Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Noveno Capítulo.


Una espléndida mañana la que se muestra el 6 de julio de 1811, una mañana fresca pero con un toque de calidez que te hacía sentir en casa, la alegría y esperanza reinaba en cada rincón de la provincia y se veían reflejadas en la brisa que chocaba con las ramas de los árboles, el trinar de las aves silvestres, el galopar de los caballos, las risas de las personas al caminar y el sonido de las carrozas al pasar creaban una melodía casi perfecta al oído de cada quien.

María Sagrario al entrar al gran comedor junto con su hermana, ve a su madre y a su hermana ya haciendo la oración antes de la comida y apresuran el paso para unirse a sus familiares para comer, en ese momento justo llega Don José con su voz alegre y despreocupada, deseando un buen día y deleitándose con el aroma que desprendía cada porción de comida que hacían agua la boca sin ni siquiera verlos.

~Amada mía, contadme las noticias que me han causado insomnio esta madrugada. -Dice Don José con tono romántico.-

~Sólo falta José Isidro para que se podáis enterar.

~ ¡Ellup!

~ ¿Si señor?

~Búscame a mi hijo ahora mismo, no querrá perderse el desayuno.

Acabada la frase de Don José, llega José aún somnoliento y pidiendo permiso para sentarse, pues ya su familia había comenzado a comer sin él, como siempre.

~Listo, ahora contadlo todo.

~Eugenia, hija... Es tu turno. -Dice Doña Nazareth orgullosa y con una sonrisa serena.-

~Papá, hermanos, estoy en cinta... -Dice sonrojada Eugenia.-

En ese instante se escucha un estruendo en la habitación que hace que todos coloquen su atención en la puerta.

~ ¡No puede ser! -Grita Doña Coromoto, haciendo saltar a todos los presentes y corre directamente a abrazar a su sobrina predilecta.-

Mientras tanto pasa Raymon y Rodulfo al comedor, sin entender nada de lo que sucede.

~Señora ¿Desean comer? -Pregunta Ellup con su tono tranquilo y cortés.-

~No, pues ya hemos desayunado. -Dice Doña Coromoto con tono desaprobatorio como la mayoría de las veces hace cada vez que una persona de color se le acerca.-

~ ¿Francisco ya lo sabe? Dudo que lo sepa, cuando yo me enteré que tu madre estaba en cinta no quería dejarla ni un momento. -Dice Don José, algo dubitativo.-

~No padre, no lo sabe aún.

~ ¿Cuánto tiempo tienes? -Pregunta Rosaura apenada.-

Y la respuesta llega acompañada de un suspiro, triste y largo.

~Creo que unas 16 semanas.

María Sagrario, pensativa, saca cuenta del último embarazo fallido de su hermana y se da cuenta que tiene ocho semanas más que la anterior, sin contar las pérdidas que ha tenido sin haberse dado cuenta de que se encontraba en cinta.

~ ¡Por el amor a Cristo! ¡Lo has logrado! -Dice María Sagrario con lágrimas de felicidad en los ojos.-

~Si, eso creo...

~Francisco debe enterarse cuanto antes. -Alega Doña Coromoto.-

~Sí, yo le escribiré una carta, pues hace poco se fue de viaje. -Añade Eugenia-

~ ¡Perfecto! -Dice Doña Nazareth, que no cabía de la emoción.-

Mientras la algarabía se difunde por la casona, especialmente en el comedor, Raymond decide actuar y susurrarle en el oído a María Sagrario, acción que no pasó desapercibida ante los ojos de Doña Nazareth.

~ ¿Puedes venir conmigo?

~Con permiso, padres, tía, hermanos, primos. Me retiro, la noticia me ha dejado sin respiración y necesito buscar aire fresco. -Dice María Sagrario retirándose de la habitación y más atrás de ella Raymond.

~ ¿Qué deseas? -Pregunta molesta María Sagrario en el momento en que se acerca su primo Raymond.

