No quiero verte
Todo parecía interminable, y eso había que sumarle el hecho de que Nadja no quería saber nada con nadie, solo buscaba una liberación de todo lo que había sufrido, y lo que seguía sufriendo, su corazón se había apagado, y eso todos podían notarlo además sentían angustia por como los trataba ese pequeño ángel que tanto amaban.
—¡No quiero nada contigo!, ¡¿Que no lo entiendes?!, Déjame en paz y solo así podré hacer mi vida.
—Sè que has pasado por mucho, y que yo no estuve ahí, pero estoy dispuesto a revertir mi situación, dame otra oportunidad sé que puedo remendar mi error
—¡Ya cállate!, ¡Solo vete y déjame! -Nadja se tapaba los oídos, mientras miraba a la figura que tenía al frente con odio e impotencia-.
—Escucha, si hay un culpable en todo este asunto, ese no soy yo, es tu diabólico tío- El hombre frente a ella, trataba de razonar, de mostrase serio y hacerle ver a su hija que todo podía ir para mejor-.
—¡No!, ¡No!, ¡No quiero nada de tí!, ya me harté, muchas cosas me han pasado, y tú no fuiste por mí, ¡Te olvídaste de mí!-Lágrimas traicioneras, lágrimas que dejaban el rastro de dolor del copito de nieve, al maestro del hielo y agua se le hizo un nudo en la garganta, no sabía cómo justificarse y solo pesaba en el odio y rencor que crecía por Kyle-
—¡Creeme que no fué con esa intención!, Yo. . . Solo . . . No supe cómo enfrentar la situación, Kyle me hundió, hizo que me quitaran tu custodia, me trataron de loco, me dijeron que era un hombre violento, que no podía verte porque era peligroso para tú seguridad, ¿Entiendes lo triste que fué eso?, ¿Lo triste que fué?, Y ver cómo esas dos ratas se salían con la suya, siendo tu padre, me quitaron todo derecho y lograron alejarme de tí Nadja- Caminando y hablando con dolor, pero serio aún, se sentó suavemente en la orilla de la cama, acercó su mano para acariciar los cabellos aguamarina de su copito-.
—¡No me toques!, Solo déjame sola. . . Si desapareces otra vez será más fácil todo, no me interesa volver a tu lado, todo el amor que tenía se esfumó, solo dejé amor por mí madre y nadie más, tú y los demás ya no significan nada para mí, tú no fuiste por mí, y ahora es demasiado tarde para remendar las cosas.
—Nadja estás dolida, yo también lo estoy, Milo también, todos hemos sufrido, entendemos y sabemos que tú más que todos, pero, creeme ha sido un infierno no tenerte a mi lado, ni siquiera con todas las batallas, incluso ni las veces que deje este mundo al morir, o la vez que mi alma fué castigada y confiscada en aquella figura por los dioses, no se compara en nada el dolor que sentí al perderte hija. . .
Nadja, cerro los ojos, no quería seguir escuchando, no quería sentir lástima, ella sabía que su padre no mentía, y en el fondo, pero, muy en el fondo le partía el alma las palabras de su padre, por otra parte, Camus no sabía que más hacer, que más decirle no quería que su hija lo odiara para siempre.
—Escuha, aunque sea esto último que te diré-Nadja abrió levemente los ojos, rojos de tanto llorar y miro a su padre-. No hay nada más importante en mi vida que el amor de mi hija, no podría vivir sin tí, eres la calidez que derrite mi corazón, eres lo más importante de mi vida y no dejaré que te aparten de mi otra vez, debí decir o hacer algo antes, lo sé, pero estaba tan encerrado en mí mismo que no permití que nadie se me acercara, caí en la oscuridad y me distancie de mis seres queridos, no solo te perdí a tí, sino que también perdí a Milo en un momento, perdí a mis hermanos y fué tu tío Saga quién, a golpes logró hacerme reaccionar, grité, lloré, me sentí inútil y por sobre todas las cosas, te necesite y extrañé como no tienes idea, eres mi hija, y yo no permitiré que Kyle se interponga otra vez, así tenga que meterlo en un ataúd de hielo, y yo vaya preso o muera, él no volverá a alejarte de tu familia, eres mi herencia y el más grande logro de mi vida Nadja.
La manzanita, lloraba sin poder contener las lágrimas, quería abrazar a su padre pero, aún, tenía ese sentimiento de abandono y orgullo, que no le permitía soltar vió como su padre se levantaba, él entendía que necesitaba espacio.
—Espero de corazón que puedas algún día perdonarme, mientras solo te pediré un favor, ódiame a mí, no te enojes con Milo y los demás, ellos no merecen tu castigo
Nadja abrió del todo sus pupilas por las palabras de su padre y vio como salía de la habitación.
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