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46: Todos pagarán.

Sus ojos rojizos arden en ira contenida viendo a los reyes Jeon frente suyo, volvieron luego de unas horas, ahora calcula han pasado del medio día, y sí, él sigue en los calabozos.

Las esposas con cadenas en sus manos se mueven bruscamente cuando él trata de levantarse para acercarse y amenazarlos.

― Juro que...

― Deja de amenazarnos, no lograrás nada aquí, tienes cadenas en tus manos, eres inútil... ― La reina da un paso al frente y lo mira desde arriba.

― ¿Entonces se sienten intimidados? ¿Me trajeron aquí para contenerme porque me ven como una amenaza, no es así? ― Una sonrisa socarrona aparece en sus labios.

El rostro apacible de la mujer cambia a uno molesto, sus ojos se abren y frunce los labios, eso solo causa gracia en JiMin.

― Suficiente, nos vamos. ― El hombre toma a su esposa con poco cuidado para irse de una vez de ahí, tienen asuntos que atender.

JiMin ve lo irritados que están y decide jugar un poco más con ellos, abre la poca conservando su sonrisa.

Su tono pretende ser inocente. ― Tengo sed, ¿No me darán un vaso con agua?

El rey acomoda su corona sobre su cabeza ya irritado, gira hacia uno de los soldados dentro, y casualmente ese soldado es Hoseok.

― Traiganle lo que pide.

Hoseok asiente, es el único que se queda cuando el rey y la reina se van por las escaleras con cuatro guardias detrás suyo. Se queda un momento en silencio hasta que se asegura de que están solos y nadie podrá escucharlos, solo en ese momento se acerca rápidamente a JiMin y de rodillas frente a él se miran.

― JiMin, ¿Cómo estás? ¿Te duele mucho? ― Señala con una mueca el moretón en su rostro.

JiMin niega. ― No, no es nada.

― No entiendo como pudo golpearte, no solo por el hecho de que está mal si no por lo tonto que es, ¿No cree el rey que sería malo un moretón en tu rostro cuando te casarás en unas pocas horas? Los invitados hablarán.

―  Es lo que pensé, pero lo más probable es que ellos ya pensaron en eso, puede que use un velo...

Hoseok asiente y suspira. ― Jungkook se volverá loco.

JiMin ríe sin gracia. ― Dalo por hecho... Hoseok.― Él lo llama, Hoseok presencia un brillo de preocupación en sus ojos. ― ¿Dónde está Jungkook? ¿Está bien? ¿Puedes traerlo?

― Está en su habitación encerrado bajo llave, está bien pero muy preocupado por ti; no te preocupes, lo traeré.

JiMin sonríe suavemente. ― Gracias, Hoseok, eres un buen amigo.

El soldado le devuelve el gesto levantabdo su cuerpo hasta quedar de pie.

― Lo haré, volveré pronto con él, pero primero te traeré un vaso con agua.

― Te espero.

Trata de mover las esposas una vez más pero no tiene la fuerza necesaria para romperlas, no le gusta la sensación del metal contra su piel, lo lastima y lo jace recordar al calabozo donde los Kim lo mantuvieron cautivo y donde su padre murió... en sus brazos.

¿Qué haría su padre en ese momento? No está seguro, pero sabe que se mantendría firme y no dejaría jamás a su familia, no se dejaría intimidar. JiMin trata de ser así, trata de ser fuerte como su padre pero no sabe cuánto más tiene que soportar.

Al menos aún tiene a su madre, a Jungkook y a la pequeña esperanza que crece dentro de él.

Baja la cabeza ya cansado de la misma posición de rodillas sobre el suelo y las manos detrás de su espalda para mantenerlo lo más inmóvil que se pueda.

― ¡JiMin!

Alza rápidamente la cabeza ante esa voz que lo llama, son de Jungkook esos pasos apresurados y torpes hasta él. Sonríe con lágrimas en sus ojos cuando Jungkook cae de rodillas frente a él y con sus manos cálidas toma su rostro para plantar rápidos besos sobre sus labios.

― Llegaste. ― Sonríe algo cansado, la verdad no ha comido nada y no tiene muchas energías; solo tomó un vaso de agua que Hoseok se encargó de darle.

" Pude sacar a Jungkook con ayuda del juego de llaves que siempre guardan en la cocina, estaba solo sin ningún guardia y fue fácil " explica Hoseok detrás de la pareja.

Jungkook empieza a inspeccionar su rostro con la escasa luz de las antorchas en las paredes. ― ¿Estás bie-?

Calla sus palabras cuando ve el moretón en su mejilla, morado y luciendo doloroso. Jungkook aprieta los dientes y lo mira buscando una explicación.

― ¿Quién te hizo esto?

Su viz es dura y grave, realmente está enojado, porque no basta con que lo hayan traído como un criminal a los calabozos y lo tengan en el suelo con las manos encadenadas, no, también ahora tiene un moretón en su rostro.

JiMin pasa saliva. ― Tu padre.

Jungkook suspira profundamente y niega con la cabeza. ― Me las pagará, le dejé en claro que nadie debía tocarte, mucho menos ellos.

JiMin niega suavemente. ― Calma, no duele mucho.

― ¿Seguro?

Se apega al tacto de su mano luciendo aún cansado pero hermoso a los ojos de Jungkook quien sonríe ante la vista.

― Sí, y ahora que te tengo aquí me siento mejor...

Jungkook besa sus labios, su rostro se ha relajado y aunque aún sienta todas las ganas de enfrentar a su padre y hacerlo pagar por el daño en JiMin, prefiere dejarlo de lado por el momento y centrarse en darle un poco de paz y seguridad a su hermoso prometido.

― ¿Qué haces tú aquí?

JiMin abre los ojos ante las palabras de Hoseok, se separar de Jungkook y observa el momento exacto donde sus cejas se juntan y tensa su mandíbula. Jungkook suelta sus mejillas y se pone de pie detrás suyo, protegiendo su cuerpo.

― ¿Quién te dio el permiso de estar aquí? Largo.

JiMin no entiende que pasa ni quien llegó que tiene tan enfadado a Jungkook, trata de darse la vuelta pero es imposible, las cadenas son muy cortas y están unidas en el suelo. Sin embargo no espera mucho para saberlo, porque una risa sarcástica que bien conoce hizo eco en las viejas paredes de piedra.

Afila su mirada y su tono de voz demuestra advertencia. ― Hana...

Jungkook da un paso al frente con la intención de sacarla de ahí pero Hana lo detiene colocando una mano frente suyo leyendo sus intenciones.

― No puedes tocarme, Jungkook. Tus padres me protegen así que yo puedo estar donde me de la gana.

― ¿Qué?

― Desde que te rebelaste decidieron confíar en su "segunda querida hija". ― Ríe sin emoción. ― Ahora confían en mí para vigilarte, porque soy la fiel, educada y tierna niña que rescataron. ― El sarcasmo es evidente en su voz.

Ella sabe que los Jeon solo la están utilizando, creyendo que es la inocente y dulce Hana que jamás fue, ellos no la conocen y si lo hicieran otra historia sería.

― Agradezcan que no seré tan cruel de delatarlos solo si ustedes dos, ―Señala a Hoseok y Jungkook. ― desaparecen de mi vista; me llevaré a JiMin a su habitación y créeme que tengo otras cosas en las que pensar.

Chasquea los dedos y detrás suyo aparecen dos guardias. La sonrisa no desaparece de su rostro.

Jungkook aprieta los puños con la intención de negarse pero termina bajando la cabeza derrotado, no quiere más problemas, de todas formas JiMin será llevado a su habitación y era todo lo que quería.

Mira a su amigo. ― Vámonos.

Hoseok tampoco quiere más problemas, solo asiente y tomando el mango de su espada enfundada es el primero en caminar al lado de los guardias, Jungkok detrás suyo quien le da una rápida mirada a la espalda de su prometido.

― Nos vemos arriba.

JiMin asiente pero no dice nada, quizás no hace falta realmente. Jungkook finalmente sale del lugar no sin antes dedicarle una mirada profunda a Hana, rencor en las olas inquietas de sus ojos.

― ¿Porqué no solo nos dejas en paz?

― Créeme, aún no has visto nada. Ninguno, de hecho.

Ve con satisfacción como los guardias desesposan a JiMin para tomarlo de sus brazos, Jungkook también lo hace y sin poder hacer mucho camina con ira retenida hasta las escaleras donde desaparece.

― Todos pagarán. ― Susurra para su misma mientras observa el rostro cansado de su enemigo frente suyo.

Da media vuelta con un chasquido de dedos, su vestido se ve precioso y contrasta con el calabozo tan mal cuidado, escucha como los pies de JiMin son arrastrados por el suelo de piedra y esa sonrisa suya no desaparece.

JiMin llegó a los brazos de Jungkook, tuvo tiempo de recuperarse ambos un momento antes de que volvieran a separarlos, cada uno en una habitación diferente mientras eran vestidos y peinados para la ceremonia. Todos de aquí para allá y ellos en medio de sus respectivas habitaciones con un pensamiento en común.

"Esto no debería ser así"

JiMin siempre se imaginó una ceremonia hermosa, con sus padres presentes, con su pueblo celebrando con ellos -las puertas abiertas para todos-, y no solo eso, también se imaginó que su unión traería paz... pero ahora lo único que tiene son invitados de la realeza que no conoce, una ceremonia con sus enemigos presentes, con amenazas y mentiras detrás; definitivamente no era lo que quería.

¿Paz? Su unión lo único que traerá será la derrota de su pueblo, su madre y familia junto a él, le pertenecerán a los Jeon y a los Kim.

Frente al espejo cada uno en una habitación diferente se miran con una mueca en el rostro. Se ven bien, los trajes son hermosos pero no hay sonrisas en sus rostros; JiMin luce cansado y el maquillaje no puede ocultarlo mucho, Jungkook luce enfadado y para nada feliz.

No es como ellos querían casarse, no es como sesupone que debía ser.

JiMin solo quiere huir.

Jungkook retiene su enojo.

¿Qué pueden hacer...?






































































Sujetense fuerte porque el siguiente capítulo está FUERTE. Los quiero, por eso les aviso JAJAJD

¿Se acuerdan de la daga que Hana le dio a Taehyung?

Feliz inicio de semana, por cierto ❤️

Syl ❤️

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