~Quiero despedirme... Volveré a España con mi tía Lucia pues soy el único familiar que tiene.

~No eres el único, está tu papá, mi mamá, la tía Pilar... ¿Por qué debes ir solo tú? -Refuta María con lágrimas en los ojos y dándole un fuerte abrazo a Raymond.- No te dejaré ir, si te niegas a quedarte me voy contigo, no me importa lo que diga mi mamá, pero por favor, no me dejes más tiempo sola... ¿Por qué no habías venido a verme? ¿Acaso tienes otra? ¿Qué te sucede? ¿No me extrañabas?

~María, deja de comportarte como una niña de 15 años, creo que ni Rosaura le hablaría de esa manera a un pretendiente, tenía otros asuntos que atender ¿Si? Además, no soy bien recibido en esta casa, así que estaría de más visitándote todos los días ¿Me entiendes? Y no te dejaré ir a España conmigo, tu madre no lo concedería y no está bien visto ante la sociedad eso, ni siquiera estamos comprometidos.

~Vamos a comprometernos...

~ ¿Estás loca? Nadie quiere que te comprometas conmigo, tú tienes a Simón y en tal caso de que no te interese, puedes buscarte a otros... Pero yo no... -Responde nostálgico Raymond-

~Yo no quiero a Simón..., el..., no me inspira la confianza suficiente.

~Eso no lo demostrabas el día de tu cumpleaños...

~Está bien, vete, ya me tienes molesta ¡Vete! -Le empuja- Y llévate contigo mis sentimientos, porque eres un ingrato, una persona que hoy demuestra amor y mañana demuestras odio ¡Vete! -María le vuelve a empujar con el llanto corriendo por sus mejillas- Y quédate con tus españolas, espero que ellas sí sepan hacerte feliz... -Y se va con el paso apresurado a su habitación- ¡A mí no me busques más, traidor! -Le grita y entra a su habitación estremeciendo la puerta de la recámara-

Al cabo de un rato, María Sagrario ya se había quedado dormida, junto con su llanto que la arrullaba con todo el dolor del mundo. La puerta del cuarto se abre sigilosamente y con ella entra un cuerpo, flaco y descuidado.

~Hermanita ¿Quieres hablar?

Y María Sagrario pega un salto.

~Eugenia ¿Qué haces aquí? ¿No deberías estar descansando?

~Primero quiero hablar contigo, mírate esa cara, esta hinchada, cuéntame ¿Qué sucedió con Raymond?

~¿Quién te dijo que estoy así por Raymond?

~Al rato de que te fuiste, se escuchó un estruendo, y luego entró Raymond histérico al comedor, diciéndole a Mamá y a la tía Coromoto que lo habían logrado, que ya no quedaba rastro de lo que un día le hizo feliz, que ya nunca más lo volverían a ver, y dijo: "Ojalá Dios quiera y no les castigue con algo peor que lo que le han hecho", también alegó que habían acabado con su vida, sólo Rodulfo lo pudo calmar y se lo llevó, no te contaré las pestes que dijeron Mamá y la tía Coromoto...

~No entiendo nada... O tal vez si... ¡Mamá está detrás de todo esto!

~ ¿Qué sucede? No entiendo.

~Nada, no quiero hablar de eso, ya no hay marcha atrás... Cuéntame de ti.

~ No hay nada de qué hablar sobre mí, vivo en desgracia, estoy embarazada de un hombre que se ha ido de viaje con su amante...

~ ¡¿Francisco se fue con su amante de viaje y tú se lo permitiste?!

~ ¿Qué voy a hacer? Yo para el ya no valgo nada, es que, sólo mírame, estoy fea y embarazada, ya ni me toca, ni siquiera me ve, no compartimos la mesa y si acaso cruzamos miradas lastimeras y fugitivas.

~Necesitas avisarle cuanto antes lo de tu embarazo.

~Ya le dije, y sólo me respondió: "Veamos cuánto dura ese niño en tu vientre."

~ ¡Es un monstruo!

