Capítulo 2. 𝓒𝓪𝓻𝓽𝓪𝓼 𝓭𝓮 𝓢𝓪𝓷 𝓥𝓪𝓵𝓮𝓷𝓽𝓲𝓷

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Los dos cachorros recorrieron el bosque mientras se contaban anécdotas que habían pasado, tratando de olvidar lo que pasó anteriormente. Ambos sentían una fuerte conexión con el otro, pero no se atrevían a decirse nada.
Las horas se conviertieron en minutos para los dos, y pudieron notar que era muy tarde.

―Ya es muy tarde, Everest―dijo Marshall mirando a la luna.

―Tienes razón, ¿te acompaño al cuartel?

―Claro, ven conmigo―respondió mientras iban caminando en dirección hacia el cuartel de los Paw Patrol―. Espero que Ryder no se enfade conmigo, jaja.

―Jaja, esperemos que no.―entre carcajadas.

Estando en el cuartel

―¡Marshall! ¿dónde estabas?―preguntó preocupado Ryder.

―Lo siento Ryder; lo que pasa es que Everest y yo fuimos a pasear por el bosque y el tiempo pasó muy rápido. Te lo prometo, no volverá a pasar―dijo Marshall firmemente levantando una pata prometiendo a Ryder no volver a llegar tarde al cuartel.

―De acuerdo Marshall, y veo que no viniste solo...―observando a Everest.

―Oh sí, Everest me quizo acompañar.

―¡Hola Ryder!―saludó Everest con una cálida sonrisa.

―No te molesta, ¿cierto?

―No Marshall. De hecho ella puede dormir por hoy en el cuartel.

―¡Gracias Ryder!―agradeció Everest con una sonrisa mientras observaba a Marshall.

―¡No hay de qué Everest! Descansen cachorros.

―Vamos Everest, te mostraré en donde puedes dormir.

Unos minutos después..

―Aquí es. Fue un placer guiarte Everest, y gracias por acompañarme a llegar hacia el cuartel.―dijo sacudiendo su colita, como signo de estar feliz.

―No hay de qué Marshall! Hasta mañana.

―Hasta mañana Everest.

A la mañana siguiente

Desde la mañana, Marshall pudo escuchar conversaciones por parte de sus compañeros, los Paw Patrol. Todos excepto Rubble, que estaba durmiendo sin importarle el ruido fuerte que había.

Marshall decidió salir ¡y vaya! Todos se emocionaron al ver despertar a Marshall. El dálmata pudo observar que Everest estaba de pie rodeada por los canes, no se sentía muy cómoda, así que decidió preguntarle si estaba bien, pero antes de eso, preguntarles los demás qué ocurría.

Marshall: ¿Qué ocurré amigos?

Zuma: ¿Trajiste a Everest, amigo?-preguntó Zuma con una cara seductora.

Marshall: Eh, sí. Ayer fuimos a pasear, ¿por qué?

Los cachorros se quedaron en silencio y se miraron entre ellos para luego contestar a Marshall.―Por nada.

-¿Y entonces?-preguntó Marshall levantando una ceja.

―¡Cachorros, llamada de alerta!-avisó Ryder a los cachorros.

-¡Ryder nos necesita!-dijeron los cachorros mientras iban al cuartel.

Todos se fueron al elevador, pero aún no subía debido a que un cachorro faltaba.

-Espérame aquí Everest, ¿de acuerdo?

-De acuerdo.

-¡Adiós!-se despidió Marshall de Everest.

Marshall se subió al elevador para subir hacia el cuartel.

-¡Listos para la acción Jefe Ryder!-dijo Chase firmemente.

-Gracias por venir cachorros. Nuestra misión de hoy es ayudar a la Alcaldesa Goodway a terminar de entregar las cartas de San Valentín para mañanas todos abrirlas. Recuerden que mañana es el día del amor y la amistad.
Así que para esta misión los necesitaré a todos.

-¡A la orden!-respondieron todos los cachorros.

Cuando todos los cachorros se estaban yendo, Ryder llamó a Marshall.

-Marshall, puedes traer a Everest para ayudar si quieres.

-Gracias Ryder, si quiere ir a ayudar con gusto la traigo.

-Ok, ¡nos vemos Marshall!

Marshall salió corriendo a buscar a Everest y la encontró, pero...¿qué hacía ella mirando detenidamente esas fotos de Marshall? Una era cuando estaba con su collar de la suerte, y otra cuando fue miembro de los Paw Patrol.
Marshall se acercó sigilosamente hacia Everest para luego preguntarle:

-¿Qué haces Everest?

La husky se puso nerviosa, no sabía qué responder antes aquella pregunta.―Aah, ¡Marshall! Uff, ¡pero qué susto!, jeje-dijo fingiendo una sonrisa tratando de cambiar de tema para no contestar.
Marshall se dio cuenta de aquello, pero le siguió la corriente; de todas formas, esa conversación continuaría otro día.-Lo siento Everest, no quise asustarte-dijo mientras soltaba carcajadas.

-Bueno, ¿querías decirme algo?-preguntó levantando una ceja.

-Sí. Vine a preguntarte si quisieras ayudarme a ser parte de una pequeña misión de los Paw Patrol-preguntó Marshall emocionado.

-¡Guau! ¡por supuesto que sí Marshall! ¿De qué se trata?-preguntó la husky.

-Sólo nos vas a ayudar a entregar las tarjetas del día de San Valentín a todos los ciudadanos de Bahía Aventura.

-¡Me apunto! ¡¡Será mejor que vayamos ya!!-dijo mientras la husky corría hacia los cachorros muy emocionada.

-¡Everest espérame!

-¡No te escucho Marshall! ¡dilo más fuerte!-dijo gritando Everest.

-¡¡¡Dije que me esperes!!! Woaaah!!-el dálmata dio un paso en falso y cayó encima de Everest, casi hocico con hocico.

Se pudo sentir el sonrojo de Everest, pues su piel era blanca y era fácil notar que algo andaba mal.―Creo que debí escucharte-dijo Everest a Marshall.

―Y-yo creo que sí-dijo con una sonrisa nerviosa.

Los dos se separaron y siguieron su camino.

Cuando por fin llegaron, los cachorros estaban por terminar. Así es, habían llegado tarde.

-Marshall, ¿qué pasó?-preguntó Ryder curioso ante la respuesta de el dálmata.

-Lo sentimos Ryder, nos retrasamos un poco-dijo sonriendo nerviosamente tratando de parecer firme ante su respuesta, pero no podía hacerlo si Everest estaba cerca de él.

-De acuerdo, aún falta un poco, pueden ayudar.

-¡A la orden!-dijo Marshall

Más tarde...

-¡Buen trabajo cachorros! Merecen un premio. Todos son buenos cachorros.

-¡¡Auuu!!-aullaron todos los cachorros para celebrar su premio.

Ryder le entregó a cada uno en su plato croquetas para que puedan comerlas y descansar.

-¿Qué te pareció tu misión de hoy Everest?-preguntó Marshall.

-La verdad es que estuvo muy divertida, y Marshall, disculpa por hacerte llegar tarde, yo...-fue interrumpida por el can.-No te preocupes Everest, me alegra estar contigo.

Cuando Ryder pasaba para darle croquetas a Marshall, Ryder notó que Everest no tenía un plato para ella.-Marshall, ¿puedes compartir con Everest tus galletas?-preguntó y Marshall le respondió-¡Claro Ryder!

Marshall compartió sus galletas con Everest y comieron juntos.

Por otro lado...

-Skye, ¿puedo decirte algo?-preguntó Chase a la cocker spaniel.

-Claro Chase, ¿sucede algo?-preguntó mientras escuchaba atentamente.

-Sí, sucede algo que es muy importante-dijo mientras tenía las orejas hacia abajo, se notaba que algo no iba bien.

-Dime Chase, te escucharé.

El pastor alemán tomó un suspiro profundo para poder contarle a su cachorra favorita lo que ocurría.-Skye, sé que hemos estado enamorados y esos momentos especiales que tuvimos, para mí han sido los mejores; pero...no puedo seguir con esto pensando en lo de Marshall...él es mi amigo, me siento muy triste por lo que él ha pasado.
No sé si me entiendas, pero quiero decirte que no me siento cómodo del todo después de lo que pasó y...es por eso que creo que deberíamos estar separados por un tiempo-dijo preocupado esperando la respuesta de Skye.

Hasta ese momento Skye había estado sentada para escuchar atentamente lo que Chase le querías decir, pero al escuchar lo último que el pastor alemán había dicho se puso de pie y le dijo:

-¡Qué! Pe-pero...

-Te lo dije, no me entenderías-dijo el pastor alemán apenado mientras miraba a otro lado para no ver la cara de Skye.

-Sí te entendió Chase, pero se me hace muy difícil estar separada de tí. Cuando te sientas mejor ¿qué pasa si ya no siento lo mismo por tí? o si siento algo por alguien más... Lo que quiero decirte es que no va a volver a ser lo mismo de antes como estamos ahora-dijo Skye preocupada y alterada.

-¿Y qué se supone que hagamos ahora?-preguntó el pastor alemán preocupado por su futuro con Skye.

-Yo...¡n-no lo sé!-dijo mientras salía corriendo esquivando a Chase en dirección hacia otra parte, por lo menos de momento hasta que pensara las cosas con claridad.

-Lo arruiné, ¡lo arruiné!, pero no podía aguantarlo más...-dijo Chase mientras murmuraba para sí mismo.-Debí pensar mejor antes de decirle todo esto...debe estar enojada conmigo.

-¿Por qué Chase?-preguntó un can dálmata, ya que pudo escuchar lo que Chase decía

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│ ┆ ✐ queridos escritores.
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