13: Yo haré de ciego.
―¿De qué quieres hablar, madre?―Pregunta tomando asiento a su lado.
―Estuve discutiendo temas importantes con los Jeon.―Toma la mano de su hijo con la suya propia.
«Está fría» piensa JiMin al tacto de su madre.
―¿Temas como...?
―Tu boda, principalmente.―JiMin asiente y baja la mirada hacia el suelo tratando de reprimir una pequeña sonrisa.
―¿Cuando será?
«Quisiera que sea en un día soleado» imagina.
―La primera semana de primavera.―Contesta viendo la ilusión en los ojos de su hijo.
―Espera... Falta mucho para la primera semana de primavera. ¿Porqué esperar meses?
Su madre suspira y mira el suelo.―Tu padre siempre quiso razonar con los Kim. Él me dijo que antes de tu boda planeaba tratar de llegar a un acuerdo con nuestros enemigos, y buscar una solución... Se lo comenté a los Jeon, y para mi sorpresa aceptaron.
―¿Por eso demorarán tanto, madre?―Pregunta desilusionado.
―Me temo que sí. No es fácil contactarse con los Kim, ni mucho menos deberíamos tomarlo a la ligera, ellos son el enemigo.
JiMin asiente y alza la cabeza para ver através de su ventana.
La luna.
―¿Jungkook lo sabe?―Pregunta momentos después haciendo referencia a la fecha de su boda.
―Supongo que sus padres ya se lo habrán comunicado.―Dice con poco interés.
―Bien... ¿Hablaron de algo más?―Dice con sus ojos rojos puestos en la Luna brillante.
―Hablamos sobre la toma de territorios, también.
JiMin regresa su mirada a ella y frunce el ceño. Su pequeña sonrisa desaparece.―¿Toma de territorios? ¿A qué te refieres?
―Verás, cuando se hace un matrimonio entre dos personas de diferentes reinos, ambas partes tienen dos opciones.―Su mirada seria cayó en la confundida del menor.―Pueden unirse para crear un solo reino, o simplemente crear una alianza sin tener que unir sus pueblos. Y nosotros ya sabemos cuál de ambas opciones tomar, pero yo tengo una pequeña duda que haré saber en la reunión de la próxima semana.
Entrecierra los ojos.―¿Cuál es esa pequeña duda?―Hace énfasis en las últimas dos palabras.
Ve a su madre tomar con ambas manos la suya.―Como sabes, ambos somos reinos muy grandes e importantes. Pensamos en unirnos en territorio y pueblos para poder defendernos ante los Kim... Pero aún no tengo claro quién se sentará en el trono.
«¿A qué quiere llegar?»
―¿No eran ambos esposos los que toman el trono?―Pregunta extrañado.
Su madre niega con la cabeza.―Sí, pero estoy tratando de pensar en otra manera, una que nos beneficie.
―¿Que nos... beneficie?
«Mi propia madre me está...»
Asiente con firmeza.―Creo que deberías ser tu el que lleve el apellido Park sobre el Jeon, que tomes el trono. Sería todo territorio de los Park, territorio Sur unido con el Norte donde los Park llevarían las riendas de la situación.―Su tono cambia a uno más cálido. Casi fingido.―Sería un beneficio para todos, hijo. Sabríamos manejar mejor la situación que los Jeon y llevaríamos a ambos reinos a la prosperidad, más que todo a nuestro pueblo que terminó muy afectado por las guerras estos años... ¿O acaso no quieres ayudar a tu pueblo?
JiMin negó rápidamente y colocó una mano en su pecho.―Claro que quiero todo lo mejor para mi pueblo, y si puedo, también por el pueblo del Norte, de los Jeon.
―¿Ves?―Suspira.―Sé cuánto quieres a nuestro pueblo, y si tú llevarás el trono podríamos alzarnos de la tierra.
JiMin no dijo nada, se queda perdido un momento en sus pensamientos. Hasta que logra salir de su mente y vuelve a la conversación pero no mira a su madre.
¿Porque lo lleva tan lejos? ¿Que me dice su mirada tan fría? ¿Su sonrisa tan falsa?
Ahora entiende la situación.
Sabe lo que ella pretende hacer.
―¿Entonces si yo tomo el trono... sería yo el rey? ¿Y que sería Jungkook?―Pregunta con cautela.
―Él sería el esposo real.―Explica con calma.
JiMin aleja sus manos de las de su madre al escuchar eso.
―Ambos podemos ser los reyes y llevar el mando, madre. ¿Porqué aceptaría ser el rey de todo y dejar a Jungkook como un simple "esposo real"?
Mira a su madre buscando una respuesta por sus cuestionables palabras.
Con su postura recta, ropa perfectamente arreglada y modales refinados. Su madre es fría y elegante como un cisne de luceros rojos y hielo en la mirada. Tan diferente a su padre; lleno de bondad, de cariño y humanidad.
Como lo extraña.
Alza la comisura de su boca en una sonrisa que pretende ser amable.―Porque asegurarías nuestra supervivencia. Un buen lugar para crecer para tu hermano, para los niños del pueblo, para todos.
«Mencionando así a mi pueblo ella trata de...»
―Dudo que los Jeon acepten algo así, madre.―Pasa una mano por su cabello con estrés.―¿Porqué dejarían a su hijo con el título de esposo real?
―Con la orientación correcta...
No termina de hablar pero jimin entiende lo que su madre le trata de decir.
―Ahora que tu padre no está la situación es más difícil. Necesitamos actuar para sobrevivir.
Sus ojos se encuentran. Como fuego con fuego se encuentran y salen chispas. Ellos siempre chocaron, sus maneras de ver la vids siempre fueron muy diferentes. Demasiado.
Chispas ardientes que terminaran por encender una tira, y esta irá quemándose hasta llegar a la pólvora... En algún punto llegará el punto clímax de sus diferencias.
En algún punto no tan lejano.
La conversacion no se extiende más. Su madre se despide de él y se va en la oscuridad.
―Sigue tratando de manejarme, yo haré de ciego, madre.
Le dice a la nada.
Su sonrisa falsa, sus tratos dulces...
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