Seis años después

SUNHEE

Solté un suspiro agotador mientras esperaba a que los autos pasaran, miré la hora en el reloj que minnie me había regalado en mi cumpleaños y eran exactamente las cuatro de la tarde. Era seguro que la encontraría antes de que saliera del departamento. La luz verde en el semáforo peatonal nos indicó que ya podíamos pasar y así hice, apuré mi paso y a unas cuantas cuadra de un parque cercano se encontraba el edificio.

Abrí la puerta y me quité los zapatos, se sintió tan bien llegar a casa, el día había sido muy agotador.

- Sunhee –dijo la castaña en cuanto me vio-. Compre fruta antes de venir-. Eso se oyó bien. Moría por comer una.

- Te adoro –deje mis cosas en el sillón y me dirigí a la cocina.

- ¿Cómo estuvo tu día? –apoyó los antebrazos en el taburete-. Luces cansada.

- Muy agotador –lleve una manzana a mi boca-. Pero feliz porque mis niños lograron comprender el tema que les di.

- Veo que enserio amas ser maestra Kim –minnie sonríe mientras me ve asentir.

Desde que me mudé a daegu decidí estudiar la carrera de mis sueños, y esa era educación. Ver las caras de compresión de los niños a penas termino de explicar algo, es algo que me llena de mucho orgullo. Cuando estaba en Seúl, mis padres desde niña querían que estudiara lo que ellos deseaban, pero que yo no quería. Cumplir mis sueños sin que nadie se opusiera, fue algo que no tuvo precio.

- Veo que no estás lista –la señale de arriba abajo-. No piensas trabajar.

- Renuncié –Ella trabaja en la misma escuela en donde doy clases, aunque hoy era su día libre. Pero aparte de ser maestra también trabajaba en una pequeña cafetería no muy lejos de nuestro departamento-. La paga no era mala, pero preferí estar a tiempo completo como maestra solamente. Y estar sin ese trabajo me da más oportunidad de darles nuevos contenidos a los niños.

- Si te sientes mejor así –coloco ambas manos sobre las de ella-. Pues decidiste bien.

- ¿Por qué no vemos películas? –inquirió moviendo sus cejas de arriba abajo

- Es una excelente idea –reí levemente-. Pongamos la que tú quieras.

***

Mala idea.

Fue muy mala idea dejar que minnie eligiera la película. Era una película muy vieja, traté de todas las formas posibles buscar una razón por la cual a ella le fascinaran tanto las películas clásicas. Me estaba durmiendo y de no ser porque me llamó estaría durmiendo.

- Sunhee no te duermas –golpeó mi hombro-. Te vas a perder la mejor parte

- Minnie –la observé-. Es la peor película que he visto.

- ¿Cómo te atreves a decir eso? –se puso una mano en el pecho como si comentario la hubiese dolido-. Te ignorare por lo que queda de la película.

- Dramática –me acomode mejor en el sillón-. Hoseok te envía muchos saludos.

- Hoseok –canturrió mi amiga esbozando una sonrisa de enamorada-. Lo quiero tanto. Todo en él es...perfecto.

Y hubiera continuado hablando de no ser que el timbre sonó interrumpiendo el momento. Minnie y yo nos miramos. Ninguna de las dos esperaba visita.

- Voy a abrir –dice ella levantándose-. Para evitar cualquier cosa, tomaré el bate.

- Dale fuerte –carcajeé cuando ella enserio tomó el bate de béisbol.

- Ya vuelvo.

Desapareció de mi vista y yo me dispuse a buscar una mejor película que ver. Minnie se enojaría por no dejarla terminar de ver esa horrible película, pero era lo mejor para ambas. Busque entre todas las opciones, hasta que di con una muy buena. Escuché como se acercaba y me voltee para verla.

- Minnie sé que te gustan esas películas. Pero yo las odio, así que puse una que nos gusta a ambas.

- No te preocupes –estaba nerviosa. No dejaba de ver a la entrada del departamento-. Te buscan sunhee.

- ¿Quién es? –fruncí mi ceño.

- Es mejor que tú misma lo veas.

Dejó el bate en su lugar y luego vino hasta a mí. Puso sus manos en mis hombros y me llevó a la puerta. La miré de soslayo esperando una respuesta de su parte pero se limitó abrir la puerta y ahí lo entendí.

- Hola mi niña –dijo la señora mayor frente a mí-. Tanto tiempo.

- Nana.