Corrección #9: Umbra
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Umbra.
I.SALÓN
Era otra mañana fría, monótona y silenciosa, se puso en la labor de prepararse para empezar el día, dejo su lugar de descanso y espero a que uno de los médicos abriera la puerta, en minutos un individuo vestido de azul pálido ingreso con otros cuatro de igual apariencia, traía mascarillas y guantes color negro bastante robustos. Empezó el examen matutino de las 6:00 A.M. revisaron sus pupilas, oídos y boca con extremo cuidado, luego tomaron la presión, temperatura y extrajeron sangre.
El atendido solo miró como el pequeño tubo se llena con una sustancia color negro más espesa que la sangre, aunque si se miraba con atención era un azul muy oscuro. Terminaron los exámenes 10 minutos después y no dijo ni una palabra hasta que abandonaron la habitación cerrando la puerta tras de ellos, por un instante pudo ver la habitación frente a la suya K sonrió un poco antes de que la puerta se cerrara, pero no pudo llegar a corresponder su gesto.
Suspiro suavemente y empezó a prepararse, uno de los cubículos que se encontraban incrustados en la pared se abrió, se acercó mirando sus ropas un segundo, estaba lo necesario y justo como era habitual, ropa interior, la primera parte de su traje que constaba de una maya de cuerpo entero, luego un pantalón de vestir gris oscuro, una camisa del mismo color, un chaleco morado oscuro, una toga negra de diseños morados, una cinta violeta, guantes negros, zapatos de botín negros y una máscara blanca.
Negó ante el trabajo que tenía por delante, en otros 20 minutos termino de vestirse, ajustando un poco la cinta en su cintura, la puerta se volvió a abrir, esta vez no entro nadie, solo salió a reunirse con el resto. En la entrada, al otro lado del pasillo, encontró a K esperando, hizo una señal con su cabeza y empezaron a caminar a la sala principal.
—¿Cómo estuvo tu noche?
—Tediosa, tuve esa pesadilla otra vez —masculla con cansancio.
—Vaya, parece que hoy será un día duro para ti.
—Ni que lo digas.
El recorrido llega a su final, una puesta nueva se abre y una sala circular aparece frente a ellos, una mesa elíptica rodeada de 15 sillas se encuentra en el centro, toman sus respectivos lugares en silencio, uno a la cabeza junto a la silla central y otro en medio de la mesa al lado contrario. El resto de los presentes permanecen en silencio, solo falta una persona que no se hace esperar.
—Buenos días, Clavices.
—Buenos días, Arzo Marcs —saludan los 14 al unísono.
—Bien, empecemos con la reunión de hoy —dicta tomando su sitio—. Primero que nada, quisiera saber si han pensado en las propuestas que les hice sobre la tercera fase del proyecto Matiz.
Todos guardaron silencio, la opinión al respecto estaba dividida entre los 14, algunos apoyaban la idea de la Arzo mientras que otros no le daban ni gracia mencionarlo, y esa última era su opinión.
—Pueden ser honestos, chicos —expreso más sentida—. No los voy a juzgar por decirme cómo opinan —otro silencio cortante a lo que la mujer suspiro—. Bien entonces yo decido —miro hacia su persona—. S, habla—sentencio.
Gruño bajo apretando los puños que descansaban sobre su regazo, se formuló rápidamente la manera menos cretina de decir su opinión fue con la que mejor le pareció.
—Como dije desde el principio, no me agrada la idea, ni siquiera quería que este proyecto se llevara a cabo —expreso neutral, controlando el tono de su voz—. Los humanos que mandaron los países que respondieron son frágiles y no es que esté menospreciando a tu especie —aclaro levantando su palma en paz—, pero si los envías a una misión o involucras a los norbe en esto te aseguro que no acabara como planeas. Sobre todo, si tramas algo más con esto.
La Arzo escucho en silencio, apoyo sus codos en la mesa y entrelazo sus dedos tomando una postura pensativa, a pesar de mirar al resto a la espera, ninguno hablo.
—S, entiendo tu postura y tu sentir —sonrió suavemente en su dirección—. Lo entiendo, pero déjame decirte que de ahora en adelante la lucha que enfrentamos... —se dirigió todos los presentes—, la lucha que todos ustedes enfrentan, en el futuro, no podrá llevarse a cabo solo con la influencia de la OCSPE.
—No somos tan débiles —intervino T—. No entiendo tu preocupación.
—Lo sé, pero en algún momento lo harán. Sus fuerzas mayarán, y necesitan a alguien de confianza que cuide sus espaldas.
—Para eso te tenemos a ti —justifica R, el cual muy raramente hablaba.
La Arzo sonrió nuevamente y suspiro pesadamente acomodándose mejor en su asiento.
—Pero yo no soy antinatural como ustedes, nos soy longeva como ustedes e incluso con las inyecciones de maná no llegaré más allá de lo que he llegado hasta ahora, mi tiempo se acabará. Y al menos en el último de los casos, quiero dejar un apoyo si es que no estoy.
El ambiente se volvió crudo, la tensión era palpable, para muchos de los Clavices esa mujer había sido la figura de una madre, una amiga o una confidente, en los últimos 150 años ella había dedicado toda su existencia a la organización junto a los otros Arzo, por el bien de los demás, todo por el bien del mundo. Sentía su impotencia sin usar sus habilidades, a través de sus ojos, sus movimientos y el todo de su voz, y aunque el origen del sentimiento era desconocido, S simpatizaba un poco con ese sentimiento.
—De acuerdo —fórmula forzosamente llamando la atención de los 14 presentes—. Pensaré adecuadamente en el proyecto, solo dame tiempo, necesito analizar a los que lograron pasar a la segunda fase.
—¡S! —chillo Z, en desacuerdo.
—¡¿Estás hablando en serio!? —lo secunda D, espantado.
Una fuerte revuelta empezó entre los Clavices, gritando a diestra y siniestra su opinión, ahora que nadie se las había pedido, quizás porque era la más antigua en la orden, tenía mayor voto entre los 14. Un toque suave en su hombro aparto sus pensamientos, volteo a ver a Shelly la cual sonreía radiantemente.
—Gracias, S.
El toque le trajo de nostalgia, pero al mismo tiempo pesadez, desde que tenía memoria, pocos eran capaces de tocarlos, algunos incluso convulsionaban de manera atroz, ataques de pánico e incluso paros cardíacos al ver pequeñas partes de su piel, pero Shelly era de las pocas personas que podían hacerlo sin ninguna secuela.
No correspondió la sonrisa y se limitó a asentir, pero salió del momento cuando una silla paso volando justo entre ellos. Volteo para ver entre la confusión, había una pelea en medio de la mesa, K estaba sujetando a T tratando de que no se acercara a D que era retenido por R.
—¡Basta! —grita la Arzo, pero sus gritos quedaban ahogados entre los chillidos de los Clavices.
—No puede ser... —musita con cansancio cubriendo sus ojos ante la escena, no era la primera vez que esto pasa, y no sería la última.
Se levantó de su asiento y suavemente zapateo, su sombra se extendió por la habitación, todos guardaron silencio mientras S dejaba salir parte del aura por el aire, una clara señal de la advertencia, como el cascabeleo de una serpiente.
—Sentados —formulo y todos tomaron lugar a excepción de T que permaneció de pie—. ¿Y tú qué haces de pie?
—Es que mi silla está allá —respondió señalando un punto a su espalda.
—Ve a recogerla —señalo con la cabeza el objeto—. Continuemos con la reunión, en paz.
—Gracias, S —agrego la Arzo cuando el aludido se sentó—. Bien, retomemos la charla de la tercera fase del proyecto... El Arzo Samir ha estado monitoreando a los soldados restantes, de los cuarenta y cuatro que pasaron a la fase dos, treinta eligieron formar parte de Lux, diez de Nyx y tres de Umbra.
S frunció el ceño ante el recuento mirando a la Arzo en duda, volteo hacia K del otro lado de la mesa para confirmar si había escuchado mal, pero este negó sin entender tampoco.
—Te falto uno —interrumpió T.
—¿Disculpa?
—Dijiste que pasaron cuarenta y cuatro, pero treinta, más diez, más tres... son cuarenta y tres.
—Vaya sorpresa que sepas contar —comento D, con obvia burla.
Tocio levemente en advertencia a ambos, no estaba para sus peleas tan temprano en la mañana. Ambos retrocedieron quedándose callados, no entendía por qué después de cincuenta años juntos no podían llevar sus asuntos en paz.
—Ah, bueno, dos de ellos vale por uno.
—¿Qué? —inquirió K.
—No, olvídenlo —hizo un ademán con su mano, retomando asunto—. Como decía, ahora que las divisiones están formadas, tenemos que ser más cuidadosos, en nuestra división no hay problema para monitorearlos.
—Puedo monitorear Lux —se ofreció D—, tengo contactos que me puede apoyar en esa zona.
—Yo puedo en Nyx —agrego Z.
—Yo tengo una duda.
Todos voltearon a ver a R curiosamente, más de dos oraciones en un día era un récord.
—Adelante —señalo Shelly.
—Los que se unieron a nuestra unidad, ¿asistirán a las misiones de sellado con nosotros?
La pregunta petrificó a todos los Clavices, incluyéndolo, volteando a ver a la Arzo, ella suspiró, las misiones de sellado eran el motivo principal de la existencia de Umbra, no se hablaba de eso frente a alguien ajeno al reducido grupo de incursión para esa tarea.
—Partirán, pero no ahora.—Los envías a morir —gruño S, con entonación furiosa.
—No, los envió a entender —sentencia—. Creo que no he hablado de esto con ustedes, puesto que no me lo han preguntado ¿Alguno tiene idea de mi objetivo con este proyecto? —silencio total fue la respuesta—. Desde que soy Arzo hace exactamente 153 años, nunca nos hemos dado a conocer al mundo, ninguno de ustedes o ninguno de los Arzo. Estoy segura de que hay espías entre los seleccionados, enviados por el gobierno Norbe... Eso no es ningún secreto —se encoge de hombros.
El ambiente se volvió pesado, la luz de la habitación tiritaba ante la presión de los Clavices, S permaneció en calma, aunque ya se lo esperaba, nunca se podía confiar al cien por ciento, pero eso no evitaba que se sintiera enojada al respecto. Después de lo mucho que habían hecho por esos políticos avaros.
—De hecho... —agrego entre susurros Shelly sonriendo, causando mucha confusión en S—, ese era uno de mis objetivos cuando envié la invitación para este proyecto.
S permaneció con la mirada fija en la Norbe, ese brillo en sus ojos hizo que los recuerdos afloraran desde lo más profundo de su ser, la había visto miles de veces mientras uno de sus planes iba de acuerdo a lo planeado.
Justo como aquella vez.
Editor: MrSadUwU
Autora: BookWitchesAround
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