Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

DESPUÉS

Solo falta un día para mi viaje a Nueva York.

Y  yo me muero de los nervios.

El mayor de mis miedos no es siquiera consecuencia que nunca he viajado en avión, no, mi mayor miedo es que no sé que me espera una vez que ponga un pie sobre el suelo del aeropuerto de Nueva York.

Ni siquiera tengo donde quedarme una vez que llegue allí. Supongo que lo que haré será subirme a un taxi y preguntarle al chofer si no conoce de algún lugar económico donde pueda pasar la primera noche, ya será pasado mañana que buscaré un alojamiento más estable para poder concentrarme no solo en el diplomado sino en hacer una nueva vida en esa ciudad.

Haré todo lo que sea necesario para no tener que volver a Alabama, eso es seguro.

Permanezco protegida bajo la seguridad de mis sábanas y mi cama el resto del día. Solo me levanto para ir al  baño o comer alguna rodaja de pizza y vuelvo a refugiarme.

Justo cuando estoy a punto de quedarme dormida, el timbre de mi casa suena pero, al ver que no atiendo, la puerta es abierta y me levanto de la cama para caminar hacia la sala. Solo una persona puede hacer eso.

—Gael —le llamo. El se encontraba caminando por mi lugar—, ¿Qué se supone que estás haciendo en mi casa?

Al escucharme decir eso, Gael suelta una risotada y entonces lo noto, como la última vez que estuvo aquí, él está bastante ebrio.

—¿Tu casa? —dice—. Querrás decir nuestra casa —apunta, haciendo énfasis en el pronombre posesivo— ¿o acaso olvidaste que mi nombre también está en el título de propiedad de este sitio?

Esta enojado, más que enojado, está furioso, ¿Por qué? No tengo la menor idea.

—No, por supuesto que no lo he olvidado —si él está enojado yo también lo estoy, y por un buen motivo, además—. No lo he olvidado pues fuiste tú quien decidió serme infiel con nuestra amiga Sarah, revolcándote con ella en nuestra cama.

Camino hacia él y lo encaro, harta de que ni siquiera pueda dejarme en paz a solo horas de mi partida.

—¿Qué es lo que quieres, Gael?, ¿acaso también vienes a sacarme a patadas de aquí o es que vienes a asegurarte de que no saco ningún objeto de valor? Digo, si me pudiste acusar con Sarah de chantajista, nada te cuesta acusarme de ladrona.

Gael niega con la cabeza, visiblemente enojado y contrariado.

—¿Cuándo piensas dejar de hacerte la víctima, Lorraine?

No logro comprender lo que me dice, ¿Qué yo me hago la victima?

—No estoy entendiendo...

—No, claro que no, tu nunca entiendes nada —me interrumpe—, ¿nunca has sentido curiosidad por saber que fue lo que me orilló a serte infiel, Lorraine?, ¿nunca te lo has preguntado, al menos?

Me quedo en silencio. Siempre he supuesto que él se cansó de esta relación, de esta familia de dos que habíamos formado y por eso decidió rehacer su vida con alguien que siempre había estado enamorada de él y que, además, podía asegurarle una descendencia.

—Todavía recuerdo como si hubiera sido ayer la primera vez que pasé la noche contigo —sigue él—. Tú en la casa en la que vivías con tu madre, esa noche recuerdo que lo único que hicimos fue besarnos y, no sé porque, pero surgió el tema de los hijos y yo te dije quería tener hijos, mínimo dos...

Dios, no. Pensaba que esa conversación se había diluido de su memoria con el pasar de los años.

—Tú me preguntaste —continuó—. Querías saber que pasaba si descubríamos que no podías tener hijos... te dije que, si lo descubríamos mientras estábamos buscando ser padres, yo te iba a apoyar en cada una de las cosas que quisieras hacer, pero que si tu sabias que no podías formar una familia conmigo, te pedí que me lo dijeras, que lo hicieras antes de que tuviéramos una relación.

—¡Pero eso fue lo que pasó, Gael! —digo, sollozando—. Estuvimos intentando por casi dos años y cuando no pasó, decidimos empezar los tratamientos...

—¡Mentira! —grita, furioso—. Tu siempre lo supiste, Lorraine Watson, siempre supiste que eres estéril y no tuviste la decencia de decírmelo, ¿Por qué?, quien sabe. Capaz y hasta Sarah tiene razón y lo hiciste solo porque no querías que ella y yo tuviéramos una relación.

Lo miro a la cara, horrorizada, ¿Cómo fue que llegamos a este punto?

—Sarah si tuvo la decencia de decírmelo —continua—. Una vez llegamos a Denver, quería regresar a casa. Te ibas a hacer ese tratamiento in vitro y me sentía culpable por dejarte sola. Lo hablé con ella, le dije que cenáramos en mi habitación para que planificáramos la participación de nuestra firma en ese congreso porque yo iba a regresar para acompañarte. Le dije lo culpable que me sentía por todo lo que estabas viviendo y fue allí que ella me lo contó: me dijo que estaba molesta contigo por la forma en que me estabas lastimando pues tu sabias desde que te curaste del cáncer que solo tenias dos por ciento de probabilidades de quedar embarazada de forma natural y diez por ciento de que lo lograrías por medio de cualquier tratamiento de fertilización.

