Capitulo 9
Los pingüinos y castores se fueron a refugiar en una base improvisada al lado de una discoteca. Logan se puso a beber una lata de "zumo", Carlos empezó a saltar sobre su cama mientras que James se quedó admirando su cara frente al espejo.
─¿y qué les parece nuestro hogar pingüinos? ─Preguntó Kendall a las aves no voladoras.
─Acogedora ─Skipper se le queda observando todo a su alrededor.
─¡Tienen una nevera! ─Kowalski abrió el susodicho aparato.
─Si, y es último modelo ─se jactó el castor más listo─ lo encontramos lleno de latas con una sustancia demasiado adictiva, pero está bien buena.
─ A ver ─el pingüino genio probó una de esas raras debidas─ es cierto, sabe un poco amarga ─se tomó otro sorbo─ pero, creo que ─le dio otro trago más─ una vez que le agallas el gusto no sabe nada mal.
─Aunque tienen que está bien frías porque de lo contrario sabría a orina ─comentó Logan con una mueca por recordarlo.
─¿Y bien pingüino piensan quedarse? ─Preguntó Carlos saltando en su cama-
─No podemos, tenemos que resolver todo este rollo de la supervivencia, ¿saben algo de Alexander? ─Comentó Skipper recapitulando.
─No, para nada ─los cuatro castores negaron saber algo.
─Es terrible que alguien nos pudieran a batallar a muerte solo porque esta aburrido ─se quejó Cabo con algo de tristeza.
─No se preocupen pingüino ─James se quedó admirando su rostro en el espejo─ con Rush de nuestro lado somos invencible.
─El cual seguimos sin controlar ─le recordó ese detalle─ miren pingüinos, nosotros cuatro despertamos al mismo tiempo y en ese instante apareció el tal Alexander, nos contó las reglas del juego y nos dio poderes, es todo lo que sabemos ─fue lo que dijo Kendall.
─Bueno, fue un placer su ayuda, pero tenemos que detener a ese lémur maquiavélico antes de que más inocentes perezcan por su caprino ─fue la respuesta del pingüino líder ante esa situación.
─¿Qué ya nos vamos? ─Quedo impactado kowalski por la noticia, mientras cargaba una caja llena de cables─ pero si apenas nos íbamos a divertir.
─Lastima, ojala tuviéramos más tiempo ─fue lo que dijo Logan.
Repentinamente se escuchó una explosión bien cercas de su posición actual.
─¿Pero que fue eso? ─Cuestionó el pingüino líder.
─Kaboom ─comentó el psicópata.
─Rápido a la discoteca ─ordenó el castor al mando.
Los pingüinos son guiados por los castores hasta la zona del estruendo, siendo un salón de baile en donde los lémures estaban teniendo su gran fiesta.
─¿En dónde sardinas nos fueron a traer? ─Se quejó el pingüino líder.
─Pues al fiestón, por supuesto ─fue lo que dijo Carlos destapando una cerveza.
─A Skipper no le gustan las fiesta ─se disculpó el pingüino tierno.
─Descuiden entendemos ─se expresó Kendall─ si gustan podemos irnos, solo dejen buscamos primero las llaves del carro que james olvido.
─¿Qué yo que? ─Se impresionó el castor por esa acusación directa.
Enseguida todos se quedaron viendo al Rey Julien pegado a la pared de cabeza
.─Hola monjas ─habló Julien como si nada.
─¡Cola anillada! ¿Qué haces allí? ─Cuestionó Skipper.
─Nada, solo estaba saludando a las tejones cuando termine en esta situación tan incomodosa ─fue lo que dijo el lémur antes de caer al suelo─ estoy bien.
─¡Mira Becky, pingüinos! ─Comentó Stacy abrazando a Rico.
─Se siente bien ─se expresó el pingüino amante de las explosiones.
─Sí ¿Cómo están pingüinos? ─Fue lo que dijo Becky.
─¿Tiene idea de que fue esa explosión? ─Preguntó Cabo con algo de preocupación.
─Pues si cabo, cabito, es mi súper poder de crear explosiones en las plantas de mi patas ─le enseño sus cuatro patas─ solo el más mínimo contacto con ellas...
─Kaboom ─interrumpió el pingüino psicópata.
─Así es rico, ricote ─fue lo que dijo la tejón.
─Y ¿Quién saber cuáles mi poder? ─Preguntó Becky.
─Pero que tejón tan más hermosa ─Carlos tenía corazones en los ojos.
─Oye ─James empujo a su camarada─ yo la vi primero.
─Amigos, tranquilidad ─Kendall se interpuso─ todos estamos de acuerdo, que para que dejen de pelear... pues yo me la quedo
─¡Tu, eso sí que no! ─Gritaron Carlos y James al unísono.
─Pero que sardinas está pasando aquí ─se impresiono Skipper de ver a los castores peleando.
─Es mi súper poder, tengo la capacidad de hacer que todos los chicos queden perdidamente enamorada de mi ─alardeó Becky tomando una pose sexy.
─No necesitas un súper poder poder para lograr eso, tú ya eres divina mi reina Julien ─se expresó el rey de los lémures.
─Exacto, tráeme una bebida si eres tan amable ─ordenó Becky.
