"9"
"Me miras, sonríes, y mi corazón te abraza un poco más."
—Daniel Arcos.
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Dio unos pasos hacia delante para evitar hacer un escándalo, muy indignado por la grosera interrupción. No iba a permitir que ese chico arruinara su día, aunque ya haya arruinado su humor; sin embargo, su intento de bajo perfil fue en vano porque la multitud también estaba esperando la explosión del conflicto.
—Dije que es mi turno, ¿podría simplemente esperar el suyo como una persona normal?
El chico se giró, levantó el pecho y enarcó una ceja. Dispuesto esta vez a llevarle la contraria a quien consideraba una molestia en el momento.
—Sí, es su turno; pero no me importa.
JiMin tuvo que morderse la lengua antes de decir algo, tratando de mantener la calma porque si había algo que no toleraba eran las personas prepotentes.
—Eh… tú, chico rubio… no sabes quién es él ¿verdad? Déjalo, nosotros no tenemos problema —intervino alguien en la fila, muchos estuvieron de acuerdo y el pelinegro sonrió victorioso, casi a punto de pavonearse. Aquello fue lo último que necesitó JiMin.
—Pues yo sí tengo problema. A menos de que usted sea el mismísimo presidente o incluso el rey de Inglaterra, tiene exactamente los mismos derechos y deberes que todos aquí —dijo sin titubear—. Si a los demás les da igual no me importa, yo llevo mucho tiempo esperando, no es justo, y no tengo la necesidad de dejar que pasen por encima de mí solo por un poquito de aprobación.
Durante breves segundos los dos mantuvieron el contacto visual de forma retadora y firme, creando una tensión inminente en el salón que trajo consigo absoluto silencio. HoSeok en cuanto se dio cuenta de lo que sucedía, se apresuró en acercarse hasta YoonGi, tratando de buscar información a través de susurros pero en su lugar recibió un pellizco.
Justo en el momento que el chico problemático iba a responder, evidentemente enojado, un jurado se levantó de la silla para llamar la atención de los presentes.
—Joven JungKook, le pido por favor que se retire, puede buscar alguien que le ceda su puesto o simplemente ir hasta el final y esperar como todos los demás.
JungKook observó con mucha intensidad a la muchacha en frente suyo, demasiada de hecho, incluso pensaron que armaría un completo escándalo; pero contrario a ese pensamiento, simplemente la miró de arriba a abajo, como quien mira a un insignificante insecto y con orgullo se dio la vuelta para alejarse. No mucho para suerte de él, porque unas chicas le permitieron tomar el puesto de una de ellas con tal de tenerlo cerca y actuar como si fueran fans.
JiMin suspiró disimuladamente, con el presentimiento de que ni siquiera comenzaba la competencia y ya seguramente había ganado su primer enemigo. Buscó con desespero la mirada de YoonGi, esperando aprobación para calmar su cabeza que le decía a gritos que debió haberse quedado callado. El pelinegro apretó por breves instantes sus párpados mientras le brindaba una generosa sonrisa y con la cabeza asintió, indicando que continuara con lo suyo; era el gesto más dulce que había recibido nunca, así disipó un poco la adrenalina que todavía conservaba.
Y finalmente, después de mucho proceso e incluso una valoración médica superficial, el trío pudo salir del edificio. HoSeok estiró los brazos y luego el cuello haciendo mucho ruido, observando disimuladamente a la parejita que hablaba animadamente sobre los rubros de la competencia que les habían explicado.
—JiMin es muy valiente —comentó de la nada—, yo no podría haber enfrentado a JK ni en mil años.
YoonGi y JiMin se miraron brevemente confundidos.
—¿De verdad no lo conocen?
—No. Es la primera vez que veo su cara. Y la próxima vez que la vea voy a querer golpearla —dijo JiMin con un malhumor evidente.
—Pero deja el misterio y dinos quién es el famoso "JK".
