Cap 02: Visita inesperada.
Mis ojos picabas, verla después de tanto tiempo parecía un sueño. Si no fuera por minnie que me movió, seguiría ahí de pie sin realizar ningún movimiento, avancé hacia a ella y la abracé. La Sra. Wang es una persona totalmente especial para mí.
- Sera mejor que pasemos –comenta minnie mirándonos.
- Es verdad nana –pasé mi mano por su cabello. Note algunos mechones blancos, que sin dudar le quedaban muy bien-. Pasemos.
Minnie nos habia dejado solas, prefirió salir y dejarnos hablar con tranquilidad. Decidí preparar algo de té para llevarle, ella me regalo una sonrisa y tomo un sorbo. No paraba de mirarla, no imaginaba lo mucho que la extrañaba. Me hizo mucha falta.
- Ha pasado demasiado tiempo –dice poniendo varios mechones de mi cabello atrás de mi oreja-. Estas muy hermosa sunhee.
- Veo que tienes algunos mechones blancos nana –señalé algunos logrando que riera-. Te quedan super bien.
- La edad –suspiró-. Y el tiempo es algo con lo que no se puede luchar –deja la taza de té encima de la mesa.
- Nana... ¿nadie más vino a parte de ti? –negó con su cabeza. Ella era la única persona de aquella casa que sabía en donde estaba. No negaría que me daba curiosidad ver a mis padres nuevamente, pero todos esos secretos me hirieron demasiado. No ha pasado ningún día en que no recordara aquel día en donde me enteré de aquella terrible verdad-. Está bien.
- Ellos ya lo saben sunhee –añade haciéndome fruncir el ceño-. Tus padres desde algunos meses se enteraron que vives aquí. Por lo que sé, contrataron a un investigador privado que los ayudara a encontrarte.
Que contrataran a un investigador privado no me impresionó, nada de lo que han hecho mis padres todos estos años que han pasado, lamentablemente ya no era algo que me quitara el sueño. Pero, imaginar en que pueden apararse en cualquier momento frente a mí, me ponía nerviosa.
- Ni por un segundo, ellos no te han dejado de extrañar mi niña –dijo acariciando mi espalda-. Jinhyuk y jiwon la han pasado terrible desde tu partida.
- Cuando salí por aquellas puertas sin mirar atrás, no la pasé bien –me cruzé de brazos-. Perdonarlos por lo que hicieron, no es sencillo.
- Guardarles rencor tampoco es lo mejor sunhee.
- No les guardo rencor –dije con sinceridad-. Los amo, pero no pienso perdonarlos por todos esos años llenos de mentira. Deben entender eso nana.
Suspiró rendida, algo que me prometí cuando salí de esa casa hace seis años fue no perdonarlos por todas esas mentiras, me lastimaron y se lastimaron a ellos mismo. Nada sería igual. El pasado es algo que no se puede borrar y mucho menos olvidar.
- De acuerdo, olvidemos el tema de tus padres –vuelve a tomar un sorbo de su té al igual que yo tome del mío-. ¿Cómo te va siendo maestra?
- Me encanta nana –sonreí-. Amo mi trabajo. Es todo lo que quise todo el tiempo.
- Estoy muy orgullosa de ti sunhee –acarició mi mejilla-. Siempre lo he estado –calló unos minutos. Miraba el suelo cómo si buscara una respuesta. Algo pasaba y me ella me lo quería decir-. Debo decirte algo mi niña –cerró sus ojos para luego encontrarse con mi mirada sobre ella-. Es sobre jimin.
Una punzada de dolor atravesó mi pecho y mis ojos se cristalizaron al instante en el que escuche su nombre. Estos años aquí en daegu traté de no pensar en jimin y en lo que vivimos hace tanto tiempo. Cada día me preguntaba como estaría él, si me habrá olvidado o si me estará odiando por dejarlo sin alguna explicación.
- Cuando te marchaste él te buscó –tomó mis manos-. Esa vez que lo vi me partió el corazón, ese chico se enteró de la verdad ya que su misma madre se lo contó –mis lágrimas comenzaron a salir. Las palabras no salían de mi boca. Debió dolerle tanto como a mi enterarse de la verdad-. Por meses él siempre me buscaba para saber algo de ti y al no tener una respuesta un día dejó de preguntar y de buscarme. Desde ese momento no supe más de él.
- D-debe odiarme –dije con dificultad-. Lo dejé solo nana.
- El jamás te odiaría mi niña –limpió mis lágrimas-. Créeme.
- Si lo debe estar haciendo nana –rompí en llanto-. M-me odia.
- Oh mi niña –me pego a ella para darme un abrazo y consolarme.
No lo culparía si me odiara, si me guardara rencor o si no quisiera verme el resto de su vida. Y aunque eso destroce mi corazón, él está en su derecho de hacerlo, lo abandone en una situación como esa. Salí huyendo cuando el más me necesitó.
Esa noche la Sra. Wang se quedó conmigo consolándome junto a minnie quien llegó cuando estaba hecho un mar de lágrimas. Recordar a jimin me dolió demasiado, y entendí que lo mejor para nosotros sería jamás reencontrarnos.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro