SUNHEE

Los niños terminaban de escribir en sus cuadernos, lo escrito en el pizarrón. En unos minutos finalizaría la clase y los niños volverían a casa. Sentada en mi escritorio, divague por los recuerdos de mi pasado, llenándome de una inevitable nostalgia. El sonido de la campana me hizo volver a la realidad y mis niños guardaron sus cosas, y uno a uno empezó a salir del salón despidiéndose de mí hasta el día siguiente. Los adoraba.

- ¿Maestra? –Jae min permaneció parado frente a mí. Ya todos los niños habían salido. Solo estábamos nosotros-. ¿Por qué está muy triste?

- ¿Triste? Claro que no mi cielo –comienzo a descender hasta quedar a su altura-. ¿Por qué preguntas eso?

- Usted nos ha dicho que es malo mentir –esas palabras me tomaron desprevenida-. No mienta maestra. En sus ojitos se nota que está muy triste –con sus pequeños brazos me rodeo, dándome unas palmaditas en la espalda. Correspondí a su dulce abrazo con una sonrisa.

Vuelve a mirarme y observo el adorable puchero que hace con sus labios. No puedo mentirle cuando yo misma les he enseñado a mi niños a no decir mentiras. Que decir la verdad era lo correcto.

- Tienes razón Jae min, estoy triste –admito-. Pero, pronto estaré mejor.

- Lamento que esté triste maestra –de pronto se quitó el bolso y lo puso en el suelo. Lo abrió y saco una barra de chocolate-. Mi mama me ha dicho, que un buen chocolate nos anima en un mal momento. Tome maestra, cómalo, para que tenga muchos ánimos y ya no este triste.

- Gracias –tomo el chocolate y le di de nuevo un abrazo. Él pareció muy feliz-. Ahora ve, tu mama debe estar esperándote. Prometo que me comeré todo el chocolate.

- Adiós maestra –y salió del salón corriendo.

Rio por lo bajo y regreso a mi escritorio a recoger mis cosas. Minnie y hoseok pronto entrarían por la puerta e iríamos a comer. Aunque antes de colocar el último libro dentro de mi portafolio, una voz muy conocida me llamó.

- Hola –gire lentamente y me encontré con su rostro. Sé que quiere hablar de lo que pasó ayer-. Con respecto a lo que sucedió, sunhee...

- No es necesario una explicación –me adelanto antes dejarlo terminar de hablar, así por dentro este muriendo por saber lo que tenía que decirme. Debo ser fuerte-. Es mejor dejarlo así jimin.

- Pero no quiero dejarlo así sunhee.

Antes de abrir mi boca y dar por terminada la conversación, las voces de minnie y hoseok acercándose no me permitieron hacerlo. Nos distanciamos al percatarnos de lo cerca que estábamos y los chicos entraron por la puerta en compañía de yoongi.

- Oh jimin –hoseok nos da un abrazo a ambos-. Pensé que no vendrías.

- Cambie de opinión en el último momento.

- Bueno –se encogió de hombro y pasó un brazo por el hombro del rubio y nos miró a todos-. Vamos a comer.

- ¿estás bien? –inquirió minnie mientras caminábamos. Los chicos iban hablando más adelante. Asentí y sé que minnie no me creía en absoluto.

Los muchachos se detuvieron y por ende nosotras también sin entender el por qué. Fue hasta que vimos a la hermosa pelirroja en la entrada del colegio. Hoseok la saludó agitando su mano con euforia.

Observábamos como el rubio se aproximaba a ella, la chica lo abrazo y lo beso en los labios. Sorprendiéndonos.

¡Pero que atrevida es ella y jimin se lo permite!

- Adelántense ustedes –dije sintiéndome furiosa por ver a jimin y a Stephanie irse en un taxi-. Se me olvidaron unas cosas en el salón. Los alcanzo después.

Gire sobre mis talones, evitando las miradas de mis amigos y regresé al salón sintiendo como alguien venía detrás de mí. Tiré el portafolio en el escritorio y trate de normalizar mi respiración. Debo controlarme. Pero es demasiado difícil...Me duele.

- No deberías actuar de esa manera –voltee encontrándome a yoongi con los brazos cruzados-. Disimula bien tus celos sunhee. Si sigues así, hoseok terminara sospechando.

- ¡Es que no puedo controlar lo que siento! –le grito sabiendo que no él tiene la culpa de lo que me pasa. Es que pensar en jimin con esa chica me enfurece demasiado. Me relajo y me apoyo en el escritorio. Ahora, me siento mal por gritarle al chico frente a mí-. Perdóname yoongi.

- Te perdono, y entiendo sunhee –baja sus brazos e infla sus cachetes.

- ¿Tu entendiéndome? –una risa se me escapa-. Dudo eso.

- Claro que te entiendo –camina en mi dirección con la seguridad que me hace falta, me siento nerviosa y no tardo en ruborizarme cuando las puntas de sus zapatos chocan con las mías. Nunca hemos estado tan cerca. Su mano se posa en mi hombro derecho mientras que la otra se coloca en nuca. Y lentamente su rostro va aproximándose al mío hasta que nuestros labios tiene un leve roce. Ambos nos quedamos de esa manera, sin separarnos. Quería alejarme pero mi cuerpo no parecía recibir la orden. Y en un pestañeo sus labios se fundieron con los míos en dulce beso que a los minutos acabó. Se aleja de mí con sus mejillas enrojecidas que le daban un aspecto tierno. Ni siquiera puedo reaccionar. Solo estoy pasmada en mi lugar-. Estoy enamorado de ti sunhee, desde hace tiempo. Con esto no te pido que me des una oportunidad de estar contigo. En tu corazón solo hay lugar para un hombre, y ese no soy yo. Era hora de decirte mis verdaderos sentimientos. Me cansaba seguir ocultándolo.

- Yon-yoongi –balbuceo y él ríe.

- Quédate tranquila sunhee, sigamos siendo amigos. Haz de cuenta que esto no paso. Porque eso hare yo.

Me estaba abofeteando mentalmente por no lograr decir una simple palabra. El toma mi portafolio y enreda su mano izquierda en mi muñeca para sacarme del salón.

Subimos a su auto ya afuera y condujo a donde se encontraban minnie y hoseok esperándonos. Mi mente procesaba cada palabra, y me sentía tan nerviosa y aliviada al mismo tiempo. Yoongi era realista con sus sentimientos y los míos. Sabe que no podre amar a otro hombre que no sea Park Jimin.

***

Parada en el balcón del departamento, veo como las infinitas estrellan iluminan el oscuro cielo. La vista era hermosa. Después de comer con los chicos y poder procesar por completo las palabras de yoongi, decidí venir a descansar. Ellos irían a un club a distraerse. Prefiero mil veces la comodidad de este departamento.

El timbre sonó en todo el departamento y fui hasta la puerta. La abro y jimin está ahí. Regalándome esa sonrisa que me derrite.

- Perdona si interrumpo –sus ojos viajan al suelo quizás pensado en lo de esta tarde-. Hablemos.

- No hay nada de qué hablar –dije seca y se mostró triste por cómo me dirigí hacia él. Odiaba verlo así, eso me doblega y me hacía querer abrazarlo-. Estás en tu derecho de andar con quien se te plazca.

- Eso es la peor mentira y lo sabes –claramente estaba dolido por mis palabras-. Porque resulta que no puedo estar con la mujer que amo debido a que comparte la misma sangre que yo –escucharlo decir aquello me rompió el corazón. A pesar de ser nuestra realidad.

- Quiero que seas feliz jimin –le digo sintiendo mis ojos arder-. Lo nuestro es imposible. Si esa chica es a quien eliges para pasar el resto de tu vida, hazlo. No me opondré.

- Stephanie se fue a california esta misma tarde, esa es la razón por la que tuve que dejarlos. Ella me pidió que la acompañara al aeropuerto.

- ¿de verdad? –me odie por sonar tan aliviada y con cierto entusiasmo. El asintió teniendo la valentía de dar el primer paso en acercarse.

- Si, sunhee –sus manos rodearon mi cintura y me atrajo hacia el-. Si es de quedarme soltero toda la vida, lo hare. No importa.

- Estás loco ¿sabías?

- Lo sé –sonríe ampliamente y por un momento pienso que me besara pero solo besa mi frente. Puedo ver lo mucho que jimin me ama tanto como yo lo amo a él-. Te amo, y lo seguiré haciendo hasta mi último día. Esta mal decirlo, lo comprendo. Pero te lo diré todas las veces que quiera. Ya no volveré a california, me quedare en daegu, a tu lado.

- Jimin –lo abrazo y me doy cuenta de las lágrimas que corren por mis mejillas. Estoy tan feliz. Y me atrevo a darle un beso en la mejilla, provocando que se ruborizara-. Gracias.

Hablamos por horas y juraría que seguiríamos hablando si no fuera porque jimin debía ir mañana a primera hora a ver cómo iba la construcción de la escuela. Nos costó despedirnos, pero al final debíamos hacerlo.

Antes de ir a mi habitación, el timbre volvió a sonar, pensé que podrá tratarse de jimin, pero no fue así. Era el portero del edificio con un pequeño sobre en sus manos.

- Disculpe que la despierte a esta hora Srta. Sunhee –lucía realmente avergonzado-. Es que llegó este sobre para usted –fruncí el ceño. No esperaba esto.

- ¿Quién trajo esto? –inquirí teniendo el sobre en mis manos.

- Lo trajo un joven, es de una compañía de correos. Dijo que se lo entregara cuanto antes, que era muy importante.

- Gracias, y no se preocupe.

- De nada Srta. Sunhee.

Cerré la puerta y me deje caer en el mueble, mire el sobre y debatí entre si abrirlo o no. Al Sr. Han le dijeron que era importante.

¿Qué será?

Empecé abrir el contenido y me encontré con una pequeña carta. La leí una y otra vez, sin entender nada.

Querida sunhee:

Los secretos no se han acabado. Tarde o temprano lo descubrirás.

Era únicamente lo que decía.

Estoy muy feliz porque un amor imposible tiene una nueva y hermosa portada hecha por una persona super talentosa 😄💕

💕Vayan a verlaaa 💕