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54: Espadas.

Las espadas chocan unas con otras, los gritos de dolor y ataque se escuchan por igual. La sangre mancha sus cascos y armaduras, el brillo que en estos habían se ha perdido por culpa del líquido rojo y la tierra en la que combaten. Sin duda alguna, esta es la guerra que tanto quisieron evitar y aún así fue imposible detener.

Los Park están perdiendo según se puede ver, porque son menores en número a comparación de los Kim. NamJoon puede notarlo y mira detrás suyo hacia Jungkook y Hoseok. Los tres se encargan de protegerse las espaldas.

NamJoon mira al frente y ve acercarse un enemigo, y con una rapidez impresionante logra clavar su espada en su pecho y con una patada quitarlo de su camino, matandolo al instante. Se acerca lo más que puede a Jungkook para ayudarlo a sacarse de encima en soldado que corría directo hacia él. Ambos acabaron con él rápidamente, haciendo justicia a todos sus años de justicia, ambos con una técnica parecida por tratarse de maestro y alumno.

NamJoon toma la oportunidad para comunicarle a Jungkook lo que está pasando. ― ¡Nos están ganando en número, no podremos ganar si seguimos así! ― Alza la voz para aer escuchado sobre los demás gritos.

― ¡También lo he notado, debemos hacer algo ya! ― Exclama Hoseok, mientras un soldado enemigo corre hacia él desde su lado derecho, pero con una patada lo derriba y con su espada atraviesa su torso, clavándolo en el suelo.

― Solo hay una manera... ―  Jungkook mira a ambos hombres. Es la única manera de detener toda esta masacre. ― ¡Debemos acabar con su líder!

Asiente de acuerdo. ― ¡Hay que encontrar a Taehyung, debe estar por acá cerca! ― Exclama Hoseok limpiando el sudor de su frente.

Hoseok estira el cuello aún en posición de combate, y logra ver cerca suyo un montículo de tierra y paja dónde podría subirse para tener mejor panorama.

― ¡Por ahí! ― Señala el montículo.

El príncipe asiente, toma con fuerza el mango de su espada empieza a hacerse paso entre el enemigo, con NamJoon y Hoseok detrás suyo, ambos avanzando poco a poco, cuidándose las espadas hasta llegar al montículo de paja. Jungkook miró a ambos lados y al no ver a nadie con intenciones de atacarlo decide subirse rápidamente sobre el montículo con la esperanza de encontrar a su objetivo.

Lo que logra ver hierve su sangre, y las intensas emociones que está experimentando por el combate se incrementan al máximo. Taehyung estaba sobre su caballo, dirigiendose hacia un costado del castillo desprotegido, siendo seguido por muchos de sus hombres.

Rápidamente de un salto vuelve al suelo lodoso, se coloca al lado de NamJoon en posición de ataque, viendo a todos lados atento a quien pudiera acercarse.

― ¿Lo viste? ― Alza la voz para que sea escuchado.

― ¡Está cortando camino! ― Gruñe.

Cuando un par de soldados se acercan a ellos deciden defenderse y tan rápido como se acercaron acabaron en el suelo mal heridos.

Jadeando limpia la sangre de su rostro. ― ¡Debemos seguirlo!

― ¿Trata de huir? ― Pregunta Hoseok cerca suyo.

― ¡No, pero estoy seguro que está intentando entrar al castillo! ― Hoseok asiente de acuerdo y Jungkook entonces mira a NamJoon. ― ¡Vamos!

NamJoon niega viéndolo a los ojos, cerca suyo para que pueda escucharlo y baja la espada un momento. ― No, debo quedarme a ayudar. Vayan y protejan el castillo, yo me ecargo aquí.

Jungkook quiere negarse. ― Ven con nosotros, no puedes quedarte aquí.

― ¡Se está despejando el paso hacia el castillo, es ahora o nunca! ― Avisa Hoseok señalando con su espada frente suyo.

NamJoon deja una palmada en su espada y vuelve a posición de combate en la posición contraria. ― Ve, estaré bien.

Jungkook mira donde señaló Hoseok y sabe que debe actuar rápido, así que solo asiente hacia NamJoon y corre hasta Hoseok para abrir aún más el camino y llegar lo más pronto posible al castillo.

Ahora mismo, su principal objetivo era Kim Taehyung. Querían su cabeza.

Mantiene su distancia de manera cautelosa mientras sigue a la sombra que vio escabullirse por este lado del castillo, donde tiene protegido su hermoso jardín de rosas blancas.

Venía siguiendo a esta misteriosa persona desde hace unos minutos, pero sus intentos por acercarse y encararle se han visto frustrados. La sombra apresuró sus pasos y perdió de su vista al girar la esquina que lo lleva a su jardín y esta parte muy poco transcurrida del castillo. Ha sido cauteloso con sus pasos, estando atento tanto delante como detrás suyo, con una mano en el msngo de su espada, listo ante cualquier tipo de ataque o amenaza.

Sabe que está la posibilidad de que esta sombra se haya percatado de su presencia, y por obvias razones decidió alejarse o esconderse. Pero también podría atacar.

El crujido de una rama detrás suyo y a tan solo metros suyo, lo alerta y desenfunda su espada con la agilidad digna de un príncipe que ya participó en una anterior batalla.

Al girar logró esquivar un ataque directo a su espalda con lo que pudo observar era una daga. Rodó sobre el césped y con su espada logró cortar la capa y parte del rostro de esta misteriosa persona.

Grande fue su sorpresa cuando el corte que realizó logró descubrir el rostro de la, hasta hace momentos, misteriosa persona.

La luz de los primeros rayos del amanecer revelaron el rostro de Byun Hana.

JiMin se quedó quieto en su lugar, completamente sorprendido por tener frente suyo a la causante de toda esta catástrofe. Sujeta con fuerza su espada, se endereza y la levanta hasta que roza directamente con su garganta.

― Tú. ― Tensa la mandíbula y mira directo a los ojos de la mujer.

Ella sonríe de lado, limpiando la sangre que brota del corte en su mejilla. ― ¿No saludarás a una vieja amiga, príncipe? ― Responde con ironía.

― Tienes mucho que pagar. ― Presiona ligeramente la punta de la espada contra su piel. ― Se que estás detrás de la masacre en el palacio de los Jeon.

― ¿Serías capaz de matarme? ― Ríe. ― No me interesa si me matas, esta guerra no terminará conmigo.

― ¿Quién habló de muerte? Eso sería una salida fácil para ti. ― Es su turno de sonreír. ― Pagarás como debe ser, prisionera por el resto de tu vida.

Acto seguido aleja su espada de su garganta pero en un movimiento rápido la desarma de aquella daga. La toma fuertemente del brazo para llevarla consigo hacia el castillo.

Corren con espada en mano entre los arbustos, la batalla principal ha quedado metros detrás suyo aunque aún escuchan los gritos y el choque de espadas. Taehyung está a metros frente suyo cabalgando su caballo negro, seguido de otros de sus soldados también sobre sus caballos.

Corren lo más rápido que pueden pero el grupo de Kim se adelanta con fuerza desapareciendo de su vista al girar una curva, Jungkook sabe que se está dirigiendo a la entrada posterior del palacio, donde hay seguridad pero no está seguro si puedan resistir tanto tiempo.

― ¡Destrozaron la puerta trasera! ― Avisa Hoseok cuando llegan al lugar, encontrando la gran puerta abierta y destrozada.

― ¡Hay que entrar, sígueme!

Toman con fuerza sus espadas, al entrar ven a los hombres que seguían a Taehyung luchar contra los pocos guardias del palacio.

― ¡No veo a Taehyung, Hoseok! ― Gruñe viendo a todas partes, lo único que logra encontrar es a su caballo abandonado en una esquina del lugar.

Su amigo mira hacia todas partes, y de alguna manera sus ojos logran captar la figura de Kim tratar de derribar la puerta que lleva directamente dentro del palacio. Señala el lugar y mira a Jungkook.

― ¡Está por ahí!

Exclama antes de ser atacado por la espada, pero Jungkook se acerca rápidamente para lograr tirarlo al suelo de una patada y Hoseok voltea para clavarle la espada en el pecho.

Mira a Jungkook desde el suelo cuando se percata que otro hombre se acerca corriendo hacia ellos, Hoseok está dispuesto a pelear con él. ― Estoy seguro que Kim está buscando a JiMin, ¡No puedes dejar que lo mate! ― Es lo último que dice antes de usar su espada como escudo y empezar una lucha contra el soldado enemigo.

Jungkook asiente firmemente, sabe que no puede desperdiciar su oportunidad, es ahora o nunca de tener a Kim en sus manos. Corre en dirección a Kim, pasando por entre soldados y peleas, pateando a algunos para tirarlos al suelo y usando su espada para acabar con ellos rápidamente.

Cuando finalmente llega a Taehyung este había logrado matar al último guardia de la puerta, Jungkook trata de actuar rápido, quiere tomarlo de la armadura hacia atrás pero Taehyung es más rápido y gira esquivando su ataque. Jungkook no se rinde y lo patea, tirando ambos sus armas y forcejeando a puño limpio. Maldiciones iban y venían.

Llega a un punto en que Jungkook logra derribarlo y posicionarse encima suyo. ― ¡No sabes todo lo que has causado!

Taehyung sonríe de lado aún con el labio partido. ― Claro que lo sé, y es tan satisfactorio. ― Ríe bajo, pero no le dura mucho el buen humor cuando Jungkook estrella sus puños sobre su rostro una y otra vez.

El cielo se oscurece y poco a poco gruesas gotas de lluvia cubren la batalla. Es como si la naturaleza llorara por la masacre. Jungkook y Taehyung ahora luchan sobre el lodo y la sangre, mano a mano, cuerpo a cuerpo.

― ¡Todo lo que causaste vas a pagarlo!

― ¿Tu realmente crees que ganarás esta guerra? ― Usa todas sus fuerzas para dar vuelta a la situación y estar sobre Jeon propinando golpe tras golpe.

― ¡Te mataré con mis propias manos, eso lo prometo! ― Amenaza sujetando sus puños y empujándolo de una patada hasta estar distanciados uno del otro. Se colocan de pie lentamente, Jungkook limpia la sangre de su rostro. ― ¿Qué esperas, cobarde?

Taehyung sonríe de lado y se avalanza nuevamente sobre él.

Hana no deja que tome su brazo por mucho tiempo pues lo patea por la espalda haciendo que se tambalee hacia adelante, soltando su brazo en el acto. Voltea hacia ella con el ceño fruncido y una mueca de desagrago en el rostro, viéndola desde arriba, ella enfrentaba su mirada con sus ojos grises.

JiMin no puede creer lo lejos que todo ha llegado.

― Sigo sin entender qué tienes en la cabeza, porqué decidiste hacer todo eso. Ayudaste a matar a muchas personas, yo lo sé. ― Da una paso hacia ella amenazante, con la intención de volver a tomar su brazo pero ella retrocede.

― Sí, yo ayudé a Taehyung, lo admito. Yo ayudé a que el imperio Jeon cayera... y ahora sigue el tuyo. ― Le sonríe con sorna, sin miedo alguno hacia su persona.

― ¿Porqué? ¿Quién te hizo tanto daño para que termines de esta forma? ― Gruñe por lo bajo.

― La vida es dura, querido príncipe. ― Expresa con ironía las últimas palabras. ― Todos debemos aprender a sobrevivir, y más cuando creces en la guerra, como yo. ― Coloca sus manos detrás de su capa y de ahí saca una nueva daga, idéntica a la anterior, y extiende los brazos para que la aprecie bien. ― Soy lo que soy, y llegué a dónde estoy porque aprendí a sobrevivir.

JiMin se coloca en posición de defensa, sabe que ella puede saltar sobre él en cualquier momento, y él ya no tiene su espada en mano, quedó tirada a un lado suyo. Tendría que ser rápido para tomarla antes de ser atacado.

― Sobrevivir es muy diferente a buscar la muerte de un pueblo entero y acabar con gran parte de una dinastía. ― La confronta, viendo su sonrisa desaparecer un momento. ― Y todo comenzó porque querías a Jungkook.

― Claro que lo quería, y no fue nada difícil manipularlo todo el tiempo que estuviste ausente... ― Ríe recordando aquellos tiempos. ― ¿Sabías lo manipulable que es? Él no tiene material para rey.

― ¿Y tú sí?

― ¡Por supuesto que sí! ― Exclama. ― Hubiera sido una gran reina si me casaba con Jungkook y luego me deshacía de él... Aunque claro, mis planes realmente eran acabar con los Jeon por todo lo que hicieron. ― Frunce el ceño. ― Tú no sabes lo que es ser tratada como una mera obra de caridad, todo para hacer quedar bien a los Jeon... Yo solo era un adorno en el palacio.

Termina de explicar mientras empieza a caminar hacia un lado, tocando suavemente la daga con sus dedos, como si fuera un objeto precioso.

― Eso no justifica todo lo que apoyaste, y en todo lo que ayudaste a Taehyung. ― También empieza a rotar hacia el otro lado, caminando lentamente y muy atento a sus movimientos. Cuando tuviera la oportunidad, se acercaría rápidamente a su espada.

― Lo ayudé porque era la manera más fácil de lograr lo que quería, mientras él también tenía lo que buscaba...

― ¿Y qué es lo que querían? ― Pregunta con cautela, viendo de lado su espada a tan solo pasos suyo.

― ¿No es obvio? Yo quería acabar con los Jeon y ser libre, porque precisamente de eso se trata sobrevivir, de hacerte valer, de hacer lo que sea necesario para vivir... ― Sonríe de lado. ― Taehyung quería venganza de su familia, quería poder y ser el único jefe de la dinastía Kim, gobernar y conquistar los pueblos que fueran necesarios... Y por lo visto, tanto él como yo estamos logrando lo que queríamos.

Detiene sus pasos y sujeta con fuerza la daga en su mano, girs bruscamente hacia JiMin quien estaba alerta de sus movimientos y con rapidez logra escapar de la apuñalada que pudo haberlo matado. Rueda en el suelo y toma su espada para apuntar hacia ella con esta.

Hana luce desquiciada. ― ¡Tu estás siendo un estorbo!

Pronto empieza a recibir ataque tras otro, esquivando todos los que puede pero recibiendo uno que otro corte amortiguado por su armadura. Con su espada en mano trata de cubrirse, no la ataca porque no quiere matarla, no considera justo que ella muera ahora, cuando podría propinarle un castigo digno, para sufra lo que el pueblo del Norte sufrió por culpa suya.

Pronto logra desarmarla pero se descuida un momento y recibe una patada en su vientre que lo deja en el suelo un momento, recuperando el aliento no solo por el dolor si no también por el miedo al darse cuenta de la zona en la que recibió el golpe... Pero aún así no puede quedar vulnerable en una situación como esta.

Se coloca de pie, suelta su espada y empieza a forcejear con la mujer, él superandola en fuerza. A pesar de que ganaba el combate, JiMin sentía temblar su cuerpo y corazón por el pensamiento constante de que su embarazo podría no llegar a término por culpa del fuerte golpe.

― ¡Voy a quemar tu palacio y a todos dentro! ― Exclama con frustración, sabiendo que está perdiendo la lucha sin su daga.

― Inténtalo. ― La reta.

De pronto escucha gritos cerca suyo, y cuando detiene sus movimientos para prestar atención se percata de que vienen desde adentro del palacio. Rápidamente la adrenalina dispara por todo su cuerpo.

Su pueblo está en peligro. Los niños, las madres, los heridos...

Baja la mirada hacia Hana, ahí toma sus cabellos con fuerza, obligandola a mirarlo.

Tú vienes conmigo.

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