─A la orden mi reina tejón ─el rey julien obedeció la petición.
─¿Julien obedeciendo una orden de alguien más? Esa estuvo buena ─el pingüino líder quedo impresionado por tal situación.
─Si, yo también quede anonadado Skipper ─Maurice también compartía lo mismo.
─¿Por qué los pies están obedecieron a la loca? ─Se cuestionó Mort algo confundido.
Mientras tanto Kowalski le metió pastillas al refresco haciendo una reacción que desencadeno en una gran explosión.
─Fascinante, como una simple reacción química puede generar tan explosividad ─comentó el castor inteligente fascinando.
─Y eso no es nada, sé como hacer una verdadera bomba ─alardeo el pingüino científico.
─¡increíble! ¿Enserio lo puedes hacer? ─Logan no lo podía creer.
─Eso y más, aun no te he cunado cuando hice una máquina del tiempo, o cree unos zapatos y vara anti gravedad, unos cuetes, un rayo del amor, nano robos, un reloj para detener el tiempo, a cuajito, una cierra con una goma de mascar color azul, los pesca-churros, también cree una máquina que dice el sexo de los pingüinos, entre otros inventos míos ─presumió el pingüino genio.
─Eso sí que es una locura, jamás se me hubieran ocurrido ─el castor se tomó una gaseosa.
─Por eso estoy aquí, para hacer ciencia ─el pingüino también bebió de su refresco.
Más tarde los lémures pusieron la música a todo volumen para hacer una gran fiesta y todos a excepción de skipper empezaron a bailar al son del ritmo en medio de la pista de baile.
─¡A bailar! ─Grito Stacy de la emoción, empezó a bailar.
─Pero que buenos pasos hermana ─comentó su amiga siguiéndole el movimiento.
─¡A disfrutar! ─En eso las tejones chocaron sus caderas mientras bailaban.
Maurice movía los pies mientras controlaba la consola, Mort flotaba por allí, Kowalski, Rico, Cabo y los castores se movían haciendo un círculo en medio del lugar, mientras el rey julien bailaba enfrente de Skipper.
─Oye monja ¿porque no te nos unes? ─Cuestionó el rey de los lémures
─¡¿Me ves cara de bailarín?! Por supuesto que no, el baile no es para mí ─respondió tajante el pingüino líder sentado en la esquina.
─Bueno, pero tú te lo pierdes ─fue lo último que le dijo Julien.
Por consiguiente el lémur de cola anilla se metió de lleno en el gran círculo formado y empezó a bailar a lo loco al igual de dar giros en el suelo enfrente de todos, mientras los demás aplaudían.
─Así es, el rey de la fiesta soy ─sentenció el rey de los lémures.
En el cuartel militar abandonado. Hans se lanzó con todo contra la ardilla roja quien con sus poderes del control de la lava trató de aniquilar al ave pero no lo consiguió debido a la rapidez como los increíbles reflejos que presentó su adversario quien de nuevo no pudo proporciónale tanto daño como siquiera debido a la intensa temperatura del suelo y tuvo que volver al techo el cual seguía elevando su temperatura.
─¿Qué te pasa, no puedes toleras el calor? ─El mamífero se empezó a reír a carcajadas.
─No creas que has visto todo de mí ─se jacto el frailecillo volando alto sin tocar el techo.
─En eso te equivocas mi emplumado amigo ─sentenció─ este conflicto ya terminó.
En eso la ardilla roja arrojó un chorro de lava contra un enorme pedazo de concreto lanzado por el lémur.
─Inútil, eso sabes que no funciona conmigo ─respondió la ardilla.
─Uno nunca sabe, tenía que intentarlo ¡al igual que eso! ─Gritó el lémur con un plan.
Enseguida Clemson mostró una gran manguera, la abrió y de ella surgió una gran fuga de agua que impactó directamente contra la ardilla roja; apagándose la lava en el proceso y generando una gran cortina de vapor que empezó a sofocar al frailecillo.
─¡Tonto, me estoy asando! ─Se quejó el ave en vuelo.
─Lo siento, fue lo único que se me ocurrió ─liberó más agua.
─! Ya estoy enojado! Ahora si conocerán el verdadero poder ─fue lo que dijo la ardilla roja─ ¡Explosión volcánica!
De pronto del suelo comenzó a brotar una gran cantidad de tierra que fue regerando una pequeña montaña destruyendo una gran porción del complejo militar y ese edificio en particular. Tanto Hans como Clemson empezaron a correr por sus vidas tratando de escapar de allí debido a que la estructura de acero y concreto estaba a punto de colapsar; pero no lo consiguieron a tiempo y terminaron atrapados juntos mientras la lava los iba rodeando.
─Estamos atrapados ─comentó Hans.
─No lo creo ─Clemson de un golpeo creo una salida─ listo.
─¡Ach mi alita! ─El frailecillo se dio cuenta que su al estaba bajo los escombros.
─Esto es malo ─el lémur destruyo ese enorme escombro de un puño.
Ambos salieron de lo que quedaba del edificio para contemplar a su alrededor estar rodeados por dos ríos de lava que se unían enfrente de ellos, el calor sofocante era insoportable.
Esta historia continuará...
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