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Capitulo Doce


MAXINE BINNOTO

Devuelta caminábamos por el centro de Japón. Charles sosteniendo mi mano y guiándome hacia el lugar, que según el, sería una sorpresa.

Una joven nos recibió justo en la recepción del restaurante, su amable sonrisa dándome la seguridad de que la sorpresa sería una inigualable.

Charles siguió guiándome por el restaurante una vez cruzamos recepción. Con frecuencia el giraba hacia mi y me sonreía con ternura aún llevándome de la mano, siendo poco consiente de las miradas curiosas de las personas o de cómo era que nos enfocaban con las cámaras de sus teléfonos.

De pronto sentí calma cuando noté cómo es que nos guiaban a un lugar más apartado del resto de todos en el restaurante. Una terraza solitaria iluminada de luces y decorada de flores, y en medio una mesa para dos.

—Los dejo, en un momento les traerán su cena. —con un perfecto inglés, la recepcionista Japonesa se despidió y dejó a solas.

Fue inevitable no recorres la pequeña terraza solitaria con gran admiración, veía toda la decoración y seguía sorprendiéndome aún más que todo esto Charles lo hubiera hecho. Se había dedicado en preparar esto para mi.

Mi sonrisa se extendió aún más al notar y atrapar la mirada de Charles sobre mi, fue inevitable no sonrojarme y con eso provocar que el riera.

—¡Basta! —me quejo divertida.

La risa de Charles fue música para mis oídos, comenzaba a disfrutar de escucharlo reír o hablar, mirar y... comenzaba a disfrutar todo lo que viniera de él.

—Solo disfruto verte. —admitió.

Juraría que ahora mismo mis mejillas eran más rojas que el mismo color de un tomate, avergonzada escondo mi rostro en mis manos.

—¿Hice todo esto solo? —pregunté curiosa sin poder resistirme.

El asintió. —Si.

—¿Cuando?

—Hoy por la mañana. —confesó tranquilamente, llevando su copa de vino a sus labios y sorber de este. Por mi parte lo miraba aún perpleja sin saber cómo deber reaccionar.

—¿Por la mañana? ¿Pero como sabías que aceptaría venir contigo? ¡Oh mejor, que aceptaría que me besaras frente a todos! —Charles sonrió, supongo que le había recordado el bien momento de hace unas horas en el podium.

—Maxine, el plan inicial era invitarte y aquí como "celebración" —afirmó haciendo comillas con sus dedos en media frase. —Pero en el podium no pude resistirme. —admitió un tanto vergonzoso.

—Bueno, brindemos porque tú plan no salió mal. —optó por sugerir al tomar mi copa de vino. La sonrisa de Charles se agrandó aún más, y siguiendo mi correncia el igual levantó su copa de vino.

—Brindemos porque no me rechazaras. —una sonrisa avergonzada de formó en mi rostro, pues claro que en algún momento en el podium se me había pasado la idea de bofetearlo y rechazarlo, pero preferiría no contárselo y arruinar su ego.

La cena transcurrió entre risas y sonrisas. Varios piropos por parte suya no los dejaba pasar con gran facilidad, tanto que en cada uno de ellos era imposible no sonrojarme. Odiaba esta reacción que tenía por el, que una simple e insignificante cosa como lo era una mirada y yo me derretía por completo, en cambio el parecía gozarlo y saber lo que el provocaba en mi.

Al salir del restaurante caminamos devuelta al hotel. Una de sus manos rodeándome por los hombros y atrayéndome hacia el, los besos que dejaba en mi frente haciéndome sonreír y aferrarme con más fuerza a su dorso y disfrutar de sentir su calor.

Toc, toc.

Una vez más toco la puerta de la suit que compartía con mi padre recibiendo respuesta alguna.

—Papá. —lo llamó una vez más en los últimos diez minutos. No recibo una respuesta.

Charles a mis espaldas esperaba paciente a que mi padre me abriera la puerta. ¡Todo por no haber traído la llave!

—Creo que se ha dormido. —comentó rendida al girarme de regreso a el.

Una sonrisa llegó a su rostro, fue casi como si mi desgracia le agradara tanto que literalmente el rostro se le había iluminado.

—Mhm, que pena. —una sonrisa decoraba su rostro al mismo tiempo que comenzaba a acercarse a mi peligrosamente. Sus manos envolviéndose en mi cintura y atrayéndome a él, sus labios apenas rozando los míos con una distancia más que tentadora. —Creo que irás a mi habitación. —entonces dijo, asentí con dificultad.

Mis piernas temblaban cuando el nuevamente me toma de la mano y me guía por los pasillos del hotel de vuelta al ascensor. Era difícil mantener la calma. Debes en cundo le sonreía un tanto forzosamente, me encontraba más centrada en el hecho de que el me estaba guiando hacia su habitación. ¡Su habitación! ¡El y yo a solas!

Me obligó a mi misma a guardar la calma y simplemente dejarme llevar. Actuar normal y dejar que todo fluyó como debiera de fluir. ¡Y sobre todo no perder el autocontrol y lanzarme hacia el!

Charles abre la puerta de su habitación con su respectiva llave, con un gesto el me permite entrar primero, sus pasos siguiéndome por detrás mientras que dedicaba por observar la lujosa habitación. Su habitación justo estaba a dos pisos mas a bajo de la que compartía con papá, esta igual tratándose de una suit, por lo que las habitaciones no cambiaban demasiado.

Sonrió devuelta al girarme hacia el y encontrarme con sus ojos verdes.

—Es linda. —admito.

—Lo es, pero...

Las palabras de Charles quedaron en el aire cuando fui yo quien se abalanzó hacia el y sellaron sus labios con los míos de una manera tan necesitada e imponente.

Adiós al autocontrol que me había prometido al verle tan atractivo en ese traje negro.

El no se demoró tanto en seguirme de la misma forma, sus manos envolviéndose en mi cintura de una forma que me pudiera atraer aún más a él si es que era posible.

Mis manos poco controlables viajaron hacia su cuello, rodeándolo con firmeza. Un suspiro escapó de mis labios cuando el mordisqueo de una manera satisfactoria mi labio inferior.

Con cierta torpeza, Charles nos guió a ambos hacia la habitación. Siento como es que mis piernas chocan contra la cama y pronto me dejo caer con Charles encima mío. Una sonrisa de ternura me dedica al haberse separado solo unos centímetros de mi. Esta vez acaricio su rostro con tanta delicadeza mientras que nuestras miradas aún permanecía conectadas.

—Te quiero. —admitió el en voz alta. Logre sentir como mi corazón acelero con fuerza con tan solo escucharlo decir esas palabras por segunda vez en el día.

Mi respuesta fue instantánea y de nuevo me encargo de tomar la iniciativa y besarlo.

—Shh. —entonces el se aparta de mi. La expresión de sorpresa y confusión detallándose en mi cara, una pequeña risa escapa de sus labios al percatarse.

—Yo..

—Maxinne, lo deseo en verdad. —confesó aún mirándome a los ojos siendo poco consiente de cómo acariciaba mi rostro. Un sonrojo tiñio mi rostro. —Pero no quiero que te sientas presionada. Estamos bien, no quiero que hagas algo de lo que te puedas arrepentir.

Negué ante sus palabras.

—No me arrepentiré.

—¿Como lo sabes?

—Porque yo también te quiero. —fue mi turno de confesar.

Le basto esas palabras para ser el quien esta vez se abalanzará hacia mi y me besará.

autora words
Mattia nueve meses más tarde: "soy abuelo" 💪🥰

ups, Maxine te amo y Charles te amo más. Amén a esta pareja.

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