19: Traicionaste mi corazón.
Dicen que la curiosidad mató al gato.
La escena que se refleja en sus luceros rojizos es mucho más que un simple dolor en el pecho, es más que la cólera invadiendo su sistema y mucho más caliente que las lágrimas en sus ojos.
―Jung... Jungkook...―Pronuncia en el susurro más suave.
Dicen que el amor es algo hermoso, que el amor no duele, que el amor sana ¿Pero qué clase de amor es este que le duele a tal punto que siente que su corazón se detiene?
No quiere una respuesta.
Quiere cerrar los ojos y no abrirlos nunca más, quiere quedarse ciego, quiere dejar que su corazón se detenga por completo, quiere romper en llanto, quiere gritar al cielo, a la luna...
Pero no lo hace.
Está estático a tan solo metros de distancia de Jungkook y Hana. Besándose como si estuvieran sedientos del otro. Como si él no estuviera ahí, viéndolo todo.
Sigue respirando, es un caos dentro suyo que va creciendo y creciendo mientras en el palacio el silencio abunda, solo se escuchan los labios de aquellos dos amantes chocando entre sí.
No puede alejar la vista, no puede pestañear, los ve a tan solo metros sus labios juntar, sus prendas tomar para aferrarse ante tal pasión que puede presenciar.
―Kookie...―La primera lágrima que recorre su mejilla.
Quiere quitarse los ojos y no ver más, quiere irse corriendo sin mirar atrás, no volver nunca más. Quitarse el corazón y sangrar hasta que pierda las fuerzas. Está seguro de que eso dolería menos que aquella escena.
Lo sabía, ya lo sabía... pero no quise aceptarlo, no quise.
―Jungkook...
Su voz tiembla, mientras ellos siguen en su burbuja, en su mundo. Él trata de llamar a Jungkook, tiene la inmensa necesidad de verlo a los ojos, de acercarse, de ver sus luceros celestes y sentir la paz que ahora no tiene y quiere.
Se está desmoronando y aún así busca la mirada de Jungkook.
La necesidad se hace grande, muy grande como el ardor que quema su interior, que lo asfixia como si se atorara en su garganta. La necesidad empuja en un impulso a su voz.
―¡Jungkook!
Cae una por una de sus lágrimas, se desbordan de sus ojos rojos cuando ve a su prometido separarse al fin de esa mujer. Puede presenciar sus ojos celestes llenarse de sorpresa, de miedo, y quedarse quieto. Hana a su lado finge una expresión inocente.
―No... JiMin, hyung...―Sus pupilas tiemblan cuando cae en la situación.
Lo han descubierto.
Y no cualquiera, no. JiMin, aquel JiMin con el que pasó hermosos años, aquel al que le jura amor, está frente suyo, descubriendo su mentira.
Su gran mentira, su farsa.
El primer sollozo del mayor se escucha en el eco del palacio y su silencio interrumpido. Inmediatamente Jungkook se aleja de la mujer como si su tacto quemara su piel, la mira sin entender y luego a JiMin.
Se siente desubicado, apenas y siente sus manos temblar.
―JiMin, no... ¿Qué haces aquí?―Da un paso al frente.
Hana se coloca detrás suyo y la expresión triste en su rostro se hace una mueca de burla.
JiMin quiere dar un paso atrás pero siente el piso debajo suyo moverse, como si estuviera en la cuerda floja, al igual que su corazón. Pierde el equilibrio, cae hacia atrás y parpadea asustado cuando escucha el estruendo que causó. Otro sollozo lo abandona cuando el golpe en la espalda sacude algo dentro suyo, como su algo hubiera reaccionado.
Siente sus manos picar y las cierra en puños. Es la cólera reemplazando la tristeza y el dolor.
―¿Porqué, Jungkook...?
―JiMin, no, déjame explicarte, esto... Esto no-
―¿No qué?―Dice finalmente de pie.
Sus piernas tiemblan pero aún así camina con determinación hasta tener cara a cara a su prometido. Él lo mira con incredulidad.
―¿Negarás lo que mis propios ojos han visto? ¿M- me dirás que no la besabas como si la amaras? Tú...
Jungkook se desespera al verlo llorar. Es contradictorio ver gotas de agua resbalar por sus ojos sabiendo que sus iris rojos, tan cálidos como el color del cielo al atardecer, ahora son ardientes como las llamas del fuego.
Jungkook se desespera porque él es causante de dicha contradicción.
―Tú eres un traidor... Yo te amo, Jungkook, ¿Porqué?―Sus miradas se enfrentan como nunca.
Jungkook de repente siente un escalofriante miedo recorrerlo de pies a cabeza. Se olvida de la presencia de Hana y de todo, y solo rodea con fuerza el cuerpo tembloroso del mayor.
―¡Lo siento! JiMin, lo siento, no, no...―Niega con la cabeza.
¡No te vayas, no te alejes, olvida lo que viste!
Siente el corazón en la mano, los sentimientos a flor de piel, el dolor incrustado tan profundo, y la cólera llegando a su cabeza. Su tacto ya no se siente como antes.
Empuja al príncipe con fuerza.―¡¿Porqué?!―Pregunta alzando la voz.
Esta vez no recibe una respuesta, solo ve a Jungkook tensar su mandíbula con la mirada en el suelo y los puños apretados. Las lágrimas no tardan en llenar sus ojos celestes.
¡Yo estaba aquí para terminar esto, por ti!
Lo piensa, no lo dice.
JiMin tiene una expresión amarga en el rostro cuando dirige su mirada a Hana y ella le finge su mejor rostro inocente y avergonzado.
―Tú decías ser mi amiga, decías que cuidarias de Jungkook...―Dice como si le costara mantener la calma.―¿Así es como lo cuidas?
Ella solloza falsamente y se esconde en la espalda de Jungkook quien aún no reacciona, porque no sabe como.
Se da la media vuelta y camina lo más rápido que puede hacia su habitación. Abre la puerta con fuerza y empieza a recoger sus ropas para salir de una vez de ese lugar.
Siente el corazón latir en sus oídos y lo está volviendo loco.
La puerta se cierra detrás suyo mientras sus manos tiemblan al ordenar las cosas que trajo para quedarse esos días en el hogar de Jungkook.
―Espera, espera no te vayas JiMin.―Camina hasta llegar a su lado y lo toma de los hombros.
―Sueltame, sueltame no me toques Jungkook.―Pide tratando de zafarse de su agarre.
―¡Por favor no te vayas!
―¡No me voy a quedar contigo! ¡No me voy a quedar con un traidor como tú!―Logra safarze de sus manos y retrocede para alejarse aún más de él.―¿Porqué, Jungkook? ¿Ya no me amas?
Él busca su mirada, pero JiMin la mantiene en el suelo.―JiMin...
―¿Desde cuando?―Por fin le devuelve la mirada.―¿Desde cuando me has estado traicionando?
El príncipe de ojos celestes abre la boda pero ninguna explicación sale. La cierra y baja la mirada.
―¡Dime porqué!
―¡Porque ella ha estado conmigo cuando tú me abadonaste!
Un golpe en seco hace eco y todo vuelve al silencio, solo se escuchan las respiraciones agitadas de JiMin. El cuerpo de Jungkook retrocede por inercia y se sujeta de un mueble cercano para no caer.
―Hy-hyung...―Susurra sin poder creerlo.
JiMin lo golpeó.
Jeon lleva una mano a su mejilla mirando con los ojos llenos de lágrimas y le regala una mirada destrozada.
―Te odio... tú traicionaste mi corazón.
JiMin con su otra mano envuelve el puño con el que golpeó a su prometido y retrocese hasta salir corriendo de ahí. Dejando sus cosas detrás.
Sus piernas tiemblan, su visión se hace borrosa por las calientes lágrimas que ruedan por sus mejillas, y su corazón parece querer explotar.
Corre lejos, sale del palacio del Norte con los llamados de Jungkook detrás suyo. Corre hasta que llega a su caballo en el corral, se sube en él y cabalga hasta desaparecer por el bosque.
El bosque se hace testigo de los gritos que salen de su boca, del sonido de su corazón rompiéndose y de sus ilusiones caer desde lo más alto.
―¡Traidor, traidor...!
JiMin tiene el corazón traicionado.
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