ALMAS ENCADENADAS
-Pero no puedes dejar que el miedo a morir o a perder a alguien que amas controle tu vida-
Kouki se rió limpiando las lágrimas que bajaban por su rostro. Las continuas pesadillas estaban mermando incluso su salud y la de su pequeño, sabía que Taiga estaba preocupado.
-Eso se oye fácil- Kouki mordió su labio inferior, mientras pasaba una de sus manos por su hinchado vientre.
-Así es cuando dejas tus miedos y te entregas a alguien a quien amas y en quien confías, pareja- Taiga se apoyó sutilmente contra su pecho, deslizándose hasta el vientre donde se gestaba su primogénito, calmando al castaño con su aroma y escuchando el rítmico latir del corazón de su hijo.
-Me gusta esa palabra. Pareja. Se oye diferente a novio o amante, o incluso compañero. Eso hace que la palabra se sienta diferente a lo que he escuchado antes. Se siente más cercano, profundo...y Dios, me escucho como una chica-
Hacia unos pocos meses que se habían mudado a Los Ángeles por pedido del padre de su Alfa. El lugar era un nuevo reto en cuanto a costumbres y aunque podía salir a donde quisiera mientras Taiga se matrícula a a una nueva preparatoria, no daba uso de esa libertad.
Se dio cuenta a los pocos días de llegar que le aterraba que la gente le viera. Las multitudes y el hecho de pensar que ese hombre transtornado le seguiría y haría daño a él o a su bebé, sobre todo a su bebé.
Así que ahí estaban en ese momento, después de otra pesadilla donde perdía a su cachorro y dejaba en el abandono a Taiga luego de su muerte.
-Quiero que hables con un profesional- hablo de pronto el alfa.
-No... No creo que sea necesario. Es decir, quizá en algún momento, pero ahora no lo veo así-
Taiga al ser un alfa detestaba no proveer de seguridad mental a su pareja, su Omega y madre de su cachorro. Pero sabía que en algunas cosas de la mente no podría hacer nada al respecto.
La casa en la que vivían tenía un resguardo 24 horas al día, todos los días. Guarda espaldas y cámaras. Pero Kouki aún así no mejoraba.
-Tú... me sanas pero con amor-
-Me alegras que lo digas pero aún así iras, aunque sea una vez. Si no lo quieres no lo harás más veces, pero solo por esta vez, irás a una cita-
Kouki suspiro, se acomodó e incorporó entre los cojines de la cama, beso delicadamente la frente de su alfa y le sonrió.
-Si eso te deja más tranquilo, entonces lo haré. Además hay que ir a la nueva cita de control de embarazo-
Kagami había estado notando la pérdida continua de su ropa. Sabía por su padre y el médico de Kouki que con seguridad se trataba de un nido. Aún no lo veía ya que le habían dicho que los omegas cuidaban de ellos de manera recelosa, cuando estuviera listo y el Omega seguro, se la mostraría a su alfa.
De hecho Taiga quería que el parto se diera en un hospital. Pero Kouki se había rehusado. Decía que su instinto le pedía que su bebé naciera en casa, así que con ayuda de Álex ya tenían planificado el parto e incluso ella si había podido ver el nido.
Aunque sólo sería la ubicación. El omega no permitiría ni siquiera a su alfa cerca de este con su cachorro ya nacido, era algo instintivo en ellos, al menos por unos días hasta que sintiera que su alfa no sería peligroso para el recién nacido.
Taiga ansiaba ver el nido. Pero respetaba a su Omega. A veces sus compañeros se reían de el cuando le veían portando una doble muda de ropa. Pero estos solo lo felicitaban cuando sabían que tenía aún Omega preñado y que así inundaba la ropa con su aroma, que eso lo hacía sentir mejor.
Se sentía extasiado y sacaba el pecho como cualquier macho orgulloso al recibir las felicitaciones, además de saber que hasta tomaban nota de ese dato para un futuro.
De alguna manera Taiga sabia que ese no seria un buen día.
Lo presentía.
Asi que no se sorprendió cuando la ama de llaves le despertó diciendo que tenían un par de visitas desde Japón, asi que antes de atenderles hizo una importante llamada.
En la sala se encontraban cómodamente sentados la ahora familia Kagami, los Furihata y cierto hombre que no entendían que hacia ahí, el tal Asakura.
Taiga podía ver que Kouki se sentía incomodo, por la manera en la que se apretaba y en como acunaba su barriga.
-Es un gusto verles de nuevo pero ¿Que hace este hombre aqui?-
Taiga no tenia tiempo de formalidades, deseaba a la amenaza fuera de su hogar. Pero su omega le interrumpió.
-¿Donde esta papa, madre?-
-En casa, te esta esperando Kouki. El realmente esta muy mal desde tu partida. Siente que lo has descepcionado-
La mujer era realmente cruel, decirle eso a su hijo en estado. Taiga iba a replicar, pero su padre le detuvo al ver de reojo a su yerno.
-¿Porque me haces esto? ¿Pensé que ahora que sabias que era un omega me querrías? Aunque eso ya lo sabias ¿No? ¿Para que en verdad entonces me quieres de vuelta?-
Taiga vio a la mujer maldecir por lo bajo, pronto mostrando su verdadera personalidad.
-Honestamente yo no te quiero de regreso. Pero prefiero tener tu incompetente trasero bajo mi pulgar a que todos descubran que mi hijo es una puta-
-¡No soy una puta!-
Kouki gritó, levantandose sobre sus piernas que temblaban con la ira y rabia por las palabras de su madre, con Taiga a segundos de irsele a la yugular a la mujer.
-Si quieres ponerme una etiqueta; ¡Bien! pero una adecuada. ¡Taiga a sido mi primero!-
Tomó una profunda respiración, tratando de mantener el control de sus agitados nervios, Taiga temia por la salud de su omega y sus cachorros, aunque muy orgulloso por lad palabras de Kouki.
-Lo que no me hace una puta -agregó con los dientes apretados.
-Esto es molesto - Nanao Furihata bufó, sus labios levantados en una cínica sonrisa -Cuando arruinas las cosas lo haces totalmente ¿No es así? No solo tuviste que enredarte con el primero que se te cruzo en el camino, si no que fuiste marcado y nada menos que un don nadie. ¿Cómo puedes verte al espejo sabiendo eso?-
-Puedo verme muy bien al espejo -le grito-Puedo tener a Taiga como pareja y puedo ser omega, pero sé cuando me veo al espejo que estoy orgullo de ser quien soy-
-Orgulloso ¿Qué tiene que ver eso con el poder y la fortuna? El señor Asakura podria haberte dado todas las riquezas que jamas hubieras imaginado ¡Lo arruinaste por... Por ese!-
Taiga gruñó fuerte, no podía creer lo que estaba oyendo. Todo por dinero y fortuna.
-Al parecer tienes mucho orgullo, Señora Furihata- hablo Kouki con un temblor es su voz, negando el parentezco familiar con su madre -Demasiado orgullo para permitir que tu hijo guíe su propia vida, siempre controlándo, siempre empujándo hacia abajo. ¡Tú deberías de ser quien quiebre los malditos espejos de la casa! No veo cómo puedas tener estómago para verte-
Kouki fue apartado cuando la mujer se enderezó y levantó su brazo, como si fuera a darle una bofetada. Su cara era una imagen de ira viendo a Kouki con esos ojos fríos y llenos de maldad.
-¡Te he vestido y he puesto un techo sobre tu cabeza! ¡¿Y asi me pagas?!-
-¿Y eso te hace mi madre?- Kouki respondio -Pude haber recibido esas cosas de cualquiera. ¡Los vecinos me trataban mejor que tú! Pero estúpido de mí, aun así elegí amarte, sin importar qué tan mal me trataras. Deseando que me vieras con ojos amorosos. Estoy cansado de ti y tu trato, ¡Taiga es mi alfa y a quien amo! ¡Largo!-
-Regresarás voluntariamente a casa- demandó -O me aseguraré que ese bastardo que cargas en el vientre pague por tu error-
-Eso no se llevara a cabo-
Todos voltearon al ver a un imponente hombre uniformado entrando por la puerta lateral seguido de mas hombres.
-Sra. Nanao Furihata Y Sr. Asakura Ao. Quedan arrestados por comercio ilegal de Omegas, trafico de sustancias prohibidas para ocultar aroma alfa/omega, secuestro, privacion de la libertad y violacion-
-¡Eso es mentira! ¡Ellos son de mi propiedad! ¡Mis omegas!-
El alfa se retorcia en cuanto los oficiales le esposaron y en cuanto hubo espacio Taiga pudo ver a su suegro entrando por la puerta en la que sacaban al Alfa.
-¡Padre!- Kouki grito, pero Taiga no le dejo moverse hasta que su madre se hayo esposada.
-Lo siento querida, pero he tramitado el divorcio. Lo que intentanste hacer con nuestro hijo... Nunca sere capaz de perdonarlo-
En cuanto la mujer fue puesta en custodia y con la aprobacion de Taiga, Kouki camino a los brazos de su padre. Sintiendo que por fin todo caia en su lugar.
-Lamento todo esto, pero fue dificil encontrar pruebas en su contra y los omegas que mantenía en su mansión fueron difíciles de persuadir-
Ambas familias se enfrascaron en una platica amena y libre de penas, Taiga pudo sentir como Kouki se quedaba poco a poco dormido entre sus brazos, con una expresión de tranquilidad marcada en su rostro.
Taiga ya quería conocer a su cachorro.
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