52: Flores en el pueblo.
― Ten cuidado. ― Susurra Jungkook al lado derecho de su prometido.
JiMin gira a verlo, le dedica una ligera sonrisa para que esté más tranquilo. ― Lo estaré, no debes preocuparte, solo tengo que asegurarme que todo esté en orden. ― Vuelve la vista hacia el frente. ― Abran las puertas. ― Le dice a NamJoon quien va a su lado izquierdo, y este asiente.
Alza la voz para que los soldados que custodian la entrada principal del castillo escuchen. ― ¡Abran la puerta!
Los soldados se apresuran a girar con sus manos el mecanismo a su lado, permitiendo que las dos grandes puertas a tan solo metros suyos empiecen a abrirse.
― Te seguimos. ― Asegura Jungkook al lado de su prometido.
Cuando ambas puertas están completamente abiertas JiMin empieza a caminar hacia el pueblo, siendo seguido por Jungkook, Hoseok, NamJoon y un par de soldados para mantenerlo a salvo en todo momento.
Pronto llegaron al comienzo del pueblo, y las personas empezaron a salir de sus casas al escuchar el andar de las botas de los soldados. Cuando se percataron que el príncipe iba con ellos, muchos empezaron a festejar y agradecer por verlo sano y salvo.
― Déjenme acercarme a saludar. ― Pide JiMin hacia NamJoon, quien asiente al no ver riesgo y le ordena a sus escoltas que dejen de rodear a JiMin, para que pueda caminar libremente. ― Gracias.
Jungkook aún así camina a su lado a dónde sea que vaya, saludando él también a los alegres pueblerinos.
― ¡Príncipe! Qué alegría que este con vida. ― Exclamó una anciana.
― ¡Qué dicha verlo sano y salvo! ― Un hombre joven lo saludó.
Las sonrisas en los rostros de los hombres, mujeres, niños y ancianos brindaban felicidad al corazón de JiMin. Daría todo por su pueblo, es lo que su madre y padre querrían que hiciera.
Los minutos pasan y JiMin avanza seguido de sus soldados y con Jungkook a su lado en todo momento. Pronto están llegando al corazón del pueblo, donde una pileta y unos árboles adornan el lugar. Para ese entonces, tiene a muchos niños, padres y madres siguiéndolo a su distancia, hablando entre ellos, todos felices por ver a su príncipe, y técnicamente rey, entre ellos.
"¡No todo está perdido!" gritaban los mayores.
Algunos se acercaron a JiMjn para brindarles si más sentido pésame. Él lo agradecería con todo su corazón, porque tener el apoyo y cariño de su pueblo es una sensación inigualable.
En el centro del pueblo ven una carpa de soldados con uniformes rojos, quienes al verlo hacen una inclinación mostrando respeto hacia la figura máxima de autoridad en ese momento.
JiMin al estar lo suficientemente cerca de ellos, pregunta con voz alta: ― ¿Quién es el encargado aquí?
Un hombre adulto sale de la carpa casi al instante, lleva armadura brillante con el escudo rojo de su pueblo en el pecho.
― Soy yo, príncipe.
El hombre camina hasta JiMin bajo la mirada de todos los presentes y en señal de respeto hace una corta reverencia.
― Necesito un reporte general de la situación en el pueblo, cuántos soldados hay y que tan segura es la zona. ― El hombre asiente. JiMin gira hacia NamJoon. ― También necesito tus informes del castillo, NamJoon.
― Bien. ― Accede.
Mientras JiMin habla con ambos hombres, Jungkook le veía a unos pocos metros de distancia, procurando su seguridad con un mejor ángulo. Hoseok a su lado, con espada en mano, al igual que los demás soldados, le da un ligero codazo a su amigo.
― Será un gran rey.
Jungkook sonríe levemente viendo la postura recta de JiMin, junto con su mirada seria y ceño ligeramente fruncido, luciendo completamente concentrado en las palabras de aquellos dos hombres.
― Lo será, sin duda alguna.
JiMin por su lado, asiente hacia las palabras de NamJoon.
― Sin pérdidas por ahora, eso me mantiene tranquilo. ― Suspira. ― Pero eso no quita que no las habrán pronto, ¿Verdad, general?
El hombre asiente. ― Así es, no falta mucho para que los Kim hagan acto de presencia.
― Corrección, solo Taehyung.
El hombre parpadea confundido. ― ¿Y su familia?
― Veo que no le llegaron las noticias completas. ― Hace una mueca. ― Los reyes Kim fueron asesinados, y la hija mayor de los Kim también; creemos que fue por mandato del mismo Kim, con ayuda de una mujer que ahora está profuga...
NamJoon abre los ojos de más al recordar a aquella mujer. ― Hana...
― Sí, hablando de ella, debe avisar a sus hombres sobre Byun Hana, y si puede mande soldados a buscarla, ella es peligrosa y enemiga del reino, así como Kim Taehyung. ― Ordena firmemente al hombre, quien asiente conprendiendo la situación.
― De inmediato, príncipe.
― Volviendo al tema, debemos estar muy atentos, en cualquier momento pueden atacarnos, y debemos estar listos. Denles a sus soldados las mejores armas.
― ¿Y el pueblo? ― Pregunta NamJoon.
JiMin lo piensa un momentos, pero una idea racional cruza su mente. ― Lo mejor será que lleven a los niños al gran salón junto a los heridos. Mientras, los hombres y mujeres deben prepararse dentro del castillo por si los Kim llegan a ingresar al castillo, debemos proteger a los niños y heridos.
― Me parece un buen plan, ahora debemos movilizar al pueblo.
― Bien. ― Asiente. ― Que así sea.
Paso por paso avanza por el gran pasillo hasta llegar al gran salón, viendo a través de la vida abierta a muchos niños en sus pequeñas camitas improvisadas listos para dormir, mientras los heridos, y sobrevivientes del caos que se vivió en el palacio de los Jeon, descansan en una esquina del salón, siendo atendidos con todo el cuidado del mundo.
Ya es de noche, por lo que los niños se preparan para dormir, y a decir verdad, él también está cansado, tiene muchas ganas de dormir. Pero antes, debe verificar si su hermano está bien.
Cuando está por dar un paso dentro del salón, su muñeca en tomada con cuidado, y gira con una sonrisa cansada al saber que se trataba de su prometido.
― Cariño...
― Hola Jungkookie. ― Jeon se acerca para dejar un beso en su mejilla. ― ¿Qué haces aquí? Pensé que estabas ayudando a Hoseok a supervisar a los soldados.
Asiente. ― Lo estuve, pero quise venir a verte, y a Kyun. ― JiMin se sonroja levemente y toma la mano que rodea su muñeca para entrelazar sus manos. ― ¿Vamos?
― Vamos.
Ambos se adentran al salón con mucho cuidado de no molestar a los heridos o despertar a los niños que ya están durmiendo. Buscan por un par de minutos hasta que encuentran al pequeño Kyun durmiendo en una de las camitas improvisadas en medio del gran salón.
O bueno, parecía dormido. Cuando estuvieron lo suficientemente cerca el pequeño se destapó para verlos con sus lindos ojitos celestes, pronto esbozando una gran sonrisa, estirando sus bracitos hacia su hermano mayor... ahora su única familia.
― ¿Cómo estás, lindo? ― Susurra JiMin al colocarse de rodillas al lado de la camita en el suelo, abrazando su pequeño cuerpecito.
El niño no se quiere despegar de su abrazo cuando JiMin trata de alejarse un poco. ― Te extrañé mucho, mucho... ― Su voz suena quebradiza, como si estuviera llorando.
Jungkook se coloca a su altura también y con cuidado limpia las lagrimitas del pequeño, sonriendole en el proceso.
JiMin acaricia su espaldita. ― Ya estamos aquí...
― Q-quiero irme con ustedes, no quiero dormir aquí yo solito.
JiMin al segundo intento logra separarse un poco del menor, estando a su altura y con sus manos en sus costillitas, para mantenerlo en su lugar y que lo mire a los ojos. ― Escucha Kyun, debes quedarte aquí con los demás niños, estarás a salvo.
― N-no quiero...
― Tengo que vigilar el castillo, Kyun. No puedes estar conmigo, debes dormir...
― Pero... pero y-yo te quiero estar contigo, no quiero estar aquí yo solo... te exraño, extraño a mamá.
JiMin ante sus últimas palabras no dice nada, no siente que tenga las fuerzas para contradecirlo con la mención de su difunta madre. En ese momento no se da cuenta de que su hermanito se pregunta a dónde fue su mamá, que la extraña mucho y que la quiere de vuelta.
Se le hace un nudo en la garganta viendo sus ojitos vidriosos.
Jungkook hace una ligera mueca cuando, ahora más cerca de JiMin, puede percatarse de la ojeras bajo sus ojos, y su rostro afligido, a causa de tener tanta preocupación y responsabilidades encima.
― A decir verdad... ― Jungkook habla, JiMin y el niño centran su atención en él. ― Sería bueno que tomes una siesta JiMin, estás muy cansado, y yo igual, no dormimos hace casi dos días.
― Pero-
― Como tú mismo me dijiste, debemos recuperarnos y estar listos para lo que vendrá. ― Trata de convencerlo, mirándolo a los ojos.
JiMin se queda un momento, regresando su mirada a su hermanito, y luego de un par de segundos suelta un suspiro y asiente.
― Tienes razón, deberíamos descansar un momento... pero solo un momento, ¿Está bien? ― Jungkook y Kyun asienten.
Jungkook toma en brazos a Kyun quien feliz se acurruca entre estos, empezando a cerrar sus ojitos y dormitar mientras avanzaban hasta la habitación del oji rojo.
― Acuéstate, Kyun. ― Lo deja sobre su cama, el pequeño se coloca en el lado derecho, entre sueño y sueño vuelve a quedarse profundamente dormido.
JiMin lo ve y ríe un poco, Jungkook le sigue. ― Realmente estaba exhausto, pero no quería dormir allá.
― Debe estar tan confundido... ― Un gusto amargo aparece en su boca al decirlo. ― No entiende porqué lo dejé entre tantos niños y por tantas horas, o porqué mi mamá no está con él...
Jungkook le regala una sonrisa reconfortante, y lo toma con suavidad por los hombros. ― No pienses en eso, mejor descansa.
El príncipe asiente. Ambos proceden a acostarse en la cama dejando sus prendas puestas, porque de todas formas sería una siesta rápida, al levantarse volverían al trabajo.
Jungkook abraza a JiMin por la espalda, formando una cucharita.
― Hoy pasé por el jardín... ― Susurra Jungkook, JiMin hace un ruidito en respuesta, cada vez más dormido que despierto. ― Vi las flores blancas de tu jardín, y me di cuenta que estas se extendieron hasta el pueblo...
JiMin sonríe un poco. ― También lo noté... es muy lindo.
― Lo es... ¿Sabes qué más es lindo? ― Pregunta acariciando su vientre con cuidado. ― Tú eres muy lindo, tú y la manera en la que lideras todo esta situación con tanta naturalidad. Eres un gran rey.
JiMin ríe levemente, Jungkook deposita un suave beso en su nuca, y le susurra un "Todo estará bien" mientras poco a poco cerraba sus ojitos rojizos, totalmente cansado, cediendo al sueño.
― Me siento seguro a tu lado. ― JiMin coloca su mano sobre la de Jungkook en su vientre. ― Te creo cuando me dices que todo estará bien... ― Girasu cabeza para poder tener cerca sus labios de los de Jungkook, fundiendose en un cálido beso, corto, pero dulce.
El mayor vuelve a su posición, acurrucandose para quedarse dormido, y Jngkook sonríe con los ojos cerrados, atesorando ese momento en su corazón. Uno más para su extensa colección de enamorado.
Ambos pronto se encuentran dormidos, y así transcurren pocas horas, hasta que un fuerte estruendo, pisadas apresuradas y su puerta siendo bruscamente abierta los alerta, saltando en la cama.
― NamJoon, ¿Qué pasa? ― Jungkook alza la voz y se levanta de la cama mientras JiMin toma a Kyun en brazos.
El hombre parece sudado, cansado y con la adrenalina corriendo por sus venas. ― Taehyung...
― ¿Taehyung?
― Taehyung está aquí.
Hola muy buenas noches, yo actualizando súper tarde por la noche, lo sé, soy un caso perdido, debería descansar por mi dolor de cabeza, pero bueno.
Taehyung ya llegó al reino de los Park, se viene el último confrontamiento.
Entramos a la recta final.
- Mgg.
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