—Es un popular bailarín en redes sociales. Dicen que sus padres son tan bien acomodados que se permiten pagarle al hijo todos los profesores posibles para muchos estilos de baile. Tiene bastantes fans por ser sexy, hay que admitirlo —soltó una risita traviesa.
JiMin se detuvo de repente, asustando a sus acompañantes, especialmente por su expresión incrédula.
—Espera, espera, espera. ¿¡Me estás diciendo que voy a competir contra alguien entrenado!?
—Claro, hay de por medio una beca universitaria, por supuesto que las personas se preparan aunque se trate de un simple evento. La regla es no haber estado en una universidad antes, pero no prohíben academias o clases personalizadas.
Ambos notaron la caída de hombros en JiMin, como si algo por dentro se hubiera derrumbado.
—No me digas… ¿¡No estás entrenado!?
Con dificultad el rubio negó con la cabeza, si antes tenía pocas esperanzas, ahora definitivamente no le quedaba ninguna. Sin entrenamiento o ayuda profesional, el intento era un fracaso inminente.
—No puede ser… te comerán vivo allá dentro.
—Lo estás asustando más, idiota —reclamó YoonGi bajo una mirada de desaprobación antes de acercarse a JiMin quien parecía estar apunto de tener una crisis—. No te preocupes JiMin… todo saldrá bien.
—¿¡Todo saldrá bien!? ¡HoSeok tiene razón, me comerán vivo allá adentro!
—HoSeok a veces dice cosas estúpidas, tienes que intentarlo…
—No, no, no. Olvídalo —negó con la cabeza, retrocediendo un poco—. Voy a retirar la inscripción —dio la vuelta decidido, comenzando a caminar de vuelta al edificio.
HoSeok sólo realizó una pequeña reverencia con la cabeza después de la dura mirada de desaprobación que le brindó su mejor amigo, sabía que había metido la pata. YoonGi se apresuró a correr para adelantarse y detenerlo, colocándose justo en frente. JiMin gruñó un par de veces "permiso" mientras intentaba esquivarlo, hasta que el pelinegro lo tomó por los brazos y lo sacudió un poco para tratar de llamar por completo su atención en medio de su crisis.
JiMin levantó la cabeza, pareciendo derrotado. Su mente no dejaba de recordarle una y otra vez que no sería nadie en comparación del resto, no podría lograr ni siquiera el décimo puesto y solo iría a hacer el ridículo. El fracaso, en ese momento, parecía inminente y prefería no intentarlo.
—Mira… ahora tal vez estés alterado y tengas miedo, pero ambos sabemos que lo último que quieres es abandonarlo —aseguró, tratando de mantener un contacto visual fijo porque JiMin parecía seguir dubitativo—. ¿Qué te parece si vamos por un helado y lo piensas mejor?
—No hagas esto… —negó con la cabeza de forma lenta y pesada— No voy a lograr nada. Déjame ir a cancelar la inscripción.
YoonGi se inclinó un poco para quedar a su altura, le brindó una sonrisa tan dulce que de no ser porque era físicamente imposible, a JiMin se le habría derretido el corazón en su totalidad ante aquel cálido gesto. Después lo escuchó susurrar: "Vamos por el helado". Lo encontraba un poco extraño, porque no sería la reacción de una persona normal ante otra que mostraba inseguridad. Esperaba algún tipo de sermón, tal vez una larga charla sobre sus capacidades o lo típico de "no te rindas" y por supuesto, aunque no estaba mal, con ese silencio parecía como si él de forma genuina sabía que solo estaba muerto de miedo y era muy capaz de entenderlo.
—YoonGi… ¿puedo darte un abrazo? —dijo de forma impulsiva, cuando se dio cuenta retrocedió un poco porque sintió que podía parecer un rarito.
—Hmm, te daré dos y me estoy arriesgando.
—Tres y es mi oferta final —replicó en medio de un par de risitas. Después pudo sentir los cálidos y y delgados brazos de YoonGi envolver su torso. Así que correspondió envolviendo los suyos por la espalda baja. Hundiéndose así en el contacto bajo una sensación de tranquilidad.
A lo lejos HoSeok miraba enternecido la escena, porque durante los casi cuatro años de amistad que llevaban y aunque tenía clara la personalidad un poco distante de su amigo porque incluso podía contar muy bien las veces en las que le dio un abrazo, jamás lo había visto tan cómodo teniendo contacto físico con alguien desde ella; pero más que ser un extraño suceso, terminó por darle un poco de esperanza. YoonGi comenzaba a sanar.
[...]
Si YoonGi tuviera que elegir la estación del año que más odiaba, esa sin duda era el otoño. No solo por el frío, si no también por el viento increíblemente fuerte que de repente hacía. Y comprobó que lo había subestimado cuando a su lado JiMin reía a carcajadas mientras él, estático, miraba la bola naranja de su helado de cono tirada en el piso, aplastada de una forma tan cómica que se sentía burlado por el universo. Al final, con resignación, tomó un poco de papel y se despidió mentalmente de su helado de mandarina antes de tirarlo a la basura.
— ¿Cómo es eso siquiera posible? —exclamó JiMin entre carcajadas—. ¡No pudo haber sido el viento, YoonGi! ¡La tiraste!
—¡Se cayó con ese ventarrón! Esa señora no lo aplastó bien en la galleta… —replicó, mordiendo derrotado la galleta porque al menos fue lo único que le quedó. JiMin no paraba de reír por la ironía de la situación—. Eso, búrlate de mí —miró mal a JiMin quien ni siquiera había probado el suyo y eso le dio una idea. En un movimiento veloz apretó la mano de JiMin por el dorso para asegurar el cono y le dio un gran mordisco al helado. No importó que sus dientes de inmediato se destemplaron y por poco se le congela el cerebro, sonrió con victoria viendo el rostro de indignación de JiMin.
— ¡Hey, tú! —exclamó, levantando el brazo para hacer el ademán de darle un golpe, pero en lugar de eso se acercó y puso el helado cerca de la boca de YoonGi—. ¿Por qué no me dijiste que querías del mío? Podemos compartirlo.
YoonGi quedó mudo. La reacción que esperaba era definitivamente un golpe, no un ofrecimiento. Así que solo tomó sus manos y las empujó de forma suave para alejarlas de su rostro.
—No, está bien, solo quería molestarte.
JiMin no escuchó y le arrebató la galleta de la mano a su amigo para dividir su bola de helado y compartirla con él. Quien incluso si no estaba del todo de acuerdo porque podrían ir a comprar otro, terminó por recibirlo y agradecerle. Comenzaron a caminar en silencio, simplemente disfrutando de la cálida compañía en un fresco día de otoño. Iban en dirección a la playa porque anteriormente JiMin había expresado que deseaba estar allí un rato. Entonces, aprovechando el ambiente, YoonGi decidió por fin sacar el tema.
—¿Ya te sientes mejor?
—Bueno… sí, gracias a ti. Pero sigo pensando que no debería participar.
—Que los otros se hayan preparado no quiere decir que sean del todo mejores que tú. En el arte es muy importante la técnica, pero no es lo único. Además muchos de ellos han aprendido de forma individual y eso es solo experiencia.
— … Yo sé que lo hago bien, solo tengo miedo de que no sea suficiente. Esto es importante para mí, YoonGi, no quiero fracasar —agachó la cabeza y cabizbajo comenzó a jugar con sus dedos. La inquietud le estaba carcomiendo la cabeza—. Además… Sé que me admiras. Me gustaría hacer que te sientas orgulloso de mi por ganar —confesó con cierta vergüenza, teniendo el impulso de morderse la lengua porque en otras circunstancias no habría dicho nada.
YoonGi soltó una pequeña risita porque aquello había sonado muy adorable.
—JiMin, las cosas no funcionan así conmigo. Me sentiré orgulloso ganes o pierdas. Orgulloso porque si ganas te habrás superado y orgulloso porque si pierdes lo habrás intentado y aprendido.
Y sin saberlo, YoonGi dijo las palabras más hermosas que el rubio jamás había escuchado. Se preguntó si así de bien se sentía el ser apoyado con alguien, porque la ternura que lo invadió no fue natural. Se preguntó cómo era posible que un hombre que conoció de forma aleatoria en la playa terminara siendo la primera persona que podría considerar su lugar seguro. Y es que era increíble la forma en la que YoonGi le brindaba seguridad, confianza y afecto.
—Gracias YoonGi… gracias por estar ahí para mí.
El pelinegro solo le dedicó una sonrisa, antes de ser arrastrado por el rubio que en cuanto visualizó la playa a lo lejos, tomó su mano y corrió hacia ella como si no hubiera un mañana. Contagiado por la repentina energía corrió junto a él, esta vez apreciando el viento sobre su rostro y el contacto de sus manos juntas. Al estar justo en frente del mar, intentaron regular la respiración. El sol estaba en un punto cercano al horizonte, pero el cielo todavía se mantenía de un azul intenso y las olas del mar se movían con cierta irregularidad.
—Juguemos algo, un piensa rápido.
—¿Piensa rápido?
—Yo te preguntaré algo y me responderás en menos de diez segundos.
YoonGi enarcó una ceja pero no le pareció mala idea del todo, sería mejor que estar en silencio. Asintió con la cabeza indicando que estaba de acuerdo.
—Pero tienes que responder las mismas preguntas, si no no juego —dijo como condición y JiMin aceptó sin vacilar.
—Bien, entonces. ¿Animal favorito?
—Mmm… Las gallinas.
—El mío son los perros. ¿Bebida favorita?
—El café.
—Para mí los jugos naturales —JiMin pensó la siguiente pregunta, aunque quería disimular un poco más con cosas triviales, la lengua le picaba por saber lo que le había rondado la mente por días—. ¿Novia?
—No tengo.
—¿Qué? —El rubio abrió la boca evidentemente sorprendido, recibiendo una mirada inquisitiva del contrario—. ¿Novio entonces? —notó la negación con la cabeza y se sorprendió aún más—. ¡Eso es imposible!
—¿Qué te sorprende tanto? —preguntó por fin YoonGi, con una sonrisa un poco incómoda pero permaneciendo curioso por el rumbo que había tomado la conversación.
—No puedo creerlo. Quiero decir, eres una persona increíble, ¿cómo alguien así podría estar soltero?
A veces a YoonGi le sorprendía la facilidad con la que su acompañante decía cosas demasiado honestas o directas. El cumplido le provocó una sonrisa tímida y tuvo que agachar un poco la cabeza para disimular el ligero sonrojo surgiendo en sus mejillas.
—No me conoces lo suficiente para decir que soy increíble…
—Tal vez; pero puedo reconocer lo que el YoonGi actual que conozco ha hecho. Desde el primer momento me escuchaste como nadie lo había hecho, me diste palabras de aliento, cuidaste de mí el día que me desmayé, me tomaste en cuenta para el concurso en tu universidad y no solo me lo diste como regalo, también preparaste una velada. Incluso ahora, tomaste en cuenta cómo me sentía y me diste apoyo.
JiMin enumeró cada una de las cosas que significaron mucho para él, realmente no tenía ni idea de lo que estaba diciendo ni por qué, solo quería hacerle entender a YoonGi cómo lo veía a través de sus ojos.
—Lo que me hace pensar de que en realidad eres una persona atenta, que cuida a los demás y se preocupa por ellos. También una persona muy sabia, es como si supieras qué decir cuando es necesario. Cualquiera que te conozca sabrá lo que es paz en su vida —continuó muy seguro de lo que decía.
YoonGi no podía más de la vergüenza, aunque HoSeok siempre le recordaba lo bueno que era, escucharlo directamente de alguien más se sentía diferente.
—No todos piensan eso. La mayoría cree que soy amargado, frío y distante. No encajo con el promedio y por eso… se aburren de mí —confesó recordando las últimas palabras que alguna vez escuchó de alguien importante y le marcaron para siempre—. Por eso no deberías tener altas tus expectativas conmigo.
—Es lo más ridículo que he escuchado en el día —replicó, mirándolo con obviedad—. Yo sacaré mis propias conclusiones, pero debes dejarme conocerte mejor —dijo dándole un pequeño empujón con el hombro, de una forma que parecía coqueteo; pero en lugar de retractarse por la acción, la mantuvo como si hubiera sido a propósito y regresó su vista al horizonte, que ya empezaba a pintarse de hermosos colores naranjas por la llegada del atardecer.
Genuinamente quería saber más de él: sus miedos, sus defectos, sus anécdotas, sus metas, incluso todo aquello que no podía notar a simple vista; pero al mismo tiempo le daba miedo, porque no sabía cómo reaccionaría YoonGi cuando también lo conociera a él. Y no tan para suerte suya, YoonGi también mantenía la misma curiosidad. ¿Quién de verdad era ese chico que conoció en la playa un día y por qué le decía que quería conocerlo mejor? ¿Cuáles serían sus sueños, miedos, quizás cosas que le dolían, cosas que quería sanar y olvidar?
—Pero bueno, sigamos… ¿Color favorito?
—No tengo.
JiMin giró la cabeza otra vez para mirarlo indignado, pensando de inmediato que en este caso, esa ni siquiera era una respuesta válida. Notó por fin, justo en ese momento, que todavía seguían tomados de las manos, YoonGi también volteó a mirar y creyó que de pronto el contacto le incomodaba, así que soltó el agarre. JiMin no dijo nada porque pensó exactamente lo mismo, quizás le había molestado, aunque su corazón se hizo pequeño ante la conclusión.
—Eso no vale, debes tener alguno.
—Todos los colores me gustan, en realidad… pero bien, si tuviera que elegir, sería el blanco.
—Bien, el mío es el azul.
—¿Por eso te gusta tanto el mar? —preguntó justo cuando JiMin quería continuar.
—Sí, el azul me transmite paz, al igual que el mar. Sonará loco pero cuando me escapaba de mi casa para venir aquí, solía contarle mis problemas al viento, me sentía escuchado y a veces también sentía que me respondía con las olas del mar —soltó una risa al darse cuenta que lo que decía podría considerarse una auténtica demencia. YoonGi comenzó a reír, no para burlarse por supuesto, solo se identificó muy irónicamente—. ¡No te burles! —chilló el rubio casi a punto de dejarse consumir por la vergüenza.
—No me burlo. Solo creo que definitivamente estamos locos, yo hago lo mismo.
Y tal vez, la ajena e inocente naturaleza estaba viendo crecer una chispa entre ambos. Fue una extraña conexión de repente, cuando se dieron cuenta que realmente habían necesitado durante mucho tiempo un amigo, alguien por quien sentirse escuchado y verdaderamente comprendido. Entonces JiMin se sintió increíblemente afortunado, como si por primera vez el universo le hubiera sonreído y con un regalo tan hermoso entregado en sus manos, el deseo de querer conservarlo para siempre se encendió.
—Entonces vamos a ser dos locos, pero juntos.
—Trato hecho.
Ambos se dieron la mano como si cerraran un negocio; pero entonces, a lo lejos una figura imponente se acercaba.
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Yo pensando de manera random que necesito hacer urgente un banner más bonito.-. en fin, gracias por leer. ❤️
Pau.
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