"Estoy muy enamorado, Sam." Volvió a repetir.

"No estás enamorado, estás drogado pendejo." Respondí y volví a acelerar el carro.

"Si, es verdad.. Me siento horrible." Soltó una carcajada y frunci el ceño ante su risa descontrolada. ¿Esto le parece divertido? ¿Que está mal con él? "Estoy drogado, pero también estoy enamorado." Dijo cuando dejó de reír y mi corazón se detuvo. Suspiré profundo para deshacerme del tonto sentimiento de felicidad.

"¡Deja de decir estupideces! No puedes enamorarte de mí, no cometas ese error." Dije con la mirada fija en la carretera, intentando concentrarme.

"Pero ya lo estoy. ¿Que hago Sam? No puedo hacer nada para sacarte de mi cabeza, te pienso todo el dia." Otro mini infarto me vino de repente y casi pierdo el control del carro. Parezco una jodida niña.

"Callate Marcel. ¡CALLATE!" Grité un poco alterada.

"No me trates mal, me duele cuando me tratas mal." Puse los ojos en blanco.

"Me harás perder el control del carro y vamos a chocar. Deja de decir cosas estúpidas, pareces un bebé." Hablé fuerte. Después de unos minutos en silencio, volvió a hablar.

"¿Tú no me quieres?"

"Joder Marcel, te voy a dejar tirado en medio de la carretera a ver si así te callas... Tienes muchas drogas en tu organismo, todo lo que dices es producto de eso. No estás consciente, vas a olvidar todo mañana." Sé que estoy tratando de convencerme a mi misma, en vez de a él. Solo está actuando de esta manera y diciendo estás cosas porque está ebrio. Tal y como pasó la otra noche. Él no recordó ni la mitad de lo que sucedió, y yo me sentí un poco decepcionada por eso.

"Solo quiero una respuesta y me quedaré callado." Lo pensé por un momento. Eso estaría bien, solo necesito que se calle y deje de decir incoherencias que me pueda creer y luego termine olvidando, tal y como olvidará mi respuesta. Puedo decir cualquier cosa, todo quedará olvidado.

"Si, ¡joder! ¡TE QUIERO MARCEL!" No pude detener el grito que salió de mi boca, no pensaba gritarlo de esa manera, pero el nudo en mi garganta ha desaparecido de repente. Esas palabras son tan pesadas saliendo de mi boca, no es como si dijera eso todos los días, o lo gritara constantemente cuando voy por la calle. Sin embargo no me costó nada decírselo a él. Tal vez porque yo también estoy bajo los efectos del alcohol. Seguramente esa es la razón. No volverá a repetirse, esas amargas palabras jamás volverán a salir de mis labios.

"Gracias." Dijo con voz tímida. Sonreí un poco al imaginarme su rostro y luego negué con la cabeza.

"Ahora duermete. Y ni se te ocurra vomitar en el asiento porque dejaré de quererte si lo haces."

"No lo harás." Frunci el ceño consternada por su respuesta.

¿Cómo sabe que no lo haré? Ni siquiera puede saber si realmente lo quiero, o si mentí solo para callarlo. Además está loco, ya basta. No me tomaré en serio ninguna de sus palabras hasta que esté consciente. No merece mi atención en este momento, aunque la tiene. Joder, tiene mi atención desde que dijo que estaba enamorado de mi. ¿Cómo se le ocurre decir eso? Está completamente loco. Sentí cosquillas en mi estómago al recordar sus palabras. Nadie me había dicho eso jamás... Tal vez si me lo han dicho, pero no ha significado nada para mí, no ha tenido ningún valor... Hasta que Marcel lo dijo. Quizás está muy drogado y por esa razón lo dijo, pero hay algo dentro de mí que espera que lo sienta de verdad, que realmente esté enamorado de mí.

