Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

6.Confusión


Seguía sin apartar la vista de aquella persona quien iba vestida de negro.

Por su contextura física podía deducir que se trataba de un hombre, uno del cual aún desconocía su apariencia total ya que no podía ver su rostro. La linterna que ahora estaba tirada nuevamente en el suelo sólo me permitía ver un poco más allá de sus pectorales.

Pese a que no podía verlo, sabía que él me miraba fijamente, no realizaba ningún movimiento, estaba parado ahí solamente.

Instintivamente comencé a retroceder hacia atrás apoyando ambas manos en el piso de mármol. Algunos trozos de vidrio roto iban cortándome las palmas, sentí que un líquido iba cayendo por las aberturas que se iban formando, supuse que era sangre, pero eso no me importó en lo absoluto.

A medida que yo iba retrocediendo, aquella figura comenzó a acercarse.

Inicialmente creí que se trataba de una de las personas con los que me encontré la noche anterior. Creí que él venía por mí y terminaría matándome como en las típicas películas de terror.

Pero lo que dijo hizo que descartara ese pensamiento.

—Ya te encontré Laia. Ahora te toca encontrarme a mí —dijo en un susurro.

¿Encontrarlo? ¿De qué hablaba?

—¿Quién eres? —pregunté dudosa.

El miedo aún seguía presente en mí, pero las ganas de saber de quien se trataba era mucho más inquietante.

—Busca y rebusca, sólo así me hallarás.

Esta vez ya no susurraba, su voz sonaba más clara, era suave, con un tono roncoso. Sentía que ya lo había escuchado antes en algún otro lugar, pero sabía que eso no era posible.

—¿Quién eres?

Volví a preguntar.

—Eso ya lo sabes, sólo tienes que recordar —comenzaba a inclinarse.

—¿Recordar? ¿Recordar que?

Tenía muchas dudas, pero él no respondía mis preguntas.

—¿Dónde comienzo a buscar?

Por un momento dudé de que respondiera a mi pregunta, pero finalmente lo hizo.

—Aquí —apuntó con uno de sus dedos mi cabeza.

Quise hacer más preguntas, necesitaba salir de dudas, pero el brillo blanquecino de una luz golpeó mis ojos con brusquedad ocasionando que cierre los ojos. Volví a abrirlos lentamente para así acostumbrarme nuevamente a la luz y cuando terminé de hacerlo el ya no estaba.

Se había ido.

Miré por todos lados, pero no había rastro de el en aquella habitación.

¿Cómo es posible?

Nadie desaparece así de la nada a menos que...

No, eso no podía ser, yo escuché sus pasos cuando entró en la habitación, lo vi parado frente a mí y sentí su dedo rozando mi cabeza.

¿Pero cómo desapareció tan rápido?

No pude haber imaginado todo eso ¿oh si?

Descarté esa idea.

Sé que en los últimos días había tenido algunas alucinaciones, pero estaba segura que esto no fue parte de ellas. Todo había sido tan real que no aceptaba la idea de que todo eso haya sido producto de mi imaginación.

Me puse de pie y bajé hacia la planta baja, Jane se encontraba recostada en uno de los sillones de la sala, me acerqué a ella para posicionarme en frente.

—¿Se puede saber dónde has estado? —pregunté furiosa.

Mientras yo estaba arriba buscándola, creyendo que ella se encontraba en peligro ella estaba aquí, recostada, mirando la televisión tranquila.

—¡Mierda! —se puso de pie rápidamente —¡Laia, me asustaste! —puso una mano en el pecho.

—¿Dónde estabas Jane? Te busqué en mi habitación y no estabas ahí.

—¿Quieres calmarte un poco? —se volvió a sentar en el sillón intentando recobrar la calma —creí que seguías durmiendo, no pensé que te ibas a molestar si bajaba a mirar un par de minutos la televisión.

—¿Durmiendo? —la miré confundida.

—Sí, te dormiste después de la cena ¿No lo recuerdas?

Esto no era posible, hace un par de minutos ella y yo subimos a ver la causa del estruendoso sonido que vino de la segunda planta, estaba segura de ello.

—Tú... yo, ambas subimos arriba a ver la ventana que se rompió.

—¿De que estas hablando Laia?

Ahora era ella quien me miraba confundida.

—Hace un par de minutos ambas subimos arriba —comencé a explicar —tú fuiste a mi habitación y yo fui a la de mi madre para buscarla. Pero luego hubo un apagón —le recordé.

—¿Apagón? —me miraba curiosa —No hubo ningún apagón en la ciudad desde hace más de un mes —informó con obviedad.

—¿Qué? Hace un momento hubo uno. Yo pasé a buscarte a mi habitación, pero tú ya no estabas ahí, y luego...luego apareció el.

No di muchos detalles ya que al parecer ella no entendía nada de lo que estaba hablando. Comenzaba a desesperarme por su falta de comprensión.

—¿El? Creo que tuviste una pesadilla, nada de eso pasó —intentó acercarse.

—¡No!

Grité.

¡Yo estaba segura de que eso no fue un sueño!

—Laia, en serio, creo que necesitas descansar un poco más.

—Hablo en serio Jane ¡Todo fue real!

—¡Nada de eso pasó Laia! ¡Te fuiste a dormir hace más de tres horas!

¿Tres horas? Si apenas hace un par de minutos ella estaba coqueteando con el chico del delivery.

—¿Qué hora es? —pregunté más calmada.

—Ya es más de la media noche —apuntó el reloj que había en la sala para que yo también pudiera verlo.

Y efectivamente así era, el reloj daba las doce y media.

—¿Dónde está mi madre? Ella no estaba cuando fui a verla a su habitación.

No esperé a que respondiera y dejé atrás a Jane para subir hacia la habitación de mi madre.

—¡Laia, ella está descansando! Tú también deberías hacer lo mismo —Jane iba siguiéndome el paso intentando hacerme entrar en razón.

Si ella estaba en su habitación como ella decía tenía que verlo con mis propios ojos. Comenzaba a dudar de Jane, así como también de mi misma.

—No, ella no estaba ahí, ella desapareció de su habitación, Jane, ella...—

Me quedé en silencio al ver a mi madre durmiendo plácidamente en su cama, tenía las cejas ligeramente fruncidas, probablemente ahora mismo ella estaría metida en un sueño, quizá uno bueno o quizá no, no lo sabía, pero ella descansaba tan tranquila que me causaba cierta envidia al no poder hacer lo mismo yo igual.

—Te dije que ella estaba dormida, mejor ve a tu habitación a descansar un poco —dejé que ella me guiara por el pasillo hacia mi habitación, no dije nada mientras íbamos caminando, estaba confundida, y también asustada.

¿Cómo era posible que haya imaginado todo eso?

Si antes temía de mi cordura por si quiera llegar a imaginar al hombre vestido de negro en mi habitación, ahora estaba mucho peor.

Había confundido la realidad con la imaginación.

Pero es que... todo eso parecía ser tan real. Absolutamente todo.

Miré hacia la ventana, con la esperanza de encontrarme tan si quiera con algún pedazo de vidrio roto, pero no había nada, todo estaba en completo orden.

La linterna que había caído al suelo antes de salir tampoco se encontraba en su lugar.

Reposé mi cuerpo en la cama, mirando a la nada. Quería llorar, pero también gritar, sentía que estaba terminando en el mismo estado que mamá.

No quería eso para mí.

—Mañana hablaremos de todo esto si te hace sentir mejor ¿de acuerdo? —la calidez en su voz no podía proporcionarme la calma que deseaba.

¿Sentir mejor?

Nada me haría sentir mejor luego de ver lo que pasó esta noche, mis pensamientos estaban hechos todo un enredo, sentía que iba cayendo en un abismo hacia la nada. Todo estaba mal en mí, lo sabía, pero no era capaz de admitirlo.

Tenía la ligera esperanza de despertar nuevamente y que Jane me dijera que todo lo que yo había visto era real, que nada de eso había sido producto de mi imaginación y que ella también vio todo. 


[...]



Desperté con un ligero dolor en la cabeza, tenía el cuerpo adolorido y sentía como si una manada de elefantes me hubiera atravesado por encima.

Me puse de pie como pude y fui hacia el baño caminando a pasos lentos, justo en el momento en que puse un pie en el interior del baño hice algo que no imaginé.

Vomité.

Sí, efectivamente lo hice.

Comencé a botar todo lo que había ingerido las últimas horas, no sé de donde había salido tanta comida, pero cada vez iba saliendo más y más.

—¿Laia, te encuentras bien? —la voz de Jane se escuchaba por detrás de mí.

No respondí a su pregunta, era más que obvio que no estaba nada bien.

—Buscaré una pastilla para ti. Ya vuelvo.

De a poco iba reduciendo las náuseas, miré todo el vómito que estaba esparcido por el suelo y me causó mayor repulsión ver esa escena que las ganas de vomitar nuevamente amenazaban con volver, pero intenté no pensar en ello.

Mis pies al igual que mi ropa estaba cubierta por restos de comida, tenía la garganta ácida y un sabor amargo quedó en mi boca.

Tomé el bote de limpieza juntamente con un trapo y comencé a meter todo el desecho en la taza del baño, tocar ese líquido grumoso y baboso no era nada agradable pero no tenía otra opción más que hacerlo yo misma.

—Encontré esto en el botiquín de emergencias —Jane volvió a entrar a la habitación.

Me extendió la pastilla una vez que terminé de limpiar todo.

—Gracias, pero no será necesario. Tomaré una ducha solamente.

Ella salió sin decir más nada y cerré la puerta con el seguro. De a poco me iba quitando la ropa hasta quedar completamente desnuda, dejé que el agua hiciera su trabajo mientras yo iba sacando uno que otro resto de comida que se había quedado en mi cabello.

Tardé un poco más de lo normal en la ducha, pero sí que era necesario. El dolor con el que había despertado ya no estaba y ya no había rastro alguno de lo que pasó hace unos minutos, me sentía mucho mejor ahora.

Salí con mucha más energía de la que había entrado y eso era un tanto extraño, pero no le di importancia.

Retorné nuevamente a mi cama para descansar un poco. Los recuerdos de la noche anterior vinieron a mi mente, no quería pensar en ello, pero era inevitable, todo lo que pasaba a mi alrededor era tan confuso.

El despertar y recordar los hechos de anoche hacían que me sienta fuera de la realidad.

¿Realmente todo esto estaba pasando?

Miré hacia el techo como si fuese a obtener respuesta alguna, pero hacerlo de alguna manera me tranquilizaba, sentía que papá estaba ahí arriba escuchándome, viendo todo lo que pasa a mi alrededor.

Si alguna vez llegas a sentir miedo sólo deja que tú imaginación fluya, inventa historias con todos tus temores y verás cómo todo se vuelve mucho más hermoso.

Recordé las palabras que papá me había dicho una noche.

Ese día nos encontrábamos sentados encima de una roca mirando las estrellas, habíamos salido a acampar en pleno invierno. El frío hacia que mis mejillas se pusieran coloradas al igual que los de mi padre. El lugar era tan solitario que era algo tenebroso, el sonido que emitían algunos animales en algún otro lugar cercano se podía oír con claridad.

En aquel entonces solía temerle a la oscuridad, tan solo tenía ocho años y papá solía venir a mi habitación a contarme algunas historias cuando estaba en casa.

Pero ese día en aquella montaña dejé mi temor atrás gracias a lo que él me había dicho.

Imaginé que la oscuridad se convertía en luz, una luz que alumbraba un campo verde lleno de conejos, todos iban felices de un lado a otro comiendo algunas zanahorias, imaginar aquello realmente me tranquilizaba. Amaba a los conejos.

Y así pasé el resto de mi niñez con esa imagen en mente.

Pero ahora no había forma de enfrentar mi miedo.

¿Cómo enfrentar el miedo con la imaginación cuando mi temor era precisamente eso? ¿imaginar?

No quería hacerlo más, sentía que iba enloqueciendo si lo hacía.

—¿Laia? —Jane apareció en la puerta.

—¿Pasa algo?

—Ahora que ya estas mucho mejor... me preguntaba si querías hablar de lo que pasó anoche.

Me miraba esperando una respuesta.

¿Quería hacerlo? ¿Estaba lista para hablar?


***********************************

Nota: Bueno esta es mi primera nota jaja, me siento algo extraña hablando por acá, pero creo que era necesario para aclarar algunas cosas.

Quizá sea algo confuso para ustedes el leer esta parte, pero es una de las pequeñas cosas que irán viendo más adelante ya que es parte de la historia.

Gracias por todo, nos vemos en el próximo capítulo.












Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro