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CAPITULO 6

Antonia la madre de Ángela le hizo una sopa con mucho ajo y verduras a su hija, la vecina del frente estaba sentada con ella hablando de que siempre esta atento a sus hermanas y que si ve algo raro siempre viene a ver como están, Ángela estaba muy agradecida con ella por eso; la joven le había quitado las niñas a su madre por los pleitos que esta hacía con su marido a diario, Ángela entendía que eso no era una vida sana para dos niñas, también sabía que su madre no era perfecta así que no la obligó a quedarse sin su marido para que las mantenga con ella, cuando consiguió su primer trabajo alquiló esta pieza a mil quinientos pesos dominicanos quincenales Ángela de igual manera estaba cansada de aquellos pleitos de su madre, su error fue dejar a sus dos hermanas un tiempo de tortura en esa casa, al llevarse a las menores  vio que con lo poco que ganaba se podía mantener las tres así que se culpó cuando había recordado el sufrimiento que ambas niñas lidiaban a diario después de que ella se había ido de la casa. Respiro profundo y tomó el plato que su madre le pasaba.

—No te dejes morir Ángela, si tienes algo no dudes en llamarme, yo estoy cerquita y tu eres una buena persona no se me olvida la vez que tuvieron que llevarme al hospital de emergencia y tú te quedaste en mi casa y no dejaste que los niños me pasen hambre yo aunque no lo creas te agradezco mucho eso, nunca has tenido ninguna maldad para nadie y por eso yo espero que te sanes pronto —Aquello lo había dicho su vecina mientras acariciaba su cabello, peinando sus rulos desordenado.

—Yo también espero —Dijo la chica agradecida por sus dulces palabras. La mujer salió de la habitación y se fue a su casa.

—Ella es muy buena y todo, pero no le cuentes nada de lo que te haya pasado, lo sabrá el barrio entero, además no me has querido contar a mí que soy tu madre —Ángela soltó una carcajada sintiendo un pequeño dolorcito bajo el abdomen. Termino de comer y se levantó de la cama.

—No te preocupes en el momento indicado todos lo sabrán —Dicho esto dejo a la mujer y se sentó en la sala. La madre duró un rato más y tuvo que irse para cocinar a su marido.

—¿Que vas hacer Ángela? Dijeron que no hagas fuerza.

—Niñas tengo que aprovechar para lavar la ropa sucia no creen.

—Pero, ¿te sientes bien?

—Estaré bien Darleni, ve a busca la ropa sucia, Darlin búscame las ropas ve, ve. Las juntas todas y ni siquiera sé cuál esta limpia y cual esta sucia —Salió al patio trasero y sacó agua del cubeton hacía una ponchera. Mandó a Darleni a buscar ace y cloro al Colmado de Esteban y empezó a lavar la poca ropa que había, terminó entrando las doce del medio día, Darleni había comprado arroz y huevo para cocinar pero Angela empezó hacerlo.

—Si ya estoy aquí deberían de aprovechar y bañarse temprano para ir a la escuela —Darleni suspiro mirando a su hermana mayor, realmente quería que ella se sentará no sabía que le había pasado pero entendía que no era nada bueno.

—Bien, vete a bañarte primero Darlin —Esta sin ningún reclamo preparó el agua y entro al baño, al cabo de unos minutos salió y Darleni entro. Se vistió con el uniforme y se sentó en una silla de plástico.

—Toma —Ángela le pasó el plato de comida a la niña mientras buscaba un cepillo para arreglarle el peinado—. Cuando llegues ahorita debo peinarte, recuérdalo para que no vuelvas a ir con este cabello así —La chica afirmo con la cabeza mientras comía, Darleni salió después de vestirse y empezó a comer y luego de un rato se fueron hacia la escuela.

Ángela se quedó sola en la casa y aprovechó para limpiarla por completo, realmente no podía quedarse quieta no quería sentirse un vagaso por lo que le había pasado, eso no la marcaría jamás! cambio las cortinas blancas y puso unas azul cielo, cambio las colchas de las cama, lavo los pocos platos que tenía y puso un café en la estufa. Ángela se acostó en la cama y se quedó dormida por el cansancio. Volvió a levantarse cuando sus hermanas llegaron de la escuela a las seis de la tarde.

—¿Que fue lo que hiciste? —Preguntó Darlin mirando todo el cambio en la pieza.

—Estamos viendo que no se quedó quieta durante todo el día —Respondió Darleni mirándola enojada, Ángela bostezo se levantó de la cama y le dio una nalgada a su hermana.

—No te preocupes tanto Darleni se te va a caer el pelo —Darlin hecho una carcajada al escuchar aquello, ambas niñas se cambiaron a ropa cómoda y salieron a la sala, Ángela le sirvió un poco de leche con café a las dos. Una hora más tarde llegó Adalia con unas fundas del súper mercado.

—Hola, los chicos te mandaron esto.

—Mentirosa eso lo compraste tú.

—Pero ellos aportaron —Dijo poniendo las bolsas en la mesa, Adalia la abrazó de repente.

—Estoy bien —Respondió Ángela a su agarré, Adalia sollozo entre disculpas, estaba dolida porque en el fondo sabía que le había fallado al no protegerla lo suficiente—. No es tu culpa nada, lo sabes ¿verdad?

La chica se separó de ella limpiando sus lágrimas —No lo sé —Respondió Ángela sentándose en una de las tres sillas plásticas de la casa, de verdad consideraba el hecho de ser la culpable.

—Pero sabes que no es tu culpa.

—Yo sé que no. Bueno, además no esta en nuestras manos que pasen o no pasen cosas así pero me siento mucho mejor eso es lo importante —Miró  a sus hermanas y sonrió.

—Kevin me contó paso tan deprisa que cuando llegue ya no estabas, quería verte, estaba loca por salir del trabajo, quería saber cómo estabas.

—Estoy muchísimo mejor de verdad y seguiré mejorando poco a poco. Ya no te preocupes.

—¿Quieres café Adalia? —Preguntó Darleni.

—En esta casa lo único que encontraras es café —Protestó Adalia.

—Exactamente, el que no beba café que no venga a mi casa y ni siquiera se aparezca en mi vida —Protesto Ángela. Las chicas sonrieron a carcajada.

—Bien, sirveme café —La adolescente fue hacia la mesa y sacó una taza del escurridor la enjuago con agua y le sirvió el café a la chica—. Échale un poco más de azúcar, a ustedes les gusta su café amargo.

—Yo no se los doy amargo a ellas para que no tengan problemas, de hecho solo les doy una vez al día, después se los ligo con leche.

—Bueno sí, porque después se vuelven adicta y hasta dolor de cabeza les da cuando no beben.

—Asi, a ella le da dolor de cabeza cuando no bebé —Comentó Dalin riéndose mientras señalaba a Ángela.

—Y yo tengo que correr a colarlo porque sino hay que internarla —Prosiguio Darleni

—Ay no seas exagerada Darleni.

—Pregúntale a Darlin —Siguio la joven señalando a la niña esta se encogió de hombros sin saber que decir—. Ella sabe que estoy hablando verdad, te quiere defender.

—Ella sabe que no es verdad —Protestó Ángela, Adalia sonrió mirando las niñas.

—¿Tu madre a venido por aquí? —Cuestionó Adalia terminado de beber el último trago del café.

—Ella estaba aquí temprano. Me hizo una sopa y se quedó conmigo un rato. Se portó como una madre por quien sabe cuanto tiempo sin hacerlo.

—Eso es bueno ¿Como se sintió?

—Se sintió muy culpable, me dijo... —Miro a las niñas y estas se sonrojaron, Ángela sonrió por eso—. Ya sabes, como que... como que nunca me enseñó a saber defenderme, que nunca me habló sobre los peligros de la calle no sé porque ni siquiera le he dicho nada, quizás lo dedujo —Ángela suspiro mirando a sus hermana—. Lo último que quisiera es que les pase a una de ellas.