Rompo a llorar. Ni mi madre ni yo pensamos que guardar este secreto iba a tener consecuencias tan catastróficas.

—No quería creerle, quería seguir confiando en ti y fue en ese momento que me ella me confesó que siempre ha estado enamorada de mi, que tu lo sabías incluso desde antes de que nos conociéramos pero que a ti no te importo nada e hiciste hasta lo imposible para meterte en medio, orillándome a amarte.

Sarah había tergiversado todo, había creado una historia donde yo encajaba perfectamente en el papel de villana y, por más que yo quisiera, no había forma en que Gael volviera a confiar en mí.

—Esa noche ella y yo hicimos el amor por primera vez y luego no pudimos dejar de hacerlo. Quise pedirte el divorcio en cuanto llegué de Denver pero tu acababas de someterte al tratamiento y estabas muy susceptible, luego te dijeron que tu embarazo era de alto riesgo, que conservarlo no solo ponía en riesgo al niño sino tu propia vida y aun así decidiste conservar el embarazo, aún y cuando muy probablemente el feto no se iba a poder desarrollar y fue allí cuando comencé a tratar de tener un hijo con Sarah.

»Esa mañana, cuando me encontraste aquí, yo le pedí que nos viéramos pues no quería seguir con nuestra relación. Me sentía culpable, no solo por lo que te estaba haciendo sino porque, muy en el fondo, yo solo la estaba usando para lastimarte y ella no se merecía eso...

—¿Yo si lo merecía? —Pregunto, sobrepasada por el peso que sus palabras están haciendo en mi corazón—, ¡Fueron nueve meses, Gael!, ¡me engañaste por nueve meses!

—¡Y tu lo hiciste por casi ocho años, Lorraine! —grita él, exasperado—. No sé tú, pero en lo que a mí concierne, tú y yo quedamos a mano.

Esto es más de lo que puedo soportar. Como he hecho toda mi vida, decido huir de mis problemas una vez más. Me dirijo a mi habitación , tomo mi bolso y mi equipaje y decido que debo irme en este momento de esta casa. Capaz lo mejor que puedo hacer es irme a casa de Skylar y pasar el resto del tiempo que me queda en Alabama al lado de mi amigo.

—¿Es en serio, Lorraine? —Me increpa mi ex esposo, mirándome con dureza con los brazos cruzados—, ¿de verdad vas a huir de esto de nuevo?

—Es lo único que sé hacer, Gael, —le contesto, derrotada y cansada de luchar—. Así soy yo, me tomas o me dejas...

Gael mira al techo, da varias respiraciones profundas y luego comienza a negar con la cabeza.

—Te dejo, Lorraine —dice, enfrentándome con la mirada—. Es más de lo que puedo soportar, así que te dejo.

Sale de mi casa y yo me derrumbo. Sabía que lo que él había hecho estaba mal, pero yo le mentí sobre algo que era muy importante para él, ¿eso me hacia culpable de su infidelidad? Sabía que no sin embargo, una vocecita, la misma que me tortura cada que me observo en el espejo, me hace sentir responsable de al menos una parte de lo que nos pasó.

˜*˜

Decido irme de Alabama sin despedirme de nadie. Ni siquiera le pido a Skylar que me traiga al aeropuerto. En mi mente me convenzo de que esto es lo mejor: estoy sola de ahora en adelante, siempre lo he estado a pesar de estar rodeada de gente, pero por primera vez estoy completamente sola y trato de habituarme a ello.

A pesar del pánico inicial, el viaje se produce sin contratiempos. Enciendo mi celular una vez el avión aterriza y mi teléfono parece a punto de estallar debido a la ingente cantidad de mensajes que me ha dejado Skylar, mi amigo al parecer se puso histérico a causa de mi decisión de irme sin avisar.

Una vez  que estoy esperando en la cinta transportadora para poder tomar mi equipaje, mi amigo comienza a llamarme.

—Hola, Skylar —digo, respondiendo al tercer tono—. Si, sé que estas furioso por la forma en que me fui de Alabama...

—Lo sé, sé que lo lamentas —me interrumpe—. No te llamaba por eso, bueno, no directamente...

—¿Qué quieres decir?

—Es solo que... por favor... no me mates...

Frunzo el ceño, ¿Qué hizo este sujeto?

—¿Qué fue lo que hiciste, Skylar?

Lo escucho suspirar.

—Le pedí a David que te fuera a buscar en el aeropuerto. —Mis ojos están a punto de salirse de sus cuencas, ¿era en serio? Si, era mi amigo y le agradecía de todo corazón su preocupación pero esto ya roza la intromisión.

—¿Qué tú hiciste qué? —grito, furiosa.

—Es solo que  sé que el imbécil de Gael te dejo sin la posibilidad de buscar donde quedarte y me preocupé por ti. Mira, date una oportunidad para ver el dúplex que David ofrece, si no te convence, ya le dije que vas a pasar la noche allí y luego te irás y él me asegura que no tiene ningún problema con ello.

Un oficial de seguridad aeroportuaria comienza a mirarme de forma extraña, así que decido cortar la llamada.

—Te tengo que colgar, Skylar. Hablamos luego.

Corto la llamada y tengo que pasar por un chequeo de control del personal de seguridad del aeropuerto, una vez que me liberan, me aproximo a la salida y me topo con un rostro muy familiar.

—Florence —la saludo de forma distante. La madre de Gael suelta el cartel  con mi nombre y me estrecha en un fuerte abrazo, uno que, si las circunstancias fueran otras, lo recibiría con gusto pero, por cómo han sucedido los acontecimientos con Gael, me resulta bastante incómodo.

—Mi vida, ¿Cómo estás? Dios, esto es tan difícil... estúpido Gael, en cuanto me enteré de lo que te hizo  quería ir a golpearlo o por lo menos a reclamarle por sus actos.

Y allí estaba ella, Florence Neubauer. Ella y su esposa, Chloe, me adoraron desde el momento en que me conocieron. En ocasiones bromeaban diciéndole a Gael que la única razón por la que lo toleraban era porque yo era su pareja.

—¿Qué haces aquí, Florence? —pregunto con un tono más rudo del que quería —, ¿Gael te pidió que vinieras por mi?

Estaba siendo brusca y frontal con la persona equivocada, lo admito, pero su presencia no era suficiente aliciente para olvidar todo lo que pasó con su hijo.

—Sí y no —comienza ella—. Llamé a Gael para saber si había recapacitado y había vuelto contigo y me contó que habían discutido y que tu venias para acá por un diplomado o algo así y por eso estoy aquí. Si mi hijo no tuvo la sutileza de brindarte su apoyo en esta situación, yo si estoy dispuesta a hacerlo.

Justo cuando voy a contestarle que le agradezco su cortesía pero que no necesito nada de ella o de Gael, alguien toca mi hombro.

—Disculpa —dice una voz masculina que me parece haber escuchado en algún lugar—, ¿usted viene del vuelo de Alabama, verdad?, ¿conoce a una tal Kimi? Mi amigo y socio Skylar me dijo que ella venia en camino pero ya todos los pasajeros se fueron y usted es la última persona que quedaba rezagada.

Lo enfrento con la mirada y no puedo creer lo que ven mis ojos: cabello cortado casi al rape, ojos oscuros y encantadores, barba perfectamente cuidada y una manga de tatuajes que cubren la piel naturalmente bronceada de su brazo derecho.

El mundo resulta ser un autentico pañuelo. El David Leiva socio de mi amigo resulta ser el David Leiva que marcó mi juventud.

—¿Lori? —pregunta él, con su voz llena de sorpresa.

—Lorraine, ¿lo conoces?

Enfoco mi mirada en mi ex suegra. La sorpresa inicial que me embarga por haberme reencontrado con ese chico que en mi pasado fue tan especial, rápidamente se transforma en culpa. Yo no debería estar viendo de esa forma a David y mucho menos delante de la madre de Gael, ¿o sí?

Ella me mira, alzando una ceja, gesto que su hijo ha heredado  y que usa cuando demanda una explicación.

—Sí, Florence —contesto—. David es un amigo de un amigo y me va a rentar un dúplex donde voy a quedarme...

—Hija, no es necesario —insiste ella—. Ni Chloe ni yo tenemos problemas en que te quedes con nosotras...

—Lo siento, Florence, me tengo que ir —dije antes de enganchar mi brazo con el de David—, ¿nos vamos?

David se limita a asentir en silencio, toma mi equipaje y me guía a la salida del aeropuerto, ante la mirada estupefacta y contrariada de la mujer que una vez me había adoptado como su propia hija.

—¿Qué fue eso?

David y yo ya nos habíamos puesto en marcha, conmigo sentada en el asiento del copiloto mientras observo por la ventana las vistas que la Gran Manzana me regala.

—Eso fue mi pasado —le respondo sin despegar la mirada del paisaje citadino que nos rodea—, un pasado que se empeña a seguir aferrándose a mí, solo para joder mi futuro —concluí, segura de que mi salida de aquel aeropuerto guiada del brazo de mi interlocutor iba a generar una reacción inesperada en mi ex esposo.

¡¡Feliz año nuevo lectores!!

Si bien no estoy en un buen momento personal (quienes vieron mi muro sabrán de lo que hablo) decidí que tenía que publicar esta actualización que tenía pendiente desde el año pasado.

Con este capítulo se marca el final de la primera parte de la obra; ya les he introducido a todos los personajes principales de la misma, habrá otros, que ya para quienes me siguen son conocidos, pero se los presentaré más adelante, cuando se llegue su momento.

Por ahora me despido, aproximadamente dentro de dos semanas o antes estaré actualizando nuevamente. Les deseo un excelente año 2021, dónde la salud, el amor y la felicidad sean los principales protagonistas de su vida.

Pdta: voy a hacer una actualización para presentarles a los protagonistas, ustedes pueden imaginarlos como prefieran, pero las personas que verán en la próxima actualización son la forma en que yo me imagino a los personajes.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro