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Cap 21: Toda la verdad.


- Por favor no me lastimes –digo cuando quita su mano de mi boca para pasar su brazo izquierdo por mi cuello y presionarlo.

- Puedes estar tranquila pequeña. Mi intención no es lastimarte a ti –susurra mientras nos acercamos a la puerta-. Recuerda lo que te escribí en la última carta que te envié, únicamente quiero que sepas la verdad sunhee y hoy es el día –escucho una risita de su parte-. Ahora, basta de charla y toca la puerta.

Hago lo que dice, pasaron varios unos minutos cuando la puerta se abrió dejándonos ver a ver a mi nana con una expresión de sorpresa y miedo. El hombre aleja la pistola de mi cien para apuntarle a ella.

- Ni si le ocurra gritar, hágase a un lado.

- Por favor suéltala –trato de aproximarse a nosotros pero él no se lo permitió.

- Cuidado con lo que hace, no quiero matarla Sra. Wang.

- Nana, has lo que dice –le suplico. Dudosa asiente con sus ojos cristalinos y nos da espacio para entrar.

- Váyase –demanda el hombre dándole la espalda. Me empuja sin dejar en ningún momento de apuntarme con el arma-. Camina sunhee, es hora de un reencuentro familiar.

Ambos paramos frente a la puerta donde mis progenitores se hallaban. Escuchamos claramente la discusión que ambos tenían. Veo que hay cosas que nunca cambiaran.

- Abre la puerta –sentencia colocando de nuevo el arma en mi cien-. Apúrate antes de que pierda la paciencia.

Hecha un manojo de nervios, empiezo abrir cuidadosamente. Él vuelve a rodear mi cuello con su brazo, haciendo presión antes de abrir por completo la puerta. De una patada que le da, queda abierta y los rostros de mis padres al ver lo que sucede se transforman en uno de pánico. Mi vista se dirige a mi padre, verlo hace que se me encoja el corazón. Únicamente quería correr a sus brazos y decirle cuanto lo he extrañado.

- Suéltala –sentencia mi madre-. ¡Te digo que la sueltes! –camina hacia nosotros y el la apunta con el arma dejándola estática en su lugar-. Youngdo, te lo suplico suelta a mi hija.

- Si estamos en esta situación, es por tu culpa jiwon –el tal youngdo conocía a mi madre y ella que lo conocía a él. Mi padre por otro lado trató de venir hacia él-. Acercarte más, y tu hija se muere –sonríe ladino apuntándome. Mi padre alza sus manos en señal no intentarlo y retrocede-. Muy bien jinhyuk.

- ¿Quién eres? –pregunta mi padre sin apartar su vista de él.

- Kang Young Do para servirte –mira de soslayo a mi madre devolviéndose a mi padre-. Soy un viejo amigo de tu esposa.

Mi padre la mira con furia y ella sólo no puede quitar su vista de mí. Deja caer unas lágrimas y vemos verla arrodillarse. Es la primera que la veo tan asustada y vulnerable.

- Youngdo por lo que más quiera, deja ir a mi esposo y a mi hija. Ellos no tienen nada que ver. Arreglemos esto tú y yo.

- Debiste pensar eso hace mucho tiempo. Justamente antes de no pagarme y echarme de tu vida, creyendo que no volveríamos a vernos. Mírate ahora jiwon, suplicándome de rodillas por la vida de tu amada sunhee.

- Dime cuanto quieres y te lo doy –se levanta y se dirige a unos de los cajones del escritorio y saca un cheque en blanco.

- Tú sabes perfectamente la cantidad que quiero pero esta vez deseo el doble –mi madre clavo sus ojos en él-. O es el doble o está aquí llega la pequeña sunhee.

- ¿¡Qué significa todo esto jiwon!? –exclama mi padre. En cambio ella hace caso omiso, termina el cheque y lo tira en el suelo. Mi padre se aproxima a ella y la toma por los hombros-. ¿¡Qué fue lo que hiciste!?

- Relájate jinhyuk –me hizo tomar el cheque en el piso y entregárselo-. Después de todo mereces saber la verdad, igual que mi querida sunhee –acaricia mi cabello y me empuja haciéndome caer en el suelo. Mis padres me levanta y me abrazan, protegiéndome de él-. Se lo dices tú jiwon o se los digo yo.

- ¡cállate! Tienes lo que quieres, vete.

- ¿Creíste que me irías sin antes no hacerte pagar por lo que me hiciste? –ladea su cabeza-. Eres tan estúpida. Todo lo que haces tiene consecuencias jiwon. Tu esposo y tu hija merecen saber toda la verdad.

- Ya se la verdad –digo firme. Retrocedo para ver sus rostros. Mamá palidece, papá no para de negarlo y Youngdo frunce su ceño-. Jimin no es mi hermano y una prueba de ADN lo comprueba.

- ¿De qué hablas sunhee? –inquiere mi padre sin poder creérselo todavía.

- Lo sé todo –los apunté a ambos-. Ustedes nos engañaron.

- No mi amor –mi padre trata de agarrar mis manos pero no se lo permito-. No te ment....

La risa tan repentina de Young do, automáticamente hace girar nuestras cabezas en su dirección. ¿Qué era lo gracioso de todo esto?

- Esto no es un chiste –digo fríamente-. Lo que pasa no es motivo para reír.

- Sé que no es un chiste, –volvió a reír más fuerte. Verlo burlase de esto, me daban unas intensas ganas de querer golpearlo-. Está bien sunhee. En eso no te equivocas, Park Ji Min no es tu hermano.

- ¡Cállate! –mi madre se abalanzó sobre él golpeándolo. Él la empujo apuntándola con el arma-. No te atrevas a decir nada youngdo.

- No estás en posición de pedir jiwon–vemos a mi madre levantarse y dirigirse a mí dándole la espalda a él-. Tu hija y tu esposo sabrán lo nefasta que eres.

- No presten atención

- Dime sunhee –Young do sonríe maliciosamente e ignorando lo dicho por ella-. ¿El que Park Jimin no sea tu hermano que te quiere decir?

- Que no es hijo de mi padre –respondo mirando al susodicho.

- Eso es imposible –dice con tanta seguridad que por un segundo logra confundirme-. Jimin si es mi hijo sunhee. Seora me lo confirmó.

- Creo que te mintió padre.

- En realidad no sunhee –interfiere youngdo-. Jinhyuk no miente, ese muchacho es su hijo.

- Mientes –cruzo mis brazos.

- Claro que no miento –asegura sin titubear-. Park Ji Min si es hijo de jinhyuk, la verdadera razón por la que tú y ese chico no comparten la misma sangre, se debe a la simple razón de que tú, no eres verdaderamente la hija Kim Jin Hyuk. Tú eres producto del amor de jiwon con su primer amor. El único hombre que ha amado tu madre de verdad –dejo caer mis brazos de golpe sin poder creer lo que dice-. Cuando jiwon se enteró de la infidelidad de jinhyuk, además de que tuvo un hijo con la misma mujer, decidió pagarle con la misma moneda. Y eso, fue envolverse otra vez con el aquel hombre. Ella al enterarse que estaba embarazada de él, le hizo creer a jinhyuk que el bebé que crecía en su vientre era suyo.

Un silencio sepulcral se presentó ante todo lo dicho. Mi madre rompió en llanto y negué incontables veces con la cabeza. Era mentira, una vil mentira para confundirme. Jinhyuk si era mi padre. No otro.

- Así es jinhyuk, aquella niña que viste dar sus primeros pasos, crecer, llamarte papá y decirte incontables veces cuanto te amaba, resulto ser hija de otro hombre. Sunhee no lleva tu sangre –Youngdo se fija en mi-. Esa es la razón por la cual ustedes no son hermanos. Kim Jin Hyuk no es tu verdadero padre. Y si no me crees, puedes preguntarle a tu propia madre.

Eso hice, avancé hasta ella y ni siquiera pudo verme a la cara. Sus ojos seguían clavados en el suelo.

- Mírame –mis ojos picaban, si llegaba a ser cierto, no iba poder recuperarme de esto-. ¿Es cierto lo que dice? ¡Contéstame!

- Perdóname hija –basto eso para quebrarme. Mi vida siempre fue una mentira. Siempre lo fue-. Sólo intente hacer lo correcto.

- ¿Lo correcto? –pregunto irónica a sus palabras-. ¿¡Quién es mi verdadero padre!?

- Perdón sunhee.

- Tu padre se llama Yeo Seung Heon –habla youngdo en vista de que mi madre no lo haría-. Cuando seungheon se enteró de tu existencia, quería conocerte. Recuerdo que en ese entonces tenías nueve años. Tu madre jamás se lo permitió, no dejaría que él arruinara sus vidas con su presencia. Al ver que insistía en verte, jiwon contrató mis servicios para deshacerme de él. Al final tuve que dejarlo vivir, ella me llamó en el último minuto rogando que no lo hiciera. Lo amaba tanto. Tu madre sabiendo que su primer amor insistiría de nuevo, me ordenó amenazarlo con hacerle daño a su familia. Seungheon estaba casado y tenía una hermosa niña que apenas era una recién nacida. Así que con todo el dolor de su alma, él tuvo que mantenerse alejado de la familia Kim y sobretodo de ti, para siempre, para así poder mantener a salvo, a su pequeña hija y a su esposa –coloca su mano en el pecho, cierra sus ojos y finge estar conmovido-.  ¿No creen que es una maravillosa historia?

- ¿¡Cómo pudiste engañarnos de una manera tan cruel Jiwon!? –vocifera mi padre para después darle paso a las lágrimas.

- M-mamá –la llamo sintiendo un nudo en la garganta.

- Por cierto sunhee, quien atropello a jimin fui yo. Ese fue un regalo que quise hacerle a tu querida mamá antes llegar a Seúl –tiene el descaro de decírmelo mirándome a los ojos y mostrarme la satisfacción que siente de ver el dolor que nos está provocando-. Porque quiero que sepas que un años después de irte de esta casa, jiwon me ordenó acabar con la vida de tu querido jimin si el volvía a cruzarse en tu camino –detiene lo que dice para bostezar y rascarse la cien con el arma. Kang Young do nos demuestra que para él vale más su vida, que la vida de otra persona. Que por dinero es capaz de amenazar y asesinar. Alguien que goza del sufrir ajeno. Y si de algo estoy bastante segura es que la personas cómo él, nunca terminan bien-. Claro, se arrepintió de eso y dejemos el tema aun lado. Pero, como buen amigo que soy quise darle ese regalo antes de vernos –mi padre cubrió su boca con una mano-. Tranquilo jinhyuk, tu hijo sobrevivió.

- Perdónenme –repetía ella casi sin voz-. P- perdónenme.

- ¿Cómo pudiste hacerme esto mamá? –levanto su mentón e hice que mirara-. ¡A tu propia hija!

- Perdón perdón...

- Un perdón no arregla lo que hiciste jiwon –dice mi padre alejándome de ella-. Eres una mujer despreciable.

Sollocé en los brazos de mi padre. El dolor era insoportable. De un momento a otro, las sirenas de la policía empezaron a escucharse cerca de la casa. Dándonos la esperanzas de que Youngdo no tuviera salida y acabara en la cárcel.

- Ven aquí –me arranco de los brazos de mi padre y volvimos a como estábamos en un principio-. Tu vendrás conmigo sunhee, yo no iré a la cárcel.

- ¡Suéltala! –mi padre se aproximó decido a no dejar que ese hombre me llevara con él.

Young Do lo apuntó y lo siguiente que se escuchó fue un disparo. Un desgarrador grito hizo que abriera los ojos. El corazón se me paralizó de inmediato. Mi madre estaba en el suelo mientras mi padre tenía su mano colocada en donde impacto la bala, evitando que la sangre siguiera fluyendo. Ella se había interpuesto entre los dos, recibiendo ella el disparo para salvarle la vida a mi padre.

- ¡Madre! No no –trate ir con ella pero Youngdo me sacó a la fuerza de la oficina-. No ¡Déjame!

Abrió la puerta encontrándose con muchas patrullas en la entrada de la casa. No tenía manera de huir.

- Baje el arma y deje a la chica libre –dijo un oficial apuntándolo.

- Y dejar que me lleven a la cárcel, jamás.

- ¡Libere a la chica inmediatamente! –demandó el oficial.

- ¡No!

Era suficiente.

Mordí el brazo de youngdo provocando que me soltara, fue la oportunidad perfecta para empujarlo y hacer perdiera el equilibrio. Cuando menos lo espere, youngdo me apunto dispuesto a matarme. Cerré mis ojos esperando el momento. Un momento que jamás llegó, porque seguido de eso se escucharon varios disparos. Abrí mis ojos y me encontré su cuerpo sin vida, el oficial le disparó para salvarme la vida.

- ¡Pidan una ambulancia rápido! –pido dejando caer mis lágrimas.

- Ya está una en camino –me respondió el mismo oficial que le disparó a aquel hombre.

- Mamá –retrocedí dándome la vuelta para entrar a la casa corriendo-. ¡Mamá!

Llegar al marco de la puerta y ver a mi padre llorando y aguantar a mi madre me derrumbó.

- Mamá –pase mi mano por su cabello-. Resiste sí, una ambulancia ya está en camino. Aguanta por favor.

- Sunhee –dijo ella abriendo sus ojos poco a poco-. Perdóname mi amor, perdone...

- Shh –coloque mis dedos en sus labios, impidiendo que siguiera hablando-. Tienes que retener tus fuerzas. Te prometo que hablaremos de esto después.

- Sunhee tiene razón jiwon. Guarda las energías.

- C-cometí errores –le estaba costando mantener sus ojos abiertos-. Y lo lamento. Estoy p-pagando las c-consecuencias ahora –coloca una mano sobre la mía y la otra sobre la de mi padre. Q-quiero que a-ambos sean felices. Espero a-algún día logren perdóname –débilmente me sonríe-.Te amo mi niña. N-no lo olvides.

- Jiwon por favor –dice él con la voz entrecortada-. No cierres los ojos.

- Mamá –la llamo tratando de que no cierres sus ojos. Puede que haya hecho cosas horribles, pero continua siendo mi madre y la amo. Ella no merece morir-. Resiste, resiste

- Jiwon –mi padre la mueve pero ella empieza a cerrar sus ojos y no puedo seguir reteniendo mi llanto-. ¡Jiwon! ¡Despierta!

- ¡Mamá! –la pego a mi cuerpo-. Abre tus ojos ¡Ábrelos! Regresa conmigo, regresa conmigo.

Los paramédicos llegaron, y nos arrancaron el cuerpo de mi madre para ponerlo en una camilla y salir por la puerta principal de la casa a una gran velocidad. Oculté mi rostro en el pecho de mi padre y lloré hasta quedar sin más lagrimas que derramar.


😢Pobre SunHee 😢

Para alivianar un poco las cosas, pensé en publicar el siguiente capítulo esta misma noche. Pero, sólo lo haré si ustedes quieren 😏

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