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42: Heredero.

―¿Entonces dice que está bien? ¿E-está segura?

Jungkook pregunta preocupado por su pareja a la curandera de la familia Park, quienes aún prefieren revisar sus males por medio de una curandera que por un médico de la época.

Los Park manejan sus cosas diferente a los Jeon a pesar de ser dinastías vecinas separadas por un bosque.

―Por favor dígame que está bien.

JiMin tuvo un desmayo esa mañana, estuvo mencionando que se sentía mal a su madre, la reina Heesi estaba preocupada por él así que llamó a la curandera, pero antes de que ella llegara todo empeoró pues JiMin se había desmayado.

Con urgencia trajeron a la curandera, la reina mandó avisar a Jungkook sobre la condición de su hijo, y Jungkook sin pensarlo dejó su entrenamiento con la espada para tomar el primer caballo y llegar a JiMin.

Dos horas después el príncipe de ojos rojizos está en su cama descansando, ya fue revisado por la anciana y está siendo atendido por las sirvientas del palacio en compañía de su hermano menor.

Mientras fuera de su habitación Jungkook y la reina Heesi preguntan por su condición.

―¿Mi hijo está bien, anciana HyeRim?

La reina tiene ese rostro de preocupación, aunque leve porque no quiere verse vulnerable ante nadie. Pero sus ojos no son fríos, son temerosos y eso la delata ante la curandera que la conoce desde que era una niña.

La anciana mujer asiente, de cabellos blancos, ojos claros y bastón de madera.

―Lo está, el príncipe JiMin está en perfectas condiciones. No hay porqué preocuparse ahora que lo he revisado.

La reina puede respirar tranquila y sin evitarlo sonríe levemente viendo a Jungkook, este también se ve más tranquilo, pero aún hay una duda en su cabeza.

―Si él está bien, ¿Porqué se desmayó?

La mujer examina al chico de pies a cabeza apoyada en su bastón y al final sonríe.

―Veo que te preocupa mucho el bienestar de tu prometido, eso me alegra, entonces usted lo ama.―Jungkook se sonroja y asiente.―Hasta llegaste corriendo aún portando su armadura de entrenamiento, me imagino.

Jungkook mira su cuerpo y efectivamente traía puesta su reluciente armadura que su tío NamJoon le obliga a llevar en cada entrenamiento.

Él no se fijó en ello, simplemente quiso llegar lo más pronto posible con JiMin.

―Pero dejando eso de lado, tengo buenas noticias para ustedes.

Jungkook y Heesi le prestan toda su atención a la mujer.

―¿Buenas noticias?

―Así es, estuve examinando al príncipe y pude dar con la razón que produjo el desmayo.

Sonríe y sus arrugas se acentúan, después de todo ya es muy vieja. Mira al príncipe Jeon y toma su mano.

―El príncipe lleva un heredero en su vientre, felicidades.

Y el que casi se desmaya es Jungkook.

―Los desmayos, mareos y hasta náuseas van a ser normales en el proceso del embarazo.

―¿E-embarazo?

―Un heredero...―Una sonrisa se forma rápidamente en los labios de Heesi.

La reina cubre la sonrisa en su rostro y mira al prometido de su hijo esperando la misma reacción de alegría pero solo encuentra un nervioso, sorprendido y confundido Jungkook.

Su voz tiembla y su corazón se acelera.

―Pero... pero JiMin es hombre, él no puede llevar un heredero en su vientre.

Y ahí es cuando la sonrisa de la reina se desvanece y se ve preocupada. La curandera frunce levemente el ceño viendo la reacción del príncipe y de la reina.

Deduce lo que pasa.

―Usted no les ha dicho...

Ella suspira y niega con la cabeza, avergonzada.―No, JiMin no lo sabe y... Jungkook evidentemente tampoco.

La mujer suelta la mano del príncipe y se acerca a la reina, su bastón golpea el suelo y ella la mira.

―Pensé que le diría al príncipe que es un doncel.―Luce decepcionada.

―Todo es mi culpa, se los oculté... Ahora no sé cómo se lo tomara mi hijo.

Jungkook que permaneció al margen de la conversación entre ambas mujeres vuelve de su pequeño trance cuando es señalado por el bastón de la anciana.

―Primero hable con el príncipe Jeon y luego con JiMin, él debe estar descansando en este momento.

Heesi asiente, luciendo preocupada. Jungkook no se queda atrás.

―Yo ya me retiro, hablen ustedes. Y no se preocupen, JiMin estará bien. Solo cuidenlo mucho, vendré antes de la boda para poder revisarlo.

―Gracias HyeRim por venir hasta acá desde el bosque, se que no es un camino fácil.―Agradece.

Podrán decir que son anticuados al seguir teniendo una curandera, pero HyeRim es sencillamente una mujer buena que te ayuda cuando la necesitas y es muy buena para curar males.

Tiene el aprecio de la reina y también tuvo el aprecio del fallecido rey Haemin.

―El príncipe necesitaba mi ayuda, no es nada.―Ella sonríe y finalmente sale de la habitación.

Y es que todos adoran a JiMin, un príncipe educado que con su bella sonrisa se ganó los corazones de su pueblo. Hasta la anciana que vive en lo escondido del bosque no tuvo problemas en salir de ahí para llegar hasta el palacio.

―¿JiMin es un doncel? Y-yo estoy confundido, reina Heesi...

La reina gira hacia Jungkook y suspira.―Sé que es difícil de asimilar todo esto, pero sí, mi hijo es un doncel, la curandera HyeRim me lo reveló hace muchos años.

Jungkook sin saber que decir lo procesa, agradece que la reina le de su tiempo para pensar. Finalmente asiente.

―¿Siempre lo supieron...?

―Sí. Y fue la razón por la que tu compromiso con JiMin pudo darse, de no ser por eso ustedes nunca se hubieran comprometido. Tus padres querían que tú tuvieras descendencia para que futuros reyes y reinas gobernaran tu pueblo, así que cuando les dijimos que JiMin era doncel...

―Ellos aceptaron.

"Era obvio, sin descendencia no habría arreglo de matrimonio, nunca pensé en eso..." piensa.

La reina asiente.―Así es.

―Mis padres también lo sabían... ¿Porqué nos ocultaron esto? Cuando JiMin se entere... estará aún más confundido que yo.―Pasa una mano por sus cabellos, frustrado.―No quiero que esté intranquilo.

"No quiero que se sienta mal" se dice a sí mismo.

―Yo hablaré con él, no te preocupes Jungkook.

La puerta de la habitación es abierta frente a ellos y una de las sirvientas se asoma.

―El príncipe ya despertó, mi reina.

Heesi asiente y tiene la intención de entrar para ver a su hijo, pero se detiene al ver la expresión preocupada de Jungkook tratando de ver al interior de la habitación.

―Yo hablaré con él y luego te dejaré entrar.

Jungkook asiente y la puerta se cierra frente a él.

―JiMin...

Ojos rojizos y llorosos, nariz y mejillas sonrojadas producto del llanto, pero aún así a los ojos de Jungkook él es lo más precioso en su mundo.

Se acerca con cuidado hasta su cama, con una gran sonrisa en su rostro. El tiempo que estuvo a solas esperando a que la reina le deje entrar estuvo pensando mucho.

¿Su hijo se parecerá a JiMin o a él? ¿Tendrá sus ojos rojos o celestes? ¿Será como ambos, quizás?

En tan solo unos minutos empezó a amar la idea de tener un hijo aunque antes no lo hubiera considerado. Porque quiere todo con JiMin y eso incluye una familia, gobernar a su lado con su hijo suena más que perfecto.

Sin duda la sorpresa se convirtió en alegría.

―Jungkook.

Toma asiento a su lado de la cama. Ahora son solo ellos dos, sin la reina, sin las sirvientas, solo ellos dos, viéndose a los ojos.

Jungkook toma sus manos y las besa, le regala una sonrisa. JiMin tiene rastros de lágrimas en su rostro, Jungkook también las besa.

―Tu madre habló contigo.

―Lo hizo... También me dijo que habló contigo.

―¿Como te sientes al respecto?

JiMin suspira.―Confundido yo... n-nunca creía que sería un doncel, y aunque me preguntaba el porqué nos comprometieron siendo hombres, sabiendo que jamás tendríamos descendencia de nuestra sangre, pensé que se hallaría la forma, pero ahora... me di cuenta de que fui muy ciego.

―No solo tú, yo también. Ambos.

JiMin suelta una de sus manos y con cuidado la sube hasta tocar su mejilla derecha, con amor.

―Estoy feliz, Jungkook, pero no te puedo mentir, también es muy extraño para mí... pero la idea no me desagrada, no cuando sé que tengo tu apoyo...―JiMin aplana sus labios.―Yo... ¿Tengo tu apoyo, verdad? ¿Tu también estás feliz?

Hay miedo en sus ojos.

Jungkook besa la palma de su mano que acaricia su rostro para tranquilizarlo.―Completamente feliz. Es nuevo e inesperado pero eso no quita que esté feliz por la noticia...―Coloca una mano sobre la suya.―Me pregunto si tendrá tus bonitos ojos.

"Tus bonitos ojos"

JiMin sonríe viendo sus ojos celestes.―Me gustaría que tuviera los tuyos, no quiero que se sienta mal por tener mi extraño color de ojos...

―No hables así, yo amo tus ojitos.

JiMin se sonroja―Te amo.

Jungkook se inclina y besa sus labios, una mano se coloca a su pecho donde acaricia con amor. Se relajan en medio del íntimo tacto. Necesitaban un beso para poder despejar sus mentes y disfrutar del momento.

Cuando se separan sonrojados viéndose a los ojos, la mano de Jungkook en su pecho baja hasta su vientre y sonríe juntando sus frentes.

Su mano está en su vientre.

―Yo más.

Acaricia el lugar donde el hijo de ambos crecerá. Desde ahora tienen otra razón más para luchar contra sus enemigos que los observan desde lo lejos.

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