Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Corazón XXIX. Antonio

Maldito seas Antonio.

Las notas de Roma murieron en el fuego y los corazones se llenaron de polvo en la habitación a falta de atención.

Lovino acarició el cabello del español mientras este dormía apoyado en su pecho, parecía un ángel, un niño indefenso.

Lo amaba.

Se había acostumbrado a esa pequeña rutina, después del trabajo Antonio siempre pasaba por su casa, se encerraban en la habitación, hablaban, se besaban, se tocaban, se amaban...

Un día en particular la casa estaba sola al medio día, Lovino estudiaba para un examen y Antonio salió antes del trabajo.

Era sábado 12 de febrero.

Amaba esa fecha.

Lovino le recibió con la más grande de las sonrisas y le hizo pasar, hablaron cerca de dos horas mientras comían lo que hubiera en la casa, vieron una película la cual no recordaba y se encerraron en la habitación del italiano.

Comenzaron con pequeños, inocentes y dulces besos repartidos por todo el rostro del otro, reían como los enamorados que eran sin embargo no tenían un "título" para esa relación, pero eso era lo de menos.

Las caricias no se hicieron esperar, eran pequeñas y tímidas tanto que sacaban carcajadas nerviosas de ambos, era la primera vez que se sentían como dos niños que no sabían lo que era el amor, aunque ellos lo supieran y sintieran.

Era un momento mágico, Lovino quería resguardar eso para siempre como su más preciado recuerdo.

A las nueve de la tarde llegó su abuelo y hermano con una torta para el español, celebraron en familia, entre bromas y risas, entre comidas y juegos.

Ya pasada la medianoche Antonio volvió a su departamento.

Jamás sabría que detonó que Antonio se suicidara esa misma noche, y la verdad, no quería saberlo.

Tenía miedo de descubrir que su amado español nunca fue feliz a su lado, que sus sonrisas eran falsas, que sus besos eran forzados, cuyo amor era una obligación. No, no quería saber si sus sentimientos no fueron correspondidos, que todo lo que pasó había sido por lástima.

Le dio una patada a la lápida.

Antonio Fernández Carriendo.

Era todo lo que rezaba, no había fecha, ni mensajes, ni fotos ni flores. Estaba bien así se dijo Lovino enfadado, no mereces más que un hoyo dónde caer muerto.

¿Por qué? —preguntó al aire mirando la tumba antes de tirarse al suelo de rodillas llorando—. ¿Por qué no dejaste que te salvará? Te ofrecí mi corazón completo para remediar el tuyo y sólo fingiste que lo querías, sólo fingiste que te salvaba... Eres un maldito egoísta... Te odio... Te odio demasiado...

Feliciano se acercó a su hermano, quedando en silencio a su lado con sus manos sosteniendo una flor rosada de papel, ¿Valía la pena llenar de flores vivas a quién nunca lo estuvo? Estiró su mano hasta acariciar el cabello de Lovino, en cuál se apoyó contra la silla.

— Es doloroso enamorarse.

— Sí, lo es.

— Deja eso y volvamos a casa. No vale la pena visitarlo por tanto tiempo.

— Tienes razón —tiró la flor que, probablemente, se la llevaría el viento—. Vamos Lovino.

Que irreal era la felicidad.

Que falso era el amor.

Que molesto era el vivir.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro