Capitulo 8: El primer amor
Condujo despacio, muy despacio. ¿Por qué temía que lo que había hecho anoche le pasaría factura? Ahora estaba casi llegando al rancho y su pie cada vez se apartaba más del acelerador, ante el temor de enfrentarse a lo que la estaba esperando, o más bien a quien la estaba esperando.
-¿Pero qué? –frunció el ceño –Oh, genial. El día mejora por momentos –paro el coche a un lado del arcén y se bajo. Camino hasta pararse junto a la rueda trasera derecha y le dio una patada -¡¡menuda mierda!! –pasó las manos por su pelo –Sencillamente maravilloso Daniel. Y tu con el móvil apagado y en el cajón de tu habitación. –dio unos pasos alrededor del coche y su boca se abrió estupefacta -¡¡No una!! ¡¡No!! ¡Se me tienen que pinchar las dos malditas ruedas! ¡¡Ah!!
Suspiro cansada de su "buena suerte"
¿Y ahora que iba a hacer? Hacía un calor horrible, estaba en medio de una carretera poco transitada y sin teléfono.
-¿Esto es un castigo verdad? –alzo la cabeza al cielo y cerró los ojos.
El sonido de música la hizo abrirlos de repente y mirar al frente, al no ver nada se giro. Y justo de la dirección del pueblo venia un descapotable negro. Como una desesperada comenzó a mover ambas manos. El coche redujo la velocidad al verla y paro justo tras el suyo, Daniel dio las gracias al cielo.
-¿Puedo ayudarte en algo? –un chico moreno y alto, vestido con unos vaqueros y camisa blanca se bajo del auto. Camino hacia ella y se quito las gafas –Vaya, eso es mala suerte, las dos ruedas.
-No lo que es suerte es no llevar un teléfono encima –Daniel lo miro sonriendo con ironía
-Captado –el sonrió divertido –Si quieres te llamo a una grúa, asistencia se encargara de las ruedas y lo puede llevar a donde digas. –sacó su teléfono del bolsillo -¿Vas muy lejos? Puedo acercarte.
-Aquí cerca –Daniel señalo la carretera –El Rancho Sullivan
-¿Sullivan? –el alzo el rostro y la miro, la miro, la miró ...
-¡¿Qué?! –Y ella entrecerró los ojos
-¿Eres Daniel? –al tiempo que hablaba la recorría con la mirada
-Si –ella asintió desconcertada -¿Tu eres?
-Nando –el sonrió y su sonrisa se hizo más pequeña al ver que no le reconocía -¿El primo de Jake?
-¡Ostras! –ella lo miro de alucinada ¡¡¿Ese pedazo de hombre era el niño larguirucho y antipático que venía en vacaciones?!!
-Vaya estas guapísima –él se acerco a darle dos besos
-Tú también has cambiado –Daniel alzo ambas cejas –Mucho
-Eso me lo hubieras dicho hace años y me habrías vuelto loco –le guiño un ojo –Estaba totalmente enamorado de ti –marco en su teléfono –Y tu de mi primo
-Eso no es...-¿Iba a desmentirlo? –¿Tan obvio era?
-Si –el sonrió, después concentro su atención en el teléfono –Buenas, necesitamos asistencia en carretera. Se nos han pinchado dos ruedas del coche. –espero unos segundos –si, un momento -miro a Daniel –Déjame los papeles
-Voy –ella corrió al interior del coche y saco todos los papeles que había en el interior, empezó a buscar el contrato de alquiler, el seguro... El segundo lo encontró, el primero, no. ¿Por qué? Porque no había. Lo que si había eran los papeles de propietario. El coche estaba a nombre de Daniel Sullivan –Me siento tentada de dejarlo aquí abandonado –suspiro y resignada salió del coche y camino hacia Nando y le entrego los papeles
-En la carretera de la salida norte, kilometro 23 –El frunció el ceño –Si, al rancho Sullivan. Misma carretera kilometro 45. Vale gracias. –Colgó el teléfono –Listo, en diez minutos están aquí.
-Gracias, eres mi salvador -.Daniel llevo unas manos a su pecho con gesto excesivo y el se rio
-Bueno ¿y que es de tu vida? –miro su ropa y frunció el ceño
-Salí anoche y me quede a dormir en casa de mi prima.-señalo su ropa –Ahora iba de vuelta a casa .
-Ah –sonrió -¿Estas de vacaciones? Me dijeron que estabas en Miami.
-Sí, me tome unos días libres –lo miro con curiosidad -¿Y tú qué haces aquí? Me dijeron que estabas en Nueva York.
-Mi tío necesita ayuda en unos asuntos –el desvió el tema no dispuesto a hablar más de ello, se encogió de hombros –Me vine unos días antes para relajarme en la casa.
-Desde luego en esa casa cualquiera se relaja –Ella se rio
-Tengo una idea –él la miro a los ojos -¿Por qué no te vienes conmigo a la casa, en vez de que te lleve? Te invito a comer y nos damos un chapuzón en la piscina. Seguro que María se alegra cuando te vea.
-Me parece una buena idea –se quedo pensativa –pero..
-Por el coche no te preocupes, te lo llevaran una vez tenga sus ruedas nuevas –el sonrió –Y yo te puedo acercar al rancho después, así veo a tus padres.
-No tengo ropa de baño –alzo una ceja señalándose
-Seguro que en la casa hay ropa y bañadores de algunas amigas de mi primo –se encogió de hombros y Daniel se tenso
-Pues, si –respondió decidida –Me apunto. Pero necesito pedirte un favor más.
-Tu dirás –el asintió
-Déjame llamar a mi madre, para que no se asuste cuando llegue el coche –le tendió la mano y el dejo el móvil sobre ella.
Mientras Daniel llamaba a la casa y le contaba a su madre que su coche había pinchado y la grúa lo llevaría al rancho a la tarde y ella se quedaría con un amigo, sin especificar quien era ese amigo y donde estaba, la grúa llego y se llevo el vehículo. Al acabar, Nando la esperaba sentado ya en su descapotable, con las gafas puestas.
-¿Todo bien? –le sonrió mientras ella caminaba hacia el coche
-Lo estará cuando me dé un chapuzón en esa gigantesca piscina –Se subió al coche y le dio el teléfono.
-Pues vámonos –el arranco el coche y la música comenzó a sonar.
Había ido muchísimas veces a aquella casa y sin embargo seguía impresionándola desde que atravesaban la verja de la entrada al camino. Un camino de piedra con amplios jardines a ambos lados, arboles podados y flores. A lo lejos se podía divisar la inmensa cansa de dos plantas, pintada de blanco, resaltando en medio de tanto verde.
-¿Eso es un pavo real? –Daniel se inclino sobre la puerta como una niña pequeña observando un juguete -¡Para! ¡Para!
-Va –Nando paro el coche sonriendo y empezó a reír cuando Daniel salto del coche y empezó a acercarse despacio al animal.
-Ven bonito –daba pasos muy despacio, tratando de no acercarse –pita pita
-Es un pavo real no una gallina –Nando se bajo del coche sin parar de reír
-shhh –ella le hizo gestos con la mano para que se callara –Que lo vas a asustar – se agacho –ven bonito, ven –el pavo alzo la cabeza, la miro durante unos segundos y salió corriendo -¡¡espera!!
-Bueno, está visto que el pita pita no sirvió –Nando la miraba aguantando la risa
-Muy gracioso –ella se giro para mirarlo y empezó a reír
-Anda vamos –señalo el coche con la cabeza y se subió de nuevo, cuando ella estuvo a su lado, arranco el coche de nuevo y avanzo por el camino hasta pararse ante la casa. –Seguro que María está en la cocina, veras que sorpresa se lleva
-¿No sabía que venias? –Daniel lo miro con el ceño fruncido
-No –él le guiño un ojo, bajo del coche y abrió el maletero, saco su maleta.
