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La reunión de los tiranos

Rubí tenía la impresión de que el tiempo pasaba volando desde que habían embarcado en la inmensa nave de Cooler. Tal y como le había mencionado Salza, en el mismo interior disponían a su servicio de varias salas habilitadas expresamente para el entrenamiento militar de los hombres y justo allí era donde pasaban la mayor parte del día, con el objetivo de continuar con su instrucción. Durante las casi tres semanas que llevaban a bordo, ella había empezado a dar muestras de ir progresando muy poco a poco, aunque no había resultado ser un proceso sencillo ni tampoco agradable en ciertas ocasiones, debido a la dureza de los ejercicios, el poco tiempo libre que tenía para poder recuperar la energía perdida y las múltiples e interminables repeticiones de las actividades a las que debía someterse con tal de que se le quedaran grabados a fuego en su mente los conocimientos adquiridos. Sin embargo, y a pesar de las numerosas dificultades iniciales, Rubí finalmente logró crear esferas de ki del tamaño de la palma de su mano y había empezado ya a a aprender a manejarlas a su propia voluntad, bajo la atenta mirada de su capitán, que con cada nuevo paso hacia delante que daba, iba tornándose más exigente y estricto con ella, para tratar de acostumbrarla cuanto antes al verdadero espíritu de disciplina, sacrificio y dureza que caracterizaba tanto a su escuadrón como al propio ejército del emperador.

- Cuanto más te esfuerces, antes lo conseguirás y podrás pasar entonces a temas mucho más complejos. Sólo tienes que poner toda tu alma en lo que estás haciendo y no dejarte llevar en ningún momento por cualquier emoción que te aleje de tus objetivos. –Fueron las palabras que utilizó Salza para tratar de alentarla y evitar que tirase la toalla, cuando en una de sus sesiones, la frustración y la ansiedad por la lentitud de su aprendizaje se adueñaron por completo de ella, amenazando con hacerla abandonar- recuerda que mantener la sangre fría es algo fundamental en nuestro trabajo para poder cumplir con éxito cada una de nuestras misiones.-

-Tomaré nota de tu consejo- respondió Rubí, intentando volver a concentrarse y librarse de una vez por todas de aquellos molestos sentimientos de inseguridad y temor que le impedían dar lo mejor de sí misma y explotar su potencial.- A la próxima todo irá mejor, te lo prometo.

-Seguro que sí- el hombre le dedicó una sonrisa fugaz, deseando en su fuero interno que pronto pudiera terminar el adiestramiento y así incorporarla de forma oficial al equipo. De esa manera también podrían volver a concentrarse por completo en su labor habitual en lugar de repetir una y otra vez las mismas cosas por las que ellos mismos ya habían pasado hacía años y que ahora le aburrían sobremanera por lo simples que eran .

Pero aquel día que recién comenzaba, iba a ser muy diferente a los anteriores. Uno de los hombres de Cooler no tardó en avisar al tirano de que se encontraban ya muy próximos al Planeta Freezer 79, de modo que en lugar de reanudar los entrenamientos donde los habían dejado la jornada anterior, los hombres que tendrían que acompañar al changlong a la reunión se dedicaron a prepararse para salir lo más rápido posible en cuanto tocasen tierra.

-Acompáñame. Te enseñaré dónde puedes quedarte mientras dure el evento y cómo utilizar la tecnología disponible. Sé de sobra que ya sabes emplear algunos aparatos porque en estas últimas semanas yo mismo te he ido mostrando su funcionamiento pero aún te queda mucho por aprender- le indicó Salza a la pelirroja, guiándola a través de los pasillos hacia una habitación solitaria y en penumbra, en donde había una enorme pantalla empotrada en la pared del fondo. El hombre trasteó entre los diferentes artilugios que había desparramados sobre una encimera blanca y morada hasta dar con lo que andaba buscando.

-Para encenderla tienes que emplear este mando - comentó antes de proceder a darle todas las explicaciones necesarias para que supiera apañárselas por su cuenta sin necesidad de ayuda.- Puedes ir cambiando la perspectiva de la vista cuando te apetezca, pulsando los botones de que dispone para ello. La tecnología de Freezer y la nuestra en realidad están conectadas, de forma que no te resultará demasiado complicado seguirnos mientras estamos ausentes.

-Perfecto-respondió la pelirroja, probando a hacer lo mismo que había hecho su capitán. Por suerte, no había tardado demasiado en memorizar todos los datos que él le había estado dando y fue capaz de imitarle.

-Tenemos que marcharnos ya. Si surgiera cualquier contratiempo, avísame por el scouter ¿de acuerdo?-

Tras obtener una respuesta afirmativa por parte de la chica, el líder del escuadrón abandonó la estancia, dejándola allí sola con la única compañía del monitor por el que se dedicó a observar todos los movimientos que se realizaban tanto en el interior como en el exterior de la nave.

-¿Dónde está Rubí?- escuchó ella preguntarle a Cooler cuando los tres hombres se reunieron con él justo en la puerta de acceso, a la espera de perder altura y tocar tierra.-¿No va a venir con nosotros?-

-He pensado que lo más sensato sería que por el momento ella se quedase aquí y observase la reunión desde fuera para que vea cómo son y qué se hacen en ellas. Al ser una novata, todavía no la podemos considerar un miembro oficial de nuestro equipo, por no hablar de que aún no está preparada para enfrentarse a situaciones tan peligrosas como participar en un combate contra rebeldes asalvajados, por lo que no tendría mucho sentido que nos acompañase. Quizás con el tiempo, y cuando nos demuestre que puede hacerlo, podamos llevarla también con nosotros.

-Confío en tu criterio. Todavía no me has dado ningún motivo para dudar de tu palabra, de modo que si consideras que eso es lo más adecuado, así se hará- asintió Cooler sin añadir nada más al respecto. Sin embargo una tercera persona se adelantó y se incorporó a ellos con intención de unirse a su conversación.

-Lord Cooler, si no es mucho pedir, me gustaría solicitarle acompañarle a usted y a los tres miembros de tu grupo de élite- Narsiss utilizó un tono de voz educado, dulce y cortés para dirigirse al emperador, pero en cuanto se aseguró de que ni éste ni sus hombres le veían, se apresuró a exhibir una sonrisa maliciosa en dirección a la nave que estaba justo a sus espaldas, como si supiera que ella podía estar observándoles desde el interior. Una sonrisa que se congeló en el mismo momento en que el propio tirano decidió denegar su petición, recordándole que él mismo ya tenía sus propias tareas pendientes y que no debía meterse en un escuadrón que no era el suyo.

-Pero señor. Si esa chica no va a acudir, quizás pueda requerir de mi presencia junto a ustedes. Le aseguro que yo podría serle de gran utilidad y darle motivos de sobra para sentirse orgulloso de mí.-

-Si en algún momento necesito de tus servicios, no dudes que te avisaré, pero ahora mismo no me resultas imprescindible así que haz el favor de volver por donde has venido y regresar a la nave, donde tendrás que permanecer hasta nueva orden.-

-Como usted mande, Lord Cooler- Narsiss hizo una leve reverencia en señal de sumisión y procedió a retirarse, tratando de ocultar la frustración que sentía en aquel instante. ¿Es que acaso él no veía lo mucho que se esmeraba en intentar agradarle? ¿No se daba cuenta de que llevaba años dando lo mejor de sí mismo para poder ocupar el lugar que se merecía dentro de su ejército? Toda aquella situación era de lo más injusta, y por si no fuera suficiente el hecho de que Cooler no le prestaba la suficiente atención, ahora, la nueva soldado que había llegado no estaba haciendo otra cosa que poner en peligro todas y cada una de sus muchas ambiciones.

-Esa maldita pelirroja va a estropearlo todo y ni siquiera se trata de una rival digna porque no sabe pelear ni manejar su propio ki.-Masculló Narsiss entre dientes mientras observaba de refilón como el emperador y sus mejores hombres desaparecían en el horizonte, en dirección al cuartel general del changlong más pequeño- ¡pues no estoy dispuesto a consentirlo! ¡Pienso demostrarle a todo el mundo que esa intrusa no merece formar parte de este glorioso ejército y mucho menos del escuadrón de élite!- y con la rabia y los celos relampagueando en sus fríos ojos azules, el hombre se introdujo de nuevo en la nave, dispuesto a elaborar un plan para recuperar lo que le pertenecía y deshacerse para siempre de aquella molesta competencia.

Mientras tanto, el tirano ya había entrado en el lugar que ocupaba su hermano menor y sus dos guardaespaldas, seguido por sus fuerzas especiales. Aunque no estaban solos. Junto a ellos, Rubí pudo ver a un tercer hombre, de estatura descomunal, y una larga capa de color escarlata ondeando a sus espaldas,que respondía al nombre de King Cold y que al parecer, era el padre de ambos changlongs y el líder en la sombra de la Organización Interplanetaria de Comercio.

-Todos tienen un poder aterrador. Puedo sentirlo incluso sin necesidad de usar mi scouter-murmuró ella sin quitarle la vista de encima a aquella familia, con una mezcla de emociones que comprendían desde la fascinación y el respeto hasta el miedo y la inquietud- incluso Freezer, que es el más bajo de los tres, aparenta ser una persona con la que es mejor no buscarse problemas.-
Y precisamente aquel mismo momento parecía ser uno de esos en los que uno debía andarse con pies de plomo en lo que a él respectaba si es que apreciaba su vida y deseaba seguir existiendo, pues el miembro más pequeño de la familia se encontraba hecho un basilisco a raíz de una llamada que acababa de recibir hacia apenas unos minutos proveniente de un planeta que él conocía muy bien.

-¿Cómo que no va a regresar de su visita a Zaruma?-chilló Freezer enfurecido, mientras su padre y Cooler le miraban con frialdad, acostumbrados cómo estaban a esas alturas a sus berrinches - ¡exijo hablar inmediatamente con esa desagradecida!-

-No te permito que hables así de mi hermana. Si su decisión ha sido la de marcharse de tu ejército, sus motivos tendrá-contestó una voz femenina con frialdad, antes de pasarle su propio dispositivo de comunicación a una segunda persona, que se mostró igual de tajante y distante que ella.-

-Aunque tú no lo supieras, la verdad es que llevaba ya un tiempo siendo infeliz entre tus filas, y ahora que he vuelto por fin a mi hogar, me he dado cuenta de que este es el lugar en el que debo estar. El lugar en el que realmente me necesitan.

-Vaya, De modo que ahora un ejército debe ser un lugar de pura felicidad y armonía ¿verdad?-Ironizó Freezer, haciendo rechinando los dientes, a causa de la rabia acumulada.

-Nos da igual lo que pienses-volvió a retomar la voz cantante la otra mujer, que respondía al nombre de Winter- ya está todo arreglado. Ella se quedará con nosotros de ahora en adelante.-

-Pues entonces, en ese caso, hazme el favor de decirle a tu hermana Windy que a partir de ahora su nombre está anotado en mi lista negra. Si volvemos a encontrarnos será en calidad de enemigos y no tendré piedad de ella.-

-Le haré llegar el mensaje, de eso no te quepa la menor duda aunque dudo mucho de que tus amenazas vayan a amedrentarla o hacerla cambiar de opinión-replicó Winter, desdeñosa antes de cortar la transmisión con el emperador.

-Eso ya lo veremos-musitó el tirano colérico, lanzando su scouter en dirección a la pared de la habitación, donde se rompió en mil pedazos.

-Así que en el ejército de Freezer también había una mujer-reflexionó Rubí tras haber escuchado la conversación entera, lamentándose de que no hubiera estado en el mismo lugar que ella, puesto que al menos, de esa manera habría podido tener una amiga con la que contar en medio de un océano de peligrosos hombres.

-Tranquilízate hermano , ya te ocuparás de ella cuando llegue el momento adecuado- Cooler le miró inexpresivo- ahora tenemos cosas más importantes que hacer, como centrarnos en el problema que supone una rebelión por nuestros respectivos territorios.-

-¿Cómo pretendes que me calme si una de mis mejores soldados se ha pasado al lado de esos malditos rebeldes?-Freezer restalló su cola contra el suelo, haciendo temblar momentáneamente la sala en la que se encontraba.-¡Tenía que haber destruido ese estúpido planeta cuando la recluté y así me habría ahorrado todo este quebradero de cabeza!-

-Deja de comportarte como un niño malcriado ¿quieres?-resopló Cooler comenzando ya a perder la paciencia, algo que solía sucederle muy a menudo cuando estaba en compañía de su hermano menor- a lo mejor deberías hacer un poco de autocrítica y meditar por qué se ha ido de tu lado.

-Porque es una ingrata. Una maldita ingrata-refunfuñó el tirano, dando tragos largos a su copa de vino, sin hacerle el más mínimo caso a su hermano mayor-

-Puede que la culpa sea más tuya que suya. Es bastante probable que, aunque le hayas permitido ciertos caprichos como dejarla regresar por unos días a su mundo natal , no la hayas valorado como se merecía ni le hayas dado motivos de peso para seguir allí. -intervino King Cold, que procedió a explicarse mejor tras obtener una mirada iracunda y llena de incredulidad por parte de su hijo - No es que apoye su deserción, pero tienes que reconocer que no eres muy bueno a la hora de tratar con tu propio personal. Al que no fulminas de un disparo, le tratas con la punta del pie, y así no vas a conseguir jamás lealtad ni respeto alguno. Tan solo obtienes temor. Y el simple miedo no basta para garantizar la permanencia de una persona.

-¡Te equivocas! yo le di todo lo que cualquier soldado a mi mando habría deseado. Dentro de unos límites, le otorgué poder suficiente para que hiciera y deshiciera a su antojo en el ejército. Pero eso no es todo. Cada cierto tiempo también le concedía alguna que otra recompensa por su buen trabajo y hasta le permití emparejarse con uno de los soldados de mis fuerzas especiales, siempre y cuando su rendimiento no se viese perjudicado. ¡Y me paga todo eso con la traición! ¡Es intolerable!-

- ¡Espera un momento! ¿Estaba con uno de esos cretinos?-Rubí parpadeó confusa, perdiendo de inmediato toda la simpatía que hubiera podido sentir hacia aquella chica de la que no paraban de hablar los emperadores. Al fin y al cabo, si mantenía cierto vínculo con los soldados de Freezer, a los que consideraba como sus enemigos más personales, eso significaba que ella no podría ser demasiado diferente a ellos. Y con esa poca información que había podido obtener, supo de antemano que no podría ser amiga suya ni en un millón de años.

Desde el monitor principal, y tras cambiar de perspectiva, tal y como le había indicado Salza, ella pudo seguir observando de cerca la interacción entre sus propios compañeros y las fuerzas de Freezer que ya habían comenzado también a lanzarse cuchillos envenenados los unos a los otros, como era de esperar.

-Qué visita más desagradable e innecesaria - Ginyu les miró con desprecio en cuanto les vio dirigirse a su encuentro- ¿por qué no os vais a jugar afuera con nuestros soldados de clase baja y nos dejáis a los verdaderos profesionales trabajar en condiciones?-

-¿Profesionales vosotros?, ¡por favor, no me hagáis reír!-resopló Neiz, carcajeándose ante aquel comentario, como si en vez de insultarles, les hubiera contado un chiste de lo más gracioso- alguien como tú, que no es capaz siquiera de imponer respeto, menos aún podrá llenar de miedo los corazones de los rebeldes. Lo mejor para todos será que vosotros cinco os quedéis al margen de esta nueva misión y os dediquéis a comer chocolatinas. No queremos que os convirtáis en un lastre para nosotros y lo arruinéis todo.-

-Neiz, no seas tan grosero con él, por favor. En realidad, nuestro querido capitán sí que es bastante capaz de inspirar terror a sus enemigos. No hay más que mirar su horrible cara para que te entren ganas de salir corriendo despavorido. -replicó Salza con una sonrisa despectiva antes de echarse a reír, acompañado por sus dos hombres.
Rubí, por su parte, tampoco fue capaz de contener una carcajada al escuchar el ingenioso comentario de su líder que había dejado en muy mal lugar al capitán enemigo.

