16. Descontrol
Una hora.
Es la que había pasado luego de salir de aquella casa.
Una hora en la que pasé cada segundo intentando descifrar a donde iríamos.
Una hora, en la que me puse a pensar en que tan lejano podía ser la diferencia entre los conceptos de diversión que ambos teníamos.
Y una hora, en la que no podía dejar de pensar en lo que vendría una vez que bajara del automóvil.
—Detente aquí —ordenó Shane, a la persona que iba conduciendo.
—¿Llegamos? —pregunté con curiosidad.
—Aún no, juguetito.
Podía jurar que llevaba una gran sonrisa en su rostro.
Dudé por un instante en quitarme el antifaz que cubría mis ojos pero una clara orden de no hacerlo llegó a los pocos segundos.
—¿A dónde vamos? —inquirí al sentir su mano en mi antebrazo.
—Ten un poco de paciencia —masculló con cierta molestia. Con delicadeza me ayudó a salir del vehículo y avanzamos por un lugar rocoso —El resto del grupo llegará pronto, así que relájate que no te haré daño... No en este lugar.
Sus palabras causaron un escalofríos en todo mi cuerpo. Intenté no ponerme nerviosa y tragué grueso antes de seguir respirando con normalidad
Mis manos comenzaron a sudar y todo el control que había logrado hasta hace unos minutos se había ido por la borda al sentir las manos de Shane en mis hombros una vez que dejamos de caminar. Mi cuerpo se tensó cuando sus manos comenzaron a moverse con suavidad dando leves caricias, subió lentamente hacia mi cuello y se detuvo ahí durante unos minutos apretando levemente.
—No sabes cuántas ganas tengo de pasar un cuchillo por tu hermoso y delicado cuerpo —susurró, con un notorio deseo. Agradecí internamente por llevar aún la venda puesta ya que no podría verle a la cara en estos momentos —Lástima que no pueda hacerlo ahora.
—Hazlo —Lo reté.
Estaba consciente de que hacerlo traería graves consecuencias y aún así me armé de valor para soltar esas palabras ya que no podía más con esta tortura, que inexplicablemente me gustaba.
—Alguien se llenó de valentía hoy —dijo jocoso.
—No te tengo miedo y jamás lo haré —manifiesto, con una seguridad fingida.
—Estaría muy contento de cumplir con tu petición pero lo dejaremos para después —Quitó la venda de mis ojos.
—¿Porqué no?
Miró a los alrededores examinando a detalle cada lugar cercano. Copié su acción sin saber a qué se refería, al parecer nos encontrábamos en el mismo pueblo al que había venido días atrás.
—Porque tenemos compañía —informó.
Por un momento pensé que era del resto del grupo de quienes hablaba pero quité ese pensamiento cuando un cuchillo apareció de la nada rozando e hiriendo el hombro de Shane.
—¿Te encuentras bien? —toqué su hombro y la sangre no tardó en llegar. Observé el lugar por el que supuse que había venido aquel objeto pero no había rastro de nadie.
—Mejor que nunca —Sonrió, de una manera escalofriante.
El lugar no presentaba mucha luz, uno que otro faro de luz iba alumbrado el sector. Noté en sus ojos un brillo que no había visto antes y sus pupilas se veían dilatadas. Pasó la mano por su hombro y llevó a sus labios la sangre que salía de ella.
—Será mejor que nos vayamos de aquí. Este lugar no parece ser seguro —sugerí.
—Tienes razón, este lugar no es seguro —dijo con total tranquilidad.
—¿Y? ¿Qué esperamos para irnos? —enarqué una ceja al ver su despreocupación. Podíamos morir aquí mismo y el seguiría aún tranquilo.
—Hay muchas cosas que debes aprender, juguetito —acercó su rostro al mío —. Una de ellas es que nosotros nunca huimos —susurró —. Y la otra, si ellos quisieran ya nos habrían matado. El cuchillo tan sólo fue una advertencia, así que relájate.
¿Relajarme?
Estábamos en el medio de la nada y el me pedía que me relaje. Eso era lo más estúpido que había escuchado el día de hoy.
Sin verlo venir Shane, estiró de mi mano pegándo su cuerpo al mío, segundos después otro cuchillo salió disparado pero esta vez iba dirigido a mí, que de no ser por la rápida acción de el habría quedado herida.
—¡Shane! —escuchamos el grito de Erick, venía corriendo junto con el resto del grupo —Ellos nos encontraron —comunicó cuando llegó hacia nosotros.
Ellos…
Había escuchado hablar tantas veces de “ellos" , contaba con una escasa información pero la poca que tenía me bastaba para saber quienes eran y la clase de personas que podían llegar a ser.
Asesinos despiadados y sin escrúpulos.
En ese momento varios hombres emergieron de la oscuridad, vestidos con trajes grises. Nos encontrábamos acorralados, sin ninguna alternativa a escapar, rodeados en un círculo por más de diez personas.
—Debo admitir que esto comienza a ponerse interesante —. La comisura de su labio se elevó ligeramente formando una sonrisa torcida.
Un silencio estremecedor hizo presencia durante unos minutos. El se dió la vuelta y me pegué a su espalda tanto como pude, los demás se posicionaron a mi alrededor, dos de frente y dos detrás, cubriendo mi cuerpo por completo. Cada uno comenzó a sacar diferentes armas, Shane, iba analizando a cada uno, esperando el momento indicado para atacar.
—Quédate en completo silencio y pase lo que pase no te vayas a separar de mi ¿entendido? —asentí, aunque el no me viera.
De forma desprevenida uno de ellos corrió hacia nosotros y se abalanzó contra el rubio pero el supo esquivarlo sacando un cuchillo de su bolsillo trasero para incrustarlo en el cuello de aquel sujeto. La sangre comenzó a brotar en grandes cantidades y su muerte se dio de forma instantánea. El se puso de pie, limpió con un pañuelo el líquido carmesí que había en el cuchillo y luego lo guardó.
Al ver tal escena los demás no tardaron en reaccionar y comenzaron a acercarse dispuestos a atacar. En todo momento iban rodeandome para evitar que me lastimaran.
Shane sacó un alfanje y comenzó a matar de forma ágil uno por uno. Ahí se encontraba el, en su máximo esplendor matando a diestra y siniestra. Su cabellera rubia iba cayendo por los costados de su cara, pequeñas gotas de sudor se presentaron y sus músculos se tensaba cada vez que hacía presión en las manos.
Erick iba propinado golpes a los que se iban acercando sin utilizar algún tipo de arma pero el también recibía uno que otro golpe. Cristal iba montada en la espalda de un sujeto y con un machete comenzó a cortar su cabeza agarrándole de los cabellos para facilitar el trabajo. Al terminar con aquella escalofriante tarea se bajó del decapitado y con la cabeza aún en mano y el hacha en la otra comenzó a pelear contra los demás.
Gregory por otro lado se encontraba concentrado dando golpes consecutivamente con un bate de púas al cuerpo inerte de uuno de ellos. La sangre le salpicaba por toda la cara y eso lo ponía cada vez más feliz, comenzó a reír mientras realizaba tal hazaña y sonreía de oreja a oreja como un niño pequeño.
No se como ni en que momento sucedió pero perdí toda protección cuando me separé de ellos, quise retornar donde ellos pero no pude dar un paso ya que sentí un aguijón incrustarse en mi piel. El dolor hizo que pegara un grito y Shane vino en mi búsqueda luego de percatarse de lo sucedido.
Mi cuerpo amenazaba con desvanecer, perdí el equilibrio al intentar caminar y caí al suelo.
Luego de eso todo a mi alrededor se tornó inaudible y borroso.
Una bola de humo rojo fue lanzada dentro del pequeño espacio en el que nos encontrábamos evitando ver lo que ocurría en los alrededores. Cubrí mi nariz haciendo el mayor esfuerzo y esperé hasta que el humo se esparciera. Poco a poco se iba siendo visible las cosas, los labios de Shane se abrían y cerraban constantemente pronunciando palabras que no llegaba a escuchar.
—Juguetito, ¿me escuchas? —volví a escuchar su voz. Asentí un poco desorientada.
Me ayudó a ponerme de pie y me llevó con el grupo. Un leve mareo me rebasó pero fue algo que pude controlar. Se aseguró que todo estuviera en orden y continuó con la pelea.
Cuando ya todo había terminado me sentí más relajada, pero mi tranquilidad desapareció tan rápido como vino al ver los charcos de sangre que se habían formando por la gran cantidad de los cuerpos sin vida que habían caído.
Quise vomitar pero me contuve tanto como pude.
Busqué a Shane en los alrededores, cuando di con el rubio él iba ensimismado mirando una de las casas abandonadas, me acerqué a él y lo examine para ver como se encontraba.
—Juego sucio —murmuró casi en un susurro que apenas logré escucharlo.
Su rostro se tornó a uno frío e inexpresivo, cerró la mano en un puño y tensó la mandíbula. Dió un giro en su mismo eje buscando algo y detuvo su mirada en mi. Su expresión cambio en un par de segundos y nuevamente se lo veía entusiasmado.
—¿Te encuentras bien? —me mira con su peculiar sonrisa.
—¿Yo debería ser quien haga esa pregunta no lo crees? —lo examino para ver si tiene alguna herida.
—Es hora de irnos.
—Ya era hora —Torcí los ojos.
Si tan solo hubiera tomado mi consejo hace unos minutos no habríamos pasado por esto.
—¿Dónde está Gregory? —preguntó, arqueando una ceja al ver que no se encontraban todos.
—Está algo distraído —Erick lo señaló con la mano.
Gregory se encontraba de rodillas frente a uno de los cuerpos, desde aquí no podía ver con claridad lo que hacía ya que nos daba la espalda pero minutos después se levantó y se acercó a otro cuerpo arrodillandose una vez más.
Shane se acercó a el y le tocó el hombro —. Es hora de irnos Greg —dijo en un tono bajo.
El quitó la mano de su hombro y lo ignoró por completo continuando con lo que hacía. Tomó la mano de aquel hombre con cierta delicadeza y empezó a cortar cada uno de sus dedos con unas tijeras.
—¿Qué es lo que hace? —pregunté con asombro a Erick.
—El sólo…se distrae un poco —miraba con compasión a su amigo —. Intenta no molestarlo cuando lo hace o sino—
—¿O sino que? —Lo interrumpí.
Gregory pegó un grito con molestia. Lanzó los dedos que había cortado y comenzó a dar hachazos por todo su cuerpo. Gritaba y cortaba al mismo tiempo. La cara de aquel sujeto quedó toda desfigurada y pequeños trozos de carne se esparcieron por el suelo. Lo mismo pasó con su cuerpo, abrió por completo el estómago de ese hombre y sacó con sus manos todo lo que había en su interior. Al terminar dio golpes consecutivos en los brazos y piernas hasta separarlos por completo del cuerpo y lo tiró a un costado.
—Eso es lo que pasa.
Me quedé en completo silencio al igual que los demás, nadie decía nada, simplemente lo miraban atentos. El respiraba agitado, su pecho subía y bajaba con rapidez. Shane le extendió un pañuelo una vez ue terminó y limpió los restos de sangre con el. Se veía más tranquilo y relajado. Nos miró y señaló el cuerpo hecho un desastre. Mostraba orgulloso el trabajo que había realizado, como un niño que necesitaba la aprobación de los demás para saber que eso estaba bien.
Alterne la vista entre el cuerpo y el. Un enorme charco carmesí se había formado, los órganos estaban esparcidos por el suelo y las extremidades tiradas alrededor. Las cabezas que Cristal había decapitado minutos atrás también se encontraban cerca.
Todo estaba hecho un desastre.
Sin poder aguantar más las ganas vomité.
El líquido agrio y grumoso que iba saliendo en grandes cantidades por mi boca.
—Es normal para ser tu primera vez —Erick me dio leves palmadas en la espalda, intentando reconfortarme.
Terminé de retirar el desecho y me limpie la boca con el antebrazo. Mi boca tenía un sabor amargo y asqueroso.
—¿Te sientes mejor? —Shane se acercó a mi acomodando los mechones que cubrían mi cara.
Asentí un tanto avergonzada.
—Será mejor que nos vayamos ahora —propuso Gregory —. Aún tengo que recuperar algo de fuerzas —Pasó por encima de los cuerpos inertes y caminó hacia nosotros.
Se lo veía más feliz, se adelantó junto con Cristal y la abrazo por los hombros. Su cuerpo estaba cubierto de sangre pero eso no pareció importarle a ella ya que continuó sin decir nada.
Erick camino tras de ellos mirando de un lado a otro como si buscará algo o alguien.
—Sólo para que lo sepas, esto no estaba en nuestros planes —se excusó —. Digamos que la bienvenida que te tenía preparada se salió un poco de control.
—Uh-hum —musité.
—Ánimo, que esto recién está por comenzar —pasó su brazo por mis hombros.
—Como digas —dije sin ánimos.
Shane me dedico una mirada perversa cargada de malicia antes de separarse de mi para adentrarse aún más en aquel pueblo. Me quedé viéndolo durante unos segundos y el se dio la vuelta para decir lo siguiente:
—Que comience la diversión, juguetito —se acomodó el sombrero y se dio la vuelta para continuar.
Y pensar que ya había visto lo peor.
Tenía que prepararme mental y físicamente para lo que se venía después.
¿Qué otra cosa peor podría pasar?
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Tierra llamando a Val... xd
Bueno se que desaparecí durante un largo tiempo. Tuve algunos problemas con la cuenta y no pude continuar con las actualizaciones.
Me disculpo por hacer tan larga la espera.
Por último pero no menos importante, quiero dedicar este capítulo a una persona muy especial que ha estado apoyándome con la historia y dando ánimos con sus palabras. No saben cuánto me ayudó a seguir adelante, quizá ella no lo sepa pero hizo mucho por mí.
Muchísimas gracias por todo ambreos7u7
Te ganaste un gran espacio en mi pequeño y oscuro corazón. 🖤
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