34: Amenazas.
Cuando JiMin fue capturado junto a su padre, las esperanzas de salir de ahí poco a poco se fueron apagando conforme pasaban los días.
Realmente creyeron que era su final.
Hasta que un día Taehyung apareció por la puerta donde les entregaban su comida diaria. JiMin aún recuerda lo intimidante que se vió la primera vez que se conocieron.
Intimidante con aquel maldito silbido de muerte.
―¿Así que tú eres el príncipe de los Park?
Se acerca a JiMin quien estaba en la esquina de la oscura habitación con la cabeza de su padre en su regazo, el hombre respirando con dificultad.
Se agacha a su altura y con sus ojos verdes delinea las facciones contrarias, acabando en sus intensos ojos rojos.
Sonríe ladinamente.―Eres lindo, pero tus ojos son horribles, aunque ya deberías saberlo.―Ríe gravemente.
JiMin escupe en su rostro sin decir nada, porque realmente la expresión de enojo y asco en su rostro lo decía todo.
Los odiaba a ellos por hacerles eso.
―Ja... eres atrevido.―Limpia lo que cayó en su rostro.―No me gusta eso.
Su mano toma el cuello del peli-negro y aprieta su garganta impidiendo que el aire cruce a sus pulmones.
JiMin empieza a moverse para liberar su cuello, y en esos movimientos despierta a su padre dormido.
―¡Deja en paz a mi hijo!
Con sus pocas fuerzas el rey empuja al chico haciendo que este caiga y suelte a JiMin. Empieza a toser inmediatamente luego de eso, JiMin recuperando el aire se acerca para ayudarlo.
Taehyung se levanta completamente indignado y con una mirada intensa.―¡Dejenlos sin comer por dos días!
Tal como dijo se cumplió. Pasaron más días luego de aquel accidente y sin falta alguna cada uno de esos días JiMin recibía la visita de aquel hombre de ojos verdes.
Era acosado.
Taehyung buscaba contacto físico con él pero JiMin siempre lo alejaba.
Pasaron semanas y JiMin usó su astucia para tratar de escapar con su padre. Pensaban que todo iría bien cuando estaban por llegar a la salida de aquel campamento de soldados en el que estaban presos bajo tierra.
Pero fueron capturados otra vez frente a la puertabque indicaba su salida de ese infierno.
JiMin no se dejó h trató de luchar contra uno de los guardias, pero él no pensó que aquel soldado sacara su espada para buscar atravesarlo.
Y logró el propósito... solo que falló de objetivo y clavó su espada en el estómago del rey HaeMin.
―No mueras papá, no aquí, no así...
Lloraba por su padre en su regazo, con sus ropas cubiertas de sangre y lágrimas en el rostro.
Agonizaba poco a poco.
―Debí ser yo, debí ser yo...―Solloza en la oscuridad de su celda.
Un silbido rompió el momento desolador.
Aquel maldito silbido.
La puerta es abierta y puede escuchar pasos a su espalda hasta detenerse. Es así donde escucha una voz profunda.
―Vaya, vaya...
JiMin frunció el entrecejo y volteó a ver con rabia esa silueta en la oscuridad. Dio un paso adelante dejando que la luz entrante por la pequeña ventana en la pared alumbre su rostro.
Taehyung.
―Largate de una buena vez, mi padre está muriendo por su culpa, ¿¡Qué más quieren?!
TaeHyung se carcajeó gravemente.
Aquella asquerosa risa.
Ojos verdes, profundos, y muertos. Muertos pero con un brillo especial; el brillo de un ser astuto pero malvado, inteligente pero cruel.
―Eres tan lindo... y tan insolente, debería matarte frente a tu padre.
Los ojos de JiMin era fríos, realmente le importaba muy poco su vida en este momento. Su padre estaba agonizando en su regazo.
―No, por favor... no le hagas daño...
JiMin aprieta los labios y cierra los ojos ante la voz ahogada de su padre.
Otra vez escucha su amarga risa.
―Eres patético, pero aún así me compadezco de ti.―Sonríe de lado acercándose hasta la oreja del menor.
JiMin cierra los ojos, sus fosas nasales se dilatan y su corazón late con fuerza.
―¿Quieres salir de aquí...?
TaeHyung de cerca huele a muerte y peligro.
―Yo te ayudaré a cambio si me entregas un beso tuyo.
―¡Jamás!―Se apresura a negar y escupe en el rostro de Taehyung, como la primera vez que se vieron.
Lo siguiente que siente es el dolor de un corte que atraviesa parte del costado izquierdo de su rostro. La sangre salpica el rostro de su padre quien suplica entre balbuceos que no dañen más a su hijo.
Taehyung le hizo aquella cicatriz.
―¿¡Quieres salir o no!? ¡Responde maldita sea!
¿Que puedes hacer cuando estás contra la espada y la pared?
Le dio un beso y no solo eso, dejó que lo tocara donde quisiese para que los dejasen salir.
Lo logró, pero terminó sintiéndose sucio cuando fue liberado.
―Y ahora... ahora me doy cuenta que no era necesario que le dejara tocarme... porque mi madre ya había negociado mi libertad...―Solloza en el presente, tocando la cicatriz en su ojo.
Jungkook estático en su lugar siente un remolino en su pecho. Es la rabia, es el dolor de verlo llorar, son las ganas de golpear a Taehyung. Pero deja todo eso de lado cuando escucha con atención los sonidos lastimeros que salen de la boca de su amor.
Simplemente lo rodea en sus brazos y deja un beso en su frente.
―Yo te cuido, hyung. Él no volverá a tocarte, yo te cuidaré.―Soba su espalda con cariño.―Gracias por tenerme la confianza de decirlo... Prometo que todo estará bien, hyung.
JiMin se deja abrazar y no dice nada más. El silencio acompaña sus corazones.
―¿Quieres dar un paseo por nuestro jardín? ¿Te gustaría? He plantado las flores más bonitas.―Su tono es suave y comprensivo.
El mayor asiente. Jungkook se levanta y le extiende una mano que JiMin toma mientras limpia sus lágrimas.
Caminan a través del jardín como en los viejos tiempos.
Jungkook le da su espacio a JiMin para que explore las plantas bien cuidadas.
Jungkook realmente devolvió nuestras flores...
El blanco del lugsr brilla bajo la luz de la luna. Sin duda alguna el mejor paraíso para JiMin.
―Esta flor...―JiMin señala una pequeña flor plantada ennun montículo que la pone más alta que las demás flores blancas.―¿Porqué está más alta que las demás?
Jungkook se agacha frente a la pequeña flor y la acaricia.―Me acompañó durante mucho tiempo, la tenía escondida pero ahora quiero que todos la vean.―Sonríe desde abajo para el mayor.
JiMin ríe suavemente y está por decir algo más pero es interrumpido por un silbido familiar.
Una tonada mortal.
―¿Así que él es tu prometido?
Jungkook se levanta y rápidamente su sonrisa cambia por un expresión seria al ver a Taehyung frente suyo. JiMin toma la mano de Jungkook sin poder evitarlo.
―¿Y como llegaste aquí?
―Tus padres me dejaron dar un vistazo al palacio.
Taehyung ve sus manos y sonríe ladinamente.
―Qué lindos... espero la dulzura los reconforte cuando todo se venga abajo.
¿Cuando todo se venga abajo?
JiMin niega con la cabeza, no se quiere dejar intimidar y se coloca frente a Jungkook para protegerlo aunque su cuerpo sea más pequeño que el suyo.
El príncipe Jeon le da un apretón al agarre de sus manos, dándole seguridad.
―Largate Kim. No te quiero cerca nuestro.―JiMin anuncia con la mandíbula tensa y al voz ronca.
―Está bien, está bien solo pasaba a saludar... Por cierto JiMin, nunca te agradecí por el favor.
JiMin tiene la intención de dar un paso hacia él pero Jungkook lo detiene con su mano.
―¿Que no escuchaste? Ya vete, Kim.―Esta vez es Jungkook quien protege a JiMin con su cuerpo.
Se apoyan mutuamente.
Taehyung se va de la escena entre la oscuridad que abunda al cruzar los límites del jardín. La soledad de ese lado del palacio donde las sombras reinan. Camina despacio y con seguridad.
Unos ojos grises lo miran desde la oscuridad a tan solo unos metros.
Se acerca peligrosamente.
Taehyung detiene sus pasos cuando siente otros detrás suyo sobre el césped. Alza una ceja cuando su mirada verdosa encuentra la silueta de una mujer bajo la Luna.
―¿Y tú quién eres, niña?
Una sonrisa se asoma por sus labios y sus ojos grises tienenun reflejo intenso en ellos.
―Soy Hana, soy una refugiada en la dinastía Jeon. Y tú debes ser el príncipe Kim del que todas las sirvientas hablan.―Sonríe sarcásticamente.
Da un paso al frente y quedan cerca.
―Pierdete.―Responde Taehyung sin más, dándose la vuelta y tratando de alejarse de la mujer.
Pero ella no se da por vencida.
―Escuché todo.―Con esas dos simples palabras logra detener el andar del hombre.―Qué lástima que te rebajes a su nivel. Tú sabes que eres mejor que eso.
Taehyung habla aún dándole la espalda.―Tú no sabes quién soy, niñita.
―Sé que podemos ser buenos amigos.
El hombre finalmente voltea y conecta su mirada con la gris de la mujer.
―Puedo ser tu aliada. Buscamos lo mismo.
―De qué-
―Tú también quieres acabar con todo esto, ¿No es así? Yo puedo ayudarte y en el camino me beneficio yo también. ¿Qué dices, príncipe Kim?―Acaricia su pecho con una sonrisa malvada en su rostro.
El viento de sus ojos se mueve a la par que las hojas verdes que caen de los árboles.
―Acepto.
2/2 nos vemos la próxima semana ❤️
Descansen y espero que tengan una buena noche.
See you later ❤️
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