Solté una fuerte carcajada ante los estúpidos pensamientos que dan vueltas en mi cabeza, y la estupida voz de mi consciencia. ¿De qué mierda me sirve que Marcel sienta eso por mí? Jamás lo voy a corresponder, yo no puedo amar a nadie. Soy una basura. Quisiera que Marcel nunca se enamore de mí, no quiero romper su corazón con mis mierdas. Él es demasiado bueno para mí, él es un ángel, y yo soy un demonio. Somos polos opuestos, esto jamás va a funcionar. JAMÁS.

Negué con la cabeza sin parar de reír. Estoy mas ebria de lo que pensé, de otra manera no estuviera riendo como idiota sin ninguna razón. Metí una mano en mi bolsillo y sentí el material baboso de los condones. La puta madre. Marcel ha acabado con mi diversión ésta noche, he perdido mi libertad gracias a su estúpida idea de aparecer en la fiesta. ¿Por qué tuvo que ir? ¿Por qué tuvo que buscarme cuando ya había logrado mantenerme alejada de él toda la semana? ¿Por qué tuvo que arruinar todo mi esfuerzo? Todo el mundo está en mi contra. Mi grupo está en mi contra. Marcel está en mi contra. Yo estoy en mi contra.

_

Al día siguiente en la mañana me dirigí a la habitación de Marcel, solo para asegurarme de que haya dormido bien, y no tenga resaca, por eso he traído una pastilla. Su compañero se encargó de echarme de su habitación anoche cuando yo intentaba acostar a Marcel en su cama. Los recuerdos que vienen a mi mente me hacen reír, Marcel tirando golpes débiles a su compañero tratando de defenderme, y el otro enojado tratando de apartarlo de mí. La escena era graciosa, Marcel apenas podía mantener los ojos abiertos y los golpes que debían ser para Louis nunca llegaron a tocarlo, estaba peleando con alguna persona imaginaria.

Suspiré cuando estuve frente a su habitación y abrí la puerta sin previo aviso. Frunci el ceño con la imagen que encontré frente a mi. Marcel recogiendo su ropa y haciendo sus maletas, mientras su compañero lo observa desde su cama sin decir nada.

"Marcel, ¿que estás haciendo?" Ambos levantaron la mirada al escucharme. Louis se levantó inmediatamente poniéndose a la defensiva de su amigo.

"¿Quieres que la saque?" Marcel no respondió nada. Louis se acercó a mi con intenciones de sacarme, pero yo retrocedí.

"No te atrevas a tocarme, rarito."

" ¡Tú eres la culpable de todo! Por tu culpa Marcel ha tenido que soportar insultos y burlas toda la mañana, por tu culpa él ya no quiere seguir estudiando. Lo han conseguido. ¡Tu grupo homofóbico de mierda lo volvió a hacer! ¿Ya están satisfechos?" Frunci el ceño confundida por toda su acusación. Marcel no quiere seguir estudiando. ¿Qué? Yo no puedo permitir eso. Ya sabía que era sensible, pero esto es demasiado. Él no puede soportar más burlas, ya no puede con tanta maldad, no puede soportar tanto odio. Él no se merece esto, y yo tengo toda la culpa.

"Marcel, ¿podemos hablar?" Pregunté ignorando los insultos de su amigo. Marcel negó con la cabeza. "Por favor." Supliqué.

"No la escuches, Marcel. Te volverá a engañar haciéndote creer que le importas, cuando en realidad no le importas una carajo." Habló el chico fulminandome con la mirada. No puedo soportar que diga esas cosas frente a Marcel, él podría creerlas.

"¡NO HABLES MIERDAS, TOMLINSON! ¡YO LO DEFENDÍ SOBRE MI GRUPO! ¡SI ME IMPORTA MUCHO!" Grité, aunque no estaba en mi mente decir lo último. Marcel levantó la cara para mirarme, sus ojos están cristalizados y su expresión es triste... Quiero cambiar eso, quiero volver a verlo sonreír. Su sonrisa puede curar el cáncer y salvar muchas vidas. Esos hermosos hoyuelos que se le forman en sus mejillas cuando sonríe, son la perfección, y estoy segura que muchas chicas darían su vida por verlo. Quisiera saber que ha pasado esta mañana para que él haya tomado esa actitud depresiva y esa decisión de irse.

"No es cierto Bones, a ti nadie te importa, tu no tienes sentimientos, tu no tienes corazón." Su amigo volvió a juzgarme.

"¡Me harías un gran favor si te desapareces!" Dije con repugnancia. Marcel se puso de pie y tomó su maleta. "¿A dónde vas?"

"Quiero irme. Yo soy quien debería desaparecer. Debería morir." Dijo rodando su maleta en dirección a la puerta, pero me interpuse antes de que lograra abrirla.

"¿Que mierda estás diciendo? No lo digas ni en juego, ¿me escuchas?" Él bajó la cabeza. "Yo te valoro, Marcel."

"¿Qué?" Preguntó Louis a sus espaldas. "Es una broma, ¿cierto? Que ridículo. ¿Lo ves Marcel? ¿Ahora si me crees? Yo te lo dije."

"Largate de aquí, joder. Necesito hablar con él a solas." Hablé con desesperación. Ya lo hubiera pateado en las bolas si no fuera porque estoy muy preocupada por Marcel.

"Pero esta es MI habitación, y tú eres una visita no deseada, asi que tú deberías..." Comenzó Louis de nuevo.

"Por favor Louis." Ambos miramos en dirección a Marcel cuando este interrumpió a su amigo. "Dejame solo con ella." Louis suspiró con frustración.

"Como lo llegues a lastimar, te juro que te revuelco en el piso." Puse los ojos en blanco.

"¿Acaso no lo escuchaste? Vete de aquí, Tomlinson."

"Marcel, recuerda todo lo que te dije." Soltó Louis antes de salir de la habitación y Marcel asintió con la cabeza. ¿De qué me perdí?

"Marcel..." Comencé a hablar pero él me interrumpió.

"Tu me sacaste de esa fiesta, tengo que agradecerte por eso. Gracias." Dijo jugando con sus dedos.

"No fue nada."

"Por otra parte, recuerdo que tú me estabas grabando con esa cámara. ¿Por qué actúas diferente frente a tu grupo? Yo sé que tu no eres mala." Levantó la mirada y pude notar un leve puchero en sus labios. Él no puede ser tan sensible. ¡Me irrita! No se comporta como un chico universitario de 19 años, él se comporta como un jodido bebé.

"¿Podrías olvidar eso? No quiero hablar de mi comportamiento anoche. Quiero hablar de ti. ¿Por qué quieres irte? ¿Serías capaz de abandonar tus metas solo por unos cuantos chicos y unas burlas?"

"Si... No. Realmente no quiero abandonar mis metas, pero estudiar aquí se ha vuelto una pesadilla. Yo solo quiero desaparecer, quiero irme para siempre y no volver."

Sentí una punzada en el corazón. Esto es lo que hemos provocado, y es precisamente lo que John y yo hemos venido haciendo desde el jardín de niños, cuando molestabamos a los más pequeños y los hacíamos llorar. Luego hicimos lo mismo en la escuela con los niños indefensos, les hacíamos la vida miserable cada día, cada vez que podíamos. Y después en secundaria, donde comenzamos a humillar a los nerds, y a los homosexuales, las bromas cada año eran más pesadas, más crueles. Nunca me detuve a pensar que sentían ellos, o que se sentiría estar en su lugar y soportar humillaciones cada día. Y ahora puedo verlo frente a mis ojos, ellos se sentían como Marcel se está sintiendo ahora, y todo el remordimiento y la culpa cae sobre mí. Toda mi vida me he dedicado a molestar a los chicos más débiles, a disfrutar del dolor ajeno, a ser una perra sin corazón. Y ahora viendo a Marcel tan destruido, tan desanimado, tan desilusionado, con ganas de abandonar todo lo que desea para su futuro, gracias a nosotros... Me hace sentir como una mierda. Y quiero recompensarlo, quiero parar su dolor, quiero ayudarlo. Porque me importa. Mucho.

"No tienes que irte, Marcel. Solo tienes que mantenerte alejado de todos ellos, tienes que mantenerte alejado de mí también." Dije mirándolo directamente, con un nudo en la garganta.

"Yo no puedo, Samantha. Ya lo he intentado, esta semana ni siquiera me acerqué a ti, y fue bastante difícil. Lo habría logrado, pero entonces tu amigo me dijo que tu irías a una fiesta, y que también querías que yo fuera." Bajó la cara con obvia tristeza y decepción.

"Eso es basura, ¡yo jamás te invitaría a una fiesta como esa! Además yo te hubiera invitado personalmente, no te habría mandado la invitación con John y Zayn. Eres muy iluso, Marcel. ¡Ellos te tendieron una trampa y tú caiste fácil! Pensé que eras un poco más inteligente." No levantó la mirada.

"Lo siento, yo no pensé que era una trampa." Suspiré tratando de calmarme para no gritarlo.

Él no tuvo la culpa, yo conozco el don que tiene John para persuadir a las personas, y también conozco la habilidad que tiene Zayn para ganarse a todo el mundo con su amable personalidad y su sonrisa falsa. Y por supuesto que también conozco a Marcel, engañar a un niño con un dulce sería más difícil que engañarlo a él. Yo misma lo he engañado desde que lo conocí.

"Por supuesto que no lo pensaste, eres demasiado bueno, demasiado ingenuo, tú no piensas en la maldad, no piensas que las personas tienen malas intenciones... Eres muy inocente, y eso puede ser bueno a veces, pero también puede llevarte a la perdición. Tienes que madurar." Marcel levantó la cabeza y frunció el ceño.

"Ya fue suficiente. No quiero seguir hablando de mí... Tú eres demasiado dura con tus palabras." Abrí la boca incrédula.

"¡No me jodas! Solo estoy tratando de ayudarte a abrir los ojos. Todo funcionaría mejor si fueras menos ingenuo."

"¿Podrías llevarme a mi casa?" Cambió el tema de repente, ahora me está pidiendo que lo lleve a su casa. Seguro es bipolar. "El carro de mi mamá se descompuso y no podrá venir a buscarme, encima ella piensa quedarse en casa de mi abuela todo el fin de semana con mi hermana, y se olvidó de mí. Yo no quiero quedarme aquí después de todo lo que pasó ayer. Prefiero quedarme solo en mi casa todo el fin de semana, terminar todas mis tareas atrasadas y pasar toda la información que tus amigos me hicieron perder de mis cuadernos... No quiero causarte molestias, si no puedes llevarme lo entenderé. Yo puedo tomar el autobús..." Lo interrumpí.

"No, por supuesto que no. Yo te llevaré. Es lo menos que puedo hacer, me siento culpable por lo que pasó anoche. No eres una molestia, además todavía tengo las llaves del carro."

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Narra Liam

"¡Haces todo mal LIAM! ¡Esa pieza no va allí!" Gritó Niall tomando la pieza de mi mano, con un fuerte jalón.

"¡No me grites!" Le grité de vuelta.

"¡Si prestaras un poco de atención yo no tendría que gritarte!"

Él está hablando de la maqueta que estamos haciendo, la cual ambos debemos entregar el jueves para la clase de Artes. Él tiene mucha creatividad y es bueno creando ésta clase de cosas, a diferencia de mí. Yo lo observo sentado en el piso frente a él, se ve muy concentrado en su obra, y yo solo puedo pensar en como se sentiría probar sus labios. ¿Sentiré lo mismo que senti cuando besé a Miranda? No debe ser muy diferente. Siempre he querido experimentar, siempre he querido saber como se siente besar a un chico.

Niall tiene el ceño fruncido al igual que sus rosados labios. Se ve igual que un niño haciendo rabietas, me causa gracia y ternura al mismo tiempo. Es cómico porque cada vez que trabajamos en una maqueta juntos, él termina enojándose conmigo.

Está tan concentrado que no se da cuenta cuando camino de rodillas hacia él y me siento a su lado. Cada vez estoy más cerca, espero alguna reacción de él, pero se ve despreocupado mientras sigue armando su obra.

"Eso no es así." Le arrebaté el pedazo de cartón y Niall levantó la mirada hacia mí, con el ceño fruncido, y algo desconcertado.

"Dame eso Liam, ¿tu que sabes de manualidades? En primer lugar tu estudias gastronomía, y en segundo lugar..." Tiré el cartón en el piso, tomé la cara de Niall entre mis manos y me incline hacia él, pegando mis labios contra los suyos de manera rápida. Los presione por un tiempo y luego retrocedí.

Sus ojos están abiertos como platos y toda su cara cambió de color a un rojo intenso. Me aclaré la garganta y fingí algo de interés sobre la obra frente a mi.

"Creo que está quedando muy bonita." Rompí el silencio sin levantar mi mirada. Aún no puedo creer que lo haya hecho.

"M-me besaste Liam." Mi corazón comenzó a latir con fuerza. Aquí viene, seguro que me mandará a la mierda y tendré que escuchar sus insultos.

"Lo siento, lo siento mucho." Dije mirándolo directo a los ojos. Niall sigue estupefacto.

"No. Dime por qué lo hiciste." Habló frunciendo el ceño con algo de molestia. ¿Y ahora que le digo? ¿Que fue un impulso? ¿Que estaba desesperado por besarlo? ¿Que siento cosas por él? Eso es estúpido y no creo poder soportar su rechazo.

"No lo sé. Perdón." Negué con la cabeza.

"¿Que fue eso?" Preguntó, esta vez yo frunci el ceño. Ya hizo esa pregunta antes.

"Un beso. UN JODIDO BESO! Eso fue." Niall levantó una ceja consternado.

"Ya lo sé, p-pero ¿por qué me besaste?"

"Lamento mucho si no te gusto, o si te incomodé. Sólo lo hice porque desde hace tiempo he sentido curiosidad de hacer eso... No de besarte a ti, no, yo nada mas quería saber la diferencia entre besar a una mujer y besar a un hombre. Solo quería probar, no soy gay." Negué con la cabeza varias veces, y Niall entre cerró los ojos, obviamente sin creerme ni una sola palabra.

"¿Y por qué tuviste que probar conmigo?"

"Porque tu eres el único chico que quiero besar! Joder Niall, nunca entiendes nada. Olvida que todo esto pasó! Olvida que te besé! Esto nunca pasó, me entiendes? No le digas a nadie que nos besamos. Fue un error. Un maldito error." Me levanté del piso y caminé hacia la puerta con pasos largos sin mirar atrás.

Soy un maldito imbécil. Niall no es gay, yo lo sé, él está enamorado de Miranda, él no siente la misma curiosidad que yo siento por los hombres. Y yo no estoy seguro de mi sexualidad, pero siento algo muy fuerte por Niall... También siento algo por Miranda, pero ella solo quiere jugar con nosotros, y separarnos. Ya no sé que hacer con mis sentimientos. Todo es tan confuso. ¿Acaso soy gay? ¿Soy bisexual? ¿Soy hetero? ¿Que mierda soy?

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Narra Samantha

Subimos las escaleras hacia su habitación, disfrutando del silencio que había en la casa. Marcel sonrió con timidez antes de abrir la puerta y hacerme una seña para que entrara primero, le devolví la sonrisa y me adentré en la pequeña habitación. Su perfume inunda todo el ambiente y no puedo evitar inhalar todo el aire que me sea posible.

"Lamento el desorden, la última vez que estuve aquí no me dio tiempo de limpiar." Se disculpó Marcel.

"No hay problema, no voy a juzgarte por la limpieza de tu habitación." Respondí guiñándole un ojo y se sonrojó de inmediato.

Me senté en la cama mirando hacia el techo de madera mientras Marcel guarda sus maletas en el closet. Al terminar se sentó a mi lado y comenzó a jugar con sus manos, nervioso.

"La última vez que estuviste aquí teníamos que responder 600 preguntas para la tarea." Sonreí ante sus palabras, recuerdo muy bien ese día.

"Y luego tu mamá me invitó a cenar."

"Era el almuerzo." Me corrigió, y me encogi de hombros, Marcel soltó una pequeña risita antes de suspirar. Su expresión es diferente ahora, como si toda la tensión que tenía en la mañana hubiera desaparecido. Ahora está relajado y sonriente.

Sin embargo yo no puedo deja de pensar en lo que sucedió anoche. Quiero saber si realmente está enamorado de mi, o solo fue producto de mi imaginación.

"Hablemos de los sentimientos." Marcel se removió incómodo en la cama. "¿Eres muy sentimental, Marcel?" Pregunté.

"Todo el mundo es sentimental, supongo." Se encogió de hombros.

"No, no es cierto. Yo por ejemplo, aborrezco toda clase de sentimientos." Levantó la mirada para verme y fruncio el ceño.

"¿Por qué?"

"Simplemente ninguno se me da bien." Fui sincera.

"Oh... ¿Por qué tienes un corte de cabello varonil?" Sonreí ante su mal hábito de cambiar el tema siempre que le incomoda algo.

"Porque me da un aspecto rebelde."

"¿Y por qué quieres tener un aspecto rebelde?" Preguntó con curiosidad.

"Porque nadie es capaz de meterse con alguien rebelde. Así todos te temen y no van a pensar en molestarte, ni siquiera se atreven a dirigirte la palabra. Me gusta que me tengan respecto, y todo eso es gracias a mi apariencia... En la universidad por ejemplo, todos me respetan. Por supuesto hay unos que otros rumores sobre mí porque es la reputación que me he creado. Algunos rumores son mierda, y también tengo muchos enemigos, pero no puedes luchar contra eso. En la vida debes aprender a que no todo el mundo te va a amar, no puedes evitar a los enemigos aunque seas la persona mas buena del mundo. Existe la envidia, por esa razón muchos van a odiarte, porque te envidian y quieren tener lo que tu tienes, o quieren ser como tú eres. Siempre van a haber personas que te admiren y personas que te odien. No puedes cambiarlo, así es la vida, nadie es perfecto en el mundo, aunque trates de perfeccionarte igual siempre van a estar esas personas que traten de hundirte. Ya me he acostumbrado a eso, y me vale mierda los rumores que se escuchan sobre mí. He aprendido a ignorar a todas esas personas que tratan de dañarme."

"Eres muy fuerte." Dijo y levanté la cara para ver sus ojos brillando con admiración. Bufé.

"He dicho que he aprendido a ignorar, pero eso no significa que soy fuerte... No es fácil levantarse después de una caída, Marcel. Las críticas también me afectan, aunque trate de ocultarlo." Marcel asintió con la cabeza. Se quedó en silencio por unos minutos, pero luego habló.

"Que tengo que hacer para ganar respeto? Debo cortarme el cabello como tú? Debo lucir rebelde?" Me mordi el labio para no reír.

"No. Tú jamás podrás lucir rebelde, va en contra de tu personalidad y tus principios. Estás bien así como eres, no tienes que cambiar nada." Fruncio el ceño.

"Pero aún siguen molestándome y humillándome, no quiero seguir soportando eso. Tu dijiste que me ayudarías a cambiar." Suspiré profundo. En realidad le prometí eso, pero no he cumplido mi palabra. No pensé que cambiarlo sería tan difícil.

"He tratado de hacerlo, pero eres muy adorable... Quiero decir, no puedo cambiar tus pensamientos de la noche a la mañana. Eso requiere tiempo."

"Esperaré el tiempo que sea necesario." Dijo con esperanza en su voz.

"Marcel, tú no..."

"Hubo un momento en tu vida cuando tú también fuiste adorable. No naciste siendo como eres ahora, no naciste siendo rebelde. Yo puedo cambiar, justo como tú cambiaste." Negué con la cabeza.

"Son casos diferentes. Tú nunca has vivido una mala experiencia, algo que te marcó la vida, algo que te destrozó el corazón. Tú no tienes ese impulso que yo tuve para cambiar. Yo cambié muy pequeña, he sido igual desde que tengo uso de razón."

"¿Que te ocurrió? ¿Por qué dices que tienes el corazón destrozado? ¿Que te hizo cambiar?" Lo pensé. Realmente estaba pensando en contarle todo lo que viví. Pero al final sentí miedo.

"No estamos hablando de mi vida ahora, Marcel. Estamos hablando de ti."

"Yo también tuve una mala experiencia. Tu no me conoces, no sabes nada de mi vida. Yo tampoco nací siendo un nerd estúpido. Tengo mis razones para ser así, tengo razones para desconfiar de todo el mundo, tengo razones para no expresarme con la misma fluidez que las demás personas, me cuesta socializar y también tengo discapacidad para hablar de vez en cuando... Pero todo eso fue gracias a una mala experiencia que tuve en mi pasado. Quizás no tomé el mismo camino que tu tomaste, yo solo me volví más inseguro, más desconfiado, y más asustado. No me volví rebelde como tú, hice todo lo contrario... Y ahora quiero cambiar." Sus ojos están cristalizados y siento que se puede quebrar en cualquier momento.

"Marcel..." Me interrumpió.

"Ya estoy cansado de vivir de esta manera, ocultándome de la vida, ocultándome de todo el mundo... Estoy cansado de vivir asustado. Quiero ser valiente como tú." Bajó la cabeza, y sentí la necesidad de saber más sobre él. Quiero saber que le sucedió. Quiero ayudarlo.

"Yo no sabia eso. ¿Que te ocurrió?" Pregunté con curiosidad.

"No quiero hablar de eso. Me hace recordar y no quiero revivirlo. Es un recuerdo muy traumático para mi." Dijo negando con la cabeza.

"Esta bien, lo entiendo. ¿Es por eso que eres así?"

"Ya te lo dije. Yo antes era un niño normal y feliz... No era un nerd cobarde y tímido como lo soy ahora." Bajó la cabeza nuevamente.

"No bajes la mirada cuando estás hablando conmigo, por favor. Quiero entenderte." Asintió con la cabeza y la levantó con lentitud.

Él está tan roto en su interior como yo. Al menos tenemos algo en común, él tuvo una mala experiencia al igual que yo, pero ambos tomamos caminos diferentes.

Pensé que Marcel era un ángel que Dios me envió para rescatarme y salvarme de mis demonios, pero terminó siendo un ángel torturado que también necesita ayuda para sanar sus heridas. Los dos somos almas perdidas en busca de un camino que seguir. Nunca es tarde para cambiar.

"No tienes que tener miedo, tienes que borrar todos los malos recuerdos que guardas en tu memoria. Debes aprender a superar todo lo que te hace daño. Tienes que ser fuerte para poder lograrlo." Hablé finalmente.

"No creo que pueda borrar eso de mi memoria."

"Puedes hacerlo, Marcel. Creando nuevos recuerdos." Sonreí.

"Entonces ayudame a tener nuevos recuerdos." Levanté una ceja.

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