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Capitulo 27: Un mes

La musica rompio el silencio que inundaba la habitación.


En lugar de estirar la mano y apagar el despertador, Daniel se incorporo en la cama y con la musica sonando, tomo el mando que habia sobre su mesilla de noche y pulso el botón. Inmediatamente las persianas automaticas se alzaron dejando entrar en la habitación los primeros rayos de sol.


Salto de la cama y descalza se dirigio a las grandes puertas de cristal que daban a su terraza, las abrio y aspiro aire, dio varios pasos hasta pararse ante la baranda.


Desde la primera vez que habia despertado en aquel apartamento, hacia ya dos años, tenia la costumbre de salir a su terraza.


No se habia dado cuenta de cómo habia echado de menos estas pequeñas cosas mientras estuvo en Texas.


De nuevo, de nuevo volvia a recordar Dallas, nego con la cabeza eliminando sus pensamientos, estiro los brazos mientras miraba la ciudad.


-Buenos días Miami -y se giro para entrar de nuevo a la habitación. Se acerco a su vestidor y tomo la ropa. Se vistio rapidamente, se dirigio al baño, donde cepillo su cabello recogiendolo en una coleta alta. -Vamos alla -salio del baño, apago la musica, se sento en la cama, se puso sus deportivas y salio de la habitacion. Bajo las escaleras de cristal y atraveso el salón, se paro ante el mueble de la entrada, cogió las llaves y tras guardarlas en su bolsillo, tomo su mp4, se coloco los cascos y lo encendio. Abrio la puerta -¡Dios! -llevo una mano a su pecho tras dar un salto


-Buenos dias -Alex la miro con una sonrisa, apoyado en la pared frente a su puerta, con los brazos cruzados.


-¿Es que no puedo librarme de ti ni un segundo? -Daniel salio y cerro la puerta. Habia vuelto a cambiar su hora de despertarse para ir a correr. Los primeros dias, como de costumbre salia a las siete de la mañana y ahí estaba el, adelanto a las seis y ahí estaba el, retraso a las ocho y... ahí estaba el. Y hoy habia vuelto a levantarse a las siete. ¡Y ahí estaba el! -¿Cómo lo haces? -paso a su lado y camino hacia el ascensor


-Mi apartamento es el de al lado -Se encogio de hombros siguiendola hasta el ascensor -Mi habitación esta pegada a la tuya, escucho tu musica.


-Bien, la cambiare por un despertador convencional -Daniel entro al ascensor y le observo pararse a su lado.


-Te agradeceria que no -la miro de reojo mientras las puertas del ascensor se cerraban -Eso me obligaria a levantarme a las cinco de la mañana para esperar ante tu puerta como un perro guardian. Y supongo que no quieres un perro guardian.


-Y yo que creia que ya lo tenia -retenio la sonrisa, entonces fruncio el ceño -Has dicho que escuchas mi musica.


-Si -el asintio, las puertas se abrieron


-Entonces si alguna vez llevo algun amigo a casa ...-dejo la frase en el aire mientras salia del ascensor sonriendo. -Que embarazoso ¿no?


Alex se quedo alli, en medio del ascensor, con el ceño fruncido, solo cuando la puerta comenzo a cerrarse, reacciono, y salio antes de quedar encerrado.


-Buenos días señorita Sullivan -El de seguridad la miro con el ceño fruncido, hasta que diviso a Alex corriendo para alcanzarla.


-Apuesto a que si no me hubieras oido, este te hubiera llamado -Daniel rodo los ojos, mientras se dirigia a la puerta -Hola Jon


-Señorita -el portero, un hombre mayor muy agradable le sonrio -Que tenga una buena carrera


-Te hubiera seguido el mismo -Alex se paro a su lado tras salir de la puerta, la observo estirar las piernas.


-Prefiero que seas tu -Daniel suspiro, se coloco el auricular que hasta ahora llevaba sobre el hombro y le miro -Vamos a sudar un poco grandullón -y comenzo a correr


-Es imposible no sudar siendo tu guardaespaldas -el hablo para si mismo, despues comenzo a correr tras ella.


Como cada mañana desde que habia llegado a Miami, recorrieron la calle en la que se encontraba su edificio, cruzaron la avenida principal y se adentraron en el parque. Y como cada vez que salia a correr, Daniel descargaba su rabia y frustración en aquel parque, aceleraba el ritmo y corria con todas sus fuerzas por el mientras la musica inundaba sus oidos.


Alex la respetaba, sabia que necesitaba ese tiempo para ella sola, para si misma y no se inmiscuia. La seguia en silencio, corriendo, pero sin apartar la vista de ella.


Sonrio al verla pararse junto a la puerta del otro ala del parque, apoyando las manos en las rodillas e inclinandose hacia delante, respirando agitada, acelero el paso para llegar hasta ella.


-Te has quemado -se paro a su lado observandola


-¿Qué? -ella se incorporo, sin dejar de respirar con dificultad.


-Que te has quemado -el alzo una ceja -Te has pasado esforzandote y te has quemado. Siempre te pasas pero hoy...¿Me dices a que se debe?


-He corrido como todos los dias -pero sabia que no era cierto y el comenzar a caminar en lugar de correr la delataba.


-Ya, bueno -Alex permanecio a su lado, andando con ella -Supongo que razones no te faltan


-¿Ah no? -Daniel alzo una ceja mirandolo de reojo


-Llevamos un mes aquí, no has contestado llamadas de tus padres y tampoco de Jake -El la miro -¿O quizas es porque tenemos que regresar? Vas a estar en Dallas y es imposible que no les veas. -suspiro -O tambien puede que sea por la casa.


-Vamos -y Daniel comenzo a correr. Pero no inicio con un ritmo lento, sino corrio deprisa, como si intentara huir.


-Mierda -el corrio para alcanzarla -Dani para -suspiro y la agarro del brazo hasta forzarla a parar -Dani


-Dejame -Ella se revolvio intentando liberarse


-Eh, Dani -y Alex la abrazo con fuerza -Ya esta, tranquila.


Varios minutos pasaron, ninguno dijo nada mas, ella se dejo abrazar y solo cuando se aparto, fue consciente de las lagrimas que recorrian sus mejillas, las limpio con rabia.


-Dani -Alex la tomo de la barbilla obligandola a mirarle -Se que es complicado, pero, es tu familia. Son tus padres, se habran equivocado pero no por ello te quieren menos.


-No se como mirarles a la cara -Daniel hablo tensa -No se si puedo mirarles y no... no ver aquella forma en que me vieron cuando, cuando me juzgaron


-Podras hacerlo, les miraras, hablareis y les perdonaras. Porque les quieres -el sonrio -Cuando llegue el momento, cuando estes preparada tu misma lo sabras. -miro su reloj y de nuevo a ella, vio el miedo en sus ojos -Lo has hecho muy bien hasta ahora, con la empresa, con la prensa, con el papeleo.


-Parece que puedo llevar todo menos mi vida personal -Daniel apreto los labios en una fina linea


-Venga, que no puedes hacer esperar a Richard y al abogado -el sonrio levemente y la empujo, miro su reloj y pulso en el -Cinco minutos -y salio corriendo


-¡Eh! -Daniel lo miro desconcertada por unos segundos, una pequeña sonrisa se dibujo en su rostro y comenzo a correr tras el.


Y corriendo terminaron el recorrido hasta llegar al edificio, justo en el instante en que el de seguridad era relevado por otro.


-¿Agotada? -Alex la miro divertido mientras la esperaba ante el ascensor


-¡Eso .... No vale! -Daniel se paso la mano por la frente -Estaba quemada


-¿No digiste que habias corrido como todos los dias? -Alex sonrio y entro al ascesor, ella le dedico una mirada envenenada y entro tras el.


Cuando llegaron a la planta trece, ambos salieron del ascensor y se dirigieron a sus respectivos apartamentos.


-¡¿Ocho y cuarenta?! -Alex pregunto mientras abria su puerta


-Y cuarenta y cinco -Daniel abrio la suya y le miro antes de entrar -Yo tengo el pelo largo


Nada mas entrar cerro la puerta sonriendo, debia reconocer que se habia acostumbrado a tener a Alex a su lado. Atraveso el salon, subio las escaleras y una vez en su habitación comenzo a quitarse ropa, cuando se dirigia hacia el baño paso junto a su aparato de musica y sonrio. Lo encendio y subio el volumen.