-¡Genial!-le animó ella desde su asiento, a la espera de ver cuál sería la reacción del hombre de piel violeta, cuya mirada dejaba entrever la ira que estaba sintiendo en ese preciso instante ante aquella provocación- lo cierto es que Salza no anda demasiado desencaminado. Él es un hombre espantoso en todos los sentidos posibles. Exactamente igual que el resto de sus compañeros, del primero al último.-

-No estamos de humor para soportar vuestras constantes faltas de respeto-gruñó Ginyu cruzándose de brazos, transcurridos unos pocos instantes desde la pulla de su némesis-

-¿No? ¿Y qué ha pasado para que estéis todos de morros? ¿Acaso alguien os ha vuelto a decir que vuestras poses son lamentables?-se mofó Doore-

-Nuestras poses son respetadas a todo lo largo y ancho del universo, a diferencia de las vuestras que son una auténtica porquería y carentes de toda originalidad- Jeice también se sumó a su particular contienda verbal contra los hombres de Cooler, herido en su orgullo por la avalancha de insultos que estaban recibiendo-

-Exacto-apostilló Burter asintiendo con la cabeza para mostrar su apoyo al peliblanco- y además, lo que nos moleste o nos deje de molestar es asunto nuestro y de nadie más. No tenéis ningún derecho a meteros donde no os llaman.-

-Bueno, en cualquier caso, más os vale que dejéis de quejaros tanto y os vayáis acostumbrando a nuestra presencia-le cortó Salza, con un tono sombrío en su voz, y evitando continuar con aquella infantil discusión- porque Lord Cooler nos ha dicho que es bastante posible que nos toque trabajar juntos.-

-¿Colaborar con tres payasos como vosotros? ¡De eso ni hablar! Por mí os podéis ir todos derechitos a la mismísima m...- el capitán de las fuerzas especiales de Freezer le miró con furia mientras despotricaba sobre ellos a pleno pulmón, pero el rubio no le permitió continuar con sus improperios, y en su lugar, le propinó un puñetazo certero en pleno rostro, empleando tanta fuerza que acabó incluso por romperle la nariz.
Ginyu soltó una exclamación dolorida tras recibir el impacto y acto seguido se cubrió el rostro con ambas manos, tratando de frenar de alguna manera la hemorragia nasal mientras maldecía al rubio entre dientes por aquel repentino golpe.

-Así aprenderás a respetar a los que te superan en poder, capitán. Que no se te olvide que mi ki excede por mucho al tuyo.- le advirtió Salza, con el rostro nuevamente cubierto por una sombra inquietante.

-¿Cómo te atreves a agredir a nuestro líder?-gritó Recoome, haciéndose crujir los nudillos y tensando su voluminoso cuerpo como si estuviera preparándose para combatir-¡ahora veréis de lo que somos capaces nosotros cinco!- y tras aquella amenaza, pronto los ocho soldados empezaron a enzarzarse en un sangriento combate, en el que su orgullo y sus egos se enfrentaban entre sí, por ver quién de todos ellos era el mejor luchador y el mejor escuadrón. Un combate que acabó tan rápido como había comenzado y que dio como resultado una victoria aplastante para las fuerzas de Cooler, quienes se encargaron de sumir a sus rivales en la más humillante de las derrotas, a modo de mensaje de advertencia para que nunca más se les ocurriera volver a desafiarles de aquella manera.

Tan enfrascada estaba Rubí en las violentas imágenes que le ofrecía la  pantalla y tan sumida se encontraba en sus propios pensamientos sobre lo que estaba presenciando, que ni siquiera se había dado cuenta de que alguien había accedido a la habitación en aquel preciso momento hasta que escuchó un leve carraspeo, que provocó que su corazón comenzase a palpitar a toda velocidad, temerosa de que esa persona fuera de nuevo Narsiss, que había ido a buscarla sólo para volver a recriminarle de nuevo su inexperiencia y la inexplicable suerte que había tenido al ser colocada desde el primer minuto en el escuadrón de élite.

-¿Qué estás haciendo aquí? ¿No deberías estar acompañando al capitán Salza?- la voz que la interrogó, en cambio, carecía de toda hostilidad. Cuando se giró se encontró delante de ella a un hombre que contaba con una apariencia muy particular, con su piel y ojos de color anaranjado, una cabeza en forma de cubo, y seis tentáculos, que la estaba observando con suma curiosidad, tratando de imaginarse por su cuenta el motivo por el que ella se encontraba allí sola.

-¿Quién eres tú?-le preguntó ella. Su extraño rostro le sonaba de haberlo visto en alguna parte de aquel lugar pero en aquel momento no conseguía recordar dónde ni tampoco a qué escuadrón podría pertenecer.

-Mi nombre es Ksorfav, y soy uno de los cocineros de la nave de Lord Cooler así que es natural que no me reconozcas. No soy un rostro muy visible, que digamos -respondió él, con una sonrisa amable y sin una pizca de resentimiento por su pregunta- he venido porque me he dado cuenta de que se habían marchado todos, pero tú no ibas con ellos y quería averiguar si había sucedido algo.-

-No te preocupes. Todo va bien- la chica se sonrojó, algo avergonzada por la cercanía que mostraba aquel soldado con ella- el capitán decidió que lo mejor para mí sería que permaneciese aquí hasta que logre ganarme un lugar oficial en su equipo. Por el momento tengo que limitarme a observar.-

-Pues en ese caso, y si no te importa, me gustaría quedarme a observar a mí también. No me toca trabajar hasta dentro de unas horas así que tengo tiempo libre de sobra para poder ver de cerca cómo es una de esas reuniones- comentó con una sonrisa amable, obteniendo casi de inmediato una respuesta afirmativa por parte de ella, permitiéndole así permanecer a su lado mientras durase el conflictivo acontecimiento.

-En realidad no te estás perdiendo gran cosa. Mucho me temo que sólo se están dedicando a pelearse unos con otros, sin llegar a ningún tipo de acuerdo para aplastar las revueltas. Ni tan siquiera ese tal King Cold parece ser capaz de aplacar a sus hijos- suspiró Rubí que continuaba observando a unos y a otros mientras respondía a las muchas preguntas que él recién llegado le iba formulando, contándole cuál era su nombre, de dónde procedía y las circunstancias en las que fue captada por las fuerzas especiales de Cooler.

-Entonces te deseo mucha suerte en tu camino hacia la élite. Si Salza en persona ha visto potencial en ti no creo que esté equivocado, así que por eso mismo, te aconsejo que no le des ninguna importancia a cualquier cosa que pueda decirte Narsiss. Siempre ha sido un hombre problemático, eso lo sabe todo el mundo.- La alentó el hombre dándole una palmadita amistosa en su hombro izquierdo. Sin embargo en aquel instante, recibió una llamada a través de su scouter verde, por la que se vio obligado a retirarse de la habitación para cumplir con un encargo de última hora que no podía eludir.- Espero volver a verte pronto, Rubí- fueron sus últimas palabras antes de desaparecer de la estancia a toda prisa, volviendo a dejarla sola. Sin embargo, en esta ocasión ella se sentía del todo relajada. Parecía que al menos podía contar con un nuevo aliado dentro de aquel extraño ejército, lo cual era de agradecer.

-Mucho ánimo, capitán-susurró ella observando cómo al fin ellos y el otro grupo habían cesado de enzarzarse unos con otros, para reunirse  con los tres changlongs, que ya habían acordado reagruparse directamente en el epicentro del conflicto con el objetivo de destruir a los primeros insurrectos que habían instigado y propagado el espíritu de la rebelión por gran parte del universo, antes de dirigirse a los demás planetas que se les habían unido en el proceso.

-Sé de buena tinta que a ninguno de los dos os gusta trabajar juntos, pero es preciso mostrarle a esa escoria de lo que es capaz nuestra familia cuando actúa unida. Las fuerzas de nuestro imperio los aplastarán a todos.- dictaminó King Cold, satisfecho de que al fin Cooler y Freezer hubiesen llegado a un punto en el que ambos compartieran la misma opinión. Y pronto, cada uno de ellos regresó a su nave, donde se reunieron con sus respectivos soldados, a quienes fueron dando las instrucciones pertinentes para que su actuación fuera impecable y a prueba de errores, antes de proceder a arrancar y despegar hacia un punto distante del espacio.

-Ojalá triunfe el imperio, aunque a decir verdad, la idea de tener que masacrar a decenas de civilizaciones para conseguirlo, no me resulta demasiado agradable ni tranquilizadora -pensó Rubí, mientras contemplaba ensimismada la negrura propia del universo a través del cristal de las ventanas, que tan solo fue interrumpida en unas pocas ocasiones por haces de luces correspondientes a estrellas lejanas y otros cuerpos celestes que se iban quedando atrás conforme ellos avanzaban por un sendero sin fin y sumido en la más vasta oscuridad.

Los personajes de Windy, Winter y Ksorfav no me pertenecen a mí. Los dos primeros son de Windyanas y el segundo de Hanon_Aqua, , creados para sus propias historias que podéis leer en sus respectivos perfiles ^^

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