Juntos subieron las escaleras, pero antes de llegar a la puerta, esta ya estaba abierta y Fran, el mayordomo de toda la vida les sonrió.
-Señor, no le esperábamos tan pronto –asintió saludándole y entonces fijo la vista en Daniel
-Hola –ella alzo la mano saludándolo
-Señorita Daniel –el sonrió levemente –Bienvenida
-Gracias –Ella le respondió con otra sonrisa
-Para ti ha habido sonrisa y para mí no –Nando le hablo al oído y ella rio, después le dio la maleta al mayordomo -¿Dónde está María?
-En la cocina señor –el tomo las maletas y comenzó a subir las escaleras
-Vamos -y Daniel no lo espero, cruzo la entrada, atravesó el pasillo que había a la derecha y llego a la puerta del fondo, aquella inmensa cocina con terraza que daba al jardín trasero. Observo a María sirviendo un poco de limonada y sonrió, entro -¿No hay una para mí?
-¡¿Oh?! –María se giro hacia ella sorprendida –Daniel, que sorpresa –se acerco a abrazarla y tras darle un beso –Por supuesto que hay para ti. ¿Has venido con Jake?
-No, ha venido conmigo –Nando entro en la cocina sonriendo y se acerco a abrazar a la mujer
-Que alegría verte niño –ella le miro con cariño –Hacia años que no venias por aquí
-Y todo ha cambiado –el miro a Daniel –Y mucho
Después de compartir una limonada fresca con María y charlar un rato, la misma, acompaño a Daniel a las habitaciones de invitados en busca de uno de los muchos biquinis sin estrenar que alguna amiga de Jake se había dejado, mientras Nando se cambiaba en su habitación.
Una vez con el biquini puesto y un pantalón corto, bajo a la piscina, donde justo al llegar encontró a Nando saliendo de ella completamente empapado. Su boca se abrió alucinada y cuando él la vio sonrió divertido.
-¿Enserio yo prefería a tu primo? –su lengua se movió demasiado rápido y sus mejillas se tiñeron de rojo
-Pues si –el rio sentándose en una de las hamacas –Pero eso es el pasado –señalo la hamaca a du lado –La pregunta ahora es ¿sigue siendo así?
-Voy a llegar a pensar que sigues loquito por mi –Daniel intento desviar el tema, se acerco a su tumbona, se quito el pantalón y tras dejarlo sobre ella se lanzo al agua
-Dicen que el primer amor nunca se olvida –el hablo mirándola cuando emergió del agua
Lo cierto para Daniel es que hacía tiempo que no se sentía tan relajada y se divertía tanto. Nando y ella ayudaron a María a preparar la comida y la mujer les tuvo que regañar cuando empezaron a pelearse lanzándose todo lo que encontraron. Parecía una niña chica, reviviendo de nuevo su libertad. Pero todo llega a su fin.
A las ocho de la tarde, se encontraba sentada en el coche de Nando, de camino al rancho y los nervios de nuevo recorrían su cuerpo.
-Quieres cambiar esa cara –Marta miraba a su hijo cansada –Tu hermana es mayorcita, ella sabe lo que hace.
-Claro y cuando se le estropea el coche, lo manda aquí con la grúa y se larga con –hizo un gesto con las manos imitando comillas –"un amigo"
-Ya basta George –Marta frunció el ceño –Estas olvidando que tu hermana es una mujer adulta, tiene su vida en Miami y tú no puedes vigilarla constantemente. –suspiro y miro a Jake –Y tu no ayudas con esa cara de mala baba –el mismo Jake se sorprendió al ver que su mal humor era tan visible como el su amigo.
-¿Se puede saber qué pasa? –Jónatan los miro cansado
En ese instante el ruido del motor de un coche, sobrepasado por la música a todo volumen inundo el rancho. Un descapotable negro apareció ante ellos, con una Daniel que reía divertida en el asiento del copiloto.
-Ahí está ese amigo –George se cruzo de brazos y entrecerró los ojos
El coche se paro ante la casa y Daniel diviso a todos junto al granero, la música dejo de sonar y entonces ella bajo el vehículo. Sintió los ojos de Jake recorriéndola. A los segundos todas las miradas estaban puestas en el conductor, que tras bajar sonriente se acerco a Daniel y paso el brazo por sus hombros, para susurrarle al oído mientras caminaban hacia el granero.
-Tengo la sensación de que quieren matarme –y al decirle eso Daniel no pudo evitar reír
-No es a ti solo, tranquilo –ella lo miro de reojo y el sonrió
Cuando estuvieron lo bastante cerca, Nando se quito las gafas y sonrió.
-Hola Jónatan, Marta –fijo la vista en George -¿Qué tal George? –y por fin miro a su primo y asintió –Primo
-¿Nando? –Marta se acerco a darle dos besos –Pero que alegría verte hijo
-Muchacho cuanto tiempo –Jónatan se acerco y le estrecho la mano
-¿MI hermana ha pasado el día contigo? –George lo miro desconcertado
-Sí, me la encontré en la carretera –Se encogió de hombros, miro a Daniel y le guiño un ojo, después poso la vista en George –La invite a comer y estuvimos en la piscina
-¿En mi piscina? –Jake apretó los puños molesto
-En la piscina de tu padre –y el ambiente se tenso, miradas que mataban uno al otro y los demás de espectadores.
-Hija podías habernos dicho que Nando estaba aquí –Marta intento desviar el tema
-Fue culpa mía –el sonrió divertido –Yo la rapte.
-¿Y qué tal te trato la vida? –Jónatan pregunto con simpatía
-Muy bien –el miro a su alrededor –Y veo que al rancho también, ¿muchos caballos?
-Vamos que te enseñe –Jónatan señalo la dirección contraria
-Bueno Daniel, nos veremos en la fiesta –él se acerco a ella y le dio un beso en la mejilla
Ella se quedo observándole con una sonrisa y unos segundos después se dio cuenta que Jake, George y su madre la miraban.
-Voy a ducharme –y casi corriendo se dirigió a la casa y entro.
Se dirigió a la cocina a beber un poco de agua y cuando salió de ella se encontró a su hermano esperándola.
-¿No tienes nada que decir? –George se cruzo de brazos
-Oh por dios es Nando –ella rodo los ojos.-Lo conocemos desde pequeños, estoy aquí, vivita y coleando
-¿Y a ese tal Alex también lo conoces? –George la taladro con la mirada
-¿Qué tiene que ver Alex en esto? –Daniel lo miro desconcertada
-Anoche le diste las llaves de tu coche Daniel –George apretó la mandíbula -¡Le diste las llaves de tu coche a un desconocido y te fuiste con él!
-También venia Louisa ¿lo olvidas? –Entonces ella frunció el ceño -¿Jake te fue con el cuento?
-¿Y eso que importa? –George entrecerró los ojos mirándola
-¡Pues importa! ¡Desde que he llegado no haces más que enfadarte conmigo! ¡Pelear, discutir! ¡Me tratas como si siguiera siendo una cría! ¡Y utilizas al imbécil de tu amigo para seguirme los pasos!-Daniel lo miro a los ojos furiosa -¡Pero esto se ha acabado! ¡Eres mi hermano, no mi vigilante! ¡Yo hago lo que me da la gana con mi vida y no tengo que darte explicaciones!
-¿Pero qué está pasando aquí? –Marta entro a la casa mirándolos asustada
-No pasa nada mama –George miro a su madre incomodo
-Oh, si pasa –Daniel alzo la barbilla mirando a su hermano. Después se giro y salió de la casa dando un portazo.
-¡Hija! –Marta observo la puerta y después a su hijo enfadada
Daniel atravesó el exterior hasta llegar al granero. ¡Ese maldito idiota había ido a contarle a su hermano lo de la noche anterior! ¡¿Cómo había podido ser tan rastrero?! Subió las escaleras hasta la habitación y al verla vacía apretó los puños, entonces escucho ruido en el baño. No pensó, no llamo. Simplemente abrió la puerta tan bruscamente que esta golpeo la pared del baño.
-¡¡Eres un imbécil!! –Grito al tiempo que esta se abría
-¡¡Daniel!! –y Jake estaba desnudo, desnudo a punto de entrar a la ducha.
Los ojos de Daniel se fijaron rápidamente en el lugar al que no debía mirar, su boca se quedo abierta. Se decía a si misma, deja de mirar y grítale, grítale que es un idiota, un capullo, que le odias, que.... ¡QUE POLLON!
-¡¿Pero te has vuelto loca?! –Jake agarro una toalla y se cubrió la cintura.
-¡¿Loca?! –Lo miro a los ojos y después su mirada volvió a bajar. ¡¿Por qué no podía olvidar lo que acababa de ver?! -¡Le has ido a contar a mi hermano lo de Alex?! ¡¿Pero tú quien te has creído que eres?!
-Yo solo hice lo que tenía que hacer –el avanzo hasta pararse cerca de ella -¡Te largaste con un desconocido!
-¡¿Y tú que sabes?! –Daniel intento evitar lo que su mente le gritaba, pero esa vocecita seguía de fondo ¡Quítale la toalla!¡Quítale la toalla! ¡Bastaaaaa! -¡Y eres el menos indicado para abrir la bocaza! ¡Ya que te gusta contarle a mi hermano mis cosas! ¡¿Porque no le cuentas más?!
Ella se giro dándole la espalda y dio un paso para largarse, tenía que irse de allí, tenía que alejarse de ese hombre.
-¡Ah no! ¡Ahora no te vas! –Jake la agarro del brazo impidiéndole avanzar y la obligo a girarse para que le mirara -¡Vas a decirme que diablos paso entre nosotros!
-Oh ¿Estas agobiado? –Daniel alzo la mano y acaricio su mejilla sonriendo con maldad –Deberás estar preocupado ¿Qué hice? ¿Qué hice? ¿La hermana de mi mejor amigo?
-¡Basta ya! –Apretó su agarre en el brazo con fuerza –Vas a decirme ahora mismo que es lo que paso
-¡Oh claro! ¡¿Por qué no iba a contártelo?! –Daniel logro soltarse de su agarre y lo miro a los ojos
-¡¿Qué no entiendes que me voy a volver loco?! –El paso las manos por su pelo ansioso -¡Necesito saber si me acosté con la hermana de mi mejor amigo!
No debería haber sentido lo que sintió al oírle, no debería haberse sorprendido de la verdadera razón por la que Jake Clifork estaba nervioso. Pero aun así, fue como recibir un fuerte puñetazo en su estomago, al comprender que la única preocupación de el era haber decepcionado a su amigo.
-Oh pues no te preocupes, no tienes que preocuparte –Daniel le miro con rabia –Tu y yo no nos acostamos.
-¿Entonces? –Jake no entendía nada -¿Qué paso? Yo...
-Tu tardaste solo unos minutos en poner tus manazas sobre cualquier otra, unos minutos en los que yo tarde en buscar a mis amigas –vio el desconcierto en la cara de el –Así que no te agobies, porque lo único que hiciste aquella noche fue demostrarme la clase de hombre que eres.
Y antes de que él pudiera reaccionar, Daniel había bajado las escaleras del granero y estaba saliendo de él.
VAYA DANIEL ESTA MUY CABREADA... PERO PARECE QUE TAMBIEN IMPACTADA AL VER A JAKE JAJAJAJ SEGURO QUE ESA IMAGEN NO SE BORRA DE SU CABEZA FACILMENTE
BUENO AGARRAOS. QUE VIENEN CURBAS!!! OS DEJO UNA FOTO DE DANIEL CON EL BAÑADOR Y PANTALON DE UNA DE LAS AMIGAS DE JAKE
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