-Toma musica -y se adentro en el baño directa a la ducha.


...............


-Y cuarenta y siete -Alex la miro con una ceja alzada, parado junto a la puerta de ella.


-Dos minutos -Daniel rodo los ojos cerrando la puerta -¿En serio?


-Quiza no te habrias retrasado esos dos minutos si no hubieras tenido que apagar la radio -el hablo caminando hacia el ascensor


Daniel se mordio el labio aguantando la risa y le siguió hasta el ascensor. Bajaron en silencio y de nuevo saludaron al portero y al de seguridad.


Como siempre se dirigieron a la cafeteria que habia en frente y se pusieron en la cola.


-Un capuchino con canela y un café -Alex hablo antes de que ella lo hiciera -Un donut ¿y? -Daniel hizo una mueca en señal de que no queria nada, el rodo los ojos -Un bollo de arandanos. -en cuanto la chica sirvio se dio prisa en pagar -Yo invito, pero no te acostumbres eh. Aquí la millonaria eres tu.


-¿Cómo te has dado cuenta? -Daniel respondio quitandole su capuchino de las manos -¿Quizas porque estoy seguida por hombres enchaquetados y con gafas de sol en todo momento?


-Eso ayudo, pero los continuos viajecitos en tu helicóptero me lo pusieron en bandeja -Alex abrio la bolsa y le tendio el bollo de arandanos -Pruebalo, te gustara.


Daniel lo miro, dispuesta a rechazarlo, pero al ver que el alzaba ambas cejas lo cogio, dio un bocado.


-¿y? -Alex pregunto mientras tomaba su café rapidamente, de camino al coche.


-Un bollo -Daniel se encogio de hombros


-Tienes que refinar un poquito tu gusto culinario eh -el sonrio dando un bocado a su donut, se paro junto al coche y lo abrio, se subio -No puedes codearte con gente de tanta clase y no saber apreciar un bollo de arandanos.


-Hablo el del donut -Daniel lo miro mientras se ponia el cinturon, sonrio al verle sosteniendo el donut con la mano mientras con la otra se ponia el cinturon. Se inclino hacia el y dio un bocado al donut -Esto esta mejor


-¡Eh! ¿Has hecho lo que creo que has hecho? -Alex la miro divertido


-¿Qué? ¿Yo? -Daniel bebio un poco de capuchino


-Si tu -la señalo con los ojos entrecerrados -Acabas de morder mi donut


-¿Y por que iba a hacer eso? -Daniel alzo la cabeza -Soy millonaria ¿recuerdas? Puedo pagar miles de donuts mejores que el tuyo.


El sonido del telefono inundo el auto, ambos se miraron, miraron el reloj del coche e hicieron una mueca.


-Richard -dijeron al unisono.


Alex se dio prisa en arrancar y conducir y Daniel termino su bollo y su capuchino casi en un tiempo record.


Conforme el coche se adentraba en la urbanización, Daniel iba poniendose cada vez mas tensa, cuando se pararon ante la gran verja metalica, esta se abrio rapidamente.


-Respira -Alex la miraba de reojo mientras llevaba el auto al interior. Entonces Daniel fue consciente de que estaba sugetandose al asiento con bastante fuerza, sus nudillos estaban casi blancos. El coche se paro ante la preciosa casa de dos plantas y Richard se paro en lo alto de las grandes escaleras con los brazos cruzados y cara de pocos amigos -No parece muy contento de vernos -la miro para ver si habia conseguido al menos un amago de sonrisa, pero ella estaba alli, como una estatua en el asiento, mirando la casa. Alex bajo y tras rodear el coche se paro junto a la puerta de ella y le abrio, mientras la ayudaba a bajar miro a Richard y nego con la cabeza, indicandole que deberia tragarse la bronca que sabia que estaba dispuesto a echarles.


Daniel subio los escalones muy despació, sabia que los dos hombres tenian la vista puesta en ella, pero aun asi le era imposible reaccionar. Al pasar junto a Richard, el se situo a su lado y paso el brazo por sus hombros.


Entraron a la casa. Nada habia cambiado, todo estaba exactamente igual. Salvo el.


El no estaria sentado en la sala, en su sillon, esperandola.


Instintivamente la mirada de ella se dirigio al sillon nada mas entrar en la sala y le parecio verle alli sentado, revisando los papeles que ella le llevaba.


-Señorita Sullivan -Richard apreto su agarre en los hombros para hacerla reaccionar, despues señalo al abogado de Leonard -Ya se conocen


-Señorita, me alegro de verla bien -el hombre le sonrio calidamente


-Hola -ella asintio, le vio tomar asiento de nuevo y se obligo a respirar antes de sentarse en el sofa -¿Puedo saber porque la reunión se tiene que hacer en la casa de Leonard?


-Bueno, el me pidio que hiciera esto, solo cuando usted hubiera tomado su papel en la empresa y todo con la prensa estuviera en orden -el la miro incomodo -Y exigio que le recordara que esta ahora es su casa señorita Sullivan.


Daniel contuvo el aire al oirle. Lo sabia, era suya, al igual que resto de propiedades, empresa, todo. Pero vivir alli.... Sin el...


-Leonard me pidio que le digera algo -el fruncio el ceño por un momento -Construyo esta casa para su esposa, supongo que le hablo de ella.


-No mucho, pero si -Daniel asintio. Vanesa, la mujer de Leonard habia muerto en un accidente cuatro años despues de que se casaran y desde entonces el habia permanecido solo.


-Su ilusion es que todo esto perteneciera a sus hijos y a usted la consideraba una hija -el sonrio levemente - Leonard queria que supiera que esta en todo su derecho de modificar la casa, de pintarla, de cambiar muebles. Es suya y lo unico que no quiere es que la convierta en un templo de lo que el fue.


-¿Es para eso para lo que me ha traido aquí? -Daniel fruncio el ceño


-No -el suspiro, abrio su maletin y saco un sobre -La principal razon es entregarle esto -abrio el sobre y saco un pequeño cofre de madera, se lo tendio -Leonard dijo que usted sabria que hacer con el


-¿Con el cofre? -fruncio el ceño tomandolo. Lo acaricio, observando las letras gravadas en el, DS, sus iniciales. Lo abrio despacio y sobre una esponja de terciopelo azul, descansaba un pequeño colgante de oro, concretamente una llave.


-¿Es una llave? -Richard fruncio el ceño -¿Un colgante de una llave?


-No tengo nada mas que hacer aquí -el abogado se levanto -Señorita, si me lo permite. Ha sido un verdadero placer conocerla y me alegro de que Leonard la conociera.


-Gracias -Daniel se incorporo, el alargo la mano para que se la estrechara, pero ella se acerco y lo abrazo dandole un beso en la mejilla -Gracias


Alex acompaño al abogado a la puerta y cuando regreso a la sala, Richard seguia mirando el cofre con el ceño fruncido y Daniel pensativa a su lado.


-¿Y tu sabes que hacer con esto? -Richard la miro desconertado -Ponertelo ¿no?


-Es una llave, quizas habra algo -Alex miro a Daniel con curiosidad


-Una llave diminuta y de oro -Richard lo miro como si estuviera loco .-¿Qué va a abrir esto?


-El joyero -Daniel miro el colgante, lo agarro y salio de la sala deprisa, ellos la siguieron.


Cuando Leonard le habia contado que estaba enfermo, tambien le habia pedido que se mudara alli, a la casa. E incapaz de negarse al dia siguiente Daniel habia estado instalada en una habitacion que el mismo habia ordenado acomodar para ella. De aquella manera habia podido estar al lado de el en cada instante y haberlo conocido por completo. En una ocasión el le habia dado las gracias, las gracias por haberle dado la oportunidad de sentir aunque fuera por sus ultimos dias de vida lo que era tener a una hija a su lado.


Tras subir las escaleras y atravesar el pasillo de la segunda planta, Daniel se paro ante las puertas de la que fue su habitacion. Se quedo mirandolas unos minutos, hasta que finalmente las empujo.


Volver a ver aquella cama, totalmente blanca, sus cogines, el ultimo libro que se habia leido en la mesita ante el sofa que habia en la esquina.


-Que pedazo de habitacion -Richard la miro sorprendido


Si, ella habia pensado lo mismo cuando habia llegado alli.


Paso ante la cama, ignoro la puerta del baño y entro al vestidor, todo forrado de madera, en el cual aun habia algunas prendas de ella y zapatos. Al fondo la pared era todo espejos y a la derecha habia una comoda con un sillon ante ella, Daniel se dirigio alli y fijo la vista en el joyero de madera que estaba empotrado en la pared. Cuando ella habia vivido alli, habia usado el joyero para guardar sus baratijas, pero le llamo la atencion una pequeña mueca, como de una llave, que tenia en uno de sus lados. Acerco el colgante e introdujo la llave, la giro despacio, solo un giro, a la derecha.


Todos miraban el joyero, donde no paso nada.


Sin embargo el espejo central de la pared del fondo se desplazo hacia atrás y se deslizo hacia la derecha, desapareciendo.


-Vale -Richard trago saliva -¿No lo he imaginado no?


-Deja que entre yo antes -Alex fruncio el ceño


-¿Puede haber vamipiros? -Daniel hizo una mueca, se paro ante el hueco y entro despacio. Escuchaba los pasos de ellos siguiendola -No veo nada


-¿No hay alguna llave para la luz? -Richard extendio los brazos tocando -He tocado algo


-Ese es mi bolso -Daniel suspiro -¡Ah! Me he dado con algo -toco algo frio, ¿Cristal?


-Aquí -y Alex pulso la llave que habia en la pared, los focos que inundaban el techo se iluminaron y pudieron ver.


Se quedaron en silencio, tecnicamente no tenian palabras.


-¿Qué coño? -Richard miro a su alrededor con los ojos abiertos de par en par


-Dios mio -lo primero que Daniel vio fue el cristal sobre el que tenia la mano, una vitrina, con una tela de terciopelo rojo bajo el cristal y sobre ella un precioso collar de diamantes con pendientes y pulsera a juegos.


-Dani -Alex la llamo para alzara la vista y ella lo hizo.


Entonces vio lo demas.


Parecia una joyeria.


Todo revestido de madera, con vitrinas de cristal, exponiendo joyas maravillosas. Pendientes, pulseras, gargantillas, broches.


-¿Y este cajon? -Richard solo lo toco y el cajon se abrio mostrando relojes


-Esto era de su mujer -Daniel acaricio la vitrina que protegia una pequeña caja negra, abierta, mostrando un anillo con un diamante. -Todo esto era de ella


-Y ahora es tuyo -Alex hablo y los dos se giraron a mirarle -Esta claro que Leonard se tomo bastantes molestias para que lo tubieras junto a ti, incluso antes de que muriera.


-¿Tu padre sabia algo de esto? -Richard fruncio el ceño -Es el jefe de seguridad


-Si lo sabia no me dijo nada -el respondio mirando a Daniel


-Se lo preguntaremos en el avión -Richard miro su reloj -¿Qué vas a hacer con todo esto?


-No lo se -Daniel sintio las lagrimas en sus ojos


-Aquí estara a salvo, solo tu puedes abrir la puerta o el espejo o lo que sea -Richard miro a Alex, despues salio dejandoles a solas.


-¿Estas bien? -Alex se acerco, se paro tras ella y coloco una mano en su hombro -Leonard queria que todo esto fuera tuyo.


-Y Leonard siempre conseguia todo lo que se proponia .-sonrio limpiando la lagrima que resbalo por su mejilla


-¿Por qué no te llevas algo para la fiesta? -Alex acaricio su hombro, seguro que tiene que haber algo para trasladar algunas joyas -se dirigio a las puertas de madera que habia bajo las vitrinas. En ellas habia maletines, expresamente preparados para trasladar joyas, se incorporo y se lo mostro. -Escoge algo


Daniel miro a su alrededor y algo llamo su atencion. Camino hacia la vitrina, la abrio y tomo la pulsera. Esa pulsera.


-La vi, en la exposicion de la nueva temporada de la joyeria Cogher -la sostubo en sus manos acariciandola -Me pase toda la noche observandola


-Y el la compro -Alex se acerco, se la quito de las manos y tras meterla en una pequeña bolsita de terciopelo la dejo dentro del maletin -Para ti - la miro y sonrio, tomo un mechon de su pelo y se lo aparto de la cara -¿Qué tal unos pendientes a juego? -le retiro el pelo tras la oreja y se la acaricio. Miro a su alrededor y camino hacia una vitrina, la abrio, y saco uno pendientes de brillantes, se acerco a ella y se los mostro. Daniel asintio y el repitio el proceso que con la pulsera, despues cerro el maletin. -¿Vamos?


Ella salio seguida de el, se dirigio al joyero, giro la llave al lado contrario y el espejo volvio a aparecer, cerrando el acceso, despues saco la pequeña llave y se quedo observandola.


-Dame -Alex se la quito, le aparto el pelo a un lado y la coloco sobre su cuello -Listo


Daniel se giro y se miro al espejo, viendo la pequeña llave sobre su pecho.


Tras salir de la casa, los tres se dirigieron hacia el aeropuerto, donde Gonzalo, junto con Angela les estaban esperando.


Subieron al avion con destino a Dallas, donde aprovecharon para preguntar a Gonzalo si conocia la existencia de aquellas joyas y el dijo que si, que el mismo habia sido el encargado de trasladarlas alli, sin que nadie le viera.


-Podrias comprarte un avion privado -Richard hablo en voz baja a Daniel


-No quiero un avión privado -ella lo miro molesta -Ya tengo bastante con un helicoptero


-Que podriamos haber usado -el suspiro


-Esta en Dallas, no lo iba a hacer venir para llevarnos alli -ella nego con la cabeza


-Para eso es -Richard se encogio de hombros -De todas formas tendremos que usarlo al llegar al aeropuerto.


-¿Y para que vamos a usarlo? ¿No podemos ir al hotel en coche? -Daniel se retorcio las manos nerviosa


-El hotel -Richard miro a Alex, este miro a su padre.


-¿Qué pasa? -Daniel fruncio el ceño


-Veras es que, habia mucha prensa en torno al hotel -Richard hizo una mueca


-Hubiera sido complicado -Gonzalo la miro a los ojos -Salir y entrar cuando estan tan pendientes.


-¿Y hemos cambiado de hotel? -Daniel pregunto y tanto Richard como Gonzalo miraron a Alex


Daniel que estaba en el lado de la ventanilla, se inclino hacia delante para poder mirar bien a Alex. Por su parte Angela mantuvo la vista en el libro, que supuestamente estaba leyendo.


-Albert nos ofrecio su casa -Alex suspiro -Y dadas las circunstancias es lo mejor, esta fuera de Dallas y ningun periodista supondra que estamos alli.


-¿Su casa? ¿Su casa en Prosper? -Daniel apreto la mandibula


-Cogeremos el helicoptero y nos llevara directamente a la finca de Albert -Richard hablo rapidamente -Alli esta dispuesta toda la seguridad y ...


-¿Toda la seguridad? -Daniel se encogio en el sillon -Dios


Y tal como ella penso la movilización fue increible. Tanto que estaba segura de que sus padres, si no sabian que era ella la que habia llegado a la finca vecina, pensarian que llegaba algun politico o algo asi.


El helicoptero aterrizo en el lado mas alejado del rancho de sus padres, tal como ella pidio, pero aun asi, no es que muchos helicopteros volaran aquella zona. Y como supuso la casa estaba totalmente rodeada de seguridad. No le quedaba ninguna duda de que Gonzalo sabia hacer su trabajo muy bien.


Para mantenerse ocupada, Daniel pidio a Richard que se reunieran en el despacho de la casa una hora despues de llegar y junto con Ana se pusieron al dia sobre algunos asuntos de la empresa Clifork, a la que tendria que dirigirse mañana mismo. Ademas de la empresa, la principal razon que tenia para ir a Dallas era la fiesta que un cliente dueño de la mejor produccion de joyas existente y a la que ella habia sido cordialmente invitada.


Habia pasado un mes y alli estaba de nuevo.


Un mes y estaba en la misma situacion que cuando se fue.


¿O no?


BUENO UN MES FUERA.. ¿TIEMPO SUFICIENTE PARA PENSAR?

VEREMOS QUE PASA


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