—Y eso no sucederá nunca, ni lo menciones —Adalia se persino siete veces, las chicas rieron a ver aquello.

—Cuando yo me sienta preparada les digo —Comento Ángela aún mirando las niñas. Estas estaban sentadas en el suelo con la vista en ella. La más grande entendía que había pasado algo raro desde el principio pero la más pequeña estaba confundida, no sabía que estaba pasando; al principio pensó que se trataba de una gripe pero ahora al parecer era algo más.

—Claro, primero puedes empezar con Darleni que es más grande; explicarle bien todo, sobre todo para que lo tengo en mente y lo use a su favor.

—Ella sabe que no se le tiene que tener confianza a nadie. Hablando de confianza quiero conocer a ese chico o lamentablemente no te voy a permitir tener novio.

—Ya terminamos —Respondió la chica.

—¿Por qué? ¿Te hizo algo?

—No, pensé en lo que me dijiste; que si no me convenía que saliera de ahí y pues vi como va todo y pues termine con él y me di cuenta que tenías razón. No valía la pena se junto con su exnovia de una vez. Ni siquiera duró dos días.

—Los hombres son unos malditos  —Protestó Ángela.

—No te preocupes por eso Darleni, en realidad estás muy pequeña para eso mejor orale a Dios para que tu hermana encuentre uno bueno y millonario para que nos saque de esta pobreza a todos —Adalia carcajeó al decir lo último.

—Bueno, millonario, millonario no se encontrará en este barrio pero algo que valga la pena sí —Contesto la adolescente, Ángela sonrió escuchando aquello; aunque a decir verdad no estaba lista para que aparezca una persona para quererla, para estar cerca el simple pensamiento le daba un poco de asco. Esperaba no tener problemas para estar en una relación en el futuro.

—Chicas ya me tengo que ir —Comentó Adalia al levantarse del asiento, puso la taza en la mesa, se volteó y miró a las chicas.

—Quédate un rato más —Suplicó Darleni.

—¿Y si me atracan al salir del callejón? —Adalia se agachó hacia las chicas.

—¿Quien te va atracar? Tu tiene mucho tiempo viniendo por aquí —Comento Darlin.

—Ayy Darlin adoro tu inocencia, ¿Acaso no sabes en qué barrio vives? Hasta tu que vives aquí debes cuidarte

—Ella tiene razón niñas, pueden atracar hasta a una de nosotras los delincuentes no conocen gente cuando están en eso.

—Mañana es sábado, pasaré por aquí a medio día para que salgamos al parque —Miro a Ángela—. Cuídate y bebe tus pastillas. Y prepárate el lunes tenemos que ir a ver como va eso de la denuncia.

—¿Denuncia? —Preguntó Darleni.

—Pronto te lo diré, pero no te preocupes todo estará bien —Respondió Ángela.

—Bien, nos vemos mañana —Dijo Adalia saliendo de la casa, Ángela la acompañó hasta la puerta pero Adalia no le permitió salir afuera. Las chicas se quedaron un rato más, miró la hora eran las ocho y media de la noche.

—¿Jugamos parchís? —Preguntó Ángela a las chicas.

—Sii, Soy el rojo! —Exclamó Darlin.

—Ay noo yo quiero ser el rojo, no, no está bién soy el azul —Protestó Darleni.

—Jugare con el verde, me encanta ese color —dijo Ángela, se sentaron en el suelo y empezaron a jugar.

###############################*Hola amigos, cómo están?

Duda: les gusta así? Dos capítulos él dos ella o quieren que lo cambie a uno él uno ella así estamos equilibrados verdad.

Mi opción después de este capítulo es hacer uno de cada uno.

¿Podrían decir cómo se encontrarán dos personas tan diferentes? Digan ustedes, es curioso verdad? Mundos diferentes recordando que estamos hablando de la realidad, nada de fantasía ni cosas que no pasarían en la vida real.

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