~Ya no me ama. -Dice Eugenia, llorando y pellizcándose los brazos y su abdomen.-

~ ¡Para hermana! ¡Para! ¿Qué haces?

~Quiero arrancarme sus huellas, quiero olvidarle.

~No podrás, a medida en que vaya avanzando tu embarazo le escribirás y le dirás que el niño sigue allí, cada vez que te de pataditas, cada vez que sientas ese amor profundo entre tu bebé y tu, se lo contarás, eso tal vez lo haga arrepentirse.

~ ¿Y si prefiere el hijo que le de su amante?

~Siempre ese niño será un bastardo... -Dice María Sagrario recordando a Raymond.-

~Te amo hermana, por eso siempre has sido la predilecta, eres tan madura, tan humana ¿Qué haríamos nosotros sin ti?

~Nada. -Responde Rosaura quien entra en un intento de sigilo con María Romina en brazos hecha un mar de llanto.- Esta ahijada quería ver a su madrina, quien la ha tenido olvidada todo este tiempo ¿Le viste sus ojos claros?

~ ¡Qué niña más dulce! ¡Es adorable! ¿Te imaginas a mi bebé así? -Dice Eugenia con ojos soñadores.-

~ ¡Por supuesto que sí! -Dicen al unísono María Sagrario y Rosaura.-

En ese instante entra Coco a la habitación.

~ ¡Con que allí estabas! Ya es hora de ir a dormir, y se los digo a todas, especialmente a este bebé tremendo que no ha parado de llorar hoy.

~Déjamela esta noche. -Suplica María Sagrario.-

~No, esta noche no. -Dice Coco con una mirada pícara.- Vamos chicas, ya todas a sus habitaciones.

Después de una despedida llena de abrazos y besos fraternales, vuelve María Sagrario a estar sola, sumida en sus pensamientos mientras en su mente abundan preguntas sobre todo lo ocurrido hoy, Raymond y su mamá, las amenazas de su madre, la infidelidad de Francisco, la mirada pícara de Coco, la amabilidad de Eugenia ¿Qué le sucedía al mundo hoy? Y de un estruendo entra Raymond a la habitación de María Sagrario.

~ ¡No puedo vivir sin ti! -Y Raymond se abalanza sobre María dándole muchos besos salados, por las lágrimas de aquellos dos individuos, ahogándose entre amor y dolor.- ¡No puedo irme si estas molesta conmigo! -Dice Raymond entre besos.- No quiero ver alguien más, ni conocer a otras mujeres si tu estas aquí, conmigo, si sé que vives, que respiras y tu corazón late junto al mío, no podría dejarte ir, ni me permitiría alejarme de ti, si no fuera en pro de nuestra relación, yo... Te amo.

~Y yo a ti Raymond Alejandro. -Dice en un mar de llanto María Sagrario, mientras no paraba de sonreír, reír, agradecer y besar a su compañero de aventuras.- ¿Mamá tiene algo que ver con tu actitud esta mañana? -Pregunta seria María, separándose de su amado de una manera dubitativa y extrañada-

~En casi todos los aspectos, entre mi tía y tu tía hubieron ciertos acuerdos para separarme de ti, no me dejaban venir a la ciudad, y tampoco me dejaban escribirte cartas, la Sra Coromoto leía el correo antes de ser entregado, y le impedía al cartero tomar cualquier carta que se le entregase en último instante.

~ ¿Y la tía Lucia?

~Ella sí está enferma, por eso debo irme, pero volveré muy pronto, te lo prometo.

~Yo quiero ir contigo.

~No podrías...

~Me escapo.

~María no, no quiero que hagas ninguna tontería que te haga estar a ti en peligro ¿Si?

~ ¿Pasarías la noche conmigo? -Pregunta con ojos suplicantes María Sagrario.-

~Sin dudarlo ni un segundo amada mía. -Responde Raymond terminando la frase dándole un profundo beso en la frente a María Sagrario.-









Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro