Abrí mis ojos con lentitud y de inmediato caigo en cuenta que estaba en una habitación del hospital. La luz del día se filtra por una ventana y miro a mi lado izquierdo, encontrándome a minnie dormida.

- Jimin –digo con dificultad mientras trato de pararme de la cama. Minnie abre sus ojos y se acerca-. Jimin, minnie...jimin –los recuerdos de anoche, me llevaron al borde del llanto.

- Tranquila sunhee –dice acariciando mi cabello-. Tranquila

- ¿y jimin? ¡Respóndeme!

- Hicieron todo lo que pudieron –dejo caer las lágrimas acumuladas en sus ojos-. Y...

- P-por favor minnie –sollozo sintiendo como mi mundo se cae a pedazos-. N-no pudo dejarme, jimin...

- Sunhee –me abraza dándome unas palmaditas en la espalda-. Jimin está bien, pudieron salvarlo.

- ¿Enserio? –pregunto sin dejar de llorar-. ¿Se salvó? Dime que no es una broma.

- No es una broma, admito que por un momento si lo perdimos, pero jimin no se rindió y lucho por su vida –limpia sus lágrimas y las mía-. El medico nos dijo que fue un milagro, la mayoría no logra sobrevivir a ese tipo de accidente.

- ¡Él está bien! –la abrazo y la felicidad que siento de tenerlo conmigo todavía no tiene precio-. Llévame a donde está, quiero verlo minnie.

- Te llevare, aunque antes debo entregarte algo –ladeo mi cabeza con curiosidad y minnie va hasta su bolso y saca un sobre blanco. La castaña me regala una sonrisa nerviosa y queda parada frente a mí extendiéndome el sobre blanco-. Jimin quería entregarte esto, en realidad quería que ambos leyeran el contenido juntos, pero pasó lo que pasó y no pudieron. Por los momentos, él no puede, pero tu si sunhee.

- ¿De qué se trata esto minnie?

- Es una prueba de ADN, jimin pidió mi ayuda para realizarla. Ambos sabíamos que te negarías si él te lo pedía, así que tuve el atrevimiento de tomar tu cepillo de cabello y usarlo como prueba. Fuimos a un laboratorio, entregamos el cepillo y jimin entregó su prueba –abro mi boca para decir lo que pienso, pero minnie no me lo permite-. Él no tuvo el valor de abrirlo. La razón por la que jimin te había citado en el lago suseong, era porque deseaba que ustedes dos lo abrieran juntos y afrontaran lo que se plasmaba ahí –minnie pone el sobre en la palma de mi mano y se sienta de nuevo a mi lado-. Es momento de que ustedes aclaren sus dudas, ahora mismo.

- No puedo hacerlo –bajo mi mirada.

- Claro que puedes –hace que la mire-. Ábrelo, deja el miedo de lado y arriésgate sunhee. Sé valiente, hazlo por ustedes. Por su amor.

Arriesgarme, es lo que debí hacer hace mucho tiempo, aunque el miedo de salir mucho más herida, fue lo que me hizo evitar esto. Ahora ya no, basta de tener miedo y de ser una cobarde. Sin importarme lo que revelan estos resultados, no me alejaré de jimin. Él es hombre de mi vida. Lo que único que debe importarnos es lo que sentimos el uno por el otro.

Abro el sobre sin vacilar y minnie cierra sus ojos. Suplicando que sea lo que ella espera. Empiezo a leer y los ojos se me llenan de lágrimas.

No somos hermanos

- Sunhee –minnie abre sus ojos y me encuentra sonriendo como tonta-. ¿Y bien amiga?

- Jimin y yo...no somos hermanos –le doy los resultados y suelta un grito de felicidad. Rio con ella, es maravilloso. Pero no todo puede durar para siempre. El que jimin y yo no compartamos la misma sangre solo quiere decir una cosa. Nos mintieron. En realidad jimin no es hijo de mi padre pero ¿Por qué? A esto debía estar refiriéndose ese hombre. Esta era la verdad. Nada de esto tiene sentido. Aunque hay una manera de saber lo que ocurre y por mucho que he evitado hacerlo, es necesario. Regresaré a la casa que me vio crecer para obtener las respuestas que necesito-. Minnie, voy a regresar a Seúl.

- ¿¡Que!? –se para de un salto-. ¿Por qué?

- Jimin y yo no compartimos la misma sangre. Eso quiere decir una cosa. Volvieron a engañarnos. Debieron planear esto para separarnos. Necesito hablar con mis padres y exigirle la verdad.

- ¿Por qué ellos harían algo así?

- Eso es lo que voy averiguar. Tengo que ir hoy mismo. Antes, me despediré de jimin, luego ire departamento a prepararme y por ultimo dirigirme a la estación del tren.

- Te apoyaré amiga.

- Gracias, llévame con jimin por favor.

Entré en la habitación y ahí estaba él, jimin seguía con sus ojos cerrados. Esta vez no tenía todos esos aparatos. El médico le comentó a minnie que lo único debíamos hacer era esperar a su recuperación. Hoseok y yoongi se encontraban sentados en sillón mientras tanto minnie se aproxima a su enamorado y le deposita un casto beso en los labios. Fue muy lindo ver aquello.

- Hola cariño –mi manos viajan por su rubio cabello y susurro cerca de su rostro-. Gracias por quedarte a mi lado. Amaría quedarme a tu lado en estos momentos, pero debo dejarte, necesito buscar respuestas. Y desde aquí no podré hacerlo –beso su frente y me alejo un poco-. Prometo volver mi amor, te lo prometo.

Dándome la vuelta la cara de hoseok es un poema. Olvide por completo que él no sabía nada. Le regalo una sonrisa y minnie entrelaza su mano con la de él.

- Amorcito, vamos por un café –le da un beso en la mejilla-. Porque es una historia muy larga.

- Y vaya que es larga –añade yoongi sentado todavía en el sillón-. Es mejor que te prepares hoseok.

***

Las personas iban y venían en la estación del tren mientras esperaba el tren para ir a Seúl. Lo más lindo que vi en ese tiempo fue a una pareja de enamorados, él la esperaba con un cartel y unas rosas y en cuanto ella bajo del tren, él se emocionó tanto que se me fue imposible no sonreír. La chica al verlo fue directamente hacia él y lo beso. Ambos se fueron abrazados y sonrientes. Eran una pareja muy feliz.

Después de dos horas esperando, al fin pude subir al tren. Tomo asiento cerca de una ventana y vuelvo a esperar a que las personas tomen asientos y guarden sus pertenencias. Mientras tanto, rezo en silencio por la pronta recuperación de jimin.

***

Estando ya en Seúl, subí a un taxi y me preparo para el reencuentro con mis padres. Pegada a la ventana del taxi, unas gotas comenzaron a caer. Pronto llovería. Lamenté enseguida de no traer un paraguas conmigo. El clima es algo impredecible.

El taxi estaba frente a la casa de mis padres, mi corazón se iba a salir de mi pecho. Los recuerdos me golpearon con fuerza. Seis años pasaron desde que salí por esas puertas.

- Señorita va a quedarse en taxi o se bajara –dijo con cierta frustación el conductor.

- Si, disculpe –le entrego el dinero y abro la puerta-. Quédese con el cambio.

Camine o mejor dicho corrí hasta llegar a la puerta principal. Llovía a cantaros, al parecer no pararía de un momento a otro. A punto de tocar la puerta, una mano tapa mi boca evitando que gritara y me aleja a pocos centímetros de la puerta. Y mi miedo aumentó cuando sentí como aquella persona colocaba una pistola en mi cien.

- Te dije que nos veríamos muy pronto sunhee.

Era él...

Preparense porque en el siguiente capítulo todos los secretos saldrán a la luz