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¿QUE TAL SI BORRO CON CARICIAS TU TEMOR?

Kouki se encontraba en él almacén de balones dentro de el gimnacio, estaba sentado en una esquina mientras se empujaba hacia la pared en un intento de huir.

Casi se quería fundir al concreto o que se volviera permeable ayudandole a traspasar y huir de ahi.

Pero no era posible.

Mordía sus labios mientras agitado y de manera temblorosa intentaba tomar entre sus manos su teléfono, siendo le difícil por el sudor en sus manos, el temblor y las lágrimas nublando sus ojos mas la oscuridad que le impedían ver bien lo que hacia.

Al final el aparato salio de sus manos haciendo un ruido sordo al caer.

Escucho pasos acercándose a su posición, mientras usaba sus manos para callar el grito que amenazaba con salir de su garganta.

Los pasos se detuvieron frente a la puerta, escuchando el sonido de quien quiere abrirla a la fuerza.

Sus ojos por fin derramaron las lagrimas contenidas, mientras el ruido se intensificaba hasta detenerse y escuchar como se alejaban con rapidez.

Para acercarse nuevamente minutos después, haciendole pensar que la tortura continuaría.

-Hey, Kuroko ¿No has visto a Kouki?-

Preguntaba Kagami a su amigo. Les había tocado a ambos llevar unos documentos con un profesor y ese día en específico no tenían practicas ya que se avecinaban los exámenes de adimicion a la universidad y todos los que tendrían en Seirin.

-No, aunque me parecio verle ir al gimnasio ¿Estas preocupado Kagami-kun?-

La verdad sea dicha, Kagami se sentía incomodo, su instinto le decia que algo no iba bien, sentía un malestar subir desde su estomago hasta su garganta, llenándolo de un temor que sabia no era suyo.

¡Era su omega!

-¡Kagami-kun! ¿Que sucede?-

Kuroko no obtuvo respuesta. Solo vio salir al pelirrojo como una fiera, se apresuró a llegar a la oficina del profesor, entregando los papeles y saliendo con rapidez en busca de sus amigos, algo sucedió y sabia no era bueno.

Kouki sollozaba aterrorizado, cuando sintió el aroma picante de su pareja, gimió quedito, sabiendo que él oído de su alfa lo captaría.

No podía respirar y la oscuridad amenazaba con hacerle perder la conciencia.
Pronto, golpes en la puerta lo sobresaltaron, haciéndole abrazar mas sus piernas del temor que lo invadía.

-¡Kouki! ¡Kouki; cariño soy yo, ábreme!-

Kagami escucho un chillido proveniente del interior, sobre saltándole y poniéndole alerta, estaba a nada de tirar la puerta cuando un toque en su hombro se lo impidió.

-Tranquilízate Kagami-kun. Tu aroma hostil lo exalta mas-

Kagami se concentro en calmar a su alfa, Kuroko tenia razón, su aroma debía calmar a su omega y ciertamente las ideas de matar a quien le hubiese hecho daño no lo ayudarían.

-Vamos Kouki, ábreme ¿Si? Todo estará bien-

Escucho un sonido extraño, dándose cuenta de que era su pareja acercándose a gatas.

Él clic de la puerta lo puso en alerta, viendo como la luz llegaba hasta él rostro de su omega. Nuevamente la mano en su hombro se hizo presente calmándolo muy poco al notar un golpe en la mejilla muy cerca del labio y una pequeña linea de sangre que se perdía en su cuello.

Con cuidado de no asustarlo se agacho a tomarlo en brazos, olisqueando el ambiente en busca de alguna amenaza. Kuroko hacia lo mismo, mas no encontraron nada.

Kagami sentía a Kouki temblar en sus brazos, apretándolo con temor de que desapareciera de entre ellos.

Sintiendo como sollozaba y llenaba su ropa de lagrimas tibias.
Noto cuando su omega se desvaneció cansado. Poniéndose de pie con la ayuda de Kuroko, notando como las lagrimas derramadas se perdían en su cabello al acomodarlo en su pecho.

-Lo llevare a casa y llamare ahí a un medico ¿Puedes cerrar el gimnasio?-

-Claro que si Kagami-kun, pero por favor solo llámame en cuanto sepas lo ocurrido-

-Claro, no te preocupes-

Kuroko les vio marcharse en un taxi, dirigiéndose con el guardia de la entrada, su poca presencia ayudaría a que no se diera cuenta de que revisaría los vídeos de seguridad con los que la institución contaba.

Sin embargo lo que Kuroko encontró lo alerto, preguntándose quien era ese hombre al cual no podía verle el rostro, hombre que huía con rapidez segundos antes de que Kagami y el entraran al gimnasio.

Kouki despidió con una sonrisa al ultimo chico de primero que quedaba después de el entrenamiento. Ese día los de tercero se habían ausentado debido a sus prontos exámenes pero el al ser aun una autoridad en el equipo había sido requerido para algunas indicaciones.

Sabia donde se encontraría su pareja, ademas de que le había enviado un mensaje de texto al teléfono, aunque internamente sabia que Kagami ni siquiera lo vería, ademas de que esperaba terminase antes esos deberes que su alfa y alcanzarlo a la salida donde dijo que lo esperaría.

A medio camino se encontraba, después de solo entornar las puertas del gimnasio ya que ese día le tocaba una limpieza profunda de la cual los estudiantes no se hacían cargo, cuando sintió una pesada mirada en el ambiente.

Volteo a todos lados encontrándose mas que con soledad en la explanada que llevaba a la salida, un escalofrió recorrió su cuerpo, pensando que quizá cambiaría el clima por el ambiente algo frió que sintió.

Reanudo sus pasos nuevamente cuando sintió una mano pesada en uno de sus hombros, haciendo que se diera la vuelta con agresividad.

-Hola cariño... Me has estado evadiendo últimamente ¿No crees?-

Kouki no entendía en primer lugar lo que sucedía, haciendo que se quedara estático en su lugar, después de todo ¿Que rayos estaba diciendo ese tipo? Si quizá lo conocía como el extraño y algo tétrico amigo de sus padres, pero no había razón para que; uno, le dijera cariño y dos, el que lo buscara en su colegio.

-¿Disculpe... señor? ¿Se le ofrece algo?- pregunto como toda persona racional y cortés con un adulto

-¡Claro!- casi grito el hombre, mientras Kouki buscaba a alguien con la mirada que lo sacara de esa extraña situación que lo incomodaba, sentía el celular en su bolsillo y sus manos picantes en tomarlo para llamar a su alfa -Tengamos una cita para conocernos mejor, después de todo pronto vamos a formalizar nuestro compromiso-

Ok. Kouki esta vez si se asusto ¡Eso no era cierto! El pánico inundo su mente por breves segundos pero reacio a desvanecerse asustado.

-Pero q-que dice señor, y-yo ya estoy comprometido- no era exactamente de esa manera ya que aun al ser menor de edad no podía casarse en toda regla, pero la marca que ostentaba en su cuello era aun mas poderosa que las leyes en un papel -E-Es mas, de-déjeme ir a buscar a mi alfa- justo en ese momento por medio de la conexión que la mordida que Kagami hiciese en su cuello, sintió oleadas de seguridad, llevando una de sus manos a la marca de manera inconsciente, misma acción que desato el infierno mismo.

Habia algo extraño en ese hombre, porque en todo ese momento por mas que intentaba buscar el aroma propio de un alfa, no lo encontraba. Es decir, si quiera era eso posible.

No pudo hilar mas pensamientos cuando el alfa frente a Kouki se exalto, la furia bullía en sus ojos y en cuestión de segundos ya se hallaba en el suelo, producto de un empujon que le removió los sentidos, aturdido y realmente asustado como se encontraba comenzó a retroceder en dirección al gimnasio aun en el suelo donde se encontraba.

-¡Claro que estas comprometido! ¡Conmigo! ¡Conmigo! Esa marca solo es un error que se puede arreglar... O dime ¿En realidad te gusto revolcarte con ese? ¡Eres solo una vulgar zorra mas! ¿No es así?-

Kouki soltó un chillido agudo con el segundo golpe que conecto esta vez en su rostro, notando al alfa muy cerca de el, tomándolo de la muñeca con intenciones de arrastrarlo a una dirección que desconocía. Grito y pataleo por ayuda pero no se hallaba nadie cerca, ni siquiera en guardia de seguridad, que usualmente daba rondines por ahí cuando había practicas.

Con toda la fuerza que poseía logro safarce del agarre del alfa, corriendo lo mas rápido posible para entrar al gimnasio, internamente dio un grito de victoria en cuanto puso el primer pie dentro del lugar, pero esa felicidad fue efímera al pronto verse contra el suelo, ya que el hombre que le perseguía no solo había logrado darle alcance, si no que lo había tacleado enviándolo al suelo, le había sido difícil pero en su instinto por la caída había cubierto su vientre, misma acción que desencadeno otra oleada de furia en el alfa al verle de esa manera tan protectora con su cuerpo.

-Pero no te preocupes mi amor, ahora mismo nos deshacemos de ese error que cargas en tu vientre y lo remplazaremos con mis cachorros...-

Kouki grito por ayuda, solo escuchando el eco producto del vació del lugar donde se encontraban. El alfa enloquecido intentaba desnudarle, pero claramente Kouki no le era de ayuda. En un movimiento calculado logro patear al tipo directo en su parte baja, robandole el aire a sus pulmones por el dolor haciendo que lo soltara y se inclinase a un lado, Kouki aprovecho esos breves segundos para huir de las garras de ese horrible hombre, guarneciéndose en el almacén, ignorando los gritos incoherentes del hombre afuera, rogando en su mente y alma que Taiga apareciera pronto y lo salvara.



Después de escuchar todo lo que había sucedido, Kagami dejo a Kouki descansar todo lo que pudo, llamo a su padre y a un medico allegado a su familia. La revisión no fue muy tardada, recetándole a su omega unas cuantas pastillas para el dolor y un poco de reposo, ya que afortunadamente su cachorro no corría peligro.

-¿Como es posible que un alfa oculte su aroma padre? ¿Siquiera es eso posible?- de toda la narración eso era lo que mas le preocupaba, esa era una situación aterradora, ya que por mas desarrollados que estuvieran sus instintos un alfa que se ocultaba de esa manera era muy peligroso.

-Lamentablemente lo es, usualmente ese tipo de drogas están prohibidas a nivel civil, pero tienen un cierto uso policíaco. En redadas y esos casos, pero supongo que en el mercado negro pueden ser conseguidas-

-Eso quiere decir que ese tal Asakura tiene nexos con el crimen organizado-

-Así parece...- el padre de Kagami vio con profundo dolor a su hijo, sabia lo que era perder a su pareja, a su omega y para nada quera que su único pasara por algo parecido -Taiga... Deberías considerar llevar a Kouki una temporada a Los Ángeles, solo por precaución-

-¡Yo no soy alguien que huye!-

-Quiza no hijo, pero ¿Que me dices de Kouki? Debes de saber bien que un embarazo de por si es complicado y no debe de tener esa clase de emociones-

Kagami se lo pensó, su padre tenia razón y ahora mas que nunca debía de proteger a su omega, sintió la fuerte mano de su padre darle ánimos, sabiendo el próximo paso a tomar.

-Déjamelo a mi Taiga, esto no se quedara así. Te lo juro-


Kagami se despidió de su padre, estaba exhausto mentalmente y furioso por no haber podido hacer algo por impedir lo sucedido.
Apagando las luces de la sala, se encamino a la recamara donde descansaba su omega. Su tigre amenazaba con descargarle de la furia que sentía al ver los moretones que el castaño tenia en el rostro.

Con cuidado de no despertarle, Kagami paseo la punta de sus dedos por la piel lastimada, con delicadeza, sutilmente.

Pero no funciono. Kouki, al sentir el calor y las caricias de su alfa había despertado y Kagami se encontró admirando esos ojos castaños que de un momento a otro se llenaron de lagrimas.

-Lo lamento - musitó Kagami demasiado quedo, como si su alta voz fuera a lastimarle - Por no haber estado ahi para defenderte-

-No fue tu culpa- respondio Kouki aun mirándolo -No abrias podido saber que sucedería -

Kouki se removió en la cama, dejando un espacio en ella, palmeando el lugar instando al alfa a acompañarle en el lecho.

Kagami no necesitó de mas indicaciones acomodándose al lado del omega y atrayendolo con cuidado entre sus brazos.

Ambos necesitaban la cercanía, la conexión, para poderse sentir seguros. Taiga viendo a su omega a salvo y Kouki sintiendo a su alfa protegerle.

Kagami entonces le tomo por el rostro con ambas manos, usando sus pulgares para delinear sus labios. Kouki sintió que le veía con ternura, casi con adoración y se sintio feliz por ello.

-¿Puedo?... Ya sabes, besarte-

Kouki se sonrojo y asintió en respuesta, sintiendo como el tibio calor se acercaba a sus labios y después la presión de los contrarios. Mas Kagami se detuvo.
Se detuvo al sentir el tenía temblor en su omega, separándose solo para ver unas cuantas lágrimas delinear sus mejillas.

-Lo siento, sera mejor que duerma en la otra habitacion-

Pero antes de que Kagami se alejara, Kouki le detuvo.

-Por favor no te vayas... No te vayas... Yo... Te necesito-

Kagami nuevamente se acerco al castaño, acariciando su rostro tenuemente, delineando sus labios algo humedos, llevando suavemente la punta de sus dedos por la piel expuesta de sus brazos para detenerse en las caderas su omega.

-Te amo, Kouki yo... Te amo y no se en que me convertiré si algo te pasara-

-Lo se, lo se, lo se Taiga - le contesto acurrucandose, acomodando su oreja a la altura de su corazón -Lo escucho aquí - le dijo tocando el corazón de su alfa -Lo siento aquí - le dijo tocando el propio -Yo tambien te amo- finalizo diciendole mientras levantaba su mirada para conectar sus ojos castaños con los rubíes de su pareja.

Kagami no nudo contenerse y le beso como había querido hacer algo principio, sintiendo como esta vez los estremecimientos y suspiros eran de amor y placer, borrando con cada toque la experiencia anterior. Deslizo la playera que portaba el castaño, masajeando los músculos de la espalda con cuidado, atrayéndolo mas a su propio cuerpo y con cuidado de no aplastarle lo puso con la espalda contra el colchón.

-¿Puedo seguir?-

Kouki reguló su respiración, asintiendo con las mejillas arrebolados ayudando a Kagami a quitarse la ropa y deshacerse de la propia.

Kagami le tomo con amorosa lentitud, besando con veneración su piel lastimada, hasta beber de las expresiones de placer que le probocaba a su omega.

-Ahhh... Tai...ga, mas... Mas rápido-

Kagami obedecio, sintiendo como su espalda escocia por los rasguños que Kouki le hacia, intentado descargar en su piel algo del placer que sabia le proporcionaba.

-Te amo Kouki-

Kouki no alcanzo a responder cuando el orgasmo lo violento, gritando sin sonido mientras terminaba entre los vientres de ambos.

-Tambien te amo Taiga, te amo tanto -

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