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Capitulo Veintiuno


MAXINE BINOTTO

Haber aceptado ese trato sabia que había sido una terrible idea. Lo había sabido en el instante numero uno en que subí a ese yate con el resto de la familia Leclerc. Por qué sabia que convivir con ellos hacia todo aun mas difícil a mi idea de dejarlos atrás.

En especial con Charles, que en los últimos cinco días parecía disfrutar demasiado el tenerme por aquí. Como parecía estar tan cómodo aquí, y diría que mas que cómodo. Jamas desaprovechaba cada oportunidad que tenia de acercarse a mí. Como no tomaba por desapercibido sus actos cariñosos hacia mi, como besaba mi cabeza en cada oportunidad que tenia, o también cuando tomaba mi mano al caminar por las calles de la costa de Italia, o la noche anterior, donde se había quedado dormido apropositamente en mi habitación al haber sugerido mirar una película hasta tarde. Como sea, Charles me quería cerca.

Y yo a el lejos.

No queria lastimarnos, pero nuestro tiempo de estar juntos había acabado hace ya tiempo. EN especial con la propuesta de trabajo que había recibido en New York de trabajar en uno de los banquetes de abogados mas prestigiados de America. Era la mas grande oportunidad que tenia. Ahora ya nada podía restringirme a no irme; papá dejaría el mundo del automovilismo atrás y tendría aun mas tiempo libre. El quería dedicarse a su viñedo en Maranello, yo al derecho. El tenia tiempo como para viajar y visitarme y visebersa.

La idea ahora era acompañarlo hasta el final de temporada y al final del año tendría que tomar una decisión de aceptar la propuesta o no.

—Hola mama. —la voz de Charles me trae de vuelta a la realidad. En especial al sentir sus manos sobre mis hombros y después sus labios sobre mi mejilla al inclinarse hacia mi y dejar un rápido beso allí. —Hola Maxine. —Charles toma asiento a un lado mio. Estudiado mi rostro al mirarme de frente. Siempre me sorprende lo bien que lo hace.

Su actitud es natural y sacude un momento la cabeza para que su media larga melena castaña clara este un poco alborotada. Cuando sonríe, los ojos verdes le brillan, literalmente, y yo me pregunto cómo es posible que justo después de levantarse esté ya tan despierto. Yo ni siquiera he conseguido peinarme apropiadamente y seguro que tengo el cabello un tanto desordenado. Y mis ojos, del mismo color que los de Charles, no brillan. Al contrario, los tengo tan secos y cansados que he de parpadear constantemente para intentar que se me pase ese molesto picor. Incluso los había escondido bajo unas gafas de sol negra al sentir molesta el reflejo de la luz del sol.

Apenas son las nueve de la mañana y he pasado media noche despierta en la cama dándole vueltas a mi situación con Charles, mientras que por otro lado el había dormido pacifico la noche entera aferrándose a mi.

—Estas muy guapa. —me dice al arrebatarme las gafas de sol. Sonriéndome el se las coloca y paso su mano alrededor de mis hombros, como si se tratara de lo mas normal y familiar para ambos en este ultimo tiempo. Teniendo en cuenta ue en este año habiamos pasado de estar separados, distanciados y con alguien mas, a poco a poco volver a estar juntos.

—Gracias. —por fin le respondo después de un tiempo. Mis mejillas teñidas de un tenue color rosado al aun sentir la mirada de él sobre mi.

Detestaba que aun provocara ese tipo de reacciones sobre mi.

Un trozo de mi plato de fruta me llevo a la boca, como un intento inútil de despejar mi cabeza y evitar concentrarme en Charles. Teniendo en cuenta que el se encontraba sentado a mi lado, en unas vacaciones en Italia en su yate y con el resto de su familia acompañándonos.

Mierda.

El atardecer de la costa de Italia lo apreciaba desde el borde del yate. Mi cuerpo aun en traje de baño, lo cobro con una de mis sudaderas que había tomado de la habitación antes de haber salido a la cubierta y sentarme sobre el borde, con mis pies colgando al vacío, a mirar los colores del atardecer.

Al menos podría decir que el cielo era hermoso y no un desastre como lo era mi cabeza.

Después de un tiempo, a mi lado siento una presencia. No había que girarme para verificar quien era, con solo sentir un tacto caliento podía saber que se trataba de Charles.

Por mi reojo veo como su pelo castaño, un poco mas largo de lo usual, volaba gracias al aire. Como al igual que yo llevaba una sudadera cubriéndole del frio. Su piel un tanto enrojecida por haber pasado los últimos días bajo el sol de la playa.

—Quisiera quedarme aqui siempre. —murmuro apenas audible para mi. Con su mirada perdida en el horizonte.

—Por que? —le cuestiono, curiosa por su respuesta.

—Por que esta todo lo que quiero aquí. —afirmo. —Mi familia, unas vacaciones en la playa, y tu. —sonrió. Mirándome en lo ultimo con sus ojos llenos de ilisuion. —Todo se limita a que estas tu, Maxine.

Sus ojos verdes me miran con tanta intensidad que jure sentir que se me cababa el aliento, o quizás también Charles me lo robaba al estar tan cerca del uno del otro. Mirándonos.

Mi corazón siento como bombea con mas fuerza, como mi cuerpo reacciona por si solo a solo su tacto. Miel se eriza al sentir su mano en mi mejilla, acariciando delicadamente ahí, removiendo una lagrima derramada que siquiera me había dado cuenta que lloraba. Mientras que su otro mano removía mi cabello de mi cuello tan delicadamente.

Su calor coorporal se expande por la parte de atras de mi cuerpo, su respiración la siento en mi cuello cuando su rostro se une en la cuenca de mi cuello. Un beso deja en mi piel.

—Charles, no, ¿que haces? —le reproche tratando de liberarme, aunque me encantara sentirle cerca.

—Te extraño, Maxine, te extraño tanto que me estoy volviendo loco. —me susurro en el oido antes de darme pequeños besos esta vez en mi mejilla.

Trague con dificultad al sentirlo contra mi.

«Yo también te he extrañado tanto, lloré todas las noches en la que no estábamos juntos, sufrí al verte regresar, al escucharte de nuevo y darme cuenta de que el tiempo no ha debilitado todo lo que me haces sentir. Sufrí al verte y no poder darte la respuesta que quieres.»

Pero nunca se lo diría porque él y yo no podíamos estar juntos y decírselo no cambiaría ese hecho.

Juntando valentía, me aparto de él. Apartándome un poco de su lado y volver a poner un poco de distancia entre nosotros. Él intentó acercarse de nuevo y yo levanté mi mano, deteniéndolo.

Sus ojos expectantes me miran con tanta sorpresa.

—No, Charles. —murmuró. Esperando que rl pudiera comprenderme con solo ver mi súplica en mis ojos, que ni me cuestionara y que sobre todo no lo volviera a intentar.

Que comprendiera que aún me costaba, que yo aún lo quería a él a un cuánto no se lo dijera con palabras o se lo mostrara.

Una ráfaga de alivio me recorrió cuando el no discutió y en cambio solo me rodeó nuevamente con sus brazo por los hombros y atrajo hacia el. Dejándome recargar mi cabeza en su hombro, y en silencio mirar al atardecer.


¡HOLA!

ya se que para este punto todos estamos hartos de la actitudes de Maxie (hasta yo su servidora) pero anyways, tengámosle paciencia a la nena. Recordemos que el personaje de Maxie desde ek vol. 1 siempre fue una persona que sobre piense mucho sus problemas. PERO YA!! prometo que en un par de capítulos todo se pondrá bien entre ellos dos

Esperen el final 🫶

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