Capítulo 6
Habían pasado dos días luego de nuestros íntimos momentos en el baño, todo era tan irreal y rápido que no me lo creía.
Pasábamos más tiempo juntos que cualquier pareja con la que he estado antes pues este me espera a la salida de mi trabajo, una cuadra antes para que no se me regañe por ser este un cliente. Me acompaña a casa y decide quedarse a dormir para a la mañana siguiente tener más tiempo para nuestro trabajo de investigación de mercado.
Comparto cama con él todos los días, digo comparto porque este luego del episodio del baño no volvió a tocarme, ni siquiera un beso, nada.
Lo dejé pensar las cosas, quizás estaba algo incómodo o sentía que no estaba listo, pero yo no le pedí una relación, yo quiero que me coja en cada rincón de mi departamento, sobre la cama o bajo esta si quiere pero que me coja.
También quería atragantarme con su polla, me paseé en ropa interior frente a él incluso y nada, estaba metido en su teléfono y ni siquiera me notó.
Intenté besarlo en más de una ocasión y nada, parecía que no notaba lo que pasaba a su alrededor.
Hoy iríamos a desayunar a un lugar famoso por su sopa de pescado, así que me levanté y preparé temprano, este había salido por una llamada y aún no regresaba.
Lo esperé por horas, no llamó y tampoco contestaba a mi llamadas o mensajes, estaba preocupada, algo pudo haberle pasado.
Fui a trabajar con la preocupación a mil, tampoco podía ir a su cuarto de hotel para ver si ahí estaba o algo.
Hoseok no vino a trabajar y tampoco avisó o responde, todos se ocultan de mi, no pude concentrarme en todo mi tiempo laboral.
Miraba mi teléfono constante mente y me pregunté el porque tanta ansiedad por un hombre que apenas conozco, un hombre rodeado de misterios.
Me vi a mi misma interrogando a las chicas de limpieza para saber sobre su número de cuarto, una me dijo que acababa de ir a limpiarlo y parecía no haber estado ahí en días, cosa que era normal a saber que se ha quedado conmigo.
Cuando marqué mi salida tomé la calle que acostumbro, él no estaba donde suele esperarme, como último recurso le envié un mensaje a Hoseok avisándole que iría a su casa.
Tomé un taxi que me dejó en el lugar y le pedí a uno de los vecinos que me dejara pasar, toqué la puerta unas tres veces y luego tomé asiento en el suelo, no quería ir a mi departamento por alguna razón.
-¿Que haces aquí?- levanté mi vista, tenía unos 20 minutos ahí y estaba prácticamente dormida ahí sentada.
-¿Porque no fuiste al trabajo?- como pude me puse de pie. Se me habían dormido las piernas.
-Hacia cosas- se veía despreocupado
-¿Cosas?- dije incrédula, -Estaba preocupada, abre la puta puerta, me estoy congelando aquí.
Hizo lo que le pedí y este quien sabía era un hombre bastante ordenado no lo aprecia justo ahora, estaba acomodado si, pero parecía que tenía días sin estar aquí.
Olía a polvo y humedad, como si el lugar hubiese estado cerrado hasta ahora por días.-¿Donde te has estado quedando?
-Eres muy curiosa Jenny, ¿quieres un té?
-Tu no bebes té Hoseok- señalé lo obvio
-Pero tú si, seguro tengo algo aquí- buscó y en efecto no tenía, ¿quien tiene algo que no consume en su casa?
-Me quedaré a dormir aquí.- dije de repente, no quería volver y notar que el hombre al que me había acostumbrado no está.
-¿Peleaste con tu novio o algo?¿quien huye de su propia casa?- se había despojado de su chaqueta.
-Mi único novio eres tú Hoseok- lo vi tenzar su mandíbula gesto bastante extraño en un hombre que es todo calmado. -Solo no quiero irme hoy, estoy cansada y preocupada, déjame quedarme. Marie me habría ayudado.
-¿Has hablado con ella?, con Marie- parecía interesado. -En días pasados me refiero.
-¿Estas loco?, recuerdas la vez que la vimos, fue cuando se la llevaron. Ni siquiera se donde está, no preguntes idioteces.
-¿Pero tampoco te ha llamado?, eran tan unidas que quizás...- lo corté negando.
-La extraño si, pero no se cómo ubicarla. O a qué sanatorio se la llevaron, debí pedirle al menos el nombre al doctor buenorro que vino por ella para encontrarla, pero estaba en shock en ese momento. ¿Quien iba a pensar tal cosa de ella?, era perfecta, no parecía tener esa clase de problemas- suspiré y me lancé sobre el sofá.
-Tengo hambre- se quejó este.
-Y yo, no cené ni almorcé por andar pendiente de un idiota perdido.
-¿Me dices idiota?
-Mala mía, dos. Dos idiotas a perdidos. ¿Pedimos para comer?- asintió. -Quiero pollo frito y cerveza.
Si no recibiría ese mensaje del imbecil diciéndome que está bien al menos olvidaría la preocupación que siento.
Anden leyendo bien, les dejo pistas y no las veo especular, vamos. Sin miedo a quedar 🤡, que el misterio para eso es.😜
.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro