ENTREVISTA
Hola.
En vista de la imposibilidad de reunir a todos los entrevistados en un solo lugar, principalmente porque algunos de ellos tienen deseos asesinos con respecto a otros participantes, nos vimos en la necesidad de separar a los entrevistados en dos bloques, y de esta forma evitar cualquier tipo de percance.
En el primer bloque tendremos al príncipe Eirick y a Eirian El Conquistador. En el segundo bloque estarán con nosotros el príncipe Rowan y el rey Cardigan.
Disclaimer:
La empresa no se hace responsable por daños ocasionados como masacres, asesinatos o pérdida de la estabilidad emocional.
Comencemos con nuestro primer entrevistado, el difunto príncipe Eirick. El emperador Eirian Ax, amablemente, aceptó servir de médium para que el príncipe Eirick responda las preguntas que la audiencia ha enviado.
Eirian el Conquistador se acerca con paso firme, sus ojos azules me miran bajo un ceño fruncido de tupidas cejas rojizas. El emperador se sienta de manera elegante en el sillón forrado en piel frente a mí y cruza sus piernas mientras me observa como si me odiara.
La luz de los reflectores ilumina su figura esbelta, el cabello, de un rojo intenso, brilla, contrastando con su piel pálida.
Trago e intento sonreír, él no lo hace y, nerviosa, miro las notas que tengo en las manos, tratando de concentrarme en las preguntas.
—Bu, buenas tardes, emperador —digo y me aclaro la garganta—. Antes que nada le agradecemos que haya aceptado ser el intermediario con su hermano.
El emperador gruñe un «De nada» y procedo a realizarle las preguntas al príncipe Eirick, que, al parecer, ya se encuentra en la habitación, pues el emperador ha comenzado a susurrar como si alguien hablara con él.
—Alteza —digo—, Orchid_YC quiere saber si usted es real, si es un fantasma o simplemente la imaginación de Eirian. —Me rio nerviosa al leer lo que sigue «cada vez más loquito» y decido omitir esa parte, pues quiero conservar la cabeza pegada al cuello—. ¿Qué se siente ser la conciencia de su hermano?
Los ojos azules del emperador me miran un instante y luego y enfocan un punto a su lado. Asiente un par de veces antes de dar la respuesta que le transmitió su hermano.
—Eirick dice que el que sea un fantasma o un invento de mi imaginación no lo hace más o menos real.
El emperador agacha el rostro como si meditara en lo que acaba de decir, luego me mira, pero ya no con el ceño fruncido.
—También me he hecho muchas veces esa pregunta, ¿sabe? Creo que mi hermano sí es un fantasma que de alguna forma mantengo atado a mí —dice taciturno—. Supongo que ese es otro de mis muchos crímenes, no permitirle el descanso a su alma. —Eirian voltea y mira el punto en el cual debe encontrarse su hermano—. Es la verdad, no me perdonaré nunca por hacerte esto. No sigas, claro que es mi culpa.
—Bien —digo. Es raro ver a alguien hablando solo y más como si estuviera a punto de llorar. Me siento un poco incómoda, así que sonrío para aligerar la tensión en el ambiente—. Angel7es pregunta ¿Por qué te puede ver tu hermano?
El rostro de Eirian se vuelve serio y otra vez mira en ese punto con interés.
—Él dice que se debe a que yo deseé muy intensamente que él regresara de la muerte. Dice que mi amor por él es muy grande y por eso está siempre a mi lado.
El emperador parpadea y agacha el rostro, tal vez conmovido por lo que le dijo su hermano. O tal vez escuchando más declaraciones espectrales.
—Muchas gracias, Alteza Eirick por asistir a esta entrevista, esperamos que nuestros lectores hayan quedado satisfechos con las respuestas. Ahora sigamos con las preguntas, esta vez para usted, señor emperador. —Eirian me dedica una mirada de hielo y me siento como si estuviera a punto de ser despedazada por algún animal salvaje, trago y aparto los ojos de los suyos—. Pregunta la señorita Orchid_YC ¿Cumplirás lo que le dijiste a Rowan, que si lo matas también te matas tú o fue solo un ataque de toxicidad?
—¿¡Disculpa?! —pregunta el emperador, perplejo por el atrevimiento—. ¿Cómo qué toxicidad? ¡No soy un tóxico! Rowan me lastima cada vez que quiere y yo, como un estúpido perro faldero, lo soporto y lo perdono. ¡Pero yo soy el tóxico! ¡Claro, ¿cómo no?! ¡Perdón si validar mis sentimientos es ser tóxico! Y sí, pienso cumplir mi amenaza. Rowan sabe lo que sentía por él, también debe saber lo que destruyó dentro de mí al traicionarme. Ahora mismo lo único que quiero es que experimente el mismo dolor que me está destrozando el alma.
Ok... No sé qué decir. No sé si llamar a la policía o a un psiquiatra. Tal vez a los dos sería buena idea.
—NataliaAb09 pregunta si desarrollaste una fobia por los lagos.
—¿Por qué le tendría fobia a los lagos? ¿Por qué saqué a mi hermano muerto de uno? Esto no es Seis de Cuervos, señorita Natalia. Soy El Conquistador del Norte, no un débil mental que debe usar guantes porque no soporta el tacto de las personas, pues le recuerda a su hermano muerto.
«Je, je, je, ¡qué lindo psicópata!» pienso con sarcasmo. Sería más normal que hubiera desarrollado una fobia. Carraspeo y continúo con las preguntas.
—¿Has llegado a comprobar si Su Alteza Eirick es invisible o intangible?
—¡Claro que lo he comprobado! No lo puedo tocar, ni él a mí, y nadie más que yo puede verlo u oírlo.
—¿Cuál es tu opinión respecto a la magia y los mariscos?
—Me gustan los mariscos, sobre todo los camarones —contesta el emperador—. La magia me da un poco de miedo. No me gustan los hechiceros, ni los brujos, no son personas en las que se pueda confiar.
—Comprendo —digo y leo las anotaciones en el bloc en mi mano—. EdithAbasolo pregunta si usted cree que matando a los que aman a Rowan le demuestra que lo ama y menos de esa forma, haciéndolos cochinita.
El emperador me mira y para mi absoluta sorpresa se ríe.
—Yo no maté a Idrish para demostrarle a Rowan que lo amaba, él lo sabía. Qué él no me ame y se haya burlado de mi amor es otra cosa. No maté a Idrish por celos. Lo maté porque quiso hacerle daño, él trató de engañarme para que yo lo lastimara.
»Claro, también me dio mucha rabia que se acostara con Rowan, pero principalmente lo maté porque Idrish no tenía honor, traicionó mi confianza y traicionó a Rowan al chivarse. Y con respecto a hacerlo guiso —El emperador vuelve a reír—, yo no lo cociné. ¿Qué clase de monstruo crees que soy? Jamás arruinaría la salsa agridulce de mi cocinera con una carne tan mala como la de Idrish.
—Bien, eh... señor Emperador del Norte, hemos terminado, muchas gracias por asistir a esta entrevista. Nuestra chica de protocolo le hará entrega de un obsequio, espero que le guste.
Eirian asiente y sale de la habitación. Es un poco extraño, pero ahora que se fue se siente el ambiente más cálido.
Luego de esperar unos minutos hago pasar al príncipe Rowan.
El príncipe luce pálido y con ojeras bajo los ojos color ámbar. El cabello negro le cae en los hombros y se confunde con la oscuridad de su levita. Aparte del mío, hay dos sillones más en la habitación, sin embargo, él elige el mismo sillón donde se sentó Eirian.
—Él estuvo aquí —dice y olfatea el aire—. Huele a cerezas.
—Creo que es ambientador, señor príncipe —digo con una sonrisa, pero Rowan no me la devuelve, sino que fija los ojos en el vaso sobre la mesa.
—¿No me ofrecerás nada de beber?
—Claro. Tenemos jugo de naranja, Coca Cola...
—Hidromiel estará bien, gracias.
—Eh... creo que no tenemos hidromiel. ¿Qué tal cerveza?
El príncipe asiente y yo le hago señas a la chica de protocolo.
—Bienvenido, señor príncipe —digo—. La señorita Orchid_YC envió un par de preguntas, ella dice: ¿Qué tal está tu estabilidad emocional? ¿Tienes planes a futuro?
El príncipe se empina media botella de un solo trago antes de contestar:
—Mi estabilidad emocional está hasta la verga, gracias por la preocupación. Y en cuanto a planes a futuro, un bonito ataúd estaría bien. Siguiente pregunta.
Lo veo un poco perpleja y no estoy muy segura si acaba de hacer una broma y debo reír o habla en serio. Acabo sonriendo gracias a su humor negro (porque es humor, ¿verdad?)
—NataliaAb09 pregunta, ¿quién te cae mejor en el batallón Estandarte?
Rowan sonríe, y esta vez estoy segura de que le ha hecho gracia la pregunta.
—Todos me caen bien; sin embargo, con quien mejor me llevo es con Finn. Es un tipo honesto, leal y hace chistes de nuestras desgracias. —El príncipe vuelve a sonreír—. Sí, es un tipo agradable ese Finn.
—¿Cuál es su reino favorito para ir de vacaciones?
—Mi reino favorito... hum. —El príncipe adquiere una mirada pensativa y luego sonríe, pero esta sonrisa es diferente a la de hace rato, esta es nostálgica—. ¿Conoces Vindgarorg? Es una zona montañosa en la frontera oeste de Doromir. A algunos les podrá parecer lúgubre y extremadamente fría, pero para mí es muy hermosa o tal vez fue el tiempo que pasé en ese lugar lo que recuerdo como hermoso.
Rowan destapa la segunda cerveza y se la bebé como agua, carraspeo y hago la siguiente pregunta.
—¿Crees en la posibilidad de que tu madre pueda ser una cambiaformas?
—¡¿Qué?! —El príncipe se echa a reír—. ¡Yo soy el que bebe y tú te emborrachas! Porque debes estar ebria para pensar algo como eso. No hay cambiaformas en Olhoinnalia desde hace cientos de años y si mamá hubiera sido eso, todos en el palacio se hubieran dado cuenta. Definitivamente, no. Aunque sí te concedo el hecho de que mamá era un poco extraña, como mi nana. ¿Sabías que ambas pertenecían a la misma tribu? No me mires así. —Rie otra vez—. Sí, era una tribu, pero no de cambiaformas.
—¿Te gusta el mole? ¿Qué darías de comer en tu boda?
Rowan traga y bebé más cerveza. El buen humor lo abandona de repente. No estoy segura, pero creo que tiembla un poco.
—No me gusta el mole. —Otro trago—. ¿Qué daría de comer en mi boda? No lo sé. ¿Ternera asada? ¿Qué se da de comer en una boda? Nunca he estado en una.
«Buen punto» pienso. Tampoco yo sé que se da de comer en una boda. Levanto los ojos al príncipe y veo que le está pidiendo más cerveza a la chica de protocolo. No es mi problema si quiere embriagarse, pero no lo hará en nuestras instalaciones, así que con disimulo, le hago señas a la chica para que se demore lo más que pueda, ya está por concluir la entrevista.
—Eh, señor Alteza —llamo su atención—, todavía tengo dos preguntas más. La señorita EdithAbasolo pregunta: Sabiendo cuánto amas a Eirian, ¿piensas poder olvidarlo algún día?
—Ya no amo a Eirian —contesta sin titubeos—. ¿Sabías que Ulfrgarorg y Doromir están en guerra? No puedo amar a mi enemigo. Oye, ¿podrías decirle a la chica que se apure con mi cerveza?
—Sí, claro. En un minuto estará aquí. Señor, la última pregunta. La señorita MireyaDelCarpioLanda pregunta si todavía tiene el libro que le quitó a los primos de Eirian.
—¿El libro que le quité a los primos de Eirian? —El príncipe arruga el ceño concentrado en recordar—. Ellos no tenían libros... ¡Oh! ¡Ya sé a cuál libro se refiere! —Se ríe en voz alta—. No lo tengo ya, se lo di a Eirian hace años. Aquí, entre nos, a Eirian le hacía falta aprender algunas cosas.
El príncipe ríe y yo me obligo a hacerlo también, no sé bien de qué habla.
—¡Oh! Ahora siento curiosidad por saber de qué trataba el libro.
—Nada importante. ¿Ya terminaron las preguntas? —El príncipe me mira y yo asiento—. Gracias por haberme invitado, algunas preguntas fueron divertidas.
Nos despedimos con un beso en la mejilla y él sale.
El último invitado entra a la sala, el rey Cardigan. Es un hombre de unos cuarenta años, alto y fornido, se sienta en el sillón junto al mío y me mira muy serio.
—Buenas tardes, señor rey Cardigan —lo saludo dándole la mano, que él aprieta con vigor—. Le agradecemos que se haya tomado el tiempo de venir hasta acá. Una fiel lectora, Angel7es pregunta ¿Por que odia a su hijo Eirian? Y no diga que no lo trata muy mal.
—Esta generación, parece hecha de cristal —contesta el rey—. En mis tiempos mi padre no me dirige nunca la palabra y para hablar con él tenía que pedir una audiencia y esperar días enteros a que él se acordara de mí. Eirian es un llorón, un chico débil, más parecido a una mujercita que a un verdadero hombre. ¿Lo conoces? ¿Has visto su cara? ¡Y ese pelo! Se parece mucho a su madre y odio con toda el alma que me la recuerde cada vez que lo miro. ¡Ella era una maldita zorra que..!
—Gracias señor Cardigan —lo interrumpo rápidamente—, estamos en horario familiar, gracias por venir.
Observo como la chica de protocolo no basta para acompañar a Cardigan afuera y debe venir seguridad. Uff, menos mal que ya se fue.
—Bien, quiero agradecer a todas las personas que asistieron a esta entrevista y los invito para una próxima oportunidad. No dejen de sintonizar mañana, como cada viernes en la tarde, un nuevo capítulo de su novela favorita.
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