Hyoga: ¿¡Hypnos estuvo aquí!?

_____: Bueno...

Hyoga: ¡No puedo creer que después de todo le hayas permitido-

_____: ¡Hyoga! —intercepté— ¡no te lo conté para que me regañaras! ¡no planeo traicionarlos ni mucho menos!

Hyoga: Lo sé —me miró apenado—, lo siento, es que no pude reaccionar de otro modo... no me perdonaría si te hace daño.

_____: Estoy segura de que el no lo haría.

Hyoga: ¿Crees estar enamorada? —preguntó, vi en su rostro como repudiaba cuestionar aquello.

_____: No quiero estarlo —murmuré—, se que no está bien, sin embargo el se comporta de una forma encantadora —sonreí al pensar en susodicho, sin embargo esa emoción se apagó al recordar a Ikki.

Hyoga: Entiendo... sin embargo debo repetirte que Hypnos está en el bando de nuestros enemigos. No te pediré que no lo veas, simplemente hacermelo saber estaría bien, sin embargo no bajes la guardia, hermanita.

En ese momento mis ojos cafés traspasaron los azules suyos y entendí que pase lo que pase el me apoyaría sin duda alguna.

_____: Eres el regalo más maravilloso que la vida pudo haberme dado —solté sin sensura—, me alegra mucho que seas mi hermano.

Luego de un cálido y acogedor abrazo, me sentí como nueva, sin miedos ni preocupaciones, siendo Hyoga mi hermano y mi protector no tengo nada que temer.

Oímos voces fuera del cuarto, los demás habían despertado, así que bajamos para compartir un momento con nuestros amigos.

Narra Ikki:

Luego de que _____ se marchara intenté pensar en algún modo de atar aquellos cabos sueltos que me quedan pendientes, sin embargo ninguna de ellas resultará sencilla.

Saori: Estoy muy feliz de que compartamos un desayuno con _____ de nuevo —sonríe.

Seiya: Es verdad, ha pasado mucho...

_____: Aunque aún me sorprende que no hayas dicho ninguna tontería hasta el momento, Seiya —se burló.

Seiya: ¿A caso es lo que esperabas? ¡porque puedo comenzar ahora si lo deseas!

Todos: ¡No, Seiya! —exclamaron al unísono. Seiya se sonrojó, todos soltaron una carcajada.

Hace ya dos años no veía a mis amigos reírse de ese modo en un desayuno...

Shun: A mi también me alegra que volvieras, ¡comenzaba a echarte de menos!

_____: Oh, Shun, ¡eres tan adorable! —rió abrazando a mi hermano.

Tsk. Cursilerías.

Seiya: ¿Que hay de ti, Ikki? —preguntó.

Ikki: ¿Que quieres, pegaso? —le miré seriamente recargado en el marco de la puerta.

Seiya: Me imagino que estás muy contento por el regreso de _____ a la mansión, aunque no lo demuestres porque eres un amargado ya todos lo sabemos Ikki, no es necesario disimular —rie con gracia.

Ikki: Te equivocas, Seiya —Hyoga y los demás, incluso Saori y ____ me miraron sorprendidos. Justo como lo planeé el timbre de la mansión retumbó—, invité a Esmeralda a desayunar con nosotros, espero que no les moleste —enuncié abandonando el comedor para recibir a mi invitada.

Abrí la puerta principal para dar con aquellos ojos que en algún momento de mi vida me han hecho desvariar al punto de sentir tocar el cielo con la punta de mis dedos.

Sin embargo ahora no siento nada... veo aquellos orbes, tan felices de verme pero yo… no me siento de la misma manera.

Esmeralda: ¡Ikki! —exclamó al colgarse de mi cuello en cuanto abrí la puerta de la entrada.

Ikki: Que tal, Esmeralda —saludé con indiferencia al apartarla de mí.

Esmeralda: ¿No vas a darme un besito de bienvenida? —me miró sugerente.

Ikki: Esmeralda, realmente no te invité para desayunar… —confesé.

Esmeralda: Oh —arrugó el seño confundida—, ¿entonces para qué?

Ikki: Tenemos que hablar —dí un paso hacia afuera de la mansión cerrando la puerta detrás de mí.

Esmeralda: Soy toda oídos, querido —sonríe con calidez.

Ikki: No quiero sonar imprudente, pero últimamente pienso que lo nuestro… ya sabes, quedó en aquella isla de la reina muerte.

Sus ojos y los míos se cruzaron, con una sola mirada pude percibir un aura melancólico apoderarse de ella.
Me sentí afligido, no quiero que sufra.

Esmeralda: Y-yo... no comprendo lo que quieres decirme.

Ikki: Esmeralda —acuné sus manos suavemente y sin retirar mi mirada de sus ojos verdosos continúe—, se acabó —solté firmemente.

Esmeralda: Tú… tú no puedes —negó con su cabeza levemente, sus lágrimas comenzaban a desbordarse.

Ikki: Lo siento —murmuré—, te amé demasiado, jamás dudes aquello. Eres hermosa, encontrarás a alguien que sepa apreciarte como te mereces.

Esmeralda: ¿Es por ______? —me miró apenada.
Aquella pregunta hizo que se me helara la sangre en un segundo.

Ikki: No quiero perderla otra vez —confesé—, ahora que ha vuelto-

Esmeralda: ¡Todo esto fue para nada! —vocifera— ¿¡tienes idea de lo que tuve que pasar para volver contigo!? ¡y tú eliges a quién te abandonó por elección!

Quería hacer caso omiso a sus comentarios tan hirientes, pero sentí algo extraño en cuanto ella se enfadó. Es como si fuese algún tipo de energía negativa, dudo que sea de Esmeralda, ella siempre ha tenido cierta calidez en su alma, por mucho que se moleste nunca podría emanar tanto odio hacia las personas.

Ikki: Esmeralda, tu no eres así —repliqué sorprendido—, ¿qué es lo que te ha pasado en esa isla que ahora eres tan diferente?

Dirigió su mirada al suelo, un par de lágrimas cayeron a éste, su cabello me impedía ver su rostro pero luego de un suspiro se reincorporó.

Esmeralda: Esto no se quedará así, Ikki —musitó, sin siquiera mirarme a los ojos se marchó.

Cada vez que pienso en ella siento que algo no encaja... Esmeralda, si tan solo me dijeras que es lo que sucede para yo poder ayudarte.

Oí la puerta abrirse detrás de mí, me dí la vuelta y me encontré con Saori y los muchachos portando sus armaduras.

Ikki: ¿Me perdí de algo? —pregunté al verlos así vestidos.

Seiya: ¡Que dices, Ikki! ¿no sentiste ese cosmos?

Ikki: ¿Cosmos? —enfaticé.

Shiryu: Un cosmos maligno provenía de por aquí. Saori fue la primera en notarlo.

Shun: Hermano, ¿no viste nada sospechoso?

Ikki: ¿Por qué debería ver algo sospechoso? Simplemente estaba hablando con… con Esmeralda.

Era eso... así que un cosmos demoníaco era aquella mala energía que sentí cuando Esmeralda se enfadó.

Seiya: ¿Creen que haya sido ella quién haya desprendido ese cosmos tan poderoso?

Hyoga: Sería extraño —dedujo—, Ikki siempre aseguró que Esmeralda es una persona muy cálida y bondadosa.

Ikki: Quizás ya no esté tan seguro de eso —miré a mis amigos.

Saori: ¿A qué te refieres?

Ikki: Ahora que lo recuerdo, sentí una energía muy negativa cuando hablaba con ella.

Shiryu: Así que ese cosmos provino de Esmeralda…

Seiya: Muchachos, tenemos que averiguar que ocurre antes de-

???: ¡¡¡¡Chicos!!!! —se oyó desde el interior.

Hyoga: ¡Es ______!

Nos apresuramos para socorrerla, pero no la hayamos en la sala principal.

Seiya: ¡No está en la cocina! —gritó.

Shun: ¡Tampoco en el comedor! —siguió Shun.

Hyoga: ¡Ikki! —me nombró— tampoco está en mi habitación, ¿que vamos a hacer? —entendí su preocupación de inmediato, yo también siento como mi corazón está a punto de detenerse.

Si algo le llegara a pasar...

Ikki: ¡Buscaremos a _____ por cielo mar y tierra si es necesario! ¡no puede estar tan lejos!

Saori: Seiya, Shiryu ustedes irán juntos, Hyoga y Shun serán otro grupo, yo iré con Ikki —obedecimos a las órdenes de Kido y nos separamos como ella lo demandó.

Intenté mantener la poca calma aún quedaba en mí, fue imposible al comenzar a recordar aquellos viejos momentos que compartí con ella.

Sentí una especie de mariposas recorrer mi estómago, lo sujeté con fuerzas buscando que se detuvieran. La emoción corría en silencio por mis venas. Sólo había pensado en ella por un instante y sentí regresar aquella tranquilidad que necesitaba.

Te encontraré con vida, puedo asegurar que así será. Y en cuanto lo haga… prometo ser mejor para ti.