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Cap 19: Hospital.



SUNHEE


Eran pocas las personas que estaban apreciando el hermoso lago, incluso sabiendo que es artificial, no le quita la belleza. Sentada en el banco, no paraba de mirar a todos lados. Jimin debía estar aquí, en cambio no es así. Es simplemente extraño. He llamado incontable veces a su teléfono y en cada una siempre me envía al buzón de voz. Eran más de las ocho y media de la noche. Definitivamente algo no andaba bien. Debía irme rápido, necesitaba tomar un taxi, y regresar al departamento. Esta situación es demasiado preocupante.

En mi camino, una llamada me frenó por completo, sin ver de quien se trataba conteste rápido. Pensando que podía tratarse de jimin. Que equivocada estaba.

- ¿Jimin? Por favor dime que sucedió –volví a mirar a todos lados. Teniendo la ilusión de verlo-. Llevo horas esperándote ¿Dónde estás?... ¿Jimin?

- Lamento decepcionarte sunhee –era una voz desconocida. Era un hombre-. Jimin no podrá ir a verte.

- ¿Quién eres? –la desesperación empezaba a correr por mi cuerpo-. ¿Cómo sabes mi nombre? ¡Dime!

- Querida sunhee, te dije que eso era lo menos que debía preocuparte –entonces caí en cuenta. Se trataba de la misma persona que me envió todas esas cartas-. Lo único que me importa es que sepas la verdad.

- ¿De qué verdad hablas? ¿¡Donde esta jimin!?

- Él era un buen chico

- ¿a qué te refieres con eso? –no me había dado cuenta que mis lágrimas corrían sin control por mis mejillas-. ¡Dímelo! ¿¡Por qué hablas en pasado!?

- En verdad lo siento sunhee –se hizo un largo silencio-. Adiós, muy pronto nos veremos.

- Esper...

Él finalizo la llamada sin dejar que terminara de hablar. Mis fuerzas me dejaron y caí de rodillas al suelo, dejando que mis lágrimas siguieran fluyendo, sentía una fuerte presión en mi pecho. Mi teléfono volvió a sonar y sin dudar contesté.

- ¡Déjame en paz¡ -grité pensando que se trataba nuevamente de ese hombre.

- Sunhee –la voz de minnie, hizo que mirara el teléfono y verificara que en realidad se trataba de su número-. ¿Estás bien? dime que estas bien sunhee, he estado tratando de llamarme desde hace horas ¿Por qué gritaste de esa manera?

- Discúlpame minnie. Luego te explico, dime que jimin está contigo. Si está, pásamelo por favor.

- oh sunhee –rompió en llanto-. J-jimin está...

- ¿Está que minnie? por favor dime que no...minnie, respóndeme por favor, por favor

- E-está muy grave sunhee –dijo con un hilo de voz-. Sufrió un accidente en el cual perdió mucha sangre, hace unos momentos lo sacaron de la sala de operaciones, el doctor nos dijo que –volvió a romper en llanto-. Nos dijo que lo más probable era que no pasara la noche.

- No no no –rompí en llanto. Esto no podía estar pasándome.

- Sunhee –hoseok me llamo, se oía igual que minnie-. Sunhee

- Hoseok dime que es mentira por favor, te lo suplico

- Desearía que también fuera una mentira sunhee –lo escuche llorar-. Estamos en daegu fatima hospital, ven rápido por favor.

Corte la llamada y salí corriendo a tomar un taxi, esto debía ser una completa pesadilla de que al parecer no podía despertar. No puedo perderlo, no puedo. No de nuevo.


***


Corrí por la sala del hospital en busca de mis amigos, estaba desesperada. Sentí un poco de alivio al dar con ellos. Minnie y yoongi estaban consolando a Hoseok. El pelinegro cubría su rostro con sus manos. Minnie al verme parada frente a ellos, se levantó de inmediato y vino hasta a mí para abrazarme fuertemente.

- Lo siento mucho sunhee, lo siento.

- ¿D-dónde está? –pregunto quebrada-. Jimin, ¿Dónde está?

- Te llevare a la habitación en donde se encuentra.

- Sunhee –Hoseok levanto su vista y me encuentra. Sus ojos estaban rojos e hinchados. Los mío debían estar de la misma forma. Hoseok me rodeó con sus brazos y lloró en mi hombro. La idea de perder a su mejor amigo lo estaba desgarrando tanto como a mí-. Jimin, él...

- Él estará bien –lo consuelo a él y de alguna manera a mí misma-. Él va a recuperarse. Jimin es muy fuerte. Va estar bien, ya lo veras.

- Vamos sunhee –minnie toma mi mano y me despido de hoseok y yoongi.

Ambas estábamos frente a la habitación, minnie apretó mis manos con fuerza. Solo una persona podía entrar a verlo. Ella me esperaría afuera. Respire profundamente, y entro en la habitación. Cubro mi boca con mis manos y con las pocas fuerzas que me queda, trato de no soltar el llanto y caer al suelo. Jimin estaba conectado a muchos aparatos. Me destrozó encontrarlo de esa manera. Camino despacio hacia él, y me siento un pequeño banco a lado de la cama y con mi mano tomo la suya.

- Quédate conmigo –susurro mientras pego mi frente al dorso de su mano aun sin soltarla-. Quédate conmigo mi amor. No me dejes, por favor. Debes luchar jimin, nos queda todavía mucho por vivir. Eres una persona fuerte, podrás salir de todo esto –mis lágrimas comienza a caer de nuevo-. Daría lo que fuera por ser yo la que este aquí acostada y no tú –miro su rostro y sus ojos siguen cerrados-. Te amo mucho jimin...te amo, ¿escuchaste? Necesito que luches, necesito que te recuperes...porque si te vas, me voy a ir contigo. Mi vida no tendría sentido si ya no estás en ella. Sé que no es nada fuerte de mi parte el que te diga esto, pero es la verdad. Eres lo más importante para mí.


No sé cuánto tiempo pasé ahí, pero el sonido repentino del monitor de signos vitales hace que abra los ojos ampliamente y lo que veo me hace entrar en pánico. Las palpitaciones del corazón de jimin bajan rápidamente. Corro hacia la puerta y grito pidiendo un médico, minnie sentada en un banco un poco lejos de la habitación se sobresalta y corre en nuestra dirección. Vuelvo con jimin y el monitor no deja de hacer aquel ruido. Lo estaba perdiendo.

- Por favor jimin –acaricio sus mejillas y le suplico entre lágrimas. Minnie me toma por los hombros y trata de alejarme cuando escuchamos al médico y a los enfermeros entrar-. Quédate conmigo, no me dejes. Jimin...

- Por favor señoritas salgan –el médico me aleja de jimin y mira el monitor-. El paciente está presentando un paro cardiaco. El desfibrilador rápido –los enfermeros dejan al descubierto el pecho de jimin y le ponen dos parches encima de este mientras el medico agarra las paletas y la enfermera le coloca un gel encima a cada una. El medico comienza a frotar las paletas una contra otra por unos minutos-. Aléjense

Todos nos alejamos lo suficiente y vimos como el medico puso las paletas en el pecho de jimin, provocando que su pecho subiera y bajara. Me partió el alma presenciar aquello.

- Sálvelo por favor, sálvelo –le pido entre sollozos y el médico me mira con los ojos ampliamente abiertos.

- ¡Les dije que salieran! – exclamo y les hablo a varios enfermeros-. Sáquenlas de aquí.

- No no –dos enfermeros me sostuvieron por ambos brazos y trataron de sacarme de ahí-. No no, quiero quedarme. Suéltenme –trate de zafarme de su agarre pero ambos eran muy fuerte, gire mi rostro hacia atrás y volví a mirarlo. Su pecho subía y bajaba. Mi vista viajó al monitor, y eso me provoco un fuerte dolor en el corazón, aquella parte que indicaba el ritmo de sus palpitaciones, estaba en una línea recta. Jimin se estaba muriendo-. Suéltenme por favor, suéltenme –cada vez me sentía con menos fuerzas y los parpados se me hacían más pesados-. Jimin, vuelve conmigo mi amor...vuelve


En ese momento, no supe más de él, ni del médico, ni de los enfermeros que me sostenían.




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