en cuando me propinaba caricias sutiles rozando mi rostro con sus delicadas manos. Me siento increíblemente seguro y protegido siempre que estoy a su lado.

"Gracias por cuidarme, Sam." Susurré en su cuello.

"¿Recuerdas algo de lo que hiciste anoche?" Su pregunta me sorprendió.

"Recuerdo que estaba bailando con Vicky, y luego perdí el control sobre mi cuerpo..." Respondí levantando la cabeza. Sam frunció el ceño.

"¿Entonces no recuerdas haber tenido sexo con ella?" Abrí la boca para decir algo, pero me limité a negar con la cabeza. "Maldita perra." Golpeó el vidrio de la ventana. "Ella te drogó, y luego me llamó en el momento que estaban teniendo sexo. Te escuché gemir, Marcel, y no pude dormir en toda la noche. Eres un idiota, prometiste que tocarías mi puerta en la mañana para asegurarme que estabas a salvo, y te estuve esperando toda la maldita noche como una estúpida." Bajé la cabeza.

"Perdón."

"No volverás a ir a otra fiesta de esas, Marcel. Promételo." Levantó mi mentón.

"Lo prometo." Ella suspiró profundo y luego presionó sus labios contra los míos.

"Apestas a zorrillo." Dijo alejándose de mí, con una sonrisa. Fruncí el ceño, ofendido.

El autobús se detuvo en una parada y Samantha se puso de pie, tomando mi mano para guiarme. Pagó los dos pasajes y bajamos del autobús.

"¿Dónde estamos?" Pregunté, desconociendo el lugar.

"Te llevaré a la casa de mi padre." Abrí los ojos como platos..

"Oh por Dios, no, no voy a conocer a tu padre vestido así y oliendo a zorrillo." Dije señalando mi aspecto.

"Marcel, no siento el mínimo respeto por mi padre, y me importa una mierda que te conozca de la manera que estás ahora, no hemos venido a verlo a él."

"Pero es su casa."

Me ignoró y siguió caminando sin soltar mi mano hasta quedar frente a una casa enorme. Quedé boquiabierto viendo la mansión delante de mí. Ella sacó unas llaves de su bolsillo y abrió la puerta, invitándome a entrar.

"Dios mío." Comenté, viendo la hermosa estancia.

Un señor bastante alto, con cabello largo hasta los hombros y barba se acercó a nosotros con una expresión algo confusa.

"Sammy, has vuelto." Dijo viendo a Samantha, quien inmediatamente puso los ojos en blanco.

"No me llames así, maldición, sabes que lo odio." Respondió ella, alejándose de nosotros hacia alguna parte de la casa. El hombre posó su mirada en mí, y me sentí diminuto.

"¿Y tú eres...?" Me observó de pies a cabeza. Me aclaré la garganta antes de estirar mi mano hacia él.

"Mi nombre es Marcel Styles, y yo soy... Uhmm..." Me quedé callado, sin saber que nombre darle a mi amistad con su hija. En realidad no sé lo que somos a este punto. "Soy un..."

"Es mi novio." La voz de Samantha me interrumpió. Sentí que toda la sangre de mi cuerpo se congeló. Me giré hacia ella con sorpresa.

"Oh, vaya." Dijo el hombre, poniendo una mano sobre mi hombro. Volví a mirarlo. "Yo soy Jefrey Bones, es un honor conocer a un novio de Sammy, en realidad nunca he conocido a otro, y me sorprende que te haya traído hasta aquí." Sonreí, sintiéndome muy incómodo. Ella me llamó novio.

"Vamos, Marcel." Habló Samantha a mis espaldas. Asentí en dirección a Jefrey, y luego giré sobre mis pies.

Samantha tiene un vaso de agua en su mano derecha, y dos pastillas en su otra mano. La seguí por las escaleras, hasta que llegamos a un pasillo y ella señaló una puerta para que yo la abriera.

Al abrir la puerta, una habitación rosada me recibió. La habitación está decorada como para una niña de 5 años, y es muy adorable.

"Tu habitación es linda." Dije paseando alrededor de ella. Samantha bufó.

"Es patética, odio el rosado." Respondió, tendiéndome el vaso con agua. "Toma la pastilla para el dolor de cabeza, y la otra es para las náuseas." Asentí tomando el vaso y luego las dos pastillas.

Después de tomar el medicamento me senté en la mullida cama, ella se sentó a mi lado.

"¿Desde hace cuanto tiempo no venías?" Me atreví a preguntar.

"Hace como cuatro años." Respondió, encogiéndose de hombros.

"¿Tu papá vive solo?"

"No, él tiene una esposa, y un hijo de seis años." Hizo una mueca.

"¿Tienes un hermano? Jamás mencionaste que tenías un hermano."

"No es importante." Fruncí el ceño.

"¿No es importante tu hermano?" Ella levantó la mirada para verme.

"No se trata de eso, Marcel, yo... Yo nunca pasé tiempo con ese niño, ni siquiera podría llamarlo mi hermano, no soy parte de su entorno, apenas lo he visto unas cuantas veces."

"Pero es tu hermano, y puedes verlo, yo daría cualquier cosa por volver a ver a mi hermano, abrazarlo, y escuchar su voz, aunque sea idéntica a la mía." Bajé la cabeza.

"Marcel, lo siento, cambiemos de tema. Tienes que darte un baño." Ella se puso de pie, tomando una toalla del cajón. "Date prisa." Me aventó la toalla.

Tomé una larga ducha, restregándome fuerte el jabón por cada parte de mi cuerpo, apartando el olor de alcohol y cigarrillos. Cepillé mi cabello dos veces con abundante champú y agua, y me quedé bajo la regadera, dejando que el agua cayera libremente sobre mi cuerpo, refrescándome.

El dolor de cabeza se fue, junto con las náuseas, y salí del baño para vestirme. Samantha me estaba esperando en su habitación, sosteniendo una ropa limpia en sus manos.

"Usa esto." Lo dejó sobre la cama.

"¿De quién es la ropa? ¿De tu padre?" Pregunté curioso.

"No, es de John." Arrugué la nariz. "Tranquilo, John nunca ha usado esta ropa, la deja intacta cuando mi papá le compra algo, siempre deja las bolsas intactas." Asentí con la cabeza.

"Gracias."

"Para eso están los novios, ¿no?" La observé, sintiendo mis mejillas calientes.

"¿Entonces sí somos novios?" Pregunté con timidez.

"Pensé que nos referíamos a eso cuando decidimos empezar una relación secreta." Sonreí. "Aunque si te molesta..."

"No. Es sólo que yo nunca he tenido una novia, Sam." Confesé sintiéndome idiota.

"Y yo nunca he tenido un novio, Marcel." Dijo, con tranquilidad. "Somos dos inexpertos en esta cosa del noviazgo, estaremos bien." Sonreí asintiendo con la cabeza. "Ahora date prisa, mi papá le pidió a su cocinera que nos preparara el desayuno." Anunció, saliendo de la habitación para darme privacidad.

No puedo quitar la sonrisa de mi rostro y la felicidad dentro de mi pecho. Se siente bien. Se siente muy bien, y no puedo creer que Samantha sea mi novia, ella realmente lo es, y me ha presentado a su padre como su novio. Estoy tan feliz que podría gritarlo. Debo decirle a mi mamá, y a Gemma, aunque posiblemente su reacción no será favorable. Sé que Henry estaría feliz con la noticia y también festejaría conmigo. En este momento extraño a mi hermano más que nunca.

_

El padre de Samantha se ofreció a llevarnos hasta la universidad, pero ella se negó por completo, así que regresamos en autobús.

Ya todas las clases habían terminado, así que los estudiantes estaban fuera de sus salones, y estábamos justo en la hora de almuerzo.

"Entra tú primero." Dijo ella cuando quedamos frente a la puerta del comedor.

"Bien." Desvié la mirada hacia sus labios rojos, ella sonrió, antes de inclinarse para darme un beso rápido.

"Anda." También sonreí antes de abrir la gran puerta y entrar al comedor.

Dudé un poco, pero finalmente me dirigí a la mesa donde estaba reunido mi grupo. Ellos me observaron con atención cuando tomé asiento.

"¿Todo bien?" Preguntó John. Asentí sonriendo. Estoy muy feliz como para recordar todo lo que pasó la noche anterior, ni siquiera tengo rencor.

"Todo bien." Respondí. Él frunció el ceño.

"¿Por qué no tomaste una bandeja?"

"No tengo hambre." Hice una mueca. John se encogió de hombros, y siguieron comiendo sin prestarme atención.

De vez en cuando echaba una mirada a la mesa de Samantha, y ella me guiñaba un ojo, haciéndome sonrojar al instante, y cambiar la dirección de mi mirada para no verme muy sospechoso.

Al acabar el almuerzo, Vicky se levantó con Georgia, ambas fueron a llevar su bandeja vacía, y no le presté mucha atención, hasta que observé cuando Samantha se puso de pie y caminó hacia ellas con determinación, y con una mirada frívola. Me congelé cuando supe cuáles eran sus intensiones.

"A ti te quería ver, maldita perra bastarda." Todos en la mesa voltearon a ver la escena.

Vicky se giró para quedar frente a Samantha, pero antes de que pudiera reaccionar, ella le estampó la bandeja en la cabeza con una fuerza brutal, que dejó a Vicky tendida en el piso del comedor, inconsciente, y temo que siga con vida después de semejante impacto que recibió.

John se levantó de la mesa, igual que el resto de los chicos, yo me quedé sentado en mi lugar, sin saber exactamente qué hacer.

Samantha se ha vuelto loca.

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Copyright © yafanfiction

Tarde pero seguro xD sorry!

Capítulo dedicado a: xAmericanHarryx

Los amo con todo mi ❤ Gracias!

Voten